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XXXII

Los ojos grises comenzaron a despejarse, debido a la luz que estaba entrando por la ventana; pudo ver a Chanyeol acostado en un sofá junto a la pared. Parpadeó un par de veces y lo recordó, una lluvia de imágenes pasó por su mente.

De inmediato se sentó y comenzó a tocar su abdomen para poder encontrar su vientre hinchado, pero su sangre se congeló cuando sus palmas se apretaron contra algo plano, su vientre estaba plano y no abultado con sus bebés.

—¿Dónde... Dónde están? —susurró para sí mismo mientras sus ojos se inundaban en agua salada— Mi-Mis cachorros —su voz comenzó a romperse.

—Baekkie, ya despertaste —Chanyeol frotó su ojo al levantarse del sofá.

—Alfa ¿Y mis cachorros? —preguntó sintiendo como su sangre se drenaba de sus venas.

—Baekhyun —susurró al ver la piel pálida del omega—, no- no lo lograron —terminó sintiendo como la herida en su corazón se abría aún más.

—No, no, no, eso no es cierto —empezó a negar con su cabeza mientras sus ojos derramaban lágrimas gruesas—. No, ellos no, eso es mentira —apretó sus labios no pudiendo aceptarlo.

—Yo tampoco lo creí al principio —jadeó mientras su corazón se hacía pedazos—, pero es cierto... No, no pudieron —sus últimas palabras salieron en un susurro con dolor.

—¡No! ¡No es cierto! —gritó furioso para luego tirar una jarra de agua que estaba cerca— Deja de decir eso ¡No lo hagas! —tapó sus oídos y sacudió su cabeza.

—Baek —su voz salió como un sopló de viento—, lo siento, no estuve para protegerlos —dijo con pesar.

Chanyeol se levantó, apoyándose del reposabrazos del sofá, luego se acercó al omega quien se encontraba aún con sus manos sobre sus orejas mientras mantenía sus ojos cerrados y sus lágrimas corriendo. Se sentó a un lado para abrazarlo y sujetarlo contra su pecho.

—Mis cachorros, mis cachorros, no, no, no ¿Por qué? ¿Por qué? —siguió gimoteando sin poder detener el dolor en su pecho.

—Lo siento, perdóname, debí haberlos protegido —balbuceó sintiendo como la culpa lo carcomía poco a poco.

—Mis niños —soltó casi sin fuerzas mientras apretaba sus dientes.

—Prometo que quien lo hizo, lo pagará, ahora trata de descansar, mi flor —sugirió en voz baja mientras expandía sus feronomas para hacerle sentir, aunque sea, un mínimo mejor.

—Quiero a mis niños, los quiero, quiero a mis cachorros de vuelta —lloró con fuerza sobre el pecho de su alfa quien estaba besando su cabeza y sobando su espalda—. No es justo ¿Por qué la luna me sigue castigando? ¿Acaso ya no pague todo lo que hice? —sus palabras salían arrastradas, ya que su llanto no le permitía pronunciar correctamente.

—No digas esas cosas, necesitas descansar —susurró sobre su cabeza—. Sé que es difícil, pero te prometo que esto no quedará impune.

Baekhyun solo tenía ganas de destrozar un cuello, el cuello de aquel que le arrebató a sus bebés indefensos. Estaba herido, pero también furioso con aquel tipo y consigo mismo por no haber podido salvar a sus pequeños. Entre pensamientos, poco a poco comenzó a sentir sueño por el llanto y se quedó dormido.

Chanyeol sintió como el cuerpo entre sus brazos se fue relajando poco a poco así que con cuidado, lo recostó sobre la cama y dejo un beso en sus labios salados. Sus propias lágrimas cayeron sobre el rostro de su esposo.

Era cierto que Chanyeol se encontraba partido en mil pedazos, pero realmente ahora solo quería estar con su pareja, darle apoyo y ser la base en la que se sostenga para que no termine de derrumbarse. De hecho, él mismo aún no creía que era cierto, su mente seguía procesando la realidad.

Se sentó en una silla y recostó su cabeza en la cama; no entendía como alguien podía ser tan cruel como para lastimar a un omega embarazado; era cierto que Baekhyun no era un ángel, pero tampoco había hecho un daño enorme para ser lastimado de esa manera.

Los minutos pasaban y mientras Baekhyun dormía Chanyeol velaba sus sueños. Deseaba tener una máquina del tiempo para poder volver el tiempo atrás. Él se sentía tan inútil como alfa por no haber podido protegerlos; sin embargo, se juraba encontrar a la persona sin corazón que le quitó a sus cachorros.

.

Dentro de sus almas, se hallaba el mismo árbol frondoso con hojas de verde vivo y flores enormes; bajó esas ramas gruesas, se hallaban dos lobos acostados. El omega lloraba sin poder contenerse mientras el alfa lo abrazaba con sus patas intentando darle algo de comodidad.

—Debí ser más cuidadoso, es mi culpa —sollozaba el omega.

—No es tu culpa, tú amabas a los bebés —dijo el alfa, sintiéndose impotente por no poder calmar a su pareja.

Aunque era cierto que el alfa había estado algo reacio a estar con el omega, ahora se arrepentía profundamente de no haber aprovechado los días para pasar con su pareja embarazada. Fue ahora que se acercó a él, al verlo tan destrozado y él mismo no podía con su dolor.

—Quiero a mis cachorros —sollozó otra vez.

—Lo sé, lo sé, yo también los quiero de vuelta —empezó a lamer las mejillas del otro—. Prometo que haré pagar a quien nos hizo esto.

—Fue él, fue el estúpido de Mackenyu —gimoteó sin poder dejar de llorar—, no pude oler su aroma ni ver su cara, pero oí su voz.

—¿Mackenyu? Aquel omega que siempre estaba encima de mi humano —susurró recordando al de cabello lila.

—Sí, me dijo que si no eras suyo, no serías de nadie —le contó mientras limpiaba sus lágrimas con sus patas.

—Hare trizas su asqueroso cuello —gruñó con rabia mientras su quijada se apretaba.

—Alfa —se quejo, mirándolo con sus grandes ojos plateados y luego se acurrucó en el pecho peludo del otro—, perdóname por lo que pasó, yo solo quiero estar a tu lado. Deja que los guardias se encarguen, no quiero que alguien te haga daño.

—Pequeño, descansa —fue todo lo que dijo para luego acurrucarlo entre sus patas.

***

—¿Qué hiciste? —fue lo primero que Sehun preguntó cuando se despertó.

—Nada, yo no hice nada —sacudió su cabeza con sus ojos desorbitados, su cabello desprolijo y el sudor recorriendo su piel—, él era para mí, era para mí.

—¿De que hablas? —arqueó una ceja sin entender— ¿Por qué estás tan nervioso?

—Déjame en paz-

—No ¿Qué le hiciste a Baekhyun? Desde ayer me duele mucho el abdomen y el pecho —su ceño se acentuó, luego se sentó con dificultad.

—Ahora debe estar naciendo de nuevo, solo te tocará buscarlo —sonrió de una manera bastante grotesca y se encogió de hombros.

—¿Qué? —jadeó sorprendido y sus labios quedaron medio abiertos— No, no, dime qué no hiciste lo que estoy pensando.

—Yo quiero a Chanyeol, él debe ser mío —seguía sonriendo, pero esta vez un par de lágrimas cayeron hasta morir en su quijada.

—¿Sabes lo que pasará ahora? —cerró sus ojos y se dejó caer de nuevo sobre la cama.

—¿Estaré con Chanyeol? —mordió su labio inferior.

—No, pedazo de imbécil, te mataran y yo no te ayudare —rodó sus ojos—. ¿Sabes que has adelantado mi muerte? —levantó sus cejas.

—Bueno... Podrán tener la misma edad al reencarnar —empezó a reírse sin ver a algún punto en específico.

—Te desconozco, sabía cuan caprichoso eras, pero no que pudieras quitarle la vida a alguien —dijo con un jadeo, el enojo que sentía por su primo solo estaba empeorando su salud.

—No hice nada malo —su sonrisa se borró y se enfado, luego salió de la habitación.

Caminó lentamente, aún con la capa negra manchada de sangre. Desde que llegó el día anterior, no se la había quitado. Simplemente se dejó caer sobre su cama y se acurrucó con la daga ensangrentada entre sus manos frías.

***

Al día siguiente, Baekhyun fue llevado por sus padres a la casa que compartía con su alfa. Mientras tanto, Chanyeol fue con el líder; le contó lo que había pasado y como el omega había tenido una fijación extraña por él desde que lo conoció.

Estaba deshecho, realmente jamás pensó que aquel omega dulce y risueño pudiera hacer algo tan cruel como acabar con la vida de dos pequeños que no habían cometido crimen alguno. Aunque, en algún momento de su vida sintió cariño por él, ahora solo quería arrancar su cuello.

Pero, aun cuando quería ir hacia el omega, sentía demasiada debilidad, un cansancio que no se podía comparar con nada antes vivido. De hecho, sus piernas se movieron de manera automática hasta su casa. Lo único que quería era estar junto a Baekhyun.

Sin embargo, cuando llegó, no vio a nadie en la cama, así que busco en los demás cuartos, pero no había nada. Cerró su ojo cuando las emociones de su pareja cayeron de lleno en su piel: furia, enojo, impotencia, tristeza. Pensó que habían sido sentimientos propios hasta que vio la cama vacía.

Se dio la vuelta sabiendo más o menos donde estaría el omega por lo que respiró profundo. Se colocó una capa café y salió de la casa, rumbo a dónde el lazo le guíe.

***

Baekhyun estaba sobre sus cuatro patas, la herida en su abdomen aún era frágil, pero había cerrado bien por lo que solo tenía un pequeño malestar al estirar su torso al correr. Sin embargo, eso no iba a detener lo que iba a hacer.

No iba a perdonar la muerte de sus cachorros.

Sus dientes afilados se mostraban como una corona brillante y sus ojos plateados ahora llevaban un fuego rojo alrededor. Temblaba de furia, ya queriendo tener la sangre de aquel omega entre sus dientes, necesitaba saborear la venganza.

En el bosque, se hallaban unos tres guardias persiguiendo al omega, que corría desesperado, él no quería cargar con el castigo de su crimen. Sin embargo, aquel no era el real peligro, sino, un omega rabioso que se hizo paso entre los otros lobos. Él no veía nada, no escuchaba nada y solo tenía un objetivo en su mira llorosa.

Tomar la vida de quién tomó la de sus hijos.

Los guardias intentaron detenerlo, pero las patas de Baekhyun fueron mucho más rápidas y con varios saltos, los esquivó. El viento helado movía su pelaje largo mientras que también enfriaba su saliva que caía rabiosa de su hocico apretado.

Finalmente, con un salto largo, cayó encima de Mackenyu quien solo pudo empezar a morder y gruñir mientras el otro hundía sus largas garras. Eran un montón de pelos queriendo tomar el control del otro.

—Sigues con vida, maldito inútil —gruñó aún intentando quitarse al otro de encima.

—Yo sí, pero pronto tú ya no —dijo para luego golpear el hocico del otro con su pata.

Los guardias llegaron y vieron salpicaduras de sangre por el pasto mientras los omegas se mordían y arañaban entre ellos. Quisieron meterse, pero Baekhyun gruño enfurecido, lo que los hizo sorprenderse.

Baekhyun solo podía sentir todo el dolor que aquel omega le había causado, sus lágrimas frías caían encima del otro mientras mordía su hocico, sus orejas, y se dejaban agujeros llenos de sangre en sus cuerpos. La impotencia de no poder tener a sus hijos de vuelta solo alimentaba su adrenalina, por lo que ni siquiera era capaz de sentir dolor.

Los guardias habían llamado al líder, que vino de inmediato y solo dijo que los dejarán, así que simplemente presenciaron como los omegas se peleaban sin contención alguna.

El vacío en el pecho de Baekhyun se había convertido en un hoyo que jamás se podría llenar, inclusive con la muerte del omega, nada cambiaria. Sus pequeños rostros, su pieles de porcelana y sus sonrisas sin dientes; nada podría hacer que alguna vez pueda ver cómo hubieran sido sus pequeños.

Sus largas garras causaban dolor en Mackenyu que casi no podía defenderse, ya que, estaba sumamente herido y poco a poco su fuerza fue mermándose. Sin embargo, Baekhyun estaba ciego y solo quería seguir, seguir y seguir hasta que pueda despertar sabiendo que todo fue un mal sueño.

Sin embargo, fue el líder quien le dio la orden de detenerse y entonces, fue cuando abrió sus ojos grises solo para encontrarse a Mackenyu sumamente lastimado, todavía tenía pulso, pero sabía que no sería por mucho tiempo.

Poco a poco comenzó a caminar hacia atrás, no podía creerlo, el había hecho eso. Su mente entró en conflicto y la adrenalina comenzó a desvanecerse así que se dió la vuelta para poder apoyarse de un tronco.

—¡Baekhyun! —gritó el líder cuando se estaba acercando y vio que Mackenyu de un impulso imposible saltó hacia el otro.

Baekhyun apenas pudo girar su cuello cuando vio a aquel omega cubierto de sangre y lleno de heridas peligrosas, solo cerró los ojos, ya que se encontraba demasiado débil para seguir. Sin embargo, nada paso, así que abrió sus ojos.

Los guardias quienes estuvieron apunto de saltar, fueron presentes de como otro lobo mucho más grande, saltó hacia Mackenyu y tomo su cuello entre sus dientes para luego tirarlo al suelo helado.

—Si algún día pude sentir algo por ti, ahora solo es odio —susurró contra el pelaje pegajoso.

—Solo.. solo m-me enamore... de ahg de ti —dijo sintiendo fuertes punzadas por todo el cuerpo y sus lágrimas bajando por su pelaje.

—Espero no verte nunca más en todas mis vidas, maldito asesino —gruño con furia enseñando sus colmillos.

—Siempre lo harás, Chanyeol-

Una mueca en un intento de sonrisa se formó en su cara y luego se esfumó, ya que Chanyeol penetró su cuello con sus colmillos y el último dolor que sintió fue cuando aquella mandíbula destrozó su garganta llevándose su collar consigo. Sus ojos perdieron el brillo de la vida y exhaló su último aliento.

Un pedazo de carne sanguinolenta con una joya manchada cayó a unos metros más allá y los guardias se miraron entre sí mientras que el líder tenía una mirada triste por ver aquella escena. En realidad, el castigo también hubiera sido el castigo para Mackenyu, pero no a manos de los afectados, sin embargo, no iba a castigar a nadie.

—Llevénlos al médico —dijo el líder para luego marcharse.

Chanyeol caminó despacio hasta su omega quien también estaba sumamente herido y frotó su hocico contra la hierba en el suelo con el propósito de limpiar la sangre sucia del asesino de sus hijos.

—Yo lo llevaré —dijo Chanyeol cuando los guardias se acercaron.

—Pero- —quiso alegar uno.

—Soy su alfa, lo cuidaré yo —dijo tajante para luego empezar a lamer las heridas de su omega.

Los guardias dejaron caer sus hombros, no queriendo alguna confrontación con el alfa y simplemente se llevaron el cadáver de ahí. Seguramente su familia lo reclamaría.

Mientras tanto, Chanyeol frotaba su hocico contra el de Baekhyun quien solo sollozaba. Decidió mostrar sus colmillos para incrustarlos en el corazón del omega, inyectando veneno de lobo. Al ser su pareja, esto ayudaría a que se sienta un poco mejor hasta llegar al médico.

—Ya terminó, nadie más estará entre nosotros, no volverán a lastimarte —susurró cerca de la oreja de Baekhyun mientras esté empezaba a caminar.

—Ellos no volverán —balbuceó con dolor.

