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Capítulo 3

Jin dejó caer las maletas sobre la moqueta burdeos de la vieja casa y suspiró audiblemente. El lugar era digno de una película de terror pero al menos no estaba tan cerca del sanatorio como se había imaginado en un primer momento.

La casa era un poco antigua, lo que provocaba que el suelo de madera causase ciertos ruidos rechinantes cuando los pasos sobre este eran demasiado apurados. Había un bonito patio que perdía toda la belleza cuando uno alzaba la vista y se encontraba con la endemoniada estructura del manicomio a lo lejos, entre las copas de los árboles. Lo único que separaba su nueva casa de aquel lugar era una valla blanca que estaba comenzando a oxidarse y varios abedules caducifolios que habían creado una alfombra de colores a base de hojas. El viento chocaba contra el metal moviendo la verja, creando sonidos que no hacían otra cosa más a parte de recordarle a alguna de las películas que ponían durante Octubre en las televisiones como motivo de Halloween.

-Aterrador. - susurró revolviéndose el cabello mientras salía a la terraza de la habitación.

-Mola. - Jin levantó una ceja tras escuchar aquella afirmación y miró a su hermano con la incredulidad plasmada en sus pupilas - Parece un escenario cinematográfico.

-Sí… bueno... estaba pensando en algo similar ahora mismo. - contestó volviendo a mirar hacia el frente.

Definitivamente ese edificio estaba causando algo en él, su piel se erizaba tan sólo recordando los gritos y protestas que escuchó hace unas horas cuando se dirigía con su hermano y la recepcionista hacia la planta del manicomio en la que trabajaba su padre. Todavía seguía tratando de convencerse a sí mismo acerca de que lo había somatizado todo, quería pensar que aquellos lamentos habían sido producto de su muy asustadiza mente.

-No creo que pueda dormir aquí, necesitamos persianas. Las cortinas no me aportan ninguna sensación de seguridad.

-¿Y las persianas si lo hacen? Cualquiera podría llegar a entrar. Deberíamos bajar para comprobar la valla del patio, parece oxidada desde aquí. - A pesar de que Daehyung podía resultar un impertinente para quienes no lo conocían de nada, lo cierto era que su curiosidad aparecía de manera totalmente real. Muchas veces sin importar la situación.

-No pero al menos no veré nada a través de ellas. - Jin bufo - sea de día o de noche. ¿Qué tipo de personas crees que habrá ahí? Quiero decir, puede ser un sanatorio sin tipos locos, ¿no crees?

Su hermano sonrió y se asomó a la ventana con una sonrisa pícara. A veces era frustrante como Dae siendo mucho más pequeño que él se tomaba la vida con más realismo y calma. Los ojos de Jin abandonaron por unos segundos el maldito edificio para centrarse en la felicidad que Daehyung mostraba. Hacía mucho tiempo que no lo veía sonreír así.

-Si no hubiese locos no sería un sanatorio Jinie, ¿tienes miedo? - se dió la vuelta y soltó una exclamación en alto que logró hacer que Seokjin diese un paso hacia atrás apabullado. - Te estás muriendo de miedo, podemos preguntarle a papá si hay personas muy locas. No creo que nos hagan daño de todas formas, si las hay deben estar bien encerradas y con camisas de fuerza.

-Esto no es una película enano. - Jin tironeo de la camiseta de su hermano para que entrase en la habitación y cerró la ventana - Olvídate de preguntarle cualquier cosa sobre ese sitio a papá. Probablemente acabaré más asustado si te contesta que ahí dentro hay varios psicópatas.

-Eres flojo, hay guardias y policías . No va a pasar nada, papá trabaja ahí y nunca ha tenido problemas.

Jin asintió sin decir nada, quería terminar con ese tema de una vez por todas. No se caracterizaba por ser precisamente valiente, una temporada de Salem servía para mantenerlo despierto toda la noche y la serie ni siquiera se supone que fuese de terror o tan siquiera miedo.

Tras acomodar sus cosas en la habitación que su padre les había cedido, ambos bajaron a la cocina de la casa. Era pequeña y prácticamente no había comida en la nevera, sin embargo Jin se las ingenio para lograr preparar varios platos que sabía que a su padre le gustarían. ¿A quién no le agradaría algo sabroso y caliente en un día lluvioso y frío?

-¿Qué es esto? - preguntó el hombre sentándose a la mesa - Te dije que yo me haría mi propia comida Seokjin. ¿Has estado haciendo esto en lugar de ir a la ciudad para inscribirte en alguna universidad?

Jin apoyó su espalda en el marco de la puerta y se permitió tomar varias bocanadas de aire antes de contestar. No soportaba que su padre quisiera dirigir su vida después de que durante años no se hubiesen hablado para absolutamente nada. En ocasiones sentía ganas de reírse al pensar en que el hombre era un maldito psiquiatra pues la paciencia de este era nula y su humor escaso.

-Iré a preguntar por alguna escuela de cocina mañana…

-Nada de cocina. - su padre apartó el plato sin tan siquiera probarlo y nuevamente el gesto le recordó a su infancia . Los abrazos rechazados porque tenía mucho trabajo, las peticiones de ir con él derivando en reclamos... La época en que Jin dejó de ser un niño risueño a la par que cariñoso y se convirtió en un pequeño lleno de tristezas - Tu madre quiere que estudies economía, todos tus amigos tienen buenas carreras. Nosotros no podemos presumir de ti porque no haces nada bien.

Lo siguió con la mirada cuando este se levantó y tiró la comida al fregadero. Su corazón aún dolía con esos gestos, su padre jamás había sido alguien considerado pero al menos podría haber agradecido tener un plato de comida caliente sobre la mesa en el mismo instante en el que entró en casa.

-No tienes ningún derecho a decirme lo que hacer. Soy mayor de edad y elegiré por mi mismo lo que quiero estudiar. - las palabras salieron solas de su boca.

-Entonces fuera de mi casa. - dijo con seriedad su padre mientras tomaba una pizza de la nevera y la ponía en el microondas - No quiero a un inútil sin planes de futuro viviendo conmigo.

-¿Quieres a alguien en general? - su mirada estaba baja, tenía miedo de la respuesta que su padre le daría.

-Si me estás preguntando si te quiero has tomado un camino equivocado. No necesito darte explicaciones…

-Ya sé que a mi no me quieres, pero a veces pienso en que nunca has querido a nadie. Ni a mamá…

Su padre bufó en alto y lo ignoró por completo. Daehyung escuchaba la conversación en silencio mientras comía lo que Jin le había preparado. Su felicidad había terminado en el momento en el que los vio comenzar a discutir.

-Hazme un favor y deja de hablar de lo que no sabes Seokjin. - contestó su padre antes de sentarse - Por cierto, ayúdale a Dae a cambiar sus cosas de sitio. Dormirá en la habitación del primer piso.

-Le tiene miedo a la oscuridad. - contestó Jin adelantándose a su hermano.

-Entonces le compraré una lucecita, quiero que Jungkook se relacione con alguien cuando llegue. Necesitan su habitación pero todavía no ha hecho progresos, ni siquiera sé cómo podré traerlo desde el sanatorio hasta aquí sin que le de un ataque.

Seokjin frunció el ceño recordando al muchacho de cabello azabache que había visto esa mañana discutiendo con su padre en el sanatorio.

-Por supuesto, tu paciente es lo más importante... - antes de recibir respuesta por parte de su padre salió de la casa golpeando la puerta de esta con fuerza.

La historia se repetía, su progenitor siempre se había preocupado mucho más por su trabajo que por ellos. Su carrera, su maldita carrera y reputación lo significaban todo. La rabia hacía que las manos de Jin temblaran, se vió obligado a tomar asiento en las escaleras del porche y tragar aire profundamente. Le escocía la garganta por las ganas de llorar, sin embargo y a pesar de que sus ojos ya estaban humedecidos no se permitió derramar ni una sola lágrima. No por él, su padre no merecía más llantos.

Para cuando logró calmarse, el sol ya comenzaba a ocultarse entre los frondosos árboles y las gotas de rocío se acumulaban sobre el césped verde. Se frotó las manos notando el frío, su nariz había tomado un tono rojizo debido al clima y sus mejillas rosadas aportaban a su delicado rostro un aspecto enfermizo, se sentía dentro de un thriller de terror. Hasta las ramas removidas por el viento le erizaban la piel.

