VIII
Chanyeol se encontraba puliendo un anillo que llevaba un rubí en medio y dos pedazos de esmeralda a un lado; en realidad no era para alguien en especial, pero como había terminado el trabajo de ese día y no quería llegar a su casa aún, decidió matar el tiempo así. Quizá luego podría ponerlo en venta.
Realmente no quería ver la cara de Baekhyun y no porque fuera feo, sino porque estaba seguro de que estaría haciendo muecas y quejándose de todo. Bosteza en cuanto termina de limar los lugares irregulares.
Supone que a esa hora Baekhyun ya debe estar dormido por lo que finalmente se levanta apoyándose de la mesa y se quita el mandil de cuero para luego tomar las llaves. Se va de su taller caminando por las calles solitarias, respira el aroma a hojas y tierra húmeda mientras el viento frío despeja sus ideas.
No podía adivinar hasta cuándo tendría que seguir jugando a la casita con Baekhyun, no deseaba estar con él porque no eran una pareja real. Realmente no le importaba que el omega haya sido sexualmente activo antes, lo que le molestaba era su comportamiento grosero y que aún estando enlazado, seguía coqueteando con otros.
Se abraza a sí mismo mientras mira su casa a lo lejos, mordisquea su labio inferior pensando en que quería dormir en una habitación separada de Baekhyun. En realidad no sabía si el omega le estaba siendo fiel aunque pensaba que sí ya que no había olido nada en él, pero tampoco podía estar seguro y realmente se sentiría asqueroso si compartiera cama con un traidor.
Sabía que aunque Baekhyun le fuera infiel tendría que seguir viviendo con él ya que solo tendría tres opciones: matar a Baekhyun, morder a otro omega o seguir viviendo con él. Sinceramente las dos primeras no estaban pasando por su mente.
Finalmente llegó y abrió la puerta para poder entrar, en cuanto se quitó las botas ve que todo estaba oscuro. Camina hacia algún dormitorio para poder dormir ahí. La casa tenía varios ya que había pensando en tener muchos hijos, pero ahora sólo serían habitaciones vacías.
Va a tomar un baño y por la pereza de ir a ver su maleta que estaba en la sala, simplemente se duerme como su madre lo había traído al mundo. Se metió debajo del edredón grueso y se quitó su parche de cuero dejándolo en la mesita de noche para luego cerrar su ojo quedándose dormido.
Al despertar bosteza y estira sus brazos para luego colocarse su parche; sin embargo al respirar profundo pudo oler un aroma conocido, las cerezas empalagosas así que frunce su nariz girando su cuello y su ojo se agrando por la sorpresa. Baekhyun estaba bien acurrucado como un cachorro junto a él.
—Oye ¿Qué haces aquí? —dice molesto Chanyeol mientras mueve el cuerpo del omega.
—Uhmg, —protesta, —déjame dormir, —manotea su mano y se tapa con otra manta.
—No tengo privacidad, —blanquea la mirada para luego levantarse yéndose al baño para limpiarse.
Al salir ve que Baekhyun aún estaba durmiendo plácidamente, respira profundo para luego sentarse en el filo de la cama y comienza a masajear sus rodillas como lo hacía cada vez que se acordaba. Esos masajes matutinos ayudaban un poco al dolor durante el día.
—¿Por qué tardaste tanto anoche? Mi lobo quería estar a tu lado, —murmura somnoliento, pero el enojo claro en su voz.
—No entiendo, ¿Por qué aún me necesitas? Ya tiene tiempo desde que nos enlazamos, —frunce su rostro para luego estirar sus piernas y retraerlas.
—Porque así funcionan los enlaces ¿Tú lobo no me necesita? —arruga el entrecejo mientras se sienta y bosteza.
—No, siempre está durmiendo y no reacciona a ti, —se encoge de hombros.
—Tu lobo debe ser igual de patético y mal hecho que tú, —rueda los ojos mientras se levanta.
—Porque tú eres perfecto, —resopla para luego levantarse aún con la toalla sobre su cadera.
—Por supuesto que lo soy, te sacaste la lotería llevándote al omega más bonito del pueblo, —pone las manos en su diminuta cintura y camina bamboleando sus caderas anchas.
—Soy tan afortunado, —rueda su ojo hablando con burla.
—Lo que sea, no me importa, —se da la vuelta, —quiero ir a la ceremonia de enlace de una de mis sobrinas y necesito ropa nueva, —estira su mano hacia Chanyeol.
—Ajá, —levanta sus cejas para caminar pasándolo, —quiero desayunar, —señala la cocina.
Baekhyun sabía que no conseguiría dinero de parte de Chanyeol sino hacía las labores domésticas así que dejó caer sus hombros resignandose y camina hacia la cocina.
—¿Entonces? —pregunta cuando terminan de desayunar y bebe de su jugo de melón.
—Bien, bien, —suspira sabiendo que Baekhyun iba a ser un jodido dolor de cabeza.
Se levanta torciendo su boca en una mueca, en serio a veces quería quitarse las piernas porque realmente dolían al caminar, pero no podía hacer nada. Mientras Baekhyun había estado cocinando, él había ido a vestirse por lo que ya estaba listo para irse.
—Gracias, —los ojos de Baekhyun brillaron al ver la bolsa de monedas y rápidamente se la arrebato, —chao, —mueve su mano despidiéndose.
—Adiós, —se da la vuelta para irse.
Después de lavar los trastes, Baekhyun se vistió para salir de casa; no le gustaba estar tanto tiempo adentro y ya todos sabían que su alfa era Chanyeol por lo que ahora le daba igual si alguien lo veía. No podía recluirse para siempre.
Usaba una capa gruesa larga hasta el suelo y tenía una capucha que ahora descansaba en su espalda; era normal usarlas ahí ya que el frío era algo con lo que tenían que lidiar siempre.
Fue a la casa de alguien a quien quería mucho, su amigo de la infancia Junmyeon. Aunque era todo lo contrario a él, había sido la única persona que jamás juzgo su manera de ser y siempre estuvo ahí para él. Se habían alejado un poco desde hace meses porque el omega había perdido a su alfa y quería estar solo.
Toca la puerta y luego de un momento ve a su amigo que ya no parecía un muerto en vida, sonríe para luego abrazarlo siendo atajado por el otro. Ambos entran.
—¿Cómo así por aquí? —pregunta Junmyeon mientras sirve un poco de café en dos tazas.
—Quería ver cómo estabas, —dice alegre.
—Oh, ya veo, —desvía su mirada para luego sentarse junto a él. —Estoy bien, supongo, —suspira.
—Eso es genial, —enseña sus dientes blancos y bebe un poco de café, —al menos uno de los dos está bien.
—¿De que hablas? ¿Otra vez te rechazaron? —toma de su bebida caliente mientras mira a una pared preparado para escuchar lo mismo otra vez.
—No, mucho pero, —lloriquea, —me enlace con el fenómeno del pueblo, —su semblante decae mientras se cruza de piernas.
—¿Fenómeno? —levanta una ceja sin tener idea de lo que hablaba el otro.
—Sí, ya sabes, —deja la taza en su platito y luego rueda los ojos, —el herrero, —resopla.
—Oh, Chanyeol, —asiente.
—Sí, ese, —mueve su mano con desdén. —Como sea, el punto es que al principio mis padres me hicieron salir con él, pero como no soporto algunas verdades que dije sobre él, entonces se fue, —se ríe mientras mira hacia arriba, —luego mamá lo trajo a casa y no sé cómo, pero entre en celo. —Ahora se cruza de brazos inflando sus mejillas, —el idiota me marco así que estoy atado a su lado.
—Ya veo, ¿A él no le importa... —mira para otro lado, —ya sabes, tu pasado?
—No lo sé, no hablo mucho con él, —levanta sus hombros y toma de nuevo la taza para seguir bebiendo. —Ya es horrible tener que dormir con él, solo porque mi estúpido lobo lo busca.
—No lo conozco mucho, pero he escuchado que es un buen alfa, —delicadamente coloca la taza vacía sobre su platillo en la mesita de centro. —Podrías intentar llevarte bien con él si ya están unidos.
—¡No! ¡Jamás! Estoy seguro de que pronto vendrá un alfa que me marque, —mira sus uñas con petulancia.
—Bueno, —susurra no muy convencido, —si es lo que deseas, está bien, —asiente mientras mira a otra parte.
—Sí, solo tengo que aguantar un poco, —cruza sus brazos mientras encuadra sus hombros. —Ahora, la otra semana es la ceremonia de enlace de Ryujin así que debo ir a comprar algo lindo ¿Me acompañas? —lo mira con sus usuales ojos grandes y brillantes que demostraban ternura.
—No lo sé, no tengo muchas ganas de salir, —coloca su codo sobre el reposabrazos de su sofá y descansa su quijada sobre su palma. —Tengo sueño, —bosteza.
—Oh vamos, has estado en esta casa como un preso, —mira hacia un lado.
—Supongo, —baja la mirada hacia las tazas y luego suspira, —ya vengo, voy a cambiarme.
—Excelente, aquí te espero, —parpadea varias veces queriendo verse adorable.
Junmyeon solo asiente para luego caminar alejándose de la sala y perdiéndose en un pasillo de la casa. Baekhyun por su lado mira todo el lugar dándose cuenta de que Junmyeon aún conservaba fotos de su alfa muerto; pensaba que era deprimente.
Si Chanyeol muriera, él estaría feliz y quitaría todas sus cosas enseguida.
Cuando el omega volvió, Baekhyun pensó que su amigo parecía un sacerdote, siempre había sido lo opuesto a él. Junmyeon era alguien reservado, callado, recatado y podía hacer un pay mientras arreglaba la casa y al mismo tiempo te cuidaría el jardín reviviendo hasta la planta más seca. El principe omega de los cuentos que todo alfa deseaba, de hecho desde que enviudo había recibido varias propuestas de enlace que había rechazado con su usual comportamiento recatado sin ser grosero.
De hecho los padres de Junmyeon jamás prohibieron su amistad porque estaban seguros de que la personalidad de su hijo aunque tranquila, era bastante determinaba y no iría a cambiar solo por encajar con alguien más. En realidad, Baekhyun sabía que si salía ahora con él es porque quería hacerlo ya que sino entonces ni la Luna podría moverlo.
—¿Has pensado en tus propuestas? —dice casual Baekhyun mientras mira los puestos de ropa.
—No estoy interesado en realidad, —dice mientras toca una tela de seda en color lila.
Baekhyun no negaría que le tenía un poco de envidia; aunque al mismo tiempo tampoco habría querido que su único alfa sea con el que se haya enlazado. Siempre terminaba con pensamientos raros sobre su propia vida.
—¿Te gusta? —le muestra una túnica bastante escotada con un corte en la pierna.
—No, —simplemente dijo.
—Bien, —forma un mohín mientras sigue mirando, —supongo que esto estaría bien, —él tampoco quería opacar a su sobrina ese día.
—Vaya, me extraña que te haya llamado la atención, es una túnica realmente elegante, —agranda sus ojos sorprendido.
—¿Qué tratas de decir? —entrecierra sus ojos mirándolo fijamente.
—No es nada, Baekkie, —le da una pequeña sonrisa.
Baekhyun mira a un lado levantando su ceja y decide no darle demasiada importancia para luego pagar por la túnica. Era roja, un poco apretada en el pecho y larga hasta el suelo, además había una capa de randa que hacía ver cómo si tuviera mangas sumamente largas que caían al suelo.
Baekhyun luego compro un par de zapatos del mismo color decorados con pedrederia en las puntas. Después ambos fueron a comer unos pastelitos para finalmente volver cada uno a sus respectivas casas.
Baekhyun se probó la túnica apenas llegó a la casa y se vió en un espejo de cuerpo entero; le encantaba como la tela se apretaba en su pecho y cintura. Aunque piensa que quizá podría ser decorada con un collar, quizá un color azul o verde para que resalte, pero sabía que Chanyeol no le daría para algo tan caro como eso.
Se quitó la túnica para luego ponerla en el cesto de ropa sucia, su madre siempre lavaba la ropa nueva así que suponía que así debía ser, no sabía porque, pero lo haría.
Se pone a pensar y cree que si le lleva el almuerzo al trabajo y pone ojos tiernos, conseguiría dinero para las joyas que deseaba. Con una sonrisa triunfante va hacia la cocina.
.
Chanyeol se encontraba forjando una espada para el líder de guardias; le había pedido que ponga un dibujo de serpiente en la empuñadura con un ojo de esmeralda. Últimamente la gente le había estado pidiendo muchas joyas y en parte le agradaba porque le dejaba más dinero, pero por otra realmente disfrutaba de hacer armas, no joyas.
Se levanta para ir a ver su almuerzo ya que su estómago había empezado a doler; como no quería caminar hasta su casa entonces cada mañana compraba un almuerzo y aunque estaba frío a la hora de comer, era mejor que morir de hambre.
Sin embargo, detuvo su caminar cuando escuchó varios golpes en la puerta de metal. Usualmente no recibía visitas a esa hora ya que la mayoría se encontraba comiendo, pero tampoco era algo anormal, algunos aprovechaban ese tiempo para comprar cosas.
Luego vio a la persona que menos hubiera esperado ver en su vida entrando a su taller; era su esposo. Levanta una ceja pensando en que podría querer el pequeño malcriado.
—Hola, alfa, —saluda inclinándose ligeramente para luego acercarse a él.
—Hola, —dice seco. —¿Qué ocurre? —limpia sus manos con una franela.
—Es que ya es medio día y supuse que tendrías hambre, —sonríe amable para luego levantar una bolsa de tela, —te traje el almuerzo, sabes que no soy bueno cocinando, —se sonroja, —pero me esforcé.
Chanyeol mira a los lados pensando que quizá Baekhyun había orquestado alguna broma cruel con algún amigo o familiar, pero no había nadie, solo ellos dos. Luego olfatea el aire para comprobar si era Baekhyun realmente quien estaba parado ahí y sí, olía exactamente a él.
—Gracias, —mira con desconfianza la bolsa pensando en que podría haber la posibilidad de que estuviera envenenado, —pero ya tengo mi almuerzo, —señala una caja de madera.
—¿Ah? Pero lo hice especialmente para ti, alfa, —forma un puchero y por dentro estaba maldiciendo a Chanyeol, —por favor, —lo mira a través de sus largas pestañas.
—Uhm, —duda un poco y luego se resigna, pensaba que también había la posibilidad de que Baekhyun realmente quiera llevarse bien con él, —esta bien.
—Genial, —va hacia una mesita desocupada y coloca la bolsa de tela con una cajita de madera dentro donde estaba la comida, —espero que te guste.
Chanyeol asiente y se sienta para empezar a comer; al dar el bocado pensó que habría sido mejor comer el almuerzo frío que compró, pero no quería ser grosero con Baekhyun así que siguió masticando.
—No vayas a hacerlo caer, —advierte a Baekhyun al verlo tomar un par de aretes con diamantes incrustados.
—Pensé que solo hacías armas ¿Para quién son? —frunce el ceño pensando en que lucirían perfectos en sus orejas.
—Prefiero hacer armas, pero desde que el líder me pidió un par de joyas para su familia, —suspira, —los demás también.
—Uhm, —deja los aretes y luego toma un collar con una esmeralda grande en el centro, —que hermoso, —susurra pensando en que quedaría perfecto para la túnica.
—Gracias, —dice simplemente ya que la belleza de aquella pieza fue por obra de sus manos.
—¿Por qué no me haces uno así? —forma un puchero.
—Claro, solo tráeme las joyas y págame, —se ríe cuando ve la mirada afiladamente mortal que le envía Baekhyun. —Baekhyun, estoy muy ocupado, quizá pueda hacerte alguno después, —dice simplemente para luego seguir comiendo.
—Eres un completo imbécil, soy tu esposo y no me puedes hacer un simple collar, —se cruza de brazos mientras su cara se pone roja, —¡Ash! Te odio, —pisotea el suelo.
—¿Viniste solo para que te haga una joya? —mastica de mala gana sintiendo que su almuerzo se había arruinado.
—No, ni siquiera sabía que las hacías, pero no es justo que tu esposo no tenga una joya, —un par de lágrimas resbalan de sus ojos.
—Te regale una y no la quisiste, —mastica con fastidio recordando el día del festival. —Ya no tengo hambre, —deja a un lado la caja.
Baekhyun se quedó en silencio cuando a su mente vino aquel collar de oro lleno de piedras preciosas y en ese momento también vino el recuerdo de él hablando sobre Chanyeol con Jackson.
—Me voy, —dijo finalmente cogiendo la funda de tela con la caja de madera, —malvado horrible, —se va de ahí pisoteando el suelo.
Chanyeol se cruza de brazos mientras lo ve irse; ya debería haber sabido que lo malcriado no iba a pasar de un día para otro. Mira a un lado y su ojo se agranda cuando se da cuenta de que no estaba el collar de esmeraldas. Aprieta sus párpados sabiendo dónde se encontraba. Baekhyun se lo había llevado.
Ahora estaba realmente ocupado y solo perdería tiempo peleando con su esposo así que en la noche iría a tomarlo de sus manos para no volver a permitirle el paso a su taller. Podría meterlo en problemas.
Pasaron las horas y Baekhyun ya había terminado de hacer todo por lo que ahora estaba frente al espejo con aquel collar precioso encima de su pecho. Le encantaba; lo devolvería luego de usarlo en la ceremonia.
En cuanto escuchó la puerta abriéndose, se quitó el collar para dejarlo en uno de los cajones de su armario. Luego fue rápidamente hacia la entrada donde Chanyeol estaba quitándose las botas.
—Hola, alfa, —sonríe amable.
—Nada de hola alfa, ¿Dónde está el collar? —dice serio dejando salir un gruñido.
—No sé de que hablas, —oculta sus manos detrás de su espalda mientras desvía la mirada a la izquierda, —¿Se te perdió? ¿Quieres cenar?
—No se me perdió, tu lo cogiste hoy en la tarde, devuelvelo, —estira la mano muy enojado. —Baekhyun, —advierte al ver que el otro seguía quieto.
—Yo no tengo nada, —frunce los labios sin dirigir su mirada al alfa.
—Me estás haciendo perder la paciencia, —aprieta la mandíbula.
—¿Y qué pasa? ¿Me vas a golpear para que te la de? No quiero, —dice ya enojado y luego empuja a Chanyeol provocando que este trastabille y caiga al suelo. —No eres más que un inútil, un alfa que nadie quiere y la vida te hizo el favor de estar a mi lado, —empuña sus manos tensandose, —pero tú qué haces, ¡Me mezquinas un puto collar que puedes hacer de nuevo! —grita estando rojo de la ira.
Chanyeol se levanta poco a poco ayudándose del sofá y se encuentra realmente cabreado. Sin embargo, no tuvo tiempo a decir algo porque Baekhyun le lanzó un vaso de vidrio que estaba cerca provocando que su frente se corte y quede un poco aturdido.
—Dame el maldito collar, —su voz era profunda y tan gruesa que hizo temblar al omega. —Dame el collar y vete a dormir, —finalmente uso algo que nunca hubiera querido, su voz de mando.
Baekhyun hizo una mueca y chasqueó sus dientes cuando su cuerpo se relajo para luego empezar a caminar a la habitación sin quererlo realmente. Era como si no tuviera ningún control en sus acciones, quiso pelear para no tomar el collar, pero era inútil; terminó en la sala devolviendo el objeto para luego irse a dormir tal como se le había ordenado.
Chanyeol puso el collar bajo llave en un baúl donde guardaba dinero y luego fue al baño para ver su herida; tenía una cascada de sangre bajando por sus mejillas, al limpiar vio que realmente las heridas no eran grandes ni profundas, solo que tenía varias.
—Estúpido omega, —sisea cuando coloca desinfectante en los cortes y con una pinza se asegura de quitar los pequeños trozos de vidrio. —¡Luna, dame paciencia! —exclama en voz baja.
Después de bañarse fue a dormir y se aseguró de echar llave a la puerta de la habitación, no quería ver ni por asomo a Baekhyun, al menos no hasta que se le haya pasado el enojo porque sabía que el omega no iba a disculpar.
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