Chanyeol no dijo nada más y solo dejó caer sus hombros para luego seguir caminando. Ambos estaban en silencio absoluto, simplemente eran movidos por sus patas, ya que ninguno tenía fuerza para seguir. Tenían cada parte de su cuerpo en trozos diminutos, que dudaban que fueran a repararse alguna vez.

Un collar de zafiro ensangrentado quedó abandonado en medio del bosque, un collar lleno del veneno del dolor de un omega abandonado que jamás había dejado el pasado atrás. Al igual que su amor, el mismo collar jamás sería visto por nadie más, aunque pasarán los siglos de la vida. Sería enterrado muy profundo sin que se sabiese nada más de el.

.

Dos días después, Baekhyun estuvo de vuelta en su casa; al parecer su cuerpo quedó muy mal herido y necesitaba reposo absoluto, por lo que su madre había ido a su casa para ayudarlo con las labores domésticas.

La familia de Mackenyu exigió una respuesta ante el cadáver de su hijo, pero en cuanto supieron, que él intento asesinar a un omega gestante, quitándole la vida a sus cachorros en el proceso, simplemente se marcharon aún enojados y se llevaron a Sehun, ya que este iba a correr la misma suerte debido a que estaba cada día más débil.

Todos hablaron de lo sucedido, pero nadie se atrevió a juzgar a Baekhyun, ya que cualquier cambiaforma haría lo mismo si alguien le arrebatará la vida a sus cachorros. Los días fueron grises y el frío aumento por lo que la mayoría de pobladores se encontraban sumamente tapados.

Tres noches después, dentro de la casa Park, Chanyeol se encontraba secando su cabello mientras miraba a su omega acostado en la cama; parecía un cadáver, ya que estaba más delgado, pálido y con ojeras enormes.

—Tu madre dijo que hoy tampoco comiste —mencionó Chanyeol, mirándolo.

—...

—Baekhyun, podrías enfermar, debes comer —intentó otra vez, pero la única respuesta fue el silencio.

Desde que habían llegado del médico, Baekhyun solo miraba al techo sin moverse, en las noches tenía pesadillas inquietantes que le hacían despertarse gritando y llorando, lo que provocaba sus ojeras.

—Abrázame —susurró cuando el alfa estuvo vestido.

Chanyeol inhaló profundo y asintió con su cabeza para luego meterse dentro de las cobijas y apagar las velas con su aliento. Por último acogió a su pareja entre sus brazos para apretarlo contra su pecho y empezar a regar besos por su cabeza hasta llegar a su rostro y culminar en sus labios, que últimamente eran salados.

—Mi amor, no quiero que te enfermes —murmuró, mirándolo con tristeza.

—Es que no tengo hambre —respondió en voz baja.

—Yo tampoco, pero me obligo, quiero estar a tu lado más tiempo —dijo suspirando, ya que el cuerpo antes rechoncho ahora estaba mucho más delgado.

—No me dejes nunca —suplicó con miedo mientras se pegaba más al pecho del alto.

—No lo haré, pero tampoco quiero que me dejes solito. Trata de comer, por favor —bajó su mirada hacia Baekhyun quien no contesto, porque se había quedado dormido.

Chanyeol solo negó con su cabeza, ya que no sabía cómo sacar de ese hoyo de tristeza a su omega cuando ni siquiera él mismo podía salir de ahí. Sin embargo, como alfa, se obligaba a hacer a un lado su propio dolor para poder ser el responsable de su pequeño esposo.

Simplemente esperó a que Baekhyun estuviera profundamente dormido y lo abrazó con fuerza para, por fin desahogar todo su sufrimientos y llorar sobre el cabello dorado de Baekhyun quien tenía sus manos empuñadas en la camisa del alfa.

***
¿Piensan que Baekhyun ya pagó por lo que hizo o aún no es suficiente? 🤭

Por cierto, les quiero recomendar las historias de una muy buena amiga mía sogogicb sus fics son excelentes y sus portadas también son preciosas ❤️❤️. Por favor, denle mucho cariño.

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