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Capítulo 28

Jin se dejó caer sobre la cama de la habitación de Jungkook y observó los detalles que lo rodeaban. Su novio había dejado la casa de sus padres a una edad realmente temprana lo que explicaba todos esos libros acumulados sobre el despacho o la ropa mal ordenada que sobresalía entre las puertas del armario. Incluso pudo ver algunos resquicios de los cuadernos de instituto que probablemente Kook cubrió por última vez antes de ser ingresado.

Cerró los ojos por unos segundos limitándose a escuchar la conversación que el chico mantenía con Daehyun. Agradecía los intentos del pintor por calmar la ira de su hermano pequeño, quien actualmente había dejado a un lado ese sentimiento para comenzar a llorar. La pena de lo ocurrido estaba abriéndose paso ahora que habían dejado de escapar.

—Está bien Dae, deja que el dolor salga. No es bueno que te contengas.

Cada una de las palabras que su novio pronunciaba en voz alta se colaban en sus oídos, sentía que él también estaba siendo calmado. Como un niño necesitado de amor suspiró y se giró en la cama para llevar su mano hasta la espalda de Jungkook, este se mantenía sentado con su hermano sobre la alfombra.

—Lindo. - susurró el pintor volviéndose hasta Seokjin. - Trata de dormir un poco. Mamá ha dicho que la policía llegará en un par de horas para realizar el interrogatorio.

—Dormid conmigo. - Jin se sentía mal por primera vez desde hace mucho tiempo. Notaba la sensación de ansiedad empujando el vómito hasta su boca y la cabeza le daba vueltas.

Jungkook no pudo negarse, era completamente consciente del dolor que desprendía la mirada de su pareja así que sencillamente asintió y accediendo a su petición se recostó tras él para rodearle la cintura con uno de sus brazos, dejando que Daehyun se acomodase al lado de Jin. Acarició con delicadeza la cara del cocinero mientras lo observaba con preocupación.

—Creo que tienes fiebre. - Le apartó el flequillo de la frente. - Deja que vaya a por alguna medicina. Apuesto a que mi madre sigue guardándolo todo en los mismos lugares.

Jin asintió y cerró los ojos abrazándose a su hermano pequeño. Estaba cansado del dolor que le provocaba pensar en todo lo sucedido. Ya no quería ser fuerte o fingir que el amor era algo innecesario, su madre ni siquiera había llamado todavía. La quería a ella, más que a cualquier otra persona en ese instante. Necesitaba los poco frecuentes y cálidos abrazos de la mujer que le dió la vida.

Jungkook tragó saliva mientras caminaba por el pasillo hacia el baño, podía escuchar como sus padres discutían con susurros. Ni siquiera le mencionaron que habían vuelto, la última vez que lo visitaron en el el sanatorio ambos estaban viviendo en casas distintas.

“¿Vas a defender su condición solo por lo que ha pasado? “ - escuchó con claridad la voz de su padre.

“Lo hemos alejado todo este tiempo. Me da igual a quien decida querer, solo quiero a mi niño de vuelta. “ - replicó su madre.

“Entonces no vamos a curarlo, dejaremos que esa enfermedad suya se extienda. ¿Eso quieres? “ - las palabras de su padre quemaban en su pecho. Las ganas de llorar regresaron al instante, hacía mucho que no los veía pero el tema principal seguía basándose en sus gustos románticos, el hombre ni siquiera había dado más que un simple saludo cuando lo vio en casa.

El pintor decidió ignorar la discusión, Jin era más importante que cualquier insulto por parte de sus progenitores en ese instante concreto. Incluso Sehun había mostrado más preocupación que ellos a través de largos mensajes de texto.

Rápidamente tomó el medicamento para la fiebre y volvió a la habitación. Recorriendo de nuevo en silencio esos pasillos que alguna vez en el pasado le habían servido a su hermano y a él como campo de batalla o juego.

—Siéntate. - dijo ayudando a Seokjin a levantarse. Parecía a punto de estallar en lágrimas e incluso Dae había dejado su dolor a un lado para atender la clara necesidad de amor de su hermano. Seokjin era una persona medida en muchos aspectos, este había tenido que tomar demasiadas responsabilidades cuando era tan solo un niño y ahora esa capa de falsa seguridad estaba cayendo inevitablemente debido al enorme dolor que su cuerpo experimentaba. - Abre la boca.

