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Capítulo 29

Jin tuvo que declarar ante la memoria de los ojos inyectados en sangre de su padre y lo hizo sin miedo. Las manos le temblaban por el dolor que se negaba a abandonar su pecho, los ojos se le cristalizaban debido a que todavía le costaba creer que su progenitor era un asesino. El hombre que tantas malas palabras le había dedicado era el mismo que juraba preocuparse por él y su hermano. Un criminal que se había encargado de arrancarle la vida a un muchacho de tan sólo diecisiete años.

Daehyun seguía afectado, incluso si los días pasaban su risa no regresaba. Él también declaró sin miedo, con las lágrimas bañando su rostro y la voz repleta de una rabia que jamás había estado presente en su personalidad antes de lo ocurrido.

En cuanto a Jungkook, aquella mañana del interrogatorio había entrado en pánico. Se había negado hasta cincuenta veces antes de que su novio lograse tirar de sus manos hasta el exterior y había declarado sosteniéndose del brazo de Jin. El juicio no era fácil tampoco, menos aún teniendo en cuenta que cada palabra suya era puesta en duda por el abogado del bando contrario. Se mantuvo, aún con todo, sincero a los sucesos que habían tenido lugar. Narró con maestría cada escena ordenada en su mente afectada. Era brillante la claridad con la que lo recordaba todo. Exactamente de la misma manera que pintaría un cuadro con los ojos cerrados, dejó caer sus párpados y expuso lo que el doctor le había hecho durante sus días en el sanatorio, cómo había llegado a aquella casa y lo sucedido el día que decidieron escapar corriendo por el bosque.

—¿Cómo consiguió escapar? Por lo que tengo entendido usted sufría de una grave afección de Agorafobia que el señor Kim llevaba tratando durante al menos dos años.

—El doctor generalmente decía cosas o realizaba actos que me quitaban la seguridad. Cuando conocí a Seokjin, su hijo, mi condición comenzó a mejorar. Mientras que el doctor se negaba a comenzar terapias lentas… Jin supo esperarme. El señor Kim me arrastraba hasta el exterior de forma brusca haciéndome recaer en el miedo debido a la violencia de sus actos, su hijo por el contrario tomó el relevo de la terapia y me ayudó a comprender que no ocurriría nada malo si salía al exterior. Lo hizo manteniéndose paciente en cada una de las ocasiones en las que tratábamos de salir a la terraza o al jardín. Cuando su padre mató al chico supe que teníamos que escapar, no logré moverme por un largo tiempo pero de nuevo las palabras de Seokjin me hicieron reaccionar, además de eso el doctor estaba persiguiéndonos así que de alguna forma mis propios instintos de supervivencia me ayudaron a correr.

Jin sostenía la mano de su hermano bajo la mesa y observaba a su pareja hablar con la cabeza gacha justo delante de ellos. Estaba siendo duro para los tres.

—¿No es cierto que la víctima había sido un potencialmente peligroso paciente del doctor Kim y que estaba siendo buscado por las autoridades?

—Lo es, pero como las propias imágenes muestran la violencia del señor Kim comenzó antes de que él apareciese para defendernos. Si intenta llegar a la conclusión de que el doctor estaba defendiéndose solo podré contestar que de la misma manera ese chico y nosotros mismos estábamos tratando de defendernos.

Las cámaras se aglomeraban a la entrada del tribunal de justicia cuando los tres muchachos salieron con sus familiares a un costado. Jin estaba sintiendo la fiebre cubrir su cuerpo de nuevo y Jungkook rápidamente lo sostuvo con fuerza antes de que resbalara ante la avalancha de gente que le dificultaba el camino. La ansiedad cubría sus cuerpo, sin embargo se habían prometido seguir luchando hasta que la justicia hiciera su trabajo.

Los periodistas lanzaban preguntas indiscriminadas, algunos los acusaban, otros los apoyaban y los restantes simplemente querían sacar cualquier tipo de información por parte de los implicados. A nadie parecía importarle lo mal que se encontraban siendo completamente arrollados por multitud de micrófonos y cámaras, nadie parecía entender que ellos tres eran víctimas que merecían ser escuchadas con un poco de respeto. La prensa solo buscaba titulares.

—Entra primero. - Jungkook abrió la puerta del coche para Jin y tras ayudarle a acomodarse comprobó que Daehyun había entrado. Después de eso caminó hasta el asiento de copiloto, cerró la puerta y se quitó las gafas de sol con las que había estado ocultando su ojerosa mirada. - Esto es un desastre. Nadie parece interesado en la historia real, están buscando las mejores imágenes sin tenernos en cuenta en lo absoluto.

