Con su carácter independiente y su perspectiva singular, a menudo discrepaba con las sugerencias de Garret y Alison en lo que respecta al manejo de su carrera. A pesar de su disposición a seguir sus directrices, Jennie siempre desempeñaba un papel activo en la toma de decisiones relacionadas con la publicidad. Su implicación no solo formaba parte de su proceso de rebranding y los escándalos asociados a su relación con Lisa, sino que también reflejaba su profundo compromiso con su imagen pública y su deseo de mantener un control creativo sobre su trayectoria profesional.

El cambio de Jennie no solo representaba una evolución personal, sino también una protesta audaz contra los ridículos estándares de la industria del entretenimiento y cómo estos contribuían a la infelicidad de muchas personas. Demostraba una y otra vez que una estrella del cine, la música o la comunicación no debía estar encadenada a un estilo o una línea específica a lo largo de su carrera, especialmente cuando esta era la tradicional y convencional. Jennie desafiaba la noción de que la autenticidad y la versatilidad de un artista debían ser sacrificadas en aras de la consistencia superficial. Su cambio era un llamado a la libertad creativa y a la aceptación de la diversidad en la expresión artística, inspirando a otros a seguir su ejemplo y a abrazar su singularidad sin miedo al juicio de los demás. En un mundo donde la presión por encajar en moldes preestablecidos era abrumadora, Jennie se convertía en un faro de autenticidad y valentía, iluminando el camino hacia una industria del entretenimiento más inclusiva y comprensiva.

Ella estaba plenamente consciente de la importancia de hacer una transición cuidadosa en su carrera, pues comprendía que una mala ejecución podría dejar una mancha imborrable en su imagen pública. Afortunadamente, contaba con el sólido respaldo de Alison, quien siempre había estado a su lado brindándole apoyo incondicional, especialmente en momentos de cambio y transformación. Aunque Garret inicialmente mostró resistencia e incluso se comportó de manera poco comprensiva cuando se mencionó la posibilidad de un cambio, eventualmente comprendió la visión de Jennie y la importancia de adaptarse a las nuevas demandas del mercado. Con su precisión y vastos conocimientos, así como sus valiosos contactos en la industria, Garret se convirtió en un aliado invaluable para materializar la transición de Jennie con éxito. Juntos, formaron un equipo comprometido en llevar a cabo el cambio de manera estratégica y sin contratiempos, asegurando que cada paso que dieran estuviera cuidadosamente planeado y ejecutado para salvaguardar la reputación y la carrera de la actriz.

Para Jennie, lo fundamental era establecer que su verdadero brillo provenía de su talento y no de los elementos que la rodeaban. Reconocía que su valía como actriz residía en su habilidad para encarnar personajes y transmitir emociones de manera auténtica, más allá de cualquier otra consideración superficial. Su destreza en expresar la tristeza, por ejemplo, era tan sobresaliente que eclipsaba cualquier aspecto de su vida personal o controversias mediáticas. Jennie estaba decidida a demostrar que su valía como artista no dependía de su apariencia en una revista o de los escándalos que pudieran rodearla; su verdadero talento brillaba en el escenario, donde su capacidad para conmover al público y dar vida a los personajes era inigualable.

Para ella, participar en una obra de teatro y dejar una impresión duradera en el público con su actuación era lo esencial, independientemente de quién estuviera detrás de escena. Jennie se esforzaba por destacar en su oficio, buscando trascender cualquier distracción mediática y enfocarse en lo que realmente importaba: su arte. Su determinación por consolidarse como una verdadera estrella basada en su talento y dedicación era un testimonio de su compromiso con la excelencia artística y su firme creencia en el poder transformador del teatro y el cine.

La vida personal de Jennie nunca estuvo destinada a formar parte de la maquinaria de rebranding que rodeaba su carrera, pero, no podía ignorar los beneficios que esto conllevaba, especialmente el interés morboso que despertaba que todos conocieran a la persona que la enamoraba. A pesar de las circunstancias, su comportamiento nunca fue verdaderamente problemático; nunca había sido violenta sin provocación en la calle. Aunque no justificaba sus acciones en Puerto Rico, podía decirse con certeza que Jennie no era una persona violenta por naturaleza.