-Iré al sanatorio a por Jeon Jungkook. ¿Sabes cómo cuidar de tu hermano?

Jin ni siquiera miró a su padre mientras caminaba hacia las escaleras de la casa.

-Por supuesto, siempre lo he cuidado. Incluso mientras mamá y tú trabajabais durante toda la tarde.

En esa ocasión su padre no contestó, y eso por un momento llegó a inquietarlo. Giró levemente la cabeza para encontrarse con los ojos marrones de este.

"Tenéis la misma mirada" - solía decir su abuela con orgullo cuando era un niño. En aquellas ocasiones Seokjin reía y con felicidad escrutaba hasta el último detalle en los ojos de su padre. Ahora ya no encontraba una figura a seguir en esa mirada, solo veía a un hombre demasiado duro con las personas que intentaban quererlo.

-Gracias a nuestro trabajo nunca os faltó nada. - su padre usó un tono forzadamente más suave - Tanto tu madre como yo hubiésemos preferido pasar más tiempo con vosotros pero teníamos que pagar una casa.

Jin sólo asintió, quería creerse las palabras de su padre, estaba deseando poder pensar en él como la perfecta figura paterna pero no podía. Y jamás pondría de nuevo su confianza sobre cualquiera de las afirmaciones que el hombre ante sus ojos hacía. Se dió la vuelta, se limitaría a obedecer. Tal vez haciendo el papel de hijo perfecto podría volver pronto a su verdadera casa, sentía ganas de llorar de tan solo pensar en todas las peleas absurdas que había tenido con su madre. Ella al menos le proporcionaba ese cariño cálido que tanto disfrutaba.

Se encerró en su nueva y fría habitación, todavía con su hermano allí. Todo lo que los rodeaba estaba sumido en la oscuridad de la noche, las sombras de los árboles del jardín se colaban a través de las ventanas iluminadas por varias farolas de tenue brillo anaranjado. El cielo se oscurecía demasiado pronto en ese lugar y la quietud era tanta que ambos se quedaron dormidos. El viaje había sido largo.

Su profundo sueño fue interrumpido sin embargo sólo una hora después, cuando su padre lo zarandeó en la cama pidiéndole que levantase su culo de la cama para ayudarle a subir las pocas pertenencias de aquel chico de cabellos azabache.

-Ya le estoy dejando mitad de la habitación. - contestó Seokjin adormilado - Que suba su propia mierda por él mismo. No tiene tres años.

-Lo que tiene implica que el hecho de salir hasta la entrada de casa y dar varios viajes de arriba a abajo le sea imposible. - dijo su padre con seriedad - Y ya te avise acerca de que Daehyung dormirá en la habitación de abajo. Despiertalo. No quiero idioteces, no soy como tu madre.

Desde luego que no lo eran, su madre era antigua y se preocupaba demasiado por lo que los demás decían pero todavía tenía un corazón con los que envolverlos de vez en cuando en agradables abrazos repletos de sabor a hogar.

-No hace falta que lo jures. - sus palabras fueron ignoradas por completo.

Tomó la sudadera que una hora antes había dejado sobre una silla y se la puso para a continuación bajar las escaleras bostezando. Tropezó sin embargo con un chico tembloroso y cabizbajo, cuando estaba a punto de posar sus pies sobre la madera del porche de la entrada se obligó a equilibrar su propio cuerpo. El muchacho no parecía dispuesto a moverse y estaba obstaculizando su salida manteniéndose delante de la puerta totalmente inalterable.

Iba vestido por completo de negro, desde sus amplias botas militares hasta la gorra que mantenía bajo la capucha de su chaqueta. Incluso su cabello se camuflaba con las prendas que portaba.

-¿Vas a dejarme pasar? - Jin trató de sonar amigable, notando la tensión sobre el chico ante sus ojos.

Jungkook alzó la mirada hacia Jin levemente. Estaba en su propio mundo, todavía afectado por el modo en el que el doctor lo había obligado a subir al coche. Hacía mucho que no experimentaba tanta ansiedad por lo que su cuerpo estaba calmandose a una muy lenta velocidad.

