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único







dedicado a mi preciosa Esther @HarreehDormido porque sin ella este OS nunca hubiera vuelto a ver la luz, muchas gracias por haberme ayudado tanto a recuperar este escrito estrellita, te amo <3


Jeon Jungkook

- Agente de Seguridad

- 23 años

- Azabache





Kim Taehyung

- Coordinador de Banquetes

- 22 años

- Castaño

disfruten







¿Qué sucede cuando te enamoras de uno de tus compañeros de trabajo?

Hay dos opciones, los suertudos que consiguen conquistarlos y terminan saliendo o hasta casándose con quien comenzó siendo su crush laboral, como era el caso del Sr. Choi,  quien había conocido a su esposa en el hotel hace más de 10 años. Por otro lado están los menos suertudos que mueren en el intento de conquistar a su crush o terminan en la friendzone, con la peor parte de tener que seguir trabajando junto a ellos y viéndolos diariamente.

Y luego están las personas como Jungkook, que son aún menos suertudos que los anteriores y pasan desapercibidos por las personas que se robaron sus corazones.

Jungkook llevaba un par de meses enamorado de Taehyung, prácticamente desde la primera vez que Kim piso las instalaciones del hotel, la primera vez que le dió los buenos días con esa grave y aterciopelada voz que poseía, la primera vez que lo escuchó reírse con alguno de sus compañeros.

Jungkook estaba enamorado de Kim Taehyung, pero este ni siquiera conocía su nombre.


....

11 octubre


Jungkook odiaba madrugar para su trabajo, por lo que cuando le tocaba tocaba el primer turno solía llegar justo un par de minutos antes de su hora de checada, salvándose por muy poco de tener retarnos, o al menos así era antes de conocer a Taehyung.

Jeon trabajaba como agente de seguridad en el Hotel Marriot Seoul desde que cumplió 18 años y por fin pudo aspirar a un empleo mejor remunerado que los de medio tiempo que les permitían tener a los menores de edad. Él había dejado la pequeña ciudad de Busan para poder aspirar a la universidad con la que siempre había soñado, la Universidad de Corea.

Cuatro años después y a muy poco de terminar su carrera en arquitectura, continuaba trabajando para el mismo hotel, pues este le permitía acomodar sus horarios de manera que podía tomar sus clases los sábados y trabajar entre semana sin ningún problema.

Su trabajo era relativamente fácil,  pues se encargaba de cuidar la integridad de los colaboradores del hotel, además de verificar que los clientes internos y externos, es decir los colaboradores y los huéspedes, cumplan el reglamento establecido.

Sin embargo, después de años realizando las mismas tareas, en ocasiones llegaba a ser tedioso y aburrido seguir una rutina tan constante, o al menos así era hasta antes de conocer a Kim Taehyung, quien sin saberlo, con sus precioso ojos y su personalidad brillante, llegó para ser la pequeña estrellita que iluminaba los días del azabache sin saberlo.

Kim Taehyung había llegado hace algunos meses al hotel buscando la oportunidad de realizar su servicio social en el, debido a que la carrera en la que estaba finalmente había dado luz verde a volver a realizar las prácticas en empresas de manera presencial después de la crisis que presentó la pandemia, donde los estuvieron se vieron obligados a realizar prácticas o servicio realizando home office.

Tiempo después y gracias a su excelente desempeño en el área donde prestaba sus servicios fue contratado, siendo oficialmente desde hace un par de semanas, el coordinador de banquetes del hotel.

Taehyung llegó un 13 de Septiembre y desde entonces Jungkook no puede apartar sus ojos de él.

El azabache había memorizado el horario del contrario, por lo que cuando le tocaba el primer turno solía esforzarse al máximo para levantarse de su cama y llegar temprano al trabajo y así poder saludar al bonito castaño que se había robado su corazón.

Kim llegaba puntualmente todos los días a las ocho y media de la mañana pues debía subir a los vestidores del hotel a cambiarse a su uniforme antes de poder checar su hora de entrada a las nueve en punto. Por lo que cuando el reloj marcó las ocho y cuarenta minutos Jungkook comenzó a preocuparse, no era normal en el castaño retrasarse, aunque quizás su pequeño retraso era culpa del clima, esta mañana Seúl había amanecido con un torrente de lluvias que impedían a todos movilizarse como normalmente lo harían.