Como si se tratara de un niño, Jungkook posó la pastilla en la lengua de Jin y llevó un vaso con agua hasta los labios de este mientras se aseguraba de que no se atragantase. Volvió a apartarle el flequillo aprovechando para mirarlo a los ojos, comprobando que esa tristeza dolorosa se mantenía enteramente sobre estos.

—No tienes que ser fuerte siempre, puedes mostrar que eres humano y necesitas a gente a tu lado cariño.

Daehyun solo los observaba tumbado al lado de Jin. No sabía cómo reaccionar al hecho de que los dos muchachos se hubiesen vuelto tan unidos en solo un par de meses, aunque por supuesto él no era una excepción al detalle de que podía suceder. Parecían saber a la perfección lo que necesitaba o sentía el otro. Se entendían.

—Solo abrázame, siento que me estás castigando con palabras. - el cocinero hizo un puchero colándose en los brazos que Jungkook abría para él.

Sin embargo, el abrazo no duró demasiado. La madre de Jin al fin estaba intentando tomar contacto con sus hijos y eso fue algo que sorprendió a los dos hermanos Kim en el instante en el que el teléfono comenzó a sonar. El cocinero respondió a la llamada entrante de inmediato ante la mirada de los allí presentes.

Las manos le temblaban. El solo escuchar la voz de su madre había causado un tornado de emociones en su interior. La necesitaba, se arrepentía de haberla tratado mal en el pasado, de jamás haber apreciado su trabajo y esfuerzos. De no haber hablado con ella mejor las cosas para que entendiese su personalidad.

—Jin. - su madre parecía a punto de romperse. Su voz temblaba acompañada de interminables sollozos. - Mi niño… ¿Qué he hecho?... Perdoname…

—Está bien mamá. Nosotros… Estamos bien, lo han dicho en el telediario. Lo han detenido y ahora estoy en casa de Jungkook, él era un paciente de papá… nos ha ayudado mucho.

La madre de Seokjin seguía preguntando, lamentándose y llorando. Se había enterado más tarde de lo normal de la noticia debido a que estaba centrada en su trabajo. Sus hijos seguían siendo la parte más importante de su vida, a pesar del horario tan difícil que tenía. Cuando vio las noticias por simple casualidad, el mundo pareció caérsele encima.

Jungkook observaba cuidadosamente la charla que Seokjin mantenía mientras preparaba paños fríos para bajarle la temperatura del cuerpo. El motivo por el cual su preocupación permanecía se debía a que no estaba del todo acostumbrado a cuidar de las personas, mucho menos de un chico como Jin quien siempre ponía los ojos sobre los detalles. Deseaba poder ser un buen novio, alguien que después de lo sucedido pudiese servirle de apoyo. Sin embargo, a medida que lo escuchaba hablar sus miedos crecían paulatinamente.

—Podemos volver en cuanto la policía tome nuestra declaración, está todo grabado así que no creo que nos retengan… - Jin miró directamente a Jungkook, algo estaba mal con la manera en que sus ojos se le cristalizaban. - Mamá, habla con Dae. Él necesita mucho tu apoyo justo ahora. Dale todo el cariño que puedas.

Tras darle el teléfono a su hermano Jin se levantó de la cama ignorando las advertencias de Jungkook y tomó la mano de este para dirigirlo hacia la pequeña terraza de la habitación. Su madre quería que volvieran, no podía negarse incluso cuando quería mantener la relación con el pintor. Se sentía incluso peor ahora, demasiados pensamientos ocupaban su cabeza haciendo que la fiebre se disparase de nuevo.

-Jin… tienes fiebre. Quizás lo mejor sería que duermas un poco y trates de dejar que tu mente descanse de toda la mierda que hemos vivido hoy.

Pero el cocinero se limitó a mover su cabeza lentamente, negando.

-Dame solo cinco minutos, quiero hablar contigo.

Jungkook instó a Seokjin a sentarse sobre el suelo de la terraza y puso con cuidado el trapo húmedo sobre la frente de este, a continuación desabrochó varios de los botones de su camisa. El aire comenzaba a aportarle vitalidad al gesto de su pareja.

