Capítulo 25
Las manos de Jungkook temblaban a medida que sus pasos avanzaban. La primavera había llegado de forma definitiva, las flores silvestres rodeaban la parte trasera de la casa y el viento ahora era cálido. Seokjin lo observaba con la mirada atenta sentado en una de las hamacas del jardín de la casa. Su piel blanca parecía relucir con cada rayo de sol que se posaba sobre esta y sus ojos brillaban de felicidad mientras su flequillo marrón caía como una cascada ante sus bonitos ojos.
—¿Estás saliendo por ti mismo? - dijo sorprendido, acercándose a su novio.
En el último mes habían encontrado un equilibrio que ambos disfrutaban. Tenían su tiempo a solas y sus momentos juntos, por lo que nunca se aburrían el uno del otro. De hecho habían comenzado a echarse de menos. Jungkook hacía progresos en lo respectivo a su arte y Jin siempre acudía con una gran sonrisa a su puesto de trabajo con el objetivo de obtener la mayor experiencia posible.
En cierta manera podría decirse que estaban comenzando a ser felices, sin importar el detalle de que esa casa mantenía sobre sus nucas una intranquilidad constante cuando el doctor Kim acechaba sus interacciones con ojos críticos. No podían ser ellos mismos en presencia de este, pero al menos el padre de Seokjin salía varias horas al día para acudir al sanatorio.
Esas horas sin la mirada crítica del doctor eran sus momentos de mayor libertad.
—Supongo que el que me hayas obligado a salir hasta aquí cada día, está teniendo efectos positivos. - Jungkook sonrió mientras con lentitud se movía hasta el cocinero. - Ya no me marea estar aquí fuera. En cierta forma me resulta incluso relajante cuando la brisa es suave de la manera en la que lo es hoy.
—¿Deberíamos comenzar a avanzar? - Jin lo tomó de la mano y lo ayudó a sentarse a su lado. - Quizás un paseo corto por la carretera que pasa por delante de la casa. No iremos demasiado lejos y podrás volver cuando quieras.
—Muy pronto. - Kook cerró los ojos y olisqueó el ambiente imaginando en su mente un lienzo sobre el que plasmar cada sensación. Solo colores vivos llegaban hasta él. - Quizás más adelante. Después de la primavera… ¿Dónde pasarás el verano?
Seokjin bajo la mirada levemente tras acomodarse con su novio en la hamaca que había logrado colocar algunos días atrás. El verano lo pasaría con su madre, o lo que era lo mismo, solo en la casa de su progenitora mientras Dae veía un anime tras otro y el aire acondicionado se estropeaba por el excesivo uso del mismo. Sus veranos eran aburridos desde hace mucho, atrás quedaban los días de piscina con sus amigos. Estaba en sus veinte pero se sentía como si tuviera setenta.
—Lo pasaré en la casa de mi madre. Y… ¿Qué harás tú? ¿Tendrás que volver al sanatorio?
Jungkook suspiró y observó el edificio en la distancia. Definitivamente no quería volver allí, ahora le parecía claustrofóbico incluso cuando en su memoria jamás se sintió del todo mal encerrado en la seguridad de las paredes herméticas. Habían sido muchos años complicados, con días repletos de ansiedad en los que incluso una ventana con vistas al exterior parecía hacerlo sentir que su estómago se revolvía por completo.
—Me quedaré con tu padre aquí, supongo. - susurró. Y Jin frunció el ceño, había captado las miradas que su padre ponía sobre Jungkook y no le agradaba la idea de que se quedasen solos un verano completo. - No es como si realmente tuviera muchas opciones. ¿No crees?
—Ven conmigo entonces. - las palabras salieron solas de los labios de Seokjin.
Su madre no aceptaría a un chico durmiendo con él, ni siquiera aceptaba que tuviera amigos excesivamente cercanos después de descubrir su naturaleza sexual. A muchas personas todavía les costaba entender que si bien a un hombre le puede gustar otro hombre, no se sentirá atraído hacia todos ellos. Pero para sus progenitores la palabra homosexual estaba relacionada a placer sexual, un capricho sucio que destrozaba la imagen de una persona. Y Jin había disfrutado de esa tentación durante años sin pensar en nada más, había llevado muchachos a la casa de su madre, la había retado y había creído ganar hasta ahora. Ella no dejaría que Jungkook pasase un verano entero en esa casa sin destrozar la relación de ambos en el proceso.
Había más que simple sexo ahora, pero él mismo había empujado a su madre a creer que lo único que le importaba de un hombre eran sus dotes en la cama. ¿Cómo podría explicarle que con el pintor era diferente…? Que con Jungkook sentía algo más. Después de todos esos años sumiéndose en discusiones con la mujer que le había dado la vida y mostrando su orgullo de forma errónea, era inevitable que si le presentaba a un novio formal esta pensase que tan solo se trataba de un nuevo chico bonito al que quería en su cama.
