V
Los rayos solares de la mañana chocaron contra el rostro de Chanyeol así que poco a poco comenzó a despertar hasta que vio a su alrededor, tuvo que frotarse su ojo ya que por las lagañas veía borroso.
Bosteza y estira sus brazos para luego hacer una mueca ya que sus caderas le dolían; en ese momento vinieron de golpe un montón de imágenes del día anterior. Eran recuerdos borrosos ya que desde que Baekhyun lo jalo a su cama comenzó a perder su consciencia.
—¡¿Qué rayos haces aquí?! —escucha un grito a un lado.
El alfa tapa su oído ya que la voz del omega hizo que duela su cabeza. Se paralizó al ver a Baekhyun desnudo y con algo blanquecino esparcido en su rostro, no estaba seguro de que era; se vio así mismo dándose cuenta de que también estaba sin ropa y con marca de arañazos.
—Tú... —lo señala, —tú estabas en celo y yo no lo sé, —estaba nervioso sin saber que decir exactamente.
—No recuerdo, pero en lugar de irte te aprovechaste, además ¿Qué hacías aquí? —frunce su ceño y luego estira sus brazos para empujar al alfa quien cayó al suelo como una piedra. —Vete, no quiero verte más.
Chanyeol solo asiente sumamente nervioso y trata de levantarse, pero sus piernas arqueadas crujieron provocando que vuelva a caerse al suelo. Baekhyun resopla levantándose con su manta envuelta para buscar la ropa del alfa y tirarla encima de Chanyeol.
—Bien, ya me voy, —levanta las manos y luego se apoya sobre la cama poniéndose de pie poco a poco. —Solo vine porque tu madre dijo que estabas enfermo, que ella estaría ocupada y quería que te cuidara un rato, —se encoge de hombros para luego empezar a vestirse.
—No me interesa, solo vete y no vuelvas, —se sienta en el filo de la cama para luego cruzarse de brazos pensando en lo que había pasado.
—Lo lamento, —se disculpa en su camino a la puerta, pero no recibe respuesta.
Chanyeol baja dándose cuenta de que no había nadie, todo estaba en silencio y tal como había estado la tarde anterior. Al parecer estuvo toda la tarde y la noche apareándose. Realmente le parecía raro lo que sucedió.
Salió viendo que no había nadie afuera, al parecer todavía era muy temprano así que se abrazó a sí mismo para luego caminar alejándose de ahí. Tenía miedo de que Baekhyun le contará a sus padres y estos pidan un castigo para él.
Muerde su pulgar mientras camina hacia la casa de sus padres; por momentos tenía que masajear sus rodillas y sus muslos; necesitaba un descanso de todo eso. Solo debía dormir por una eternidad para olvidar los pocos recuerdos del día anterior.
Frota sus brazos cuando finalmente llega ya que todo el camino fue realmente frío; entra con cuidado para luego ir a su habitación. Se quita la ropa para luego dirigirse hacia el cuarto de baño donde se aseo.
Mientras el agua fría cae por su cuerpo, cierra su ojo pensando en la piel blanca del omega, en sus ojos excitados y como aquellas caderas anchas se movían de arriba hacia abajo comiéndose su miembro. Aunque Baekhyun no le agradaba, no podía negar que le había hecho sentir muy bien e incluso ahora mismo su miembro había empezado a levantarse.
Termina de bañarse y se seca para luego vestirse e ir a su cama; se acurruca debajo de las mantas cerrando su ojo para finalmente quedarse dormido. Todo su cuerpo dolía como cuando tenía que fabricar ballestas.
Fue en la tarde que una sacudida lo despertó, abre su ojo y acomoda su parche de cuero mientras se sienta estirándose. Se sorprende al ver a su madre sentada.
—¿Pasa algo? —pregunta nervioso al ver su expresión.
—¿Qué hiciste? —agranda sus ojos mientras ve a su hijo.
Chanyeol se encoge de hombros al ver a la omega impaciente y luego escucha gritos masculinos. No entendía bien que sucedía, pero algo le decía que tenía que ver con cierto omega grosero.
—¿De que hablas? —rasca su cabeza.
—Hace un momento vinieron los Byun muy molestos y están discutiendo con tu padre, —se cruza de brazos mirándolo analíticamente.
Chanyeol traga saliva mientras maldice a todos los dioses habidos y por haber; no esperaba que Baekhyun hablara aunque podía presentir que quizás era para que lo castiguen.
—Yo, —duda al principio, pero al sentir un gruñido bajo en la garganta de su madre, decide hablar, —ayer la señora Byun me dijo que Baekhyun se sentía mal, que lo cuidara unos minutos así que fui... y él creo que estaba en celo, —su tono de voz fue disminuyendo mientras bajaba la mirada.
—¿Por qué fue a dónde ti? —se extraña.
—Es que yo quise cortejarlo y ellos estuvieron de acuerdo, pero Baekhyun fue muy grosero así que desistí, —explica bajo la atenta y nada amable mirada de su madre.
—Ahora mi hijo me oculta cosas, —niega con su cabeza.
—Lo siento, quise decirte si es que Baekhyun me aceptaba, pero como no pasó entonces supuse que no era importante, —se encoge de hombros.
—Bien, —suspira. —El problema ahora es que ellos están muy molestos, tienes que bajar a enfrentarlos, —le tiende la mano.
Chanyeol duda en tomar su mano, pero luego de un momento decide hacerlo y se levanta despacio para luego caminar hacia la sala con ella; quitó su mano de la suya para luego acercarse al grupo.
—Buenas tardes, —saluda sintiéndose muy fuera del lugar.
—¿Te parece bonito lo que hiciste después de que confiamos en ti? —el señor Byun dice molesto mientras se cruza de brazos.
Chanyeol lo mira por un momento para luego ver a Baekhyun quien estaba en silencio mirando al suelo detrás de sus padres. No entendía a que se debía tanto alboroto.
—Yo estuve mal, es cierto, aunque yo no sabía que Baekhyun estaba en celo, —dice con claridad para no dejarse aplastar por la pesada descarga de feromonas de los alfas mayores.
—¿Es por eso que vinieron aquí? Porque Chanyeol se acostó con su hijo, ¿No lo ha hecho casi todo el pueblo acaso? —ahora habla el alfa Park quien parecía sumamente enojado. —¿Vienen a tirarle el muerto a este solo porque tiene cara de tonto?
Chanyeol apretó sus párpados pensando en que incluso la manera en que lo defendía era insultante, pero prefirió quedarse callado ya que también estaba interesado en saber porque venían hacia él cuando Baekhyun no era virgen o algo así.
—No quiero que hablé sobre mi hijo de esa manera, —dice el señor Byun de manera desafiante. —Además no vinimos por eso, —frunce el ceño y se da media vuelta para jalar con fuerza a su hijo. —Es por esto que estamos molestos, —con una mano sujeta el cabello de Baekhyun y con la otra bajo el cuello de su camiseta.
Los Park se horrorizaron cuando vieron la imagen frente a ellos; la señora Byun gimoteo tapando su boca mientras miraba al suelo.
—No, no, no, —Chanyeol deja salir una risa nerviosa mientras sacude su cabeza y retrocede poco a poco. —Yo no lo hice, —tapa su boca reteniendo un quejido.
—Oh, sí, apesta a ti y ¿Me van a negar que el fénix es la marca de su familia? —levanta sus cejas y luego empuja a su hijo provocando que trastabille.
Baekhyun se refugio en el pecho de su madre quien comenzó a frotar su brazo mientras los Park se encontraban sorprendidos. El omega estaba bastante sensible ya que el lazo provocaba que quisiera ir hacia Chanyeol lo cual detestaba, por eso prefería quedarse en silencio apartado.
—¿En serio Chanyeol? ¿No podías aspirar a algo mejor? —el señor Park niega con la cabeza. —Bueno, son tal para cual, —rueda los ojos.
Chanyeol aprieta los puños odiando más a su padre en ese momento; luego ve a su madre quien simplemente estaba mirando por la ventana. Luego se enfrenta a los Byun notando que Baekhyun parecía un poco agitado.
—¿Qué quieren que haga? —dice finalmente queriendo salir de esa situación incómoda. —¿Van a decirle al líder para que me castigue?
—¿Qué? ¡No! Es algo demasiado obvio, —el señor Byun tuerce la boca. —Ahora Baekhyun es tu responsabilidad, están enlazados, —toma con fuerza el brazo de Baekhyun separándolo de su madre para luego arrojarlo hacia el pecho de Chanyeol.
El alfa casi cae por el peso, pero pudo lograr sujetarse del sofá para no terminar en el suelo con el omega encima. No hizo algún movimiento por sujetar a Baekhyun ya que no deseaba tocarlo; su lobo volvió a ser el mismo apático de siempre desde que se despertó.
—¿Qué? No, no pueden simplemente dejarlo aquí, —dice el señor Park viendo a su hijo apartandose del omega.
—Su hijo debió pensarlo antes de morderlo, —dice el alfa, —ahora es su responsabilidad, —ve a su mujer quien miraba con pena a Baekhyun, resopla para luego agarrar el brazo de su omega llevándola afuera.
—No, esperen, —Chanyeol toma a Baekhyun intentando llevárselo, —no, mierda, no, —suspira cuando se da cuenta de que era cierto; ahora Baekhyun era suyo.
Todos estaban en silencio simplemente mirándose entre sí mientras Baekhyun respiraba agitado queriendo pegarse al pecho de Chanyeol, pero este se alejaba de él.
—Pues tú tienes una casa ¿No? —su padre rompe el silencio.
—Aun falta por reconstruir, —responde mientras piensa en que como no había tenido apuro para mudarse, había dejado pedazos grandes aún inconclusos. —Me llevará un poco de tiempo.
—Bien, asegúrate de hacerlo pronto, —resopla, —no quiero escuchar al omega gimiendo en las noches, —dice para luego coger un abrigo y salir de la casa.
—¿De que hablaba? —pregunta a su madre. —¿Por qué sigues pegándote a mí? Creí que me odiabas, —ahora se dirige al omega quien seguía callado y su rostro estaba rojo.
—Es normal, están recién enlazados así que Baekhyun estará queriendo tu tacto, —mira por un momento al pequeño omega queriendo abrazar a su hijo. —Usualmente afecta más a los omegas.
—¿Pero está consciente? —arquea su ceja. —es decir, ¿Lo recordara?
—Claro que voy a recordarlo, intento de alfa, —se queja Baekhyun mientras agarra los filos de la camisa de Chanyeol, —pero no puedo controlarme, —susurra frotándose contra el otro.
—Iré a visitar a tu tía, —dice la señora Park mientras toma las llaves de su casa.
Chanyeol y Baekhyun se quedaron solos así que el alfa toma la mano del omega para llevarlo a su habitación. Estaba confundido ya que no sabía que hacer, no quería estar junto a él.
—Bien, sé que ninguno de los dos quiere esto, —entra al cuarto y lo suelta para luego cruzarse de brazos. —Pero es lo que hay, —se encoge de hombros.
—Te odio, estúpido anormal, —empuña sus manos, —por tu culpa ahora estoy amarrado a ti y encima mi tonto lobo me obliga a querer estar a tu lado, —cierra sus ojos apretando sus párpados intentando no correr al pecho del alfa.
—No quise hacerlo, tu celo me obligó, —camina cojeando hacia el armario para luego correr los armadores de madera hacia un lado, —yo tampoco estoy feliz de estar a tu lado.
—Ash, no puedo creer que ahora te tenga que pertenecer, —sus pies iban solos hasta estar nuevamente cerca de Chanyeol, —malditos instintos, —gruñe odiando como sus manos ardían por tocar al alto.
—No me perteneces, si quieres irte puedes hacerlo, —señala la puerta y luego va hacia una cajonera.
—Sabes que no puedo, mi lobo te necesita, —desvía su mirada enfadado y luego se sienta en el filo de la cama.
—Bien, —levanta sus cejas, —pues lamento no sentir lo mismo, yo tengo que ir a trabajar, —toma un par de llaves.
—¿Qué? No puedes dejarme, recién nos enlazamos, me volveré loco solo, —se abraza a sí mismo mirando para todos lados. —Aun si eres un inútil, por lo menos sirve para algo ¿No? —lo mira de pies a cabeza con desprecio.
—Dame una razón para no dejarte en la calle, —levanta su ceja.
—El alfa te castigaría si lo hicieras, —levanta su mentón mientras lo mira por encima del hombro.
—Tú ya eres un gran castigo, —masculla mientras lo mira molesto. —Asegurate de no causar problemas y quedate adentro. —Le advierte para luego caminar lento hacia la puerta.
—¿Realmente me vas a dejar solo? —levanta sus piernas para abrazar sus rodillas. —Aunque me des asco, —rueda los ojos, —mi lobo te necesita.
—El mío no piensa igual, tengo que irme, —abre la puerta para marcharse del lugar.
Mientras camina hacia la herrería, piensa que quizá debería fabricarse una muleta ya que cada día el dolor en sus huesos empeoraba. Además ahora estaba el dolor de cabeza debido al pequeño omega en su casa; realmente no recordaba haberlo mordido y está profundamente arrepentido.
Cuando llegó, abrió la puerta para entrar y de inmediato se puso un mandil de cuero para seguir fabricando las armas que había dejado inconclusas el día anterior. Decidió que no valía la pena seguir comiéndose la cabeza con su problema actual; hubiera querido haberse dado cuenta de que aquel aroma dulce era celo, habría bajado de inmediato, pero como nunca antes había olido el celo entonces no pudo saberlo.
Los omegas no veían a Chanyeol como un alfa digno de ellos e incluso sus mismos lobos lo rechazaban ya que ellos buscaban a un alfa fuerte y sano; aún en sus celos no podían ver a Chanyeol como alguien potencial. Baekhyun había cedido debido a que su celo fue inducido y no natural.
—Ey, Park, —escucha una voz gruesa así que levanta la cabeza, —¿Está listo el arco? —dice mientras recuesta su brazo en un muro.
—Lo está, —se levanta haciendo una mueca y luego agarra el arma terminada para dársela a su ahora dueño, —gracias, —dice cuando el otro le da una bolsa de cuero con el dinero.
—Ten un buen día, —se va de ahí.
Chanyeol vuelve a su trabajo sentándose mientras pule un arma. Lo normal en la manada sería que un alfa fuera un guardia o un cazador, pero debido a su debilidad física todos sabían que jamás podría hacer ninguna de esas cosas, por eso su abuelo comenzó a enseñarle la labor de la herrería y algo de orfebrería. A Chanyeol le gustaba y jamás envidió a los otros alfas, aparte, ganaba más que ellos.
Después de unas horas comenzó a tener una sensación bastante extraña; movió sus hombros para intentar relajarse, pero nada funcionó así que tomo algo de agua de su cantinflora. Era una sensación como de preocupación aunque era bastante débil en realidad, como si quisiera proteger a alguien, pero no estaba seguro a quien ni de qué.
Después de un rato pudo oler el aroma conocido a hojas de papel y sangre; era el líder. Levanta la cabeza para saludarlo; no era común verlo ya que solía mandar a un delta cuando necesitaba armas.
—¿Cómo estás? —dice mientras se acerca, —mira, le compré esto a un mercader y quería saber si sabes hacer joyas, —coloca una bolsa de cuero frente a Chanyeol.
El alfa menor tomo la bolsa abriéndola y su rostro se iluminó por el brillo de las joyas que estaban adentro. Habían varios rubíes; las examinó por unos minutos dándose cuenta de que eran reales.
—Sé hacerlas, recién hice una gargantilla, —cierra su ojo por un momento intentando olvidarlo. —¿Qué desea que haga? —levanta la mirada hacia él.
—Me gustaría un collar para mi hija y una tiara nueva para mi mujer, —se cruza de brazos pensativo. —Si sobran rubíes puedes tomarlos tú.
Chanyeol mira un momento su mesa de trabajo y luego piensa en su madre; que sería bonito darle algún anillo o algo así. Suspira para luego poner los rubíes en una pequeña caja con seguro.
—Gracias, no estoy acostumbrado a hacer joyas así que cuando compre los materiales, le diré cuánto es, —dice para luego empezar a realizar un diseño en la empuñadura de una espada.
—Bien, puedes mandar a un delta, —asiente y luego se despide.
Chanyeol solo asintió para seguir con su trabajo aunque el cansancio que tenía parecía anormal. Era como si tuviera mucho sueño y quisiera acurrucarse junto a alguien, derepente un vacío de soledad helado inundó su sistema.
Decidió no prestarle atención a aquellas sensaciones extrañas y prefirió concentrarse en su trabajo. Amaba el hecho de crear desde cero objetos y saber que eran sus armas las que protegían al pueblo era realmente gratificante.
Debido a que su condición no le permitía realizar actividades enérgicas como correr, practicar algún deporte, cazar o pelear entonces su lobo poco a poco comenzó a volverse perezoso hasta el punto en que muy rara vez levantaba su cabeza para algo que no fuera bostezar.
Entregó algunas armas y continuo fabricando otras hasta que la luna se hizo presente. Suspira sabiendo que tenía que ir a su casa para dormir, bosteza mientras se quita el mandil y procede a irse cerrando con llave la puerta de metal.
En el momento en que llegó a la casa de sus padres ve a su madre cocinando así que le da un beso en la mejilla como saludo.
—Ve a ver a ese omega, ha estado quejándose desde hace rato, —ella soba su sien para luego seguir en lo suyo.
—Ya me había olvidado de él, —mira hacia arriba para luego respirar hondo dándose fuerza. —Iré a ver qué le sucede.
Camina lento como de costumbre hacia su habitación y frunce la nariz por el aroma fuerte viniendo desde adentro; las cerezas dominaban el cuarto.
Baja la mirada hacia el suelo cuando ve un bulto con telas encima, era como una carpa grande encima de la alfombra. Muy despacio se arrodilla, tuvo que sujetarse de una silla e hizo una mueca tratando de buscar las postura adecuada, luego abre las telas dándose cuenta de que Baekhyun se encontraba durmiendo adentro.
—¿Qué haces? —pregunta al ver su interior, había mucha ropa suya ahí. —Si tenías sueño podías haberte quedado en mi cama.
—Eres un tonto, —susurra aún con los ojos cerrados y abraza una camisa larga que estaba a un lado de él, —se supone que cuando una pareja se enlaza deben permanecer juntos al menos la primera semana, —aprieta su mandíbula enojado.
—Oh, no sabía eso, —se encoge de hombros. —No puedo estar pegado a ti, tengo una vida, —dice simplemente.
—Eres un imbécil bueno para nada, ni siquiera puedes hacer algo tan simple, —aprieta los dedos en la tela. —La luna me castigo tan horriblemente haciéndome quedar contigo, —chilla mortificado.
—Ya somos dos castigados entonces, —blanquea la mirada y resopla. —Si quieres seguir con tu carpa está bien, iré a bañarme.
Baekhyun finalmente abre los ojos y mira al alfa quien se estaba levantando con lentitud, suspira y luego se acurruca de nuevo entre la ropa del alfa. Realmente no le gustaba ni un poco, pero sus instintos lo obligaban.
Chanyeol salió de la ducha luego de un momento y negó con su cabeza al ver que la carpa seguía ahí; odiaba tener que lidiar con él. Debido a sus piernas arqueadas necesitaba algo de espacio extra para caminar y esa carpa de sábanas le limitaba, pero si eso mantenía al omega tranquilo entonces lo toleraría.
Mientras va hacia la cocina piensa que era raro que su lobo no se pusiera tan loco como el de Baekhyun; aunque era mejor para él ya que no quería ponerse meloso con el omega.
—¿Ya está la comida? —pregunta mientras entra oliendo el aroma a caldo de res.
—Sí, cariño, —le pasa una bandeja con dos platos y dos vasos de jugo. —Espero que le guste.
—Si no le gusta, me lo como yo y él morirá de hambre, —se encoge de hombros. —No soy su nana.
—No seas tan duro con él, —sonríe al ver el ceño fruncido del alfa pensando en que era idéntico a su padre. —Si no le gusta podría preparar algo más.
—No, come o no come, aquí nadie le sirve, —dice serio y luego se da la vuelta para ir a su habitación.
Cómo a veces el padre de Chanyeol llegaba temprano u otras tarde entonces prefería cenar en su cuarto y así no corría el riesgo de encontrarselo. Lo odiaba porque siempre estaba lanzándole comentarios despectivos.
En el momento en que entra a su habitación, va a su escritorio para dejar la bandeja ahí y se sienta.
—Ven a comer, —llama a Baekhyun.
El omega asoma su cabeza de hebras doradas para luego aspirar el aroma y finalmente se levanta yendo hacia Chanyeol, pero se cruza de brazos al mirar el plato.
—No me gustan los caldos, —frunce su pequeña nariz de botón.
—Es lo que hay, —levanta sus hombros. —Lo tomas o lo dejas.
—Eres mi alfa ahora, se supone que debes complacerme, —pisotea el suelo.
—¿Vamos a ponernos con roles? —arquea su ceja mirando como Baekhyun ladea su cabeza en confusión, —si es así entonces tú eres quien debió haberme hecho la cena. —Vuelve su vista a su plato para seguir comiendo, —tomando y dando.
—Eres horrible, te odio horrible fenómeno, —chilla y luego se esconde en su carpa mientras gimotea enojado.
Chanyeol mastica lentamente intentando juntar toda la paciencia del mundo; era cierto que ese tipo de palabras le dolían, pero prefirió simplemente ignorarlo y acabar su cena.
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