En la famosa reunión, habían acordado una estrategia promocional para la nueva línea de Cartier de la temporada. Este acuerdo representaba una oportunidad emocionante para Jennie, no solo como una celebridad asociada a una marca de renombre, sino también como una oportunidad para deslumbrar al público con su estilo y elegancia. La colaboración con Cartier no era más que resaltar lo maravillosamente bien que ella se veía posando y lo icónico que era, ella representaba mucho en el mundo de la moda y la joyería, por lo que, prometía mucho.

La colaboración con Cartier era un testimonio del estatus de Jennie como un ícono de la moda y la belleza, y su participación en la promoción prometía generar un gran impacto en el mundo de la moda y el lujo.

Para Jennie, trabajar con marcas de renombre como Cartier no era algo nuevo o extraordinario; ya había tenido experiencias previas tanto colaborando con la marca junto a otros actores y cantantes, como en proyectos individuales. Sin embargo, esta vez, la colaboración tenía un significado especial.

El lanzamiento de su OnlyFans había sido una idea que surgió de manera improvisada y tardía. Aunque al principio Garret se mostró reacio ante la idea, no pasó mucho tiempo antes de que Jennie lo persuadiera para que aceptara. Aunque Garret era simplemente su empleado, Jennie valoraba profundamente su opinión y experiencia profesional. Reconocía la importancia de tener en cuenta sus consejos para evitar cometer errores graves.

El hecho de que Jennie considerara la perspectiva de Garret antes de tomar decisiones importantes resaltaba su compromiso con su carrera y su deseo de hacer las elecciones correctas.

El revuelo causado por el video inundaba todas las conversaciones, dejando a la gente especulando sobre lo que sucedería a continuación, justo antes de la esperada premier de la película. Entre el público, había quienes solo asistían movidos por la curiosidad morbosa que les provocaba el video, alimentando aún más la expectación en torno a Jennie y su situación.

La pregunta sobre si Jennie continuaría haciendo videos era tema de debate constante en las redes sociales, donde se le ofrecían sumas astronómicas por contenido personalizado. Mientras tanto, algunos curiosos intentaban encontrar las redes sociales de Lisa, mientras que otros la criticaban y lanzaban insultos sin fundamentos.

La mezcla de interés, especulación y polémica creaba un ambiente cargado de expectación tanto para los seguidores de Jennie como para los espectadores ocasionales que se veían atraídos por la controversia. Como cuando su última película se proyectaba en la pantalla, el mundo virtual seguía bullendo con rumores, comentarios y opiniones encontradas sobre el futuro de Jennie y el impacto del video en su carrera y vida personal.

A pesar del escrutinio público, Jennie se mantuvo firme en su determinación de seguir adelante con su vida y su carrera. No permitiría que los rumores o la atención no deseada la detuvieran en su camino hacia el éxito. Centrada en su próximo paso, continuaba con su itinerario y compromisos, decidida a no dejar que las distracciones externas afectaran su enfoque.

El día de descanso que compartió con Lisa fue una experiencia maravillosa para Jennie. Aunque valoraba profundamente la compañía y el afecto de la rubia, también disfrutaba plenamente de la intimidad física que compartían.

Después de su encuentro caliente, se sentaron juntas en el sofá con la intención de ver una película, pero poco o nada importaba lo que había en la pantalla porque Jennie se pasó todo el rato masturbándola mientras esta gemía y jadeaba suavemente, acompañada de pequeños gruñidos, olvidando por completo la película que habían planeado ver.

Rato después de lo que pasó en el sofá, el hambre las llevó a la cocina, donde Jennie tomó la iniciativa de preparar unas quesadillas para saciar su apetito. Mientras ella estaba con las manos ocupadas, Lisa se acercó por detrás, presionando su erección contra el trasero de la actriz, buscando provocarla.

Pero parecía que quien no podía resistirse era ella porque la levantó y la colocó sobre la encimera y se comió su coño como si tuviera hambres, olvidando por un momento las quesadillas y la mayor no tuvo de otra que disfrutarlo.

Después de que la dejara completamente satisfecha, se sentaron juntas para disfrutar de la comida que Jennie por fin había preparado. Y bien, el calor sofocante de California hacía que fuera imposible resistirse a la tentación de desnudarse, y pronto se encontraron liberándose de sus ropas para refrescarse.

El atardecer encontró a Jennie y Lisa con la intención de refrescar sus cuerpos en la piscina, pero rápidamente esa frescura se convirtió en otra cosa, con otras intenciones.

Se empezaron a besar, salvajemente, con sus cuerpos pegados y excitados, metidos en el agua, incluso Lisa pudo haberla penetrado allí mismo, pero se abstuvo para no hacerle daño.

Mejor se acercó a la nevera en busca de algo para beber, pero Jennie la siguió de cerca con un propósito diferente en mente. Ella se arrodilló frente a Lisa y tomó la mermelada de fresa, utilizando sus manos y su boca para cubrirle erección con la dulce sustancia antes de saborearla.

Eran dos almas pervertidas que se complementaban perfectamente, disfrutando de sus momentos a solas.

Entonces el día siguiente aguardaba nuevas experiencias para ambas. Para Lisa significaba tener tiempo libre al día siguiente. Sin embargo, para Jennie, ese día traía consigo uno de los compromisos más importantes. Era el día de la sesión de fotos para la nueva Colección Blood Passion de Cartier.

Aunque este tipo de sesiones fotográficas eran rutinarias para Jennie, esta vez había un ingrediente adicional: Lisa. La presencia de Lisa agregaba un elemento emocionante y personal a la experiencia. Juntas, crearían una nueva dimensión de belleza y elegancia que complementaría perfectamente la exquisita joyería.

La colaboración entre Jennie y Lisa prometía infundir un aire fresco y vibrante a la campaña, capturando la esencia del amor en todas sus formas. La conexión entre ellas se reflejaría en cada imagen, añadiendo una profundidad y autenticidad únicas a la colección. Para la actriz, esta sesión fotográfica no solo era una oportunidad para lucir las deslumbrantes piezas de Cartier, sino también una celebración del amor que compartía con Lisa, elevando el significado de la experiencia a un nivel completamente nuevo.

Después de su íntima aventura en casa y de cuidar de la dulce Jubilee, Jennie y Lisa se dirigieron al estudio para la sesión de fotos programada.

Juntas.

Al llegar al estudio, fueron recibidas por todo el equipo de producción, listo para comenzar el día de trabajo. Jennie y Lisa entraron de la mano, una imagen que reflejaba demasiada sensualidad. Llegaron justo a tiempo, preparadas para compartir este tipo de experiencias juntas.

Olivia, la mente maestra detrás de la campaña, tenía una visión artística única y no convencional para la sesión de fotos. En lugar de optar por vestimenta extremadamente elegante, se inclinó por un enfoque más contemporáneo y provocativo.

Para Jennie y Lisa, eligió una combinación audaz y sofisticada: pantalones negros de Ermenegildo Zegna, contrastados con camisas blancas de la marca Sang de Lys. Esta elección no solo resaltaba la elegancia atemporal, sino que también agregaba un toque un poco spooky y hasta se podría decir que, hasta juvenil.

Sang de Lys era conocida por su estilo único y distintivo, especialmente por su habilidad para crear diseños que simulaban manchas de sangre en la ropa blanca. Esta característica añadía un elemento de provocación y drama a las camisas blancas, elevando el impacto visual de la vestimenta y complementando la visión artística de Olivia para la sesión de fotos.

Después de seleccionar la vestimenta adecuada, el siguiente paso era el maquillaje y el peinado. Para complementar el estilo elegante y contemporáneo de las prendas, optaron por un look "wet-look" en ambas, haciendo que sus melenas lucieran relucientes y perfectamente esculpidas para la ocasión. Este estilo añadía un toque de modernidad y sofisticación a su apariencia, complementando a la perfección la visión artística y conceptual.

El maquillaje aplicado era simple pero impactante. Se utilizó una base ligera para unificar el tono de la piel, seguida de un toque de polvo para fijar el maquillaje. Las pestañas se realzaron con máscara para darles volumen y longitud, mientras que los labios se destacaron con un simple gloss para un acabado natural y brillante.

Una vez que estuvieron listas con el maquillaje y el peinado, les colocaron la ropa exactamente como debía ir, asegurándose de que cada detalle estuviera impecable. Con todo en su lugar, comenzó la verdadera experiencia.