—Todo estará bien. - era su padre el que hablaba. Ni siquiera sabía porque el hombre había cambiado de opinión y lo estaba apoyando pero no le interesaba. Seokjin parecía relajarse cuando algún adulto les decía que nada saldría mal.

Incluso si ellos dos también eran adultos, todavía necesitaban el consuelo que otros con mayor experiencia de vida podían ofrecerles.

—Eso espero. - suspiró Jungkook, su mirada volando hacia su pareja de nuevo. - ¿Crees que lograran hacer que se vea como defensa propia?

—En cierto modo lo fue. - contestó su padre. - No olvides que en las imágenes se puede ver como Zelo se lanza sobre él, aún así ha matado a un menor de forma violenta tras aplacarlo con solo un golpe y en el vídeo se contempla con claridad la forma en la que os trató antes del asesinato. No penséis en eso, es una suerte que la casa tuviera cámaras instaladas en el interior.

Jungkook asintió y miró por el espejo retrovisor del coche, sus progenitoras los seguían de cerca en otro vehículo. Su madre y la de Jin se habían vuelto cercanas debido a que esta última estaba pasando la semana del juicio con ellos. Si no tenían en cuenta la difícil situación en la que se encontraban, casi podrían parecer una familia compartiendo un tiempo juntos.

Cuando la noche llegó Daehyun dejó la habitación de Jungkook como si supiera que la pareja necesitaba un tiempo a solas.

Jin se movió en la cama hasta los brazos de Jungkook y buscó los labios del pintor con desesperación, necesitaba consuelo y cariño. Algo que le ayudase a olvidar la realidad por varios minutos, unos brazos que lo sostuvieran con un fuerte toque de cariño. Sus manos acariciaron la piel de su novio, antes de que pasasen un par de minutos ambos se encontraban sin ropa.

—Ve a cerrar la puerta. - Jungkook habló al oído de Jin y este asintió relamiéndose los labios.

Muchas personas podrían decir que no era el momento adecuado y quizás ellos dos lo sabían en el fondo, el sexo no eliminaría el dolor ni cambiaría la situación por la que estaban pasando pero al menos los mantendría alejados de la ansiedad y el miedo durante un tiempo.

Seokjin colocó a Jungkook bajó su cuerpo en el instante en el que regresó a la cama. Acarició con lentitud el torso del pintor, bajando el toque hasta el miembro de este mientras llevaba los labios hasta su cuello para comenzar a marcarlo. Kook se dejaba hacer sin protestar o removerse, había cerrado los ojos dispuesto a disfrutar y de su boca entreabierta tan sólo se escapaban suspiros de total placer.

Abrió más sus labios cuando notó los dedos de Jin presionando su boca y lamió sin vergüenza toda la extensión de estos. El hijo del doctor Kim grababa en su mente cada reacción del pintor, dispuesto a recordarlo cada día que se encontrase solo. No quedaba mucho para que tuviesen que separarse, los dos necesitan un tiempo a solas con sus familias para recuperar todo aquello que una vez creyeron que se había perdido por completo.

Era irónica la forma en la que las desgracias podían ayudar a unir eso que parecía completamente imposible.

—Hazlo ya. - susurró el pintor con la voz afectada.

Jin obedeció a la orden y tras colocar su rodilla entre las piernas de Jungkook comenzó a acariciar la entrada de este. El pintor abrió los ojos para sonreír, ¿cuándo había empezado a sentirse tan sumamente bien entre los brazos de Kim Seokjin? Ni siquiera sentía un amor excesivo o enfermizo como el que tantas películas mostraban en las historias de romance, lo que su cuerpo experimentaba era calidez y necesidad. Simplemente estaba comenzando a enamorarse, por eso la idea de dejarlo cuando todo estaba empezando lo asustaba levemente.

—¿Nervioso? - dijo Seokjin con sorpresa. Sonrió cuando Jungkook negó rápidamente, moviendo las palmas de las manos sobre su espalda para animarlo a acercarse más y más.  - Lo parece.

Uno de sus dedos entró bruscamente haciendo que el pintor se encogiese en un primer instante para que unos segundos después el placer comenzase a sustituir cualquier señal de incomodidad, el lubricante hacia la tarea mucho más sencilla para ambos y a medida que los minutos pasaban el juego de tocarse parecía hacer crecer la intensidad de forma completamente inevitable. Los brazos de Jungkook rodeaban ahora el cuello de Jin, sus miradas estuvieron cruzadas hasta que el cocinero comenzó a callar todos sus gemidos con besos franceses.