Jungkook se había quedado dormido en aquella habitación del sanatorio tras varios días de insomnio causado por la noticia de que tendría que irse a otro sitio. Un muchacho en peores condiciones le había quitado su espacio de seguridad y cuando el doctor Kim llegó diciendo que se lo llevaría a su propia casa para continuar con el tratamiento, todo dentro de él se paralizó un poco.

-Perdona. - susurró Jungkook dando un único paso a la derecha.

-Está bien. - Jin enterró las manos en el bolsillo central de su sudadera y forzó una sonrisa mientras trataba de captar la mirada que Jungkook se empeñaba en esconder bajo aquel flequillo azabache. Le apetecía ser amable en ese momento, aunque tal vez su actitud cambiase cuando se viera a sí mismo compartiendo habitación con el adorado paciente de su padre.

Podía sonar egoísta, pero eran Seokjin y Daehyun quienes habían vivido sabiendo que su padre siempre elegiría el trabajo por encima de la familia. Así que tras suspirar, intentó por última vez captar la atención de Jungkook chasqueando sus dedos en el aire.

-No hagas eso. - protestó Jungkook - Si no te sostengo la mirada significa que no quiero mirarte. Deberías entenderlo sin la necesidad de que te lo explique. Es obvio que me haces sentir incómodo en este preciso instante.

Estaba a punto de soltar una muy mala contestación cuando recordó su propósito de actuar como el hijo perfecto para lograr regresar a su casa lo antes posible. Dae y su madre eran la única familia que aceptaba, quizás antes también a su abuela paterna pero hacía demasiado tiempo que no la veía.

-No soy psicólogo chico. - dijo con tono calmado - Cuando quieras algo concreto de mi debes hablar o de lo contrario no sabré cómo actuar.

Jungkook se limitó a asentir, a la mañana se había sentido confiado pensando que después de hablar con el hijo del doctor simplemente volvería a su habitación para encerrarse, alejarse del mundo y no volver a verlo a él o al pequeño curioso.

Lo cierto es que él era un chico al que le costaba relacionarse con los demás desde unos años atrás, desde que aquello ocurrió y todo su mundo se vió zarandeado por la realidad cruel.

-Tomaré eso como una muestra de que estás de acuerdo. - volvió a asentir para molestia de Seokjin quien tras dejar escapar un suspiro de su boca salió de la casa para ayudarle a su padre con las cosas de Jungkook.

Si el hombre quería jugar a la familia feliz simplemente lo haría, fingir sonrisas era uno de sus talentos más practicados.

Incluso mientras cenaban Jungkook permanecía cabizbajo, nadie hablaba o hacía algún tipo de movimiento diferente del que implicaba usar los palillos y mordisquear la comida. Era tan sumamente incómodo que hasta el doctor Kim sentía ganas de romper el hielo con algún tema absurdo que implicase como mínimo algunos segundos de conversación.

-¿Sabíais que Jungkook es un gran artista? - dijo con incomodidad.

-¿Por qué lo tendríamos que saber? - contestó de forma instintiva Jin - Quiero decir.... hace solo unos minutos que lo hemos conocido y ni siquiera se ha presentado.

Jungkook alzó la mirada y miró directamente a Seokjin, aquel flequillo negro de nuevo resbalando sobre sus ojos de forma inevitable. Hasta ese instante no había sentido necesidad alguna de presentarse o hablar pues sabía por los comentarios cítricos del chico de piel perfecta que no le interesaba. Ninguno de los que se encontraban ahí merecía un aburrido relato acerca de su vida durante la cena.

-No te interesa quien soy, por lo tanto decidí no presentarme. Probablemente me hubieras ignorado, ¿no es cierto?

Daehyung miró a Jungkook mientras sorbía sus fideos de un modo realmente escandaloso.

-Tiene razón Jinie, siempre dices que la vida de los demás no te importa cuando mamá ve los programas de cotilleo. - una delicada sonrisa se extendió por su aniñado rostro - Ha acertado por completo, ¿verdad?

-No me interesa con quien se acuesta un famoso cómico Dae, pero puedo ser educado y escuchar con consideración la presentación de alguien que convivirá con nosotros. No quiero que sea un desconocido total para mi si cada día lo veré en la cama de al lado despertando o durmiendo. ¿Entiendes mi punto Daehyung?

