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PREGUNTAS

CAPITULO 20:

-¿Hora libre, Moon? –pregunto sentándose junto a mí. El cosquilleo se hizo presente en mi estómago.

-Si Hamillton –murmure, mientras me sentaba en el suelo y me recostaba de un árbol, el imito mi acción. La peluca empezaba a molestar y los anteojos iban por el mismo camino. Tenía sueño, mucho sueño a decir verdad. Anoche no había podido dormir, debido a que la llamada de Elliot me dejo pensando hasta altas horas. A diferencia de otras veces, no pensé tanto en él, sino en mí. Mi pasado, mi presente, mi... futuro. Cerré los ojos y aparte esos pensamientos.

-Qué raro, muchos grados están teniendo horas libres en este momento.

-Es porque hay una pequeña junta de profesores. Están discutiendo un tema –dije, sabía perfectamente que tema discutían, pues si, la excursión.

-Oh, ya veo. ¿Por qué no viniste ayer? Quería contarte algo.

-¿Tu, contarme cosas a mí? –pregunte con una leve risa.

-Sí, ¿Cuál es el problema?

-Ninguno tonto, pero pensé que pensarías en contárselo, no sé, a los chicos.

-Los chicos se burlan mucho de muchos aspectos, hasta cuando hablo en serio. Aparte, ¿Por qué no contártelo a ti? Sabes escuchar y necesito una opinión femenina –sonrió y yo le respondí la sonrisa.

-Oh, entonces empieza a contar tonto.

-Es que, hace poco, conocí a una chica, es de la que te hable el otro día, que se sonroja como tú y tiene tus mismos ojos. Bueno, ella. Quería contarte que estoy pasando mucho tiempo con ella y... de verdad me empieza a gustar. Hoy se cumplen tres semanas desde que la conocí, cuando la tropecé en el parque. Y bien, básicamente, quería hacerle algo lindo, para que sepa que me importa y que voy, como decirlo, en serio, no es un juego. Tú sabes, algo lindo, sin ser muy exagerado, ¿entiendes? –explico sonrojándose, algo nervioso. Reí por lo bajo, Elliot podía ser muy adorable.

-Bueno, puedes darle un detalle, algo simple, pero romántico –sonreí, Moon ayudaba a Elliot con Danielle. En otras palabras to ayudaba a Elliot conmigo misma- diciéndolo así, suena raro.

-¿Un detalle? Simple, romántico. Como una... -se quedó pensativo un rato. Dios quiera que no me diga, quería llevarme una sorpresa. Y Dios escucho mis peticiones, él no me conto que me regalaría-. Oh, ¡Ya se! Gracias Moon, sé que darle –lucia contento.

-Ojala le guste lo que sea que le darás. Hamillton, tengo una pregunta. Dices que te la tropezaste y por lo que me cuentas, creo que no la trataste mal. ¿Por qué cuando nosotros tropezamos, me trataste tan mal?

-Oh, sobre ese día. Lo siento Moon. Sé que dirás que fue por el físico a algo así, pero no. Ese día te trate mal porque estaba muy enojado y algo... triste. Mi mama se había vuelto a deprimir por lo de mi papa y me enojaba mucho el hecho que siga viviendo en el pasado, deprimirse le hace mal y la tenía en la casa, no en un hospital, si algo le pasaba, no podía hacer nada, pues estaría en la escuela y la enfermera de guardia no pudo asistir a la casa ese día. No quería venir al colegio, pero ella insistió y me abrume mucho por ello. Aparte, mi hermana y yo discutimos por teléfono porque no me quiere devolver mi gato. ¡Es mi gato! Pero ella lo necesita más, después de todo está sola en Bristol dirigiendo gran parte de la empresa de papa. Así que eso ya no importa mucho. No fue nada contra ti, lo siento por ese día, en serio. Fue muy diferente cuando me encontré con Danielle, fue al día siguiente y mi mama estaba más feliz, ese día nada había salido mal, apartando nuestro castigo. No soy tan malo como muchos dicen, solo que la mayoría me respetan por el status en el instituto. Es decir, todos creen que yo controlo el instituto, que soy un mujeriego, no sé, cosas así, pero yo no soy ese tipo de persona.

-Ya veo... no te preocupes. Ahora sé que no lo eres –le sonreí, estaba muy convencida, Elliot no era la persona que todos creían.

-Y ¿Por qué faltaste Moon? Ayer no me respondiste.

-Ah, la verdad, el despertador no sonó y me quede dormida. Y como mis padres no están, no tuve nada que me levantara –mentí, últimamente eso se volvía costumbre.

-¿Tus padres no están? Oh bueno, debes sentirte sola. Yo suelo sentirme solo. Si quieres puedes llamarme cuando te sientas sola y te hare compañía. Dame tu número y yo te marco y así hablamos –dijo contento. No había ninguna doble intención en su comentario, tipo de esos chicos que inventan cualquier excusa para llamarte y engatusarte, no, él lo decía con toda la sinceridad del mundo, se sentía solo. ¿El problema? Si, el tenía mi numero como Danielle, no como Moon y no podía decir que no tenía móvil, el me lo había visto el día del castigo.

-Ah, mi nuero, si, em... -fui interrumpida por una voz. Eran las chicas, también tenían hora libre.

-¿Se están matando? ¿Ya comenzó la tercera guerra mundial? –pregunto April, acababa de llegar, seguida de Haley, atrás de ella Rachele, que iba junto a Charlotte y Emily.

-¿Tercera guerra mundial? ¿Cómo crees? ¿No ves que estos dos se llevan bien ahora? –pregunto Emily algo burlona, eso fue raro en ella.

-Eso es cierto, cuando preguntaron ayer en historia quien le llevaría la tarea a Danielle, Elliot fue el primero que levanto la mano –dijo Rachele risueña, haciendo sonrojar a Elliot.

-¡Es verdad! Últimamente las peleas han disminuido y se les ha visto más unidos –afirmo Charlotte mientras comía una manzana.

-¿Acaso tienen algo? Uhhh –rio Haley, burlándose de nosotros y haciéndome sonrojar, ahora a mí.

-Chicas tranquilícense, somos amigos, simples amigos –dijo Elliot, riendo-. Y lo de la tareas fue porque tenía que contarle unas cosas a Moon. Pero al final termine contándoselo hoy. Aparte yo me sabía su dirección. Y es mi amiga, me preocupaba el saber porque no había venido.

-¡Ay sí! Yo me sabía su dirección. Excelente excusa –se burló Charlotte.

-Es mi amiga y me preocupaba saber porque no había venido. Ay si, también es mi amiga y me preocupa, pero no por eso voy a levantarla la mano tan rápido como un rayo, para ir a entregarle la tarea –se unió a las burlas Rachele. Me causaba gracia ver las caras que ponía Elliot, pero yo sabía que él no tenía ninguna intención con Moon.

-¡Tenía que contarle algo! Pero terminé contándoselo hoy, esa sin duda fue la mejor excusa –rio Haley y todas rieron con ella.

-¡No se vale chicas! ¡Me dejaron sin algo de que burlarme! Las usaron todas. Pero... ¡Oye Elliot Hamillton! Somos tus amigas desde que éramos enanos y ¿Le cuentas cosas a ellas y no a nosotros? –protesto April con un dedo acusador apuntando a Elliot.

-¡Chicas tranquilas! –exclamo Emily, como siempre regulando que las chicas mantengan la calma. Suspire aliviada-. Si quieren tener su romance que lo tengan, dicen que del amor al odio solo hay un paso –se rio. ¡Oh Dios! Lo que faltaba, ahora ni Emily evitaba las burlas, es más, hasta se unía, definitivamente el haberse hecho novia de André le hacía tener un mejor humor.

-Ustedes no se cansa ¿Verdad? Y hasta tú, Emily. Todas son un caso perdido –rio Elliot y yo solo me mantenía callada, el sueño me mantenía tranquila.

-¡Hola! –exclamo contento André, con su tono agudo y alegre, abrazando a Helena. Este venia seguido por los chicos. Raymond venia comiendo y se situó al lado de Rachele. Dereck venia regañando a Alan, por no sé qué cosa, pero apenas vio a Haley, callo para abrazarla. Alan deposito un beso en la mejilla de Charlotte, en cuanto a April, ella se sentó al lado de Elliot y empezó a hablar muy seriamente del porque no le contaba. Reí, todos ellos eran un show, podía reírme mucho tiempo con ellos.

-¿Se enteraron? Va a ver una excursión –dijo Alan.

-¿Excursión? –pregunto Elliot.

-¡Sí! Es como un campamento, lo hará el profesor de biología para que nos familiaricemos con "el aire libre" durara todo el fin de semana-. Explico Raymond emocionado, dejando de comer.

-Nosotras veníamos a decirles eso, pero las ganas de burlarme de ustedes me gano –dijo April riendo.

-¿Por qué burlarse? –pregunto Dereck.

-¡Por que antes se odiaban y ahora hasta se cuentan cosas y secretos! –exclamo Charlotte.

-Ellos nos provocaron para que no burláramos –explico Emily.

-Aprendes cosas de mi –rio André.

-Es que era imposible no reírse con su "Es mi amiga y quería saber porque había faltado" –rio de nuevo Haley.

-y "Me sabia su dirección" –burlo Rachele-. Era imposible no reírse. Y así siguieron con las burlas, todo, ¡TODO! El resto del día, hasta los chicos se había unido a las risas. A Elliot no parecía importarle, es que solo éramos amigos y él pensaba solo únicamente en Danielle Abbadie. Yo intentaba hacerme la sorda, pero más de una vez reí. Así que la excursión era el viernes. Bueno, apenas estábamos a martes, tenía tiempo de empacar e idear algún plan.

***

-En la plaza en una hora, ¿Si?

-De acuerdo Elliot, ahí estaré.

Sonreí y colgué el teléfono.

Habían pasado unas horas desde que volví del instituto y realmente esperaba la llamada de Elliot. Me había quedado dormida y la llamada de Elliot me despertó. Hablando de llamadas, Elliot quería el número de Moon y no desistiría hasta encontrarlo. Tenía que hacer algo, no podía darle el mismo número de Danielle Abbadie. Todo se volvía más y más complicado, pero, ya no había vuelta atrás. Ya estaba demasiado involucrada en esto.

Rápidamente me baño y me vestí. La primavera amenazaba con decir adiós y el verano pronto llegaría, por lo tanto trate de vestirme frescamente. Un short, una camisa sin mangas, simple, sencillo. Un poco de maquillaje y estaba lista.

La hora paso y yo llegaba a la plaza y, ahí, estaba Elliot. Alto, hermoso, una mirada y cualquiera caería a sus pies. Él era tan sincero, desde siempre fue sincero y yo... yo solo le mentía. Un sentimiento se reunió en mi estómago, subiendo hasta llegar a mi garganta, donde se formó el nudo de la culpa. Culpa de mentirle, culpa de engañarlo. Pensé por unos instantes en contarle todo, pero mis deseos se desvanecieron al verlo sonreírme. ¿Cómo podía decirle al chico que me había confesado si más triste secreto, que todo lo que se trataba de mi era una mentira? Yo era una mentira.

Las cosquillas reemplazaron el sentimiento de culpa y solo pude sonreírle, mientras se acercaba a mí. Sus manos se ubicaban detrás de su espalda, como escondiendo algo.

-Hola princesa –murmuro, su boca se posiciono en mi mejilla, dándome un beso. Un escalofrió recorrió mi cuerpo. Respondí el saludo-. Te traje algo, porque hoy se cumplen tres semanas desde que te conocí. Toma –dijo, mordí mi labio, en sus manos se encontraba una perfecta y hermosa, rosa roja. La tome entre mis dedos y aspire su aroma. Si Elliot no era perfecto, estaba a un solo paso de serlo. Sonreí, mientras lo abrazaba.

-Qué lindo detalle.

-Una amiga me ayudo, quería darte algo.

-No tenías que darme nada Elliot.

-Es cierto, no tenia, pero quería –y me mostro su blanca sonrisa de muevo. Una sonrisa que era única y exclusivamente, para mí-. Bueno, te pedí que vinieras para darte eso y, aparte, me puse a pensar. Tú conoces mucho de mí, donde vivo, lo de mi madre, pero yo... no sé nada de ti. No sé nada más allá de tu nombre y de dónde vienes. Muchas veces me he puesto a pensar y es... Extraño, porque de repente apareces y luego desapareces. Un día estas y al otro no. A veces te llamo y no contestas. Desapareciste el día de la fiesta y luego el día en el que estabas en mi casa. Y de repente apareces como si nada hubiera pasado. Como si hubiera algo más. Amo el misterio que hay en ti, porque me hace querer conocer más pero... tengo tantas preguntas, como ¿Dónde estudias? O ¿Ya trabajas? ¿Tu edad? ¿Tú casa? ¿Tus padres? Esas dudas aparecen y aunque he intentado tener conversaciones contigo, donde te sinceres, nada parece funcionar. Eres como un libro cerrado.

Mis ojos se abrieron. Elliot estaba haciendo muchas preguntas, preguntas que algún día sabría que llegarían, pero que todavía no podía darle respuestas. ¿Cómo decirle que estudiaba en su escuela y que trabajaba como agente? ¿Cómo decirle que vivía en el mismo lugar que Moon, porque somos la misma persona? Suspire y mi mirada se perdió en el horizonte. Había una pregunta que podía responder.

-Pues, tengo diecisiete años y, con respecto a mis padres, ello... fallecieron. Tenía diez años y mi padre era un muy importante jefe de policía. Él había encarcelado a uno de los asesinos más temibles de mi país, pero el asesino escapo y antes de haber sido capturado, juro venganza. El llego un día a mi casa, cuando mi padre no estaba y asesino a mi madre y a mi hermana. Yo estaba en un taller de lectura en ese momento, por lo tanto, no supe nada. Cuando ya se hacía tarde espere a que mama viniera por mí, pero ese día lo hizo papa, diciendo que mama no contestaba sus llamadas así que decidió venirme a buscar el. Apenas llegamos a casa, mi papa estaba desubicado, estábamos jugando y vimos a mi madre y a mi hermana muertas. Nuestra sorpresa tal que papa quedo en shock. En ese momento el asesino y acuchillo a mi padre. Yo vi esto y mi única reacción fue correr, solo pude dedicarme a correr y correr, sentí mucha impotencia pero... no podía hacer nada más. El persiguió, pero fui más lista y me escondí. En ese momento, me encontré con un hombre, vestía como mi padre, así que le pedí ayuda. A los pocos días el maldito asesino que mato a mi familia, fue encarcelado por el hombre con el que me había tropezado. El, digamos que me "adopto" y le debo mucho –me sincere con él. Le había contado la historia más trágica de mi vida, el recuerdo que había sido guardado por años y años en el baúl del olvido, el tema que no había sido tocado hace siete años. El hombre que me había encontrado era Charles, por eso le debía tanto, si había una por la que yo pudiera poner mis manos al fuego, seria por él. Había guardado por tanto tiempo esa experiencia, me sorprendía que todavía la recordara, justo como si fuera ayer.

-Yo... Oh por Dios no tenía idea, lo siento tanto, por todo, en serio. No, no debí haberte hecho tocar ese tema. Yo, lo lamento mucho Danielle, yo...

-Tranquilo Elliot, supongo que ya no importa –sonreí para él, no iba a dejar que las cosas me afecten.

-Quiero que sepas que estoy contigo, para todo, absolutamente, todo –me cubrió con sus brazos, formando un perfecto abrazo. Tan dulce y protector. Sonreí aún más ante esto.

-Gracias, Elliot... -no, ya no estaba sola. Él lo había dicho, estaría conmigo para todo. Para todo hasta que... hasta que la mentira se acabe y yo debía regresar. Hasta que me odie por haberlo engañado de esa forma. Aparte esos pensamientos, no debía, no, no quería pensar en eso, solo cerré los ojos y disfrute del mejor abrazo que me habían dado en mi vida.

-Danielle, quiero conocer tu casa –dijo soltándose del abrazo y mirándome a los ojos. Oh Dios, el seguí teniendo dudas, él quería conocer mi casa. ¿Qué le decía? ¿Qué hacía?

-Em, Elliot yo, ya me debo ir, otro día será, ehh, adiós –titubee y no lo deje ni responder. No podía contarle nada más. Quería hacerlo pero... mi trabajo valía mucho, demasiado. Mi trabajo lo era todo. Salí de la plaza y lo deje ahí, desconcertado, con una expresión de duda.

***

Miraba el teléfono que tenía en mis manos. Luego de haber salido del parque, decidí que Moon debía tener su propio celular, así que me compre un móvil idéntico al mío. Si Elliot insistía en tener su número lo tendría.

Elliot... lo había dejado ahí, como si nada. Después de todo, siempre escogemos huir cuando estamos en problemas, no es la mejor decisión, pero en muchos casos, es la única opción.

Luego de haber dejado a Elliot así en la plaza, le había mandado un mensaje, disculpándome, le invente cualquier excusa y el, se lo había creído. Mentiras, excusas, engaños, a veces no me reconozco, pero luego me doy cuento que siempre fue así.

Tome el móvil de Moon y le escribe, me sentía mal por haberlo dejado ahí, solo.

"Hola Hamillton, soy Moon, siento no haberte dado mi numero hoy, este es, guárdalo"

"¡Moon! Oh, ya veo, está bien, ya lo guardo. Pero, ¿Cómo conseguiste mi número?"

"Me lo dio André, ¿Cómo te fue hoy?"

Mentí y cambie de tema, había sido algo tonto mandarle mensajes, ojala no se le ocurra preguntarle a André. Tardo un poco en responder, como si no supiera decir si le fue bien o mal.

"Bien... supongo, le regale una rosa, ojala le haya gustado"

"Seguro le gusto"

"¿Cómo estas tan segura?"

"Simplemente lo sé y ya, buenas noches Hamillton dormiré"

"Buenas noches Moon"

Me tire en mi cama y lance el celular hacia un lado. ¿En qué clase de juego había metido a Elliot? Dirigí mi vista hacia mi rosa roja, era tan hermosa, suave, delicada. Roja, un rojo intenso, roja como la sangre, rojo como el corazón, como... ¿Dolor con amor? No, esto no era amor, no podía permitirme sentir amor, eso sería un paso muy grande, que no quería dar, definitivamente no.

Tenía que darme prisa, Elliot ya estaba haciendo muchas preguntas. Él quería saber más cosas de mí y, mientras más le tuviera que decir cosas de mí, más le mentiría.

Eres como un libro cerrado.

Y así tendría que seguir siendo, pero Elliot no descansaría hasta saber la verdad. Elliot seguiría haciendo preguntas. Preguntas que te dejan sin respuestas, preguntas a las que no tienes respuestas, preguntas que nunca tuvieron respuestas, preguntas duras, preguntas secretas, preguntas que llevarían, sin duda, a mi descubrimiento

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