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Capítulo 22

Jungkook se acercó a la ventana y suspiró mientras escuchaba las indicaciones de Sehun, quien jugueteaba con la mezcla de colores cálidos a unos centímetros de él. En el exterior las ramas de los árboles continuaban moviéndose debido al viento incesante, creando silbidos que se habían convertido poco a poco en una melodía rutinaria para sus oídos. El sonido del bosque era en ocasiones tan aterrador como la idea de tener que recorrerlo.
Aún se sentía nervioso por lo que había pasado esa tarde, sin embargo en medio de todo todavía residía en su pecho una pizca de felicidad. Salir al jardín y permitir que Seokjin lo ayudase, incluso tras prometerse a sí mismo que no caería en un juego así, no había sido tan malo como pensaba. Mantenía en su memoria el abrazo que este le dedicó y en especial su familiar calidez, esa que lo había envuelto por completo ayudándole a avanzar incluso cuando sus piernas temblaban. Se sentía más que simplemente atraído por el cocinero, esa era la razón principal por la que no quería seguir con la relación sin compromiso que hasta el momento habían mantenido. Era estúpido pensar en Jin como algo más y aún así la idea llegó a su cabeza al creer que el chico se sentía de la misma forma.
Nunca imaginó que realmente no podría acercarse con cariño a él, o tan siquiera besarlo así porque sí. Sin pedir permiso o estar sumidos en el sexo. Pero lo cierto era que en la última semana su contacto se había reducido por culpa de los actos inmaduros de ambos, demasiado orgullosos como para definir de una maldita vez qué era eso que los dos parecían sentir cuando compartían tiempo.

—Jungkook. - se giró levemente hacia su profesor, lo único que libraba su mente de la culpabilidad era la pintura. Esas clases lo ayudaban a seguir con su estrategia de mantenerse alejado del cocinero, ya no solo debido a todo lo que había estado ocurriendo sino también en consecuencia de las miradas que recibía por parte del padre de este. - Ven aquí, vamos a intentar darle color a tus dibujos.

—¿Por qué todos os empañais en que me aleje del blanco y negro? - Sehun sonrió y se echó el cabello hacia atrás. Ese gesto captó su atención al instante, había ciertas cosas que el maestro de pintura y Jin compartían. La primera de ellas era la altura y la segunda esa mirada fría que lograba ser cálida a la vez cuando su dueño así lo pretendía. - Realmente me gustaría seguir con mi estilo.

Sehun sonrió levemente y posó la paleta con todos los colores mezclados sobre la mesita que el doctor les había facilitado. Se acercó al lienzo de Jungkook y pegó con celo una tarjeta sobre la esquina superior del mismo.

—¿Qué pone ahí Jungkook? - dijo cruzándose de brazos. El gesto era cálido pero de nuevo su mirada parecía ilegible.

—Realismo, atardecer dorado. - leyó en alto el pintor.

—Como ya te mencione ayer, no tengo ningún problema con los colores oscuros o el blanco y negro pero hay ciertas lecciones o épocas de la pintura en las que determinados tonos destacaban sobre otros. ¿Lo comprendes?

—Lo hago. - sus palabras eran cortas pero suficientes. Todavía no sentía confianza con Sehun y además estaba tratando de mostrarse respetuoso, pues quería obtener el lugar en esa universidad como fuese.

Tomó algunos de los pinceles y se permitió cerrar los ojos para imaginar la escena de un atardecer, hacía demasiado tiempo que no disfrutaba de una puesta de sol real. Ver el cielo anaranjado confinado en su habitación del sanatorio nunca había sido ni meramente similar al que la naturaleza ofrecía. Hace años, su hermano lo despertaba cada veintiuno de Marzo para subir al monte y disfrutar de una tarde en el campo, la tradición era quedarse hasta que el sol se pusiera. Ver el primer atardecer primaveral del año juntos. Echaba de menos todo eso, echaba de menos tener a su hermano mayor y todo lo que hacían juntos a pesar de las fuertes peleas producidas por las bromas pesadas.

Sostuvo con más fuerza el pincel y lo acercó al lienzo en blanco, comenzando a dibujar aquella escena que su memoria cansada todavía recordaba. Necesitaba verlo de nuevo pero temía que el dibujarlo derivase en un enorme dolor emocional, como en otras ocasiones le había ocurrido. Dibujar un recuerdo requería obligarle a la mente a tomar demasiados detalles del pasado. Pero siguió pintando de todos modos, con la mirada de Sehun clavada en él.

—Bien. - su profesor sonrió. - Parece que tienes claro lo que quieres dibujar. - dijo observando las montañas teñidas de verde y amarillo que Jungkook estaba terminando de perfilar. - Sigue con eso, puede que tu fuerte sean los paisajes coloridos, aunque no lo sepas todavía.

Kook asintió y sonrió al notar como su atardecer comenzaba a obtener forma. Los recuerdos escalaban por su mente de forma inevitable, momentos preciosos que se había obligado a alejar. Una vez su familia estuvo unida. Una vez fueron fuertes y felices.

—¿Interrumpo? - la voz de Jin lo sacó de sus pensamientos. Estaba entrando en la casa tras pasarse horas en el jardín con los auriculares y un libro, a pesar del viento el cercano final del invierno les regalaba un poco de sol últimamente.

Sehun sonrió, a veces Jungkook llegaba a preguntarse cómo era posible que se mostrase serio y amable al mismo tiempo. Esa característica lo cautivaba, como lo había cautivado el mismo comportamiento en Seokjin cuando llegó por primera vez a esa casa. Los primeros días sólo recibió ceños fruncidos, pero después entendió que en su seriedad también existía amabilidad y preocupación natural. Jin vivía estresado la mayor parte del tiempo y eso provocaba que a menudo sus respuestas o frases se hallasen repletas de un tono cansado que nada tenía que ver con el resto, sino con las propias circunstancias que envolvían la vida del hijo del doctor Kim.

—No lo haces, es tu casa. - contestó Jungkook con frialdad fingida, volviendo a centrarse en la pintura.

Escuchó la sonrisa de Jin y los pasos de este acercándose. Sus manos comenzaron a sudar tan pronto como notó la mano del cocinero sobre su baja espalda, aprovechando la tela fina de su camiseta para acariciarlo con evidencia.

—Estás usando colores Jungkookie. - Jin sonrió y acercó su boca al oído del pintor. - Que pecado, creí que sólo los usabas conmigo bebe.

—Vete. - de nuevo las palabras eran frías pero el juego de Seokjin lo atraía. Sabía que Sehun los estaba mirando y probablemente juzgando, no le importaba. Jin podría acercarse todo lo que quisiera, mientras no fuesen los ojos del padre de este esos que los observaban.

Jin movió la mano un poco más hacia arriba tratando con delicadeza la espalda de Jungkook, quien siempre se sentía tenso por las extensas jornadas de pintura.

—¿Te duele? - preguntó el cocinero, haciendo que el pincel casi le resbalara de las manos al pintor.

—Un poco. - susurró, entendiendo el juego y cayendo encantado, de nuevo, en la trampa de Kim Seokjin.

Jin sonrió ampliamente y se apartó durante unos segundos para admirar la preciosa imagen que Jungkook estaba creando, con todos esos colores cálidos mezclados para formar el paisaje de una montaña. Estaba inseguro sobre si podría llegar a algún lado con todo eso, pero lo cierto es que se había pasado las horas de la tarde pensando en las manos del pintor y en lo mucho que echaba de menos ser tocado por él en los lugares más insospechados. Se negaba que lo echaba de menos incluso si lo hacía, quería la compañía de este y era el momento adecuado para aprender a aceptarlo.

—¿Sehun, verdad? - dijo Jin, con timidez sincera mientras miraba al maestro. Este asintió. - La cosa es que a Jungkook le duele la espalda con facilidad cuando lleva tiempo pintando. Tendré que ayudarle con eso si no te importa.

Sehun asintió sin prestar demasiada atención a esos dos muchachos, tenía sus propias historias personales en la cabeza como para fijarse en esa pareja. Sus problemas amorosos lo destrozaban continuamente, por lo que no se interpondría entre los dos muchachos habiendo captado ya desde hace días las miradas cómplices entre ambos. Incluso cuando peleaban parecían unidos por un cordón invisible. Por lo que siguió pintando y haciendo mezclas de colores mientras Seokjin le quitaba la camiseta a su alumno.

—Papá no está en casa. - informó Seokjin. - y Dae no saldrá de su habitación en un buen rato. Me ha mencionado que tiene mucho que estudiar.

Jungkook asintió con nerviosismo, notando como Jin comenzaba a posar besos tibios sobre su nuca mientras masajeaba su espalda. Era increíble lo bien que podía sentirse aquello incluso cuando una persona se encontraba sentada a unos centímetros de ellos dos.

—Sehun... - Jungkook forzó una sonrisa al ver como Jin ponía de nuevo su atención sobre el maestro. - ¿Tienes algo en contra de los homosexuales? - el profesor tragó saliva centrándose en su pintura - ¿Te molestan? Porque a mí padre sí o al menos eso es lo que siempre se empeña en decir, y si viese el más mínimo contacto entre nosotros dos... - dijo Jin señalando primero a Jungkook y después a sí mismo. - Me mataría a golpes, no tengo duda alguna.

—No tienes que contestar. - argumentó Jungkook sintiéndose avergonzado y alzando su mano para pellizcar la piel del brazo derecho de Jin que descansaba alrededor de su pecho. La actitud de Seokjin era casi territorial, sólo le faltaba gruñir. Jamás le habían gustado los celos. - Estoy siendo completamente honesto con esto, relaja ese comportamiento tan absurdo.

Sin embargo, las manos de Jin lo distrajeron de nuevo. Notaba como el cocinero acariciaba y masajeaba cada zona adolorida de su espalda. Estaba dejándose hacer porque no quería seguir discutiendo, se sentía cansado de mentir y tratar de lastimar a Seokjin con tal de alejarlo. Aunque sabía que no dejaría morir ese tema, los celos jamás llevaban a un buen lugar y no estaba dispuesto a permitir que las inseguridades de Jin lo arrastrasen hacia un lugar equivocado.

—No podría tener nada en contra de los homosexuales, no mientras tengo en mi cabeza a un chico constantemente. - sonrió cálidamente, comenzando a lavar sus pinceles sin prisa. - Puedes estar tranquilo, desde el primer día sé que vosotros dos compartís algo. Es vuestra vida, no tengo el derecho de contárselo a nadie.

Jin asintió tomando en cuenta la respuesta del maestro y pasó sus manos por el pecho de Jungkook, abrazando a este desde atrás. Quizás su comportamiento había resultado confuso, tal vez solo quiso abrazar a ese muchacho que había tenido lejos durante una semana cuando la oportunidad de hacerlo apareció.

—¿Y podemos saber quién es ese chico? - Seokjin estaba usando su voz embaucadora, Jungkook podía derretirse tan sólo escuchándolo. Incluso cuando no le hablaba directamente.

—¿Podéis? Ni siquiera sé si yo puedo. - se limpió las manos y suspiró profundamente. - Digamos que él no acepta su condición sexual.

Tanto Jungkook como Jin se tomaron un segundo para mirarse, la conversación había tomado un giro diferente pues ahora Sehun parecía a punto de estallar en lágrimas. Algo que ninguno vio venir.

—Es difícil entonces, me imagino. - a pesar de que seguían abrazados, Jin ya no acariciaba a Jungkook tan abiertamente. Se mostraba serio ante la acuosa mirada de Sehun.