—No puedo moverme tan libremente hasta allí Jin, me resultaría imposible. Incluso los somníferos tienen unas horas de límite y no quiero drogarme para llegar a la casa de tu madre. Cuando vaya allí quiero estar atento a cada detalle, ver las calles por las que solías moverte, comer en los sitios que tu disfrutas, visitar el colegio en el que estudiaste… Todavía no puedo hacerlo. Por lo que todavía siento que no quiero ir.
Jin asintió en silencio colocando su mejilla sobre el pecho de Jungkook con tranquilidad. Lo que ahora conversaban era importante, ambos sabían cuáles eran sus límites, lo que podía afectar en un futuro a su relación. Incluso si no se atrevían a mencionarlos en voz alta generalmente. Como el agua hirviendo, solo hace falta observar las burbujas porque en el momento en que pretendas comprobarlo metiendo la mano el daño será inevitable.
Preferían callar que confesar en voz alta todas las cosas que podrían llegar a ser motivo de ruptura entre ambos.
—Jungkookie… - Jin levantó la mirada y posó delicadamente sus labios sobre la barbilla del pintor. - ¿Por qué te gusto? ¿Por qué has decidido empezar algo conmigo si hay tantas cosas a nuestro alrededor que pueden llegar a fallar en un futuro cercano?
Jungkook sonrió.
—Generalmente yo callaba a las personas pero contigo era imposible. Mi falsa faceta de chico malo quedó por los suelos, parecías intocable pero después mostraste dolor. Me gustaste porque vi en ti la fortaleza que yo necesito. Lograste entenderme y me ayudaste a comprender que quizás no merezco sentirme completamente culpable por la totalidad de mi pasado. - sus manos se unieron y ellos entrelazaron los dedos de las mismas. - Además de eso está el sexo. Me gustabas antes de mantener relaciones y cuando las tuvimos me sentí más cercano. En ese momento ya no solo me gustaba tu personalidad sino también tu físico, no es una o dos cosas. Eres tú por completo, me gustas lo suficiente como para querer intentarlo a pesar de que sé que hay muchas cosas que pueden llegar a fallar más adelante.
—¿No fue el sexo el primer motivo? - la voz de Jin sonó tan sorprendida que Jungkook no pudo evitar reír con ganas.
—El sexo no debería ser nunca el primer motivo, no lo fue. Puedo asegurarte eso. - las palabras del pintor se derramaron de forma sincera sobre Seokjin, haciendo que este volviera a sonreír una vez más. - ¿Qué hay de mi? ¿Por qué te gusto?
—Cuando te vi pintar. - dijo Jin al instante. - Eras lindo, sexy e interesante. Todo al mismo tiempo, por eso me decidí a tener sexo contigo. Significa que tampoco fue mi primer motivo. Solía decirle a mi madre que estaba con hombres debido a que el sexo con las mujeres es aburrido pero en realidad contigo entendí que no tiene nada que ver con eso, aunque la verdad es que siempre me he sentido atraído tan solo por hombres. Simplemente me gustan los chicos, me gustaste por tu forma de ser, antes de ver tu cuerpo o besarte. Me gustabas a secas, si bien sé cuál fue el momento en que lo acepte… Aún no puedo recordar cuando empezó el sentimiento. Y después llegó el placer, supongo que los dos decidimos fingir que esa era nuestra única conexión antes de entender de que la presencia del otro es suficiente para que nos sintamos bien.
—Te estás volviendo profundo con el paso de los días. ¿Estoy conociendo al verdadero Kim Seokjin? ¿Al sensible y profundo?
Jin se preguntó a sí mismo durante unos segundos si Jungkook tenía razón. Estaba soltandose más, dejando escapar su verdadera personalidad muy poco a poco… Sin embargo, decir que le estaba mostrando su persona real podría significar que estaba apurando las cosas. Por el momento solo se sentía más cómodo, había demasiado que Kook aún no sabía con respecto a él. Demasiados aspectos que prefería mantener escondidos por la naturaleza egoísta de estos.
—Digamos que simplemente empiezas a conocerme, pero no exageres al respecto.
Los dos se quedaron en silencio hasta que un sonido que provenía del interior de la casa los alertó. El miedo por la presencia de ese asesino a su alrededor aún los hacía mantener el estado de alerta de forma constante.
—¡No! - el grito de Dae los obligó a levantarse a ambos prácticamente al instante, abandonando esa característica charla que habían comenzado.
Seokjin se mantuvo en silencio caminando lentamente hasta el salón. Lo que sus ojos captaron a continuación haría temblar a cualquiera.