Para Lisa, la idea de participar en una sesión de fotos tan importante era un desafío emocionante pero también intimidante. Aunque estaba acostumbrada a tomarse fotos de manera profesional, nunca había estado involucrada en algo de tanta relevancia y magnitud. La presión y la expectativa pesaban sobre sus hombros, y sentía un nudo en el estómago ante la idea de enfrentarse a este nuevo escenario.

Sin embargo, la confianza y seguridad de Jennie fueron un bálsamo reconfortante para Lisa. Jennie la tranquilizó con palabras de aliento y apoyo, asegurándole que juntas serían imparables y que nada podría detenerlas de hacer historia juntas.

Pero para Jennie, la importancia de esta sesión de fotos iba más allá de lo superficial. Para ella, esta colaboración con Lisa representaba mucho más que una oportunidad para lucirse frente a la cámara.

Estaban listas, listas para brillar.

Se trataba de piezas exclusivas y significativas, elaboradas con los más finos materiales y cuidadosamente diseñadas para capturar la esencia de una relación muy intensa.

Los tres tipos de oro que adornaban las joyas simbolizaban la solidez y durabilidad de su amor, reflejando la diversidad y la riqueza de sus experiencias compartidas. El oro blanco representaba la pureza y la claridad de sus sentimientos, el oro rosa simbolizaba la pasión y el romance que compartían, mientras que el oro dorado era un recordatorio del brillo y la luminosidad de su unión.

Pero lo más significativo eran los rubíes incrustados en las joyas, especialmente la gota hecha con un rubí que representaba la sangre que bombeaban sus corazones con el latido de su amor.

Después de la colocación de las elegantes cadenas alrededor de sus cuellos, la sesión de fotos dio inicio. Con las camisas ligeramente abiertas, mostrando con elegancia sus cuellos perfectamente esculpidos, Jennie y Lisa se prepararon para posar frente a la cámara.

Siguiendo las indicaciones del equipo de producción, ambas colocaron sus manos a los lados de sus cuellos, justo en la parte superior cerca de las orejas. De pie, se enfrentaron una a la otra, con las miradas. El camarógrafo tomó posición con la cámara en un plano picado, capturando la escena desde arriba para resaltar las exquisitas joyas que adornaban sus cuellos y realzar la intensidad de su mirada.

Los ojos de Jennie y Lisa irradiaban belleza y emoción, reflejando las luces suaves y brillantes del estudio mientras seguían con gracia las indicaciones del equipo de producción. Todo mundo podía sentir las buenas vibras que habían entre ellas, era demasiado tierno ver cómo se miraban.

Para la siguiente, siguiendo las indicaciones del equipo de producción, Lisa se arrodilló con elegancia mientras Jennie se colocaba detrás de ella. Con delicadeza, Jennie envolvió sus brazos alrededor del torso de Lisa, entrelazando sus dedos con suavidad mientras dejaba descansar su barbilla en el hombro de la rubia. Lo hermoso de esta posición era mostrar un lado un poco más vulnerable en Lisa desde el yugo del cuidado de la actriz, pero de manera más física.

Para esta toma particular, el equipo de producción decidió aplicar un plano contra picado desde el lateral de abajo, añadiendo una perspectiva única y visualmente interesante a la escena. Esta vez recibieron la instrucción de moverse lentamente, permitiendo que cada movimiento reflejara la dulzura y la ternura de su conexión.

Mientras Jennie deslizaba su mejilla suavemente contra el cuello de Lisa, esta volteaba la cabeza hacia el hombro donde Jennie estaba apoyada, creando un momento íntimo y emotivo. La suavidad de los movimientos y la intensidad de la mirada entre ellas transmitían una sensación de calidez y amor, capturando la esencia misma de su relación.

El objetivo principal de la sesión era capturar la belleza y la elegancia de las joyas que adornaban los cuellos de Jennie y Lisa, pero la sensualidad con la que se disfrutaban mutuamente añadía un nivel adicional de magnetismo a cada toma. Mientras se movían con gracia y se perdían en el momento, era evidente para todos en el set que su conexión era genuina y palpable.

Después de algunas tomas más centradas en los detalles de sus cuellos, el enfoque se desplazó hacia otras partes de su anatomía. Se hicieron tomas separadas, cada una destacando diferentes atributos físicos. Desde la hermosa clavícula de Lisa hasta el cuello sensual de Jennie.

Esa hermosa clavícula de la tailandesa incluso fue alagada por algunas personas, ella irradiaba una sensualidad muy dominante, extrovertida y con mucha presencia, mientras que Jennie era un símbolo sexual y un icono en cuanto a su belleza se trataba. ¿Cómo era posible esa figura tan poderosa y concretada?

Sentadas en un pequeño sofá gris, adoptaron una posición relajada y desenfadada, con las manos a la vista para destacar los hermosos anillos de la colección que lucían. A su alrededor, luces adicionales en tonos rosados enfocaban sus manos, añadiendo un toque de misterio y seducción a la escena.

El equipo de producción comenzó a capturar las imágenes, y Jennie y Lisa se esforzaron por mantenerse quietas mientras posaban para la cámara. Con cada disparo, cambiaban ligeramente de posición, manteniendo las manos en primer plano para asegurarse de que los anillos fueran el centro de atención en cada toma.

Si bien estaban siendo guiadas, ellas mismas y sobre todo Jennie, sabían como moverse. Moverse para resaltar la gran energía que desplegaban juntas.

Era demasiado hermoso, demasiado contundente, parecía un hermoso cuadro que quisieras poner en la sala de tu casa, una valla publicitaria en el centro de la ciudad, la sensualidad hecha una pareja.

Al concluir la sesión, el equipo había capturado una amplia variedad de fotografías, centrándose en mostrar tanto a Jennie como a Lisa juntas, así como en tomas individuales que resaltaban la belleza y elegancia de cada una. La cámara había inmortalizado momentos de complicidad, risas y miradas cómplices entre ellas, dejando en claro la conexión especial que compartían.

Se habían tomado numerosas imágenes, desde ángulos en primer plano que destacaban cada detalle de sus rostros hasta tomas en plano medio corto que las mostraban en toda su magnificencia, sin perder de vista la exquisita joyería que lucían. Cada fotografía había sido cuidadosamente compuesta para resaltar tanto la belleza de las modelos como la elegancia de las piezas de joyería de Cartier que las adornaban.

El resultado era una colección de imágenes que capturaban la esencia misma de la sesión: la unión de la belleza, la elegancia y la complicidad entre ellas, junto con la exquisita artesanía de las joyas.

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Después de la sesión de fotos, lo que seguía en el itinerario de Jennie para ese día era aún más especial, pero encontrar las palabras adecuadas para explicárselo a Lisa resultaba un desafío. Aunque Jennie tenía la certeza de que Lisa la apoyaría en cualquier cosa que viniera a continuación, expresar la magnitud de su gratitud y amor era algo que le resultaba difícil de poner en palabras.

Afortunadamente, ambas fueron recibidas con calidez y profesionalismo en el set dirigido por Olivia. La directora del proyecto no solo admiraba el talento y la dedicación de Jennie en su carrera artística, sino que también celebraba profundamente su relación con Lisa. Para Olivia, la conexión entre Jennie y Lisa trascendía el ámbito profesional y se convertía en una inspiración, una manifestación de amor y autenticidad que iba más allá de las cámaras y las luces de Hollywood.

La actriz se sentía profundamente agradecida por el apoyo incondicional tanto de Lisa como de Olivia.

Después de la sesión de fotos, Jennie y Lisa decidieron ir a almorzar juntas en algún lugar cercano antes de continuar con lo que Jennie tenía planeado para ellas. Mientras disfrutaban de su comida, Lisa no pudo resistir la curiosidad y preguntó a Jennie si al menos le daría una pista sobre lo que les esperaba.

Entre risas, Jennie tomó un sorbo de su bebida y respondió enigmáticamente que no daría pistas, pero aseguró a Lisa que seguiría siendo trabajo. Ante la confusión de Lisa, Jennie simplemente sonrió con picardía, dejando entrever que había algo más detrás de su sorpresa.

"¿Tu sorpresa es trabajo?", preguntó con cara de incredulidad.

La castaña le devolvió la mirada con algo de burla. "Claro", respondió, sin revelar más detalles, pero dejando a Lisa aún más ansiosa por descubrir qué les deparaba el resto del día.

El momento que Jennie había estado esperando finalmente llegó, y su emoción se intensificaba al anticipar la reacción de Lisa ante lo que tenía preparado para ellas. Jennie se preguntaba si a Lisa le gustaría, si estaría igual de emocionada que ella y si incluso querría repetir la experiencia. A pesar de todas estas expectativas, recordaba que, al final del día, todo se trataba de trabajo.

Aunque el proyecto que Jennie tenía en mente era simplemente un favor que ella quería hacer, no podía negar que también le beneficiaba muchísimo. La oportunidad de involucrar a Lisa en su trabajo no solo fortalecería su vínculo personal, sino que también podría abrir nuevas oportunidades profesionales para ambas. Así que, a pesar de que era un gesto amable por parte de Jennie, también tenía sus propios motivos para querer llevarlo a cabo.

Se trataba de una revista Indie, propiedad de William Porter, un colega que había sido amigo de Jennie desde la escuela de actuación, era una publicación que se destacaba por su enfoque alternativo y su inclinación hacia artistas y proyectos independientes. Aunque Jennie y William no eran especialmente cercanos, mantenían un respeto mutuo y cierta conexión a través del mundo del entretenimiento.

Desde hacía algún tiempo, él había estado intentando asegurar a Jennie como portada oficial para una de las ediciones de su revista. Sin embargo, Jennie había pospuesto esta colaboración en varias ocasiones, esperando el momento adecuado para comprometerse con un proyecto que realmente reflejara su estilo y su visión.

Fue cuando surgió la oportunidad de la campaña de Cartier junto a Lisa que Jennie decidió finalmente aceptar la oferta de su colega. Si Lisa iba a aparecer en una revista junto a ella, Jennie quería que fuera en la revista de Porter, bajo sus propias condiciones y con el estilo característico que los identificaba. Esta colaboración no solo sería una oportunidad para mostrar su relación de una manera auténtica y sin pretensiones, sino también para respaldar y promover el trabajo de un colega en la industria del entretenimiento independiente.

La visión de William sobre EchoMag era ser un faro de creatividad, innovación y expresión independiente en el mundo de las revistas. Presentando una variedad de perspectivas y voces únicas que reflejen la diversidad del panorama cultural contemporáneo.

La oportunidad de aparecer en la revista Indie representaba más que solo una portada para Jennie. Era la culminación de su proceso de transformación y reinvención, un momento para mostrar al mundo la autenticidad y la profundidad de su nuevo enfoque en la carrera y la vida. Desde el inicio de su radical cambio, Jennie había estado planteando la idea de colaborar con proyectos que reflejaran su verdadero yo, lejos de los estándares convencionales de la industria del entretenimiento. Esta revista parecía ser el escenario perfecto para ello.

Al aceptar ser la portada, comenzó a imaginar esta colaboración como el inicio de una tradición, una oportunidad para seguir colaborando con proyectos y personas que compartieran su visión alternativa. Soñaba con establecer una conexión duradera con la revista Indie y con otros colegas y artistas que compartieran su pasión por la autenticidad y la creatividad.

Para Jennie, la oportunidad de aparecer en la portada de la revista Indie no se trataba solo de mostrar su belleza como actriz, sino también de presumir a Lisa, su amor, ante el mundo. Estaba decidida a que todos vieran la conexión única y apasionada que compartían, quería que sintieran la intensidad de su amor en cada página de la revista.

Si estaban molestos porque ella la llevaba del brazo y la presumía cuando podía, ahora iba a meterles a Lisa por boca y nariz, tendrían que mandarla a matar si querían dejar de ver a la rubia con ella.

Jennie quería que el mundo supiera que Lisa era suya, y ella de Lisa, en todos los sentidos posibles. La idea de ser vistas juntas, de ser admiradas como una pareja, despertaba en ellas un sentimiento de poder y seguridad en su relación.

Además de la portada de la revista, Jennie planeaba utilizar la ocasión para compartir más de su amor con el mundo. La inclusión del famoso video del OnlyFans sería una forma de reafirmar su unión, su verdadera unión, mostrando a todos lo profundo y auténtico que era lo de ellas. Para ella no había nada más sexy y excitante que dejar en claro que Lisa era su musa, su inspiración, su todo.

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