—Eso me da igual, sé que quiere estar conmigo a pesar de que no se atreve a mostrarle al mundo quién es. Lo que me duele es que yo lo he rechazado tantas veces que ahora que ya no lo intenta, lo echo de menos. ¿No es eso lo que os pasa a vosotros también? Lleváis toda la semana discutiendo y a veces parece que buscáis la mínima excusa para compartir palabras. - los había observado viéndose reflejado en la actitud de ambos. - Me daba la sensación de verme en vosotros cada vez que soltabais un insulto.

Fue aquel uno de los primeros instantes en los que el pintor y el cocinero percibieron que lo estaban haciendo todo mal. No se dijeron nada, no compartieron sus pensamientos, sin embargo ambos sentían miedo de acabar dañados por sus propias decisiones. Jin fue tal vez el primero en tragar saliva y bajar la mirada avergonzado, ante sus ojos estaba alguien arrepentido a la par que triste. No quería verse así más adelante por no permitir al amor atravesar las altas barreras que siempre ponía alrededor de su vida.

Jungkook lo notó, había un cariño entre ellos que pocos comprenderían. Solo se conocían de unos meses, eso no era amor pero quizás habían cometido un error al asociar la atracción entre ambos a un simple capricho de adolescentes solitarios y necesitados. La atracción significaba algo, estaba ahí y no había llegado para marcharse, porque por muchas veces que se acostasen seguían queriendo más. Daba igual los besos que compartieran, nunca se cansaban de la dulce sensación del roce de sus suaves labios unidos.

—Jin. - Jungkook se giró y lo atrajo hacia su cuerpo. - ¿Por qué no podemos intentarlo?

—¿A qué te refieres? - Seokjin lo miró a los ojos, sintiéndose por algún motivo pequeño a su lado. - ¿U.. Una relación o…

—Una relación. Sabes que yo quiero algo más allá del sexo. Intenta concederme eso durante al menos este mes, a cambio trabajaré más con tu padre para curarme.

Jin sonrió sin poder evitarlo.

—Eso es doble beneficio, ¿qué obtendré yo a cambio? - bromeó el cocinero escondiendo su frente en el hueco del cuello del pintor. - No necesito que trabajes más con mi padre para curarte, creo que hay algo de él hacia a tí que no termina de cuadrar. Solo necesito que me ayudes a expresarme de vez en cuando, y que seas paciente.

¿Le gustaba Jungkook? No lo sabía, no tenía nada claro, pero no quería perderse cosas por culpa de las inseguridades con las que había cargado toda su vida. Necesitaba aprender a arriesgarse y tal vez Jeon Jungkook era la opción correcta para empezar un nuevo estilo de vida. Ambos podrían apoyarse el uno en el otro para ayudarse mutuamente.

—Obtendrás un novio. - Jungkook posó sus manos sobre la espalda de Jin y sonrió al notarlo reír tiernamente. Esos gestos tan poco comunes eran los que habían captado desde el primer instante su atención. - Cuadros coloridos... Mmm... ¿Y sexo del estilo que quieras todas las noches?

—Eso suena bien, supongo que puedo intentar lidiar con la tortura de ser tu novio por un mes. - respondió finalmente el cocinero, sin atreverse a mirar a Jungkook a los ojos. Las cosas habían sido tan precipitadas, ni siquiera podría haberse imaginado acabando el día siendo novio de Jeon Jungkook.

Suspiró avergonzado y alzó la cabeza buscando los labios del que ya podía ser nombrado como su pareja. Sehun sonrió y tomó el teléfono, antes solía estar lleno de llamadas perdidas de Baekhyun pero ahora solo recibía mensajes de publicidad de vez en cuando.

—Enhorabuena chicos. - sonrió y tomó su maletín. - Puedes tomarte el resto de la clase libre Jungkook. Parece que necesitáis tiempo a solas.

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Holii!!!

Un capítulo más porque me ha dado tiempo y me apetecía mimaros. Espero que os haya gustado baes.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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