El pequeño de los dos hermanos asintió rápidamente con la boca llena de comida. Jungkook no pudo evitar sonreír, el chico parecía a punto de ahogarse por todo lo que acumulaba en sus mofletes. Y Jin tampoco se quedaba atrás en la forma de devorar cada rastro de alimento en los diferentes platos que cubrían la mesa.

-Cuéntanos artista, ¿qué es lo que sabes hacer?

-No mucho. -respondió con sinceridad Jungkook - A veces escribo, otras pinto... Es aburrido estar encerrado constantemente.

Jin asintió, no quería ofender a Jungkook y aún así sentía cierta envidia hacia lo bien que este se llevaba con su padre. Estaba volviéndose loco ante el hecho de tener que morderse la lengua solo porque el chico realmente parecía tener problemas más graves que los suyos.

-Supongo que eso es interesante. - dijo finalmente, estaba incómodo fingiendo sorpresa real - ¿Qué sueles dibujar....

-Dejalo Jin. - todos se giraron hacía el doctor - Eso es algo en lo que estoy trabajando con Jungkook. Sus dibujos implican muchas cosas que no quiero que tu hermano escuche.

Probablemente seguía sin estar sorprendido del todo pero al menos las palabras de su padre habían captado levemente su atención. Se imaginaba escenas eróticas. Era el principal tema tabú y aunque quizás fuese apresurado afirmarlo no sería demasiado extraño que un muchacho recién salido de la adolescencia dibujase aquello que deseaba experimentar, su padre había mencionado que Jeon solo tenía veinte años. Los temas sexuales son universales y porque no decirlo, comunes tanto en la mente de hombres como de mujeres. Cuadraba a la perfección con su padre el que se empeñase en tomar las muestras de arte explícitas como un problema y no como simples dibujos naturales con leves toques de sensualidad.

-Contesta Jungkook. - insistió repentinamente curioso - Dime que es lo que dibujas.

-Lo que sea. - respondió sin darle importancia el muchacho, sus manos jugueteando con los palillos de madera - A veces lo que me rodea, en ocasiones lo que deseo o echo de menos y otras simplemente lo que imagino en mi cabeza.

-No es lo que dibuja, sino el cómo lo dibuja y ahora por favor deja el tema. Probablemente Jungkook pueda enseñarte su muy característico arte en algún momento ahora que vivirá con nosotros.

Seokjin asintió y volvió a centrarse en la comida, tal vez su padre estaba usando la psicología para lograr que su interés por Jungkook creciera. Si era así como mínimo había obtenido una pequeña respuesta en cuanto a su nivel de curiosidad. Definitivamente se preguntaba qué tipo de pinturas podría trazar el chico que se encontraba ante sus ojos.

Levantó la mirada y lo observó comer en silencio. Buscó sus manos tratando de encontrar algunas manchas de pintura, una leve señal de arte plagando sus brazos varoniles o sus dedos largos, en cambio solo encontró una total limpieza a juego con unas uñas excesivamente cortadas. Miró a su padre unos segundos pero este ya había perdido la atención y ahora posaba la mirada atenta en el televisor, este tomó el mando y automáticamente subió el volumen de las noticias cuando una imagen del sanatorio cercano a su casa hacía presencia en la pantalla.


"El conocido asesino de alias Zelo se ha escapado del sanatorio de seguridad media en el que se encontraba recluido hasta la fecha. La voz de alarma la dió una enfermera cuando visitó su habitación para darle su medicación nocturna y el chico no se encontraba en la estancia. Recordemos que este muchacho asesinó a todos y cada uno de sus compañeros de clase a cuchilladas tras años sufriendo de acoso escolar..."

-Voy al sanatorio, ni se os ocurra salir de casa. Mantened cerradas todas las ventanas y puertas, ya no es peligroso pero ese chico tiene muchos problemas para controlar su mente, podría sentirse amenazado y actuar de forma violenta. Jin, cuida de Jungkook y Daehyung. Confío en ti hijo.

Tras decir eso su padre tomó las llaves del coche y los tres se quedaron completamente solos en el tenso silencio del miedo.

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