Otro dedo se abrió paso en su entrada y Kook abrió más las piernas indicándole a Seokjin que estaba completamente preparado para recibirlo. Lo había estado por un tiempo, sin embargo le gustaba esa manera con la que su pareja continuaba cuidándolo y acariciando su interior sin la menor muestra de vergüenza.

—En realidad te quiero. - se atrevió a confesar Jungkook, mientras su pareja se colocaba entre sus piernas.

—En realidad yo también te quiero a ti. - Jin sonrió ante la respuesta de su chico, comenzando a entrar lentamente en él y observando la manera en que el placer cubría la mirada de su pareja cada vez que se movía con fuerza o la erección de Jungkook atrapada entre sus barrigas era rozada efecto de lo juntos que se encontraban.

—Pezones. - Jungkook pidió entre jadeos.

Seokjin sonrió y llevó su boca hasta los pezones rosados del chico, sabía desde hace mucho que ese era el punto débil del pintor, así como el suyo propio. Los dos habían encontrado un especial disfrute en ese estilo de estimulación llegando al punto en el que cada vez que el pintor lo dibujaba añadía las marcas rojas que quedaban sobre estos tras sus juegos versátiles. Al pintor le encantaba morder, lamer y chupar los pezones de Seokjin hasta que este se derretía en gemidos y el rastro rojizo permanecía sobre su piel señal de lo que su lengua había estado haciendo. De la misma manera en que le encantaba recibir exactamente el mismo trato.

Jungkook enterró las manos en el cabello de su pareja y tironeó con fuerza concentrado en la gran velocidad con la que su novio había comenzado a moverse, ahora sus piernas rodeaban la cintura de Seokjin.

—Jinnie. - gimió sin poder evitarlo al sentir el orgasmo cerca.

Seokjin sonrió con diversión y paró de moverse para colocar a Jungkook de lado sobre la cama en busca de una posición más cómoda para los dos, sus piernas se envolvieron desordenadamente y la mano del cocinero comenzó a juguetear con la erección del pintor a la vez que sus estocadas tomaban de nuevo un ritmo rápido y profundo.

A ninguno de los dos parecía importarle de repente que en esa casa hubiera más gente o lo poco que a sus padres les gustaban las elecciones amorosas que habían tomado. En ese instante solo existían ellos dos y el placer. Estaban completamente perdidos el uno en el otro.

—Jinnie. - gimió Jungkook de nuevo. - Quiero montarte.

Tras varias estocadas el cocinero accedió y le ayudó a Jungkook a colocarse a horcajadas sobre su cintura. Kook se autopenetró rápidamente sintiéndose perfectamente dilatado gracias a la paciencia que su pareja siempre le dedicaba a su cuidado, sin perder tiempo posó sus manos sobre el torso de su novio y comenzó a realizar movimientos lentos. Sus miradas nunca dejaron de encontrarse, ni siquiera cuando el pico del placer los alcanzó a ambos.

Bastaron un par de minutos para que ambos llegasen al clímax de forma inevitable. Se atraían, se gustaban y por sobretodo habían empezado a quererse de verdad. Los dos comprendían el sentimiento bonito del amor en esos instantes.

Jungkook se dejó caer sobre Seokjin y acarició el pecho de este con sus manos sin querer romper el momento de silencio cómodo. Por un largo tiempo se limitaron a abrazarse sin nada que decir.

—Va a ser raro vivir sin ti ahora. - dijo finalmente Jungkook e inesperadamente el llanto se desató en Jin. - Jinnie…

—Todo esto es demasiado. - dijo el cocinero. - He perdido a un padre. He aprendido que debo respetar y amar más a mi madre. Y he tenido mi primera pareja de verdad. Quiero que esto funcione pero sabes tan bien como yo que la distancia hará que tarde o temprano acabemos.

Jungkook suspiró y se limitó a acariciar el pecho de Seokjin. Lo sabía. Sabía que la distancia sería difícil y ellos eran demasiado jóvenes como para atarse, pero le gustaba la idea de intentarlo. Si no podía ser ahora, quizás en el futuro.

—Encontraremos la forma de hacerlo bien. Nos queremos, eso debería ser suficiente.

Jin negó, no era pesimista. Si lo fuera habría dejado a Jungkook sin tan solo pensar en intentar una relación a distancia, pero era realista. Lo había hablado con su jefe, el único amigo que le quedaba en ese instante. E incluso lo había consultado con su madre arriesgándose a recibir el rechazo de esta. Nadie pensaba que una relación a distancia podría tener éxito. Ni ellos mismos lo hacían.

—El destino decidirá por nosotros.

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Hiii!!

Nuevo capítulo que como siempre espero que os guste. De veras estoy disfrutando de versionar mi propia historia a otro ship.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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