—¿Te vas a ir? - preguntó el pintor. Solo Seokjin había percibido que Jungkook estaba en la terraza sin temblar, este parecía más centrado en la tarea de ayudarle a controlar la fiebre. - Sabes que si lo haces no podré seguirte…

—Kookie…

—Podríamos buscar algo por aquí, sé que aún no he acabado mis estudios y me falta mucho para lograr salir a la calle fácilmente pero con las ayudas del gobierno podría obtener algún lugar sencillo en la isla. Si sigues trabajando podemos vivir los tres bien, Dae será feliz con nosotros. El mar es bueno para la tranquilidad mental y él lo necesitará…

—Jungkook. - el pintor seguía hablando sin prestar atención. Sabía que su relación había sido corta pero con Jin sentía que por fin pertenecía a un sitio en el cual no lo juzgarían con facilidad.

A él también le daba miedo. Toda esa situación lo aterraba pero los dos necesitaban comenzar a vivir de nuevo.

—Podemos ser amigos si lo prefieres solo… No quiero quedarme aquí solo.

Jin suspiró notando el viento chocar contra su pecho y cerró los ojos, le hacía bien escuchar la voz de su novio pero sus palabras lo estaban haciendo pensar demasiado. Solo quería disfrutar a su lado por unos instantes. No sabía cuánto tiempo llegarían a estar juntos o el modo en el que su relación y convivencia avanzaría, por eso prefería pensar en el presente.

Y en ese preciso momento ellos dos todavía estaban juntos.

—Estás fuera ahora, ¿sabes? - Seokjin dejó escapar una pequeña sonrisa. - En la terraza… Y sin mareos.

Jungkook no respondió, estaba ocupado tomando el paño húmedo para pasarlo por las mejillas y cuello de Jin. Preocupado no solo por la fiebre que sin duda su novio se encontraba sufriendo, sino también por la expresión completamente apagada que este le mostraba.

—Tengo que volver a casa, no te estoy diciendo que me quedaré allí para siempre pero necesito ver a mi madre. Quiero estar con ella por un tiempo. - Jin sonrió con pena mientras le confesaba sus intenciones al chico que últimamente se había convertido en su terapia. Los abrazos cariñosos de Jungkook siempre lograban calmar sus penas. - ¿Un apartamento para nosotros dos? ¿Cuántos años tienes? Soy un viejo a tu lado, la gente hablaría. - trató de bromear. - Además, no estoy seguro de si lograríamos convivir juntos con tanta mierda en nuestras cabezas. Hagamos las cosas bien, paso a paso.

Kook sonrió mientras movía el trapo húmedo hasta el pecho de Seokjin y lo escuchaba respirar. Estaba memorizando cada pequeño detalle para inmortalizarlo en una preciosa pintura.

—Me gusta que seas mayor que yo. ¿No te gusta que sea más pequeño Jinnie? Solo son unos años pero me puedes enseñar multitud de cosas, a ti te gusta hablarme de todo eso que sabes hacer perfectamente bien y a mi me gusta escucharte mientras aprendo. No creo que sea tan malo que seas un poco más mayor que yo. - habló Jungkook.

—Tampoco te llevo tanto… Lo haces sonar sucio, ¿qué es eso que te estoy enseñando a hacer que yo hago tan perfectamente? - sonrió. - De todas formas… Vendré. Después de ver a mi madre volveré para ayudarte a superar del todo la agorafobia y podremos pensar en nuestro futuro juntos.

—Prometelo, las palabras vacías nunca suponen nada. Quiero que me prometas que al menos mantendremos el contacto, no me importa la forma. - susurró en su oído el pintor. - Quiero pintarte en el mar Jin, rodeado de mil tonalidades azules y verdes degradándose a tu alrededor.

Seokjin, una vez más, sonrió.

—Te juro que volveré a por ti niñato. Todavía quiero experimentar varias cosas con mi primera relación seria. ¿Sobrevivirás sin mi mientras estoy lejos?

—Puedo intentarlo.

Bueno, los dos podrían. Aún eran dos chicos sumidos en el proceso de conocerse, pero de momento en sus vidas los acontecimientos que envolvían su rutina parecían bastante más importantes que ese amor que comenzaba a florecer con cierta inocencia.

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Hiiii!!!

Nuevo capítulo de Agorafobia que espero que os guste. El final se va acercando, aunque todavía quedan varios caps esta fue en su momento una fic cortita si la comparo con las que suelo escribir.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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