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CAPITULO 2: NOTA MENTAL, MATAR AL MALDITO HAMILLTON
Todo el mundo ya había entrado a clases, así que me dispuse a correr hasta el aula, ahorita e tocaba historia y era muy buena en ella. Yo nunca había estudiado en un colegio, bueno en realidad sí, pero eso fue antes de que pasara lo de mis padres. Luego, en la organización de espionaje, tuve que recibir clases privadas, cuando no tenía misiones. Lo que una persona se estudia en un año, yo tenía que estudiarlo en un mes. Yo era realmente muy madura, debido a que no tuve oportunidad de tratar con muchos niños, siempre estuve con personas mayores, a excepción de una misión donde tuve que ir a África a rescatar a unos bebes. Moví la cabeza de un lado a otro, para apartar mis pensamientos. Me acostumbraba a perderme en ellos y olvidarme de la realidad. Ese defecto, casi me costó la vida en una ocasión.
-Salón 32, es este -estuve a punto de entrar, cuando unas personas pasaron junto a mí, también se les había hecho tarde para entrar a clases y estaban corriendo. Escuche que hablaban de algo y me acerque un poco más antes de que se fueran. << ¿Vieron que Jhon está en depresión, desde que apareció, luego de haberse perdido tres días? Dicen que está muy mal por una chica, y que no puede dejar de hablar de una tal "Aisha">>
Jhon... él fue la primera víctima. Y, ¿Quién era Aisha? Investigare luego ese tema, tal vez tenga que ver con los secuestros. Entre al salón y todos se me quedaron viendo, sonreí a la profesora, ella era joven y realmente muy linda. Ella también me sonrió y un escalofrió recorrió mi espalda. Definitivamente esa mujer no me daba buena espina.
-Bueno alumnos, les presento a la señorita Moon, es una nueva alumna, entra a mitad de semestre, ya que es una estudiante de intercambio. Tiene excelentes notas, sin embargo, está llegando tarde y eso no debería pasar el primer día, por hoy se lo pasare, vaya a sentarse. Por cierto, mi nombre es Aish, soy la profesora de historia -asenti y me senté en la última fila, a mi lado tenia a una chica muy bonita, de cabello negro con abundantes ondas. Me sonrió y yo le devolví la sonrisa. Note sus cachetes provocaba pellizcárselos.
-Mi nombre es Ráchele, ¿Tu eres Danielle Moon, no? Podemos ser muy amigas, me gusta hacer amigas, en verdad soy muy sociable, bueno, algo, no se -me dijo con un tono divertido, se notaba por encima que era algo, em ¿loca?
-Mucho gusto -sonreí, un poco tímida-. Claro que podemos ser amigas.
-Señorita Moon, ¿En qué país estudiaba antes?
-Em, yo... -¡Dios! Eso estaba en la carpeta que me había dado Charles, y no la había leído bien. Segunda nota mental, aprenderme esa carpeta completa. Trate de memorizar y finalmente dije-. De... emm, Italia. Si, Venecia, Italia.
Debido a mis titubeos, algunas personas rieron, entre esas personas, nada más y nada menos, que el maldito de Hamillton. Bufe por lo bajo. Ese niño ya estaba colmando mi poca paciencia. Si lo llegan a secuestrar, me quedare sentada tomando el sol y leyendo un libro, mientras me rio de él. Definitivamente ¡Sí! Ok, ok, no, tendría que salvarlo.
-Umm, ¿Es cierto que hoy empujaste a Elliot y luego le gritaste? -dijo una chica un poco más alta que yo, ella estaba al frente mío y se había volteado a verme. Cabello marrón oscuro, muy hermoso debo decir y ojos negros, que si no hubiera sido un agente secreto por más de siete años, me hubiera dado miedo.
-Sí, pero fue sin querer -baje la cabeza, metiéndome en mi personaje, definitivamente Danielle Moon, no se parecía en nada a la verdadera Danielle.
-Hiciste muy bien, Elliot es mi amigo, pero se merece de vez en cuando que lo pongan en su lugar. Por ciento, mi nombre es Emily Thomson. Veo que ya conociste a Ráchele, discúlpala, ella suele hablar mucho.
-Y yo soy Charlotte, podríamos ser amigas -sonrió la chica que estaba al lado de Emily, a esta se le hacían hoyuelos en las mejillas, dándole una apariencia tierna-. No te preocupes por Elliot, suele ser un poco molesto al principio, pero es una buena persona, date tiempo de conocerlo. Algunas veces se cree muy popular y se le sube el ego, pero en el fondo, es muy tierno. Eres la primera que se atreve a desafiarlo, nadie nunca se ha atrevido a hacerle nada a ese chico, los hombres lo respetan y bueno, la mayoría de las mujeres caen a sus pies -me quede mirando fijamente, ¿Acaso ellas también caían a sus pies?-. No lo malinterpretes Danielle, nosotras solo somos sus amigas.
Me sonrió, yo sonreí y ellas se voltearon, ¿Qué me importaba a mí como fuera ese imbécil? Oh, sí, mucho, me importaba mucho, porque debía protegerlo y ¿Cómo proteger a alguien que no conoces y ya te detestaba? Aparentemente, Ráchele, Charlotte y Emily eran mejores amigas. Por cómo se trataban. Yo nunca había podido tener una mejor amiga, eso me daba un poco de nostalgia, nunca había tenido a nadie a quien contarle mis problemas, a quien darle consejos y que me de consejos. Suspire. Todos salieron del salón al sonar el timbre, pero yo me quede un rato más, Ráchele me había dicho que la acompañara, pero yo no podía tener mucho contacto con las personas de la escuela. Agarre mi celular y maque el número de Charles.
-Hola cariño, ¿Cómo estás? ¿Alguna novedad?
-Hola Charles, no, ninguna novedad, solo necesito que investigues cuantas "Aisha" hay en el colegio. La primera víctima ha estado deprimido por causa de una Aisha, desde el día en el reapareció. Quiero ver si está relacionada con los casos -dije para después despedirme y guardar mi celular. Era el primer día y no tenía nada, no me iba a apresurar, por lo menos tenía un nombre y no sé si tenga algo que ver.
Camine hasta la cafetería, los anteojos me estaban molestando y tenía unas ganas inmensas de romperlos y tirarlos. Pero me controle. Agarre una manzana y dirigí mi mirada hacia unas voces que me llamaban. Ahí estaban Ráchele y Charlotte diciendo que me sentara con ellas, en la mesa estaban unos chicos, realmente muy lindos, unas pocas chicas aparte de ellas y Emily. Negué con la cabeza, dándoles a entender que no quería sentarme con ellas. Y entonces voltee mi mirada hacia el pasillo, me percaté de que alguien corría y de su bolso se salía una pequeña pastilla. Me acerque sigilosamente y con una pinza la agarre, la olí unos segundos y luego la metí en mi pequeña bolsita, que fue directamente hacia mi bolso. Droga, eso no podía ser otra cosa que droga. Lo llevaría a la sede de espionaje en Londres, más adelante. Me levante del suelo, dispuesta a ir hacia el baño, pero sin querer, le di con el codo a alguien. Opss, le había dado a la bandeja de Hamillton y le había quedado cubierto totalmente de comida.
-¡¿Qué te ocurre?! Me llenaste completamente de comida ¡Esos anteojos de nerd no te sirven de nada! Igual sigues siendo ciega. Maldita sea Danielle Moon, te arrepentirás de esto.
Levante una ceja, en modo de burla y estuve a punto de estallar en carcajadas, pero me acorde que no era Danielle Abbadie, sino Danielle Moon. Y no podía hacer nada, más que disculparme.
-Yo, de verdad, lo... lo siento -murmure mordiéndome la lengua, pasa que no se me salga un insulto hacia ese maldito, pero justamente en ese momento, sentí una presión en mi pecho... ¡Ese maldito imbécil! ¿Cómo se atreve? ¡Me acaba de embarrar un pedazo de comida en mi blusa! ¿Qué le pasaba?
Y ahí fue cuando la poca paciencia se me agoto y sin importarme que fuera Danielle Moon, le lance otro pedazo de comida. Y así seguimos, nosotros dos, embarrados de comida, todos los alumnos nos rodeaban y miraban expectativamente como una nueva, se había atrevido a hacerle eso a él gran Elliot Hamillton.
El director llego rápidamente y disperso a todos los alumnos, vino hacia mí y hacia Elliot y nos dio un trapeador y una escoba. Ahora si era mi fin, todos entraban a sus salones comentando lo sucedido y yo... pues yo tendría que limpiar todo el desastre, con el maldito mal nacido de ojos verdes, Elliot hamillton.
-Quiero que este lugar quede impecable. Ahora mismo. Mañana quiero que se queden en el salón y me hagan una plana de quinientas líneas, que diga "No debo jugar con la comida y debo respetar a mis compañeros". De usted no me impresiona Hamillton, pero recuerde, una más y quedara suspendido. Por otro lado, señorita Moon, vaya manera de llegar a Holloway Secondary School, no aceptare más esa actitud, que le quede muy claro -dijo el director para luego irse.
-Maldita zorra, ¿Ves lo que ocasionaste?
-¿Qué diablos te ocurre? Tú empezaste.
-¿Yo? Tú me tiraste mi comida encima. Hoy luego de clases iba a llevar a Caroline a comer, ¡y ahora como demonios la llevo, si huelo a atún! Pero te lo juro Danielle Moon, como que me llamo Elliot Hamillton, que esto no se quedara así, no sabes de lo que soy capaz.
-Mira como tiemblo, que miedo, Elliot me amenazo, voy a llorar. Cállate imbécil, no me conoces.
-No necesito conocerte para saber que eres una niña rara, que se viste horrible, que no tiene nada de cuerpo y es prácticamente plana. Seguramente eres una virgencita que no ha dado ni su primer beso -rio burlonamente, mientras me inspeccionaba de arriba abajo.
Lo fulmine con la mirada y me dispuse a limpiar. Debía admitir que con esta ropa no me veía muy "atractiva" que digamos, aparte que con esa cosa rara en mi sujetador, pareciera que casi no tuviera busto. Así que en parte tenía razón. Pero no era virgen, ya había dado muchos besos y soy experta en la seducción. Lástima que Hamillton me conoció en el personaje de Danielle Moon. El condenado era endemoniadamente sexi, pero un imbécil de primera. Y de repente caí en cuenta... ¡DIOS MIO! Había llamado la atención de medio colegio, no me había comportado como mi personaje lo indicaba, había tenido mi primer regaño en mi primer día, estaba faltando a clases por estar limpiando, mañana me tendría que quedar e interrumpiría mis investigaciones. ¡Tonta, tonta, tonta! Suspire molesta, tercera nota mental, matar al maldito de Hamillton.
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En multimedia Elliot Hamillton; actor David Henrie
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