Su padre mantenía entre sus manos el cuello de su hermano hasta volver su rostro rojizo por la necesidad de oxígeno. Jungkook fue el primero en avanzar pero fue golpeado duramente en cuanto trató de separar al doctor de Daehyun. Seokjin, aún sin saber cómo reaccionar, observó con cuidado la escena durante casi un minuto hasta que el temblor de sus manos lo empujó a reaccionar. Cuando trató de defender a su hermano menor recibió el mismo golpe que anteriormente su novio había obtenido, sus pies se desequilibraron y su espalda terminó por estrellarse duramente contra el suelo.
—¡Dime lo que te dijo ese paciente! - había comenzado a gritar su padre. Las venas de su cuello se marcaban de una forma amenazante. - Dame la grabadora Dae, por tu bien entregame eso y pide disculpas.
—Suéltalo. - Jin trató de acercarse pero un nuevo golpe le fue propinado.
Todo pareció comenzar a dar vueltas cuando su barbilla recibió el impacto de un puñetazo. Su padre soltó a su hermano menor por unos segundos, sin embargo pronto volvió a sujetarlo y esta vez en lugar de tratar de quitarle la respiración lo golpeó sin reparo hasta que el chasquido de su mandíbula siendo rota resonó en la estancia.
Seokjin buscó ayuda mirando a Jungkook, pero algo le ocurría a este. Tras haber recibido el primer ataque físico de parte del doctor se había quedado quieto, miraba a la nada sumido en algún tipo de pensamiento que el cocinero no lograba captar del todo.
Entonces Dae volvió a gritar por el dolor y lo más inesperado para todos sucedió plagando la mente de Jin con un terror que lo hizo temblar. El chico que se había escapado del sanatorio salió de la nada y abalanzó sobre su padre con una furia apabullante, Jin y Jungkook habían visto esa cara en las noticias en infinidad de ocasiones durante los últimos meses. Nadie se movía, ninguno de ellos decía nada. La sensación de miedo los había vuelto estatuas ante tales acontecimientos. La tarde de primavera tibia ya no era tranquila y amable. Los colores habían desaparecido de nuevo en la cabeza de Jeon Jungkook. Ahora solo veía rojo, el tono de la sangre del doctor mientras era golpeado una vez tras otra por el psicópata.
—Vámonos. - Jin tomó como pudo la mano de Jungkook para obligarlo a caminar y se volvió hacia su hermano. - Dae vamos, no te quedes quieto. Aprovecha que está entretenido.
Las palabras de Jin temblaban por el nerviosismo.
—No. - la negación de su hermano llegó tajante. - Tenemos que sacar a Junhong de aquí.
Seokjin clavó los ojos en su hermano, incrédulo ante tal elección de palabras.
—Vámonos ahora, él no importa. Es un asesino DaeHyun, si no nos vamos acabará con nosotros. Sus fotos están por toda la ciudad, la gente sabe lo que hizo. ¿Cómo es posible que quieras ayudarle?
—Hay asesinos presos con crímenes menos crueles que los de nuestro padre. Él es el verdadero psicópata.
Antes de poder responder un grito diferente resonó en la casa. JunHong estaba tirado en el suelo y el doctor lo molía a golpes, haciendo que de su boca brotasen hilos de sangre interminables.
—De..ja...a...Dae… - las palabras de Zelo eran lentas, parecía no lograr formar la frase por mucho que lo intentaba pues los golpes no cesaban. DaeHyun trató de alcanzarlo, estaba viendo como el chico que había comenzado a amar sufría una brutal paliza.
Pero Seokjin lo detuvo, aún sosteniendo a Jungkook con el brazo alrededor de los hombros de este. No podía permitir que su hermano sufriera daños por lo que estaba ocurriendo, no sabía que el peor daño llegaría más tarde, el dolor más fuerte. Después de eso las cosas que parecían no poder empeorar, lo hicieron. Ese día su padre se convirtió en un asesino y Dae perdió a su primer amor sin poder hacer nada al respecto.
JonHung murió protegiendo a alguien que amaba y el mundo seguiría pensando que era un vil sanguinario.
—Vámonos ahora. - las lágrimas caían por el rostro de Jin mientras intentaba obtener respuesta de su hermano y de su pareja. Los dos chicos estaban en shock mientras su padre seguía descargando ira sobre el cuerpo, ahora inerte, del muchacho. - ¡Tenemos que irnos!
Kim Seokjin ni siquiera supo de dónde había sacado la fuerza, pero un segundo después de gritar se encontró a sí mismo empujando hacia el exterior de aquella casa a su novio y a su hermano pequeño. La adrenalina y el pánico cruzaban su garganta sumiendolo en el dolor más intenso.
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Hii!!
Nuevo capítulo de Agorafobia.
Espero que os haya gustado, como siempre os digo no dudéis en dejarme saber vuestras opiniones y teorías sobre la historia.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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