Para cuando dieron las nueve, Jeon estaba casi por tener un ataque de pánico, cuando el timbre de una de las puertas sonó, indicando que alguno de los colaboradores quería entrar al hotel por lo que rápidamente presiono el botón permitiéndoles el acceso, todo con la esperanza de que detrás de la puerta se encontrara el precioso coordinador.

Sin embargo, sus esperanzas se desvanecieron cuando quien entró fue otro de sus compañeros, el ingeniero en sistemas del hotel, Kim Namjoon, quien se encontraba vistiendo un enorme impermeable negro para evitar mojarse, su amigo lo saludo con un movimiento de cabeza antes de pasar de largo al área de lavado de manos, la cual había quedado como protocolo de seguridad después de pasado el auge de la pandemia, eso sumado a ingresar a las instalaciones del hotel con vestimenta civil para posteriormente cambiar al uniforme, además del lavado de manos, toma de temperatura y la desinfección con atomizador, algo tedioso pero obligatorio que tenía que realizarse un guardia de seguridad a diario con cada colaborador.

Jungkook salió de la caseta para realizar el protocolo y cerrar la puerta hacia la calle que su compañero había dejado abierta cuando escuchó un grito que provenía desde fuera de las instalaciones.

— ¡Esperen! —gritó una voz que el agente reconocería en cualquier lugar y a cualquier hora— ¡Yo también voy a entrar!

El azabache asomó la cabeza encontrándose con un castaño corriendo hacia él con un enorme paraguas amarillo sobre su cabeza.

— ¿Está terrible el clima, cierto? —inquirió Jeon en cuanto el menor estuvo dentro, en un intento cutre de iniciar una conversación.

Taehyung asintió— Parece que Tlaloc no amaneció de buen humor hoy y decidió ahogarnos a todos —respondió riendo antes de encaminarse al área de lavado de manos.

Namjoon por su parte esperaba a que su amigo decidiera salir de su ensoñación y finalmente le tomara la temperatura para poder ingresar a cambiarse.

— Apresúrate Jeon —musitó el ingeniero, él conocía la atracción que sentía el agente por el castaño y disfrutaba burlarse de su miseria— O no podrás tener tu momento a solas con tu chico.

— Cállate Nam —gruñó Jungkook escribiendo el número de colaborador de Namjoon en la bitácora antes de colocar la pistola de temperatura cerca del cuello del mayor— Podría escucharte y nunca volver a hablarme.

— Primero tendría que hablarte... —murmuró el ingeniero ganándose un suave golpe en el brazo de parte del azabache— Tranquilo Kook, ya me voy.

El castaño volvió a la zona de desinfección un momento después con el paraguas amarrado y el cabello ligeramente despeinado— Buenos días.

— Buenos días, ¿cuál es tu nombre? —preguntó Jeon intentando fingir que no había memorizado hasta los lunares de su rostro— ¿O número de colaborador?

— Taehyung, 1432 —respondió Kim sin percatarse de los nervios del contrario— Y gracias por no haberme cerrado la puerta en la cara, fue muy amable de tu parte.

— Es parte de mi trabajo —musitó apresuradamente Jungkook.

El coordinador enarcó una ceja— ¿Mantener la puerta abierta para mí?

El pelinegro asintió abriendo la puerta de la caseta de seguridad para que el menor pudiera ingresar y subir a cambiarse— Para todos en realidad, pero no me importaría abrir las puertas siempre para ti.

— De todas formas, gracias —señaló Taehyung el rostro ligeramente sonrojado antes de cruzar la segunda puerta para dirigirse al área de vestidores.

El agente volvió a su silla detrás del escritorio completamente avergonzado, en los meses que llevaba de conocer al castaño jamás había conseguido decirle algo más que un simple saludo de cortesía, por lo que haber podido soltar un comentario que para el fue un intento fallido de coqueteo había sido un gran paso.

Namjoon volvió a la caseta con su uniforme completo para finalmente poder realizar la checada de su entrada en uno de los aparatos que manejaban, por lo que se acerco al reloj checador y escaneo su rostro.

— ¿Qué tal te fue? —inquirió el ingeniero riendo bajito— ¿Ya es tu novio?

— Largo Kim.

— Deberías tratarme mejor Jeon, comparto el mismo apellido que tu amorcito —señaló el mayor acercándose a una de las puertas.

— Fuera.

Namjoon rió asintiendo— Está bien, nos vemos en la comida Jungkookie, ten un buen día.

Unos minutos después de que el amigo del pelinegro se fuera, el castaño volvió a la caseta usando ese uniforme que al agente tanto le gustaba, el cual consistía en una camisa blanca lisa, pantalones de vestir grises que abrazan las piernas del contrario y un ligero suéter negro, además de su cabellera perfectamente peinada y un sutil delineado que acentuaba sus bonitos ojos verdes.

El coordinador escaneó su rostro de la misma manera que Namjoon para checar su hora de entrada, acomodo la pequeña mochila que sostenía sobre uno de sus hombros y caminó hacia una de las puertas.

— Buen turno... —musitó Taehyung frunciendo el ceño levemente mientras abría la puerta— ¿Cuál es tu nombre disculpa?

— Jungkook —murmuró en respuesta el azabache con una ligera sonrisa.

Kim asintió sonriendo ampliamente— En ese caso, buen turno Jungkook.


...


10 diciembre


Como guardia había varias posiciones alrededor de las instalaciones del hotel donde podían ubicarlos, el lobby, la caseta, el estacionamiento, la entrada, el club de playa, el salón de eventos, etc. Para Jungkook el área no importaba, de hecho, siempre le había gustado rotar posiciones para de esta forma no llegar a aburrirse, sin embargo, desde que conoció a Kim Taehyung, sus áreas favoritas eran el lobby y la caseta, pues estás le permitían mantener aunque sea de vez en cuando, contacto visual con el bonito coordinador que tanto le gustaba.

Taehyung trabajaba como coordinador de banquetes y su oficina se encontraba pasando la parte trasera de la pecera del mezzanine, está era el centro del hotel y rodeaba los dos elevadores de huéspedes con los que contaban. Su trabajo le hacía recorrer el lobby del hotel en múltiples ocasiones y por muchas razones diferentes, ya sea para llegar a la cocina, al área de contabilidad y ventas, a la recepción o a algunos de los salones para eventos que poseían, por lo que cuando a Jungkook le tocaba hacer su turno en el área del lobby eran sus días favoritos.

Un viernes de Diciembre, Jungkook llevaba en el puesto del lobby desde las nueve de la mañana, mismas horas en las que había podido ver a Taehyung en repetidas ocasiones cruzar el lobby para llevar a algún cliente a recepción. El Hotel Marriot Seoul ofrecía cada año una Gran Cena-Baile de Navidad y Año Nuevo, que incluían menú buffet, barra de refrescos y un grupo musical en vivo entre otras cosas.

El departamento de banquetes, donde trabajaba Taehyung, se encargaba de la venta de dichas cenas, por lo que el mes de Diciembre era en el que más trabajo tenían, aún así, el castaño siempre se mostraba amable y cordial con sus clientes, guiándolos al área de recepción para realizar el pago de sus sus reservaciones siempre con una sonrisa en el rostro y saludando a compañeros y huéspedes con los que coincidía en su camino.

Pasadas las tres de la tarde, el coordinador recorrió por milésima vez en el día el camino de regreso desde la recepción hasta su oficina, a pesar de verse igual de bien que en la mañana, su lenguaje corporal indicaba cansancio. Jungkook por su parte se encontraba dentro de la tabaquería* del hotel comprando un refresco para acompañar su comida, cuando el castaño entro al mismo lugar.

*Tabaquería: Tienda pequeña dentro del hotel, usualmente vende recuerditos, trajes de baño, camisetas, algunas galletas, papás y refrescos.

— Buenas tardes Sra. Hyori —saludó amablemente Taehyung acercándose a uno de los refrigeradores— Hola Jungkook.

— Hola... —murmuró el azabache nervioso, la simple presencia de Kim lograba hacerlo balbucear.

— Buenas tardes Tae —respondió la encargada de la tabaquería— ¿Día cansado?

El menor asintió colocando una coca cola y una bolsa de papitas sobre el mostrador mientras rebuscaba en los bolsillos del pantalón.

— Mes ocupado diría yo —lloriqueó el coordinador sin lograr encontrar su billetera— Diciembre está matándome, no puedo esperar a que sea enero.

— ¿Me imagino pequeño, ¿qué tal va la venta? —inquirió Hyori escaneando el refresco en la máquina— Son $37.

— Bastante bien por fortuna, aunque estoy volviéndome loco por tantos nombres —se quejó Taehyung— Encima no hemos tenido tiempo de bajar a comer, siento que si repito una vez más lo que incluye la cena voy a ponerme a llorar.

— Tranquilo Tae, ya casi termina el mes —aseguró la mujer aún esperando el pago de la compra mientras pasaba la vista del castaño al azabache, quien se encontraba aún en la misma posición con su refresco en una mano y su mirada fija en el coordinador— Aunque no deberían malpasarse, dile a Hyejin que no sea tan tirana contigo.

— Mi pobre jefa esta igual o peor que yo Hyori —puchereó Kim— Encima olvide mi cartera en la oficina, te digo que estoy a punto de enloquecer.

— No te preocupes pequeño, puedes volver más tarde a pagarme — sugirió Hyori. 

Taehyung negó— De ninguna manera, podría causarte problemas,  voy a la oficina y vuelvo.

— Espera... —musitó de repente el mayor provocando que el castaño detuviera su camino fuera del pequeño local para voltear a mirarle sorprendido, como si hubiera olvidado que seguía ahí— Yo puedo pagarlo por ti.

— Oh no, Jungkook, no te preocupes —respondió el menor haciendo gestos de negación con las manos— Solo me tomara un momento ir por mi dinero, la oficina esta al lado.

Jeon ignoró la respuesta del castaño, colocando un billete en la mano de Hyori— Aquí tienes Hyo.

Taehyung sostuvo el brazo del azabache, intentando impedir que pagara por sus productos— Insisto, yo puedo pagarlo.

— No aceptaré un no, quiero invitarte —admitió el agente recibiendo el cambio con una sonrisa nerviosa en el rostro— ¿Vas a despreciar mi gesto, Kim?

— No puedo contigo Jeon —se burlo el coordinador sonriendo— Muchas gracias, la próxima invitó yo.

— Eso no es nec...

— No aceptaré un no —interrumpió Taehyung tomando sus productos— Gracias a ambos, nos vemos más tarde.

El castaño salió del local tranquilamente sin saber que había dejado al mayor a punto de desmayarse de la emoción.

— Quien lo diría, el pequeño Jungkookie es todo un galán —señaló Hyori riendo.

Jeon negó con una sonrisa— Nos vemos Hyori, gracias.





...


18 diciembre


Una semana después había llegado el gran día, después de dos años sin realizar ninguna fiesta o evento grande entre los colaboradores debido a la pandemia, el hotel había recibido la autorización para volver a realizar la tan esperada posada navideña, donde todos los colaboradores tenían la oportunidad de celebrar y divertirse juntos sin importar el área al que pertenecieran.

El horario normal de los trabajadores administrativos del hotel es de 9 de la mañana a 5 de la tarde, sin embargo, y por ser una ocasión especial, les habían dado el permiso de retirarse de las oficinas a las 4 de la tarde, esto para que pudieran tener el tiempo necesario para ir a su casa y arreglar para la posada.

Otros como es el caso de Jungkook, no habían tenido tanta suerte, por lo que cuando su turno termino a las 7 de la noche, corrió a su locker a buscar las prendas de ropa que había traído en la mañana para cambiarse.

El hotel cuenta con vestidores y área de duchas en caso de que sus trabajadores necesiten hacer uso de ellos, sobre todo cuando tenían que doblar turnos. Jungkook no había tenido nunca que usar las duchas hasta ahora, pero tampoco quería asistir a la fiesta sin bañarse después de horas de trabajo.

El azabache había pasado toda la noche anterior intentando buscar algo decente que usar, porque si bien a él no le preocupaba mucho su vestimenta diaria y usaba ropa en su mayoría negra y cómoda, en está ocasión el castaño que se había robado su corazón hace unos meses estaría presente por lo que quería verse lo mejor posible dentro de sus posibilidades.

El tema de la posada de este año era blanco y negro, por lo que el agente había decidido vestir un simple pantalón de mezclilla negro, un suéter de cuello alto y un par de botas también negras. Una vez duchado y vestido procedió a intentar peinar su cabello, este se encontraba bastante corto y tampoco es que pudiera hacer mucho por él, por lo que se rindió después de un rato, colocándose un poco de perfume y guardando sus pertenencias de regreso en su locker antes de salir de los vestidores.

Cuando llegó al salón del hotel donde se llevaría a cabo la posada navideña eran pasadas las 8 de la noches, por lo que conociendo lo puntual que era Taehyung, debería de estar ya dentro o por llegar.

El azabache entró al lugar pasando por un túnel iluminado que habían montado hasta llegar a la zona de fotos, donde se encontraba colocado el típico fondo para fotos con los números del año nuevo en globos brillantes, nada demasiado emocionante o creativo a su parecer.

La señora Eunji, gerente de recursos humanos, y Gyeonghui, la coordinadora de capacitación lo recibieron en cuanto entró, junto a ellas se encontraba el señor Donghae, gerente general del hotel, quienes le dieron la bienvenida a la fiesta y alargaron su apariencia.

Jungkook sabía que se veía bien porque esa había sido su intención, él estaba ahí esa noche para impresionar.

Sus compañeros de área al verlo llegar le hicieron señas para que se acercara a su mesa, durante la posada podían sentarse donde y con quien quisieran, aunque sin quererlo los compañeros de trabajo terminaban siendo todos amigos y preferían sentarse todos juntos, es así como Jungkook terminó en una de las mesas del centro con todos los agentes de seguridad y el personal de recursos humanos, puesto que sus jefes compartían oficina.

— Hasta pareces otra persona bañado Jeon —musitó Jaehyun guiñándole un ojo mientras se sentaba junto a él.

— No puedo decir lo mismo de ti Jae, sigues igual de feo —se burló el azabache ganándose un golpe en el brazo de parte de su amigo— En realidad te ves bastante bien Jeong, si no tuviera un objetivo hoy, hasta te invitaría a bailar.

Jaehyung rió— Como si fueras capaz de ver a alguien más que a Kim, bastante gracioso cuando estás acaparando todas las miradas con ese suéter.

— ¿Eso que escucho son lloros?

— Nah, no estás tan guapo como para llorarte bro —respondió el castaño enfocando su mirada en otra de las mesas— Además yo tengo mi propio Tae.

Jungkook asintió imitando la acción de su amigo, en una de las mesas cercanas a la suya se encontraba todo el personal del área de cocina, entre ellos Lee Taeyong, un chico pelinegro de ojos grandes y mandíbula marcada, quien era el novio de Jaehyun desde hace un par de años, Lee había llegado al hotel para cubrir las vacaciones del chef pastelero y había logrado quedarse con el puesto de planta y el corazón del amigo de Jeon.

— Al menos tu Tae si sabe que existes —se quejó el azabache cruzándose de brazos, brindándoles sin querer una imagen demasiado apetecible de sus pecho a las dos féminas de su mesa— El mío siempre parece tan ocupado que no puedo acercarme a hablarle.

— Si, claro, vamos a fingir que eso es lo que sucede —se burló Jaehyun— Está es tu oportunidad Jeon, hoy no estará ocupado como dices tú.

— A lo mejor ni siquiera venga Jae, él es muy puntual y aún no llega.

Jeong se rió nuevamente antes de señalar a la entrada con la cabeza— Deja de llorar, tu chico ya llego.

En cuanto su amigo mencionó la presencia del castaño en la fiesta, Jungkook giró en su silla intentando localizarlo, aunque al parecer Taehyung se lo había puesto muy fácil.

El menor estaba vestido para impresionar o al menos eso es lo que le había parecido al agente en cuanto su mirada encontró el cuerpo del contrario. Kim vestía un pantalón negro de imitación cuero, botas con un ligero tacón, un suéter de cuello alto repleto de lentejuelas y un collar de cristales plateado en el centro de su pecho. Por si fuera poco eso no era lo que más llamaba la atención en él, sino el reciente todo grisáceo de su cabello, el cual se encontraba estilizado en unas ondas sutiles.

Decir que Jeon estaba babeando, sería poco.

Taehyung estuvo posando para las fotos con sus amigos por un rato, sin darse cuenta de la cantidad de miradas que estaba recibiendo, entre ellas la del azabache que no había podido dejar de verlo en todo este tiempo.

Cuando el grupo de ventas, donde se encontraba Kim finalmente ingreso completamente al salón, Jungkook en su interior rezaba para que eligieran una mesa cercana a la suya, por lo que cuando Jackson levantó la mano llamando la atención de Irene e indicándoles que les estaba apartando sitio en su mesa, el agente apuntó agradecerle más tarde.

La mesa donde el personal de ventas había decidido sentarse quedaba a una de la suya propia, sin embargo, y gracias al montaje del salón, Jungkook podía ver desde su lugar cada movimiento que el castaño daba, pues había quedado de frente a él.

Taehyung estuvo charlando con sus compañeros y tomando un par de selfies grupales hasta antes de que la cena fuera servida, todo bajo la atenta mirada del agente azabache, el cual aunque si se estaba divirtiendo y charlaba con sus amigos, no perdía la oportunidad de echarle un vistazo al coordinador cada que podía, pero es que el menor se veía tan precioso esa noche, que le era imposible ignorarlo.

Una hora más tarde el gerente dió por aperturada la pista de baile con el grupo musical en vivo comenzando a deleitar a todo el personal con música más movida, incitándolos a acompañarlos bailando. Poco a poco los colaboradores fueron caminando a la pista, bailando con sus compañeros y divirtiéndose todos juntos, pero Taehyung seguía sentado en su mesa, y por ende, Jungkook también.

Un par de chicas se acercaron a invitar a bailar al castaño, pero este las rechazo con un gesto amable, hasta que todos en su mesa decidieron levantarse a bailar juntos, con Jungkook muriéndose por unírseles.

El azabache debió haber sido demasiado obvio, pues una de las chicas del área de recepción se acerco a invitarlo a bailar, no estaba en sus planes aceptar, pero pensaba que podía ser una buena oportunidad para acercarse al coordinador, quizás si chocaba con él podría finalmente reunir el valor y hablarle.

Jungkook bailó dos canciones con la chica pelirroja antes de darse cuenta que Kim había vuelto a sentarse en su mesa, dejando a sus compañeros bailando en la pista, por lo que decidió que este era su momento, se deshizo de la chica con la excusa de estar cansado, lo cual en parte era cierto, pues después de un turno de 8 horas lo que más quería era volver a casa y descansar, eso había hecho en otros años, pero esta ocasión era distinto, y todo se debía al lindo peligris de ojos verdes.

Una vez su presa estuvo localizada, procedió a acercarse lenta y disimuladamente, o al menos así creía el que se veía. Estaba a punto de llegar a la mesa del coordinador cuando otro chico se adelanto a ello, Sehun, uno de los panaderos del hotel, quien parecía estar invitando al peligris a bailar con él, Taehyung repitió la acción de rechazarlo amablemente, sin embargo, el chico se negaba a dejarlo ir tan fácil por lo que se sentó en la silla junto a él y lo rodeo con un brazo por los hombros, causando que Kim comenzará a removerse en su lugar incómodo.

No bajo mi jodida guardia.

Jungkook se paró del lado contrario del panadero, sonriendo a la vez que extendía una mano hacía el castaño— Taehyungie cariño, prometiste bailar mi canción favorita conmigo, ¿estás listo?

— Por supuesto —el coordinador tomó su mano, su expresión cambiando de enojo a agradecimiento en un momento— Lo siento, Sehun, será en otra ocasión.

— Pero yo pregunté primero —gruñó el contrario levantándose.

El azabache rodeo la cintura del menor acercándolo a su cuerpo— No está interesado en bailar contigo, Oh, acéptalo.

El mencionado rió— ¿Pero con el gran Jeon, si?

Taehyung se libro del agarré del mayor al ver que no parecían querer parar su disputa, no quería que algo como esto arruinara la noche de todos, por lo que tomó la mano del agente para guiarlo de regreso a la pista, deteniéndose un momento justo frente al otro chico.

— Lo siento, Sehun, pero de verdad no estoy interesado —admitió Kim sonriéndole un poco— Estoy seguro que encontrarás alguien que si, adiós —y sin más jalo al azabache hacia uno de los lados de la pista.

Jungkook le siguió sin poner ninguna objeción, sonriéndole a Jaehyun cuando este levanto ambos pulgares hacia él en la distancia. El castaño se detuvo girando a observar al agente.

— Gracias por eso Jeon, no entiendo porque no son capaces de aceptar un no —murmuró Taehyung observando por encima del hombro del contrario— Aunque pude haberme encargado yo solo.

— No lo dudo Kim —respondió el azabache levantando las manos en señal de rendición— Solo quería ayudarte un poco, Sehun siempre hace lo mismo.

— ¿Así que tú eres el defensor? —inquirió el coordinador levantando una ceja.

— Bueno, soy un agente de seguridad, es mi trabajo.

Taehyung asintió suavemente— Pero no estamos trabajando ahora mismo y aún así me ayudaste.

— Si bueno, es parte de mi personalidad creo —admitió Jungkook bajando la mirada— Lo siento si te molesto que interviniera...

— No, no, para nada —aclaró el castaño regalándole una sonrisa tranquilizadora— Al contrario, estoy agradecido contigo, ¿cómo puedo compensártelo?

El azabache negó— No lo hice buscando nada a cambio y tampoco creo que sea para tanto.

— Insisto Jeon.

— En ese caso, ¿bailarías conmigo? —preguntó Jungkook nervioso— De verdad me gusta mucho esta canción.

— Eso me encantaría, aunque de una vez te aviso que no tengo ni idea de como se baila eso —Taehyung aceptó su invitación comenzando a mover el cuerpo al ritmo de la música, era ese tipo de canción que no sabes su nombre, pero es un clásico para bailar en las fiestas.

Jungkook rió— Ni yo pero podemos intentarlo juntos.

— La verdad es que no se me da muy bien bailar —admitió Kim sonriendo.

— Mentira, te he visto toda la noche bailando y no lo haces nada mal —respondió el agente intentando seguirle el ritmo, para los demás deberían verse muy graciosos pues ninguno de los dos sabía como bailar ese ritmo, pero ellos estaban pasando un buen momento juntos y eso era lo único que importaba.

Taehyung lo miró levantando una ceja— ¿Así que has estado viéndome?

— ¿No? —musitó Jeon levantando los hombros en un intento de hacerse el desentendido, aunque la expresión del castaño le indicaba que no le estaba creyendo en absoluto— Bien, si lo estaba haciendo, pero es culpa tuya.

— ¿Mía?

— Sí, normalmente pienso que eres muy bonito —soltó Jungkook arriesgándose— Es decir, es algo evidente, y yo no estoy ciego, aunque no estoy diciendo que estar ciego tenga algo de malo, pero en realidad tengo buena vista...

La suave risa de Taehyung interrumpió la verborrea del mayor, la canción había cambiado, pero ambos estaban tan sumergidos en su plática que ni cuenta se habían dado.

— ¿Te estás burlando de mí? —inquirió el azabache sintiéndose un poco herido, era la primera vez que lograba entablar una conversación decente con su crush y este parecía estarse burlando de él.

— Para nada, es solo que me resultas muy tierno —aseguró el coordinador— Supongo que te sorprendió verme tan arreglado, normalmente parezco un vagabundo.

Jungkook negó— Eso no es cierto, siempre te vez bonito Tae, pero hoy, estoy seguro que eres el chico más precioso de este hotel.

El castaño bajó el rostro sonrojado— Es todo gracias a mi hermana y mi madre que han insistido en arreglarme así.

— Pues agradéceles de mi parte, porque han hecho un excelente trabajo —respondió Jeon sonriendo, el haber logrado que el castaño se sonrojara hacía que su corazón se sintiera cálido— ¿Quieres beber algo?

— Claro, vamos a mi mesa si quieres, la Sra. Shin se ha ido y tenemos un hueco libre —ofreció comenzando a caminar de vuelta a su mesa con el azabache siguiéndolo de cerca, el castaño tomó asiento en su lugar antes de señalarle la silla siguiente a Jeon— Chicos, él es Jungkook, Jungkook ellos son Irene, Hoseok, Jimin y Seulgi.

— Hola Jeon —musitó Park chocando los puños con el recién llegado.

— Hola Jungkook, ¿qué tal estás? —inquirió una de las féminas.

— Muy bien Irene, ¿y tú? he visto que has tenido muchos grupos este mes —respondió el agente tranquilo, él conocía a los ejecutivos de venta del hotel, incluso había intercambiado conversaciones con ellos, por lo que sentía cómodo en la mesa.

— Un poco cansada porque ha sido un mes con mucho trabajo afortunadamente, pero bastante bien.

Taehyung sonrió al notar que sus amigos habían recibido al azabache de buena manera, no es que estos fueran groseros o mucho menos, pero el área de ventas tenía una mala reputación de ser un poco cretinos con las demás áreas del hotel.

— ¿Dónde están Lalisa y Jackson? —preguntó Kim al no encontrarlos en la mesa.

— En la pista, donde más —se burló Hoseok señalando a los mencionados con la cabeza— Ya los conoces, ellos aprovechan cada momento para sacarle brillo a la pista, de hecho, voy a unírmeles, ¿vienes conmigo Gi?

— Claro —la chica asintió levantándose tras de él.

Una vez que ambos se retiraron de la mesa, Jimin, Irene y Taehyung comenzaron a charlar entre ellos, dejando sin querer a Jungkook fuera de la plática, él agente por su parte jugaba con sus manos en señal de nerviosismo. Unos minutos después, Kim pareció haber notado esto, pues colocando una mano sobre el brazo del mayor, llamó su atención.

— Lo siento, ¿llamamos a mesero?

Jungkook asintió levantando una de sus manos en dirección al área del servicio, donde se encontraban posicionados los meseros contratados para el evento, el asignado a su mesa se acercó rápidamente al notar el gesto.

— Buenas noches, ¿qué puedo ofrecerles? —preguntó el joven inclinándose sobre ellos para lograr que pudieran escucharlo por sobre la música.

— Yo quiero una coca cola, por favor —pidió Taehyung amablemente antes de mirar al azabache— ¿Y tú?

— Coca cola está bien para mi también, gracias Chan.

— En un momento se los traigo —aseguró el mesero— No es nada Kook.

— Entonces Jeon, ¿tú que opinas? —preguntó Jimin intentando incluirlo en la conversación— Les decía que esperaba más de esta fiesta después de 2 años sin posada navideña.

El mesero regreso con sus bebidas, colocándolas justo frente a cada uno sobre la mesa.

— Ya yo también, las señoras Eunji y Gyeonghui estuvieron hablando por semanas de lo increíble que seria la fiesta y todo lo que estaban preparando —explicó Jungkook tomando de su bebida— Pero a mi no me parece la gran cosa si soy sincero.

— ¿Lo que estaban preparando? —inquirió Irene indignada— Ellas no organizaron nada, todo se lo pidieron a banquetes, pregúntale a Taehyung, él pobre no paro en toda la semana de pedir sus requerimientos para la fiesta porque ni eso pudieron hacer, lo único que organizaron fue el mural de la entrada y ni eso pudieron hacer bien.

El azabache volvió su atención al castaño quien se encogió de hombros restándole importancia a la situación, aunque en realidad había pasado una semana bastante pesada y estresante a causa de ellas.

— Si, pero supongo que es parte de mi trabajo.

— No en realidad, es un evento de ellos Kim —regañó Park frunciendo el ceño— Esas brujas se aprovechan de que eres nuevo y noble, yo no les hubiera hecho nada.

— Yah, pero tu tienes un trabajo de planta aquí, yo tengo un contrato limitado —señaló Taehyung— Y ambas son de recursos, de ellas depende que me quede o no.

— Pero no son tan malas, ¿o si? —inquirió el azabache colocando una mano sobre el brazo ajeno, el castaño lo miro por un momento antes de sonreír de lado— ¿De verdad son malas contigo? No las conocía así...

Kim negó suavemente— No es que sean malas...

— Y una mierda, son unas arpías —gruñó la fémina— Lo que pasa es que les da envidia que nuestro Tae sea tan querido por todos, pero es un chico super lindo y trabajador, obviamente se iba a ganar el corazón de todos aquí, y a las brujas les da envidia porque a ellas nadie las soporta.

— Vaya no conocía ese lado de ellas, a mi suelen tratarme normal creo...

— Pues si, porque aparte de que tu jefe esta de su lado eres atractivo—contestó Jimin riendo un poco— Si te descuidas un poco van a intentar algo contigo, no sería la primera vez que lo hacen, cuando entre a la empresa lo intentaron conmigo, pero les deje en claro que no me van las mujeres y menos las señoras urgidas.

— Todavía me causa gracia eso, es decir, tienes homosexual grabado en la frente —señaló Irene.

Jimin se rió— Tenemos querida, tenemos.

— Me da escalofríos pensar siquiera en que se me insinúen —aseguró Jungkook riendo.

Taehyung lo acompañó en su risa— ¿Tampoco te van las señoras como a Minnie?

Jungkook sonrió encogiéndose de hombros— No me van las mujeres en general.


...


Jungkook aún seguía sin creer que hubiera tenido el valor de pedirle una cita a Kim Taehyung, y aún más, que este haya aceptado con tanta facilidad. Después de que la fiesta terminará había sido todo un caballero al acompañar al peligris a la entrada del hotel, donde contaban con el servicio de taxis seguros.

Justo en ese momento cuando sentía que la noche terminaba y con ella se iba su oportunidad, fue cuando en un arranque de adrenalina le pregunto a Taehyung si le gustaría ir a comer con el próximo viernes y este acepto antes de finalmente despedirse.


...


22 diciembre


Cuatro días después el tan esperado día había llegado, el agente había pasado todo su turno nervioso, tanto que hasta agradeció que el castaño haya tenido tanto trabajo y no pudiera verlo aún, porque sinceramente aún no sabía como reaccionar a la idea de que él, Jeon Jungkook había logrado tener una cita con su crush.

En cuanto el reloj marco las cinco de la tarde, la ansiedad del agente aumentó, sobre todo porque el compañero al que le tocaba relevarlo aún no había llegado a su posición, por lo que perdió la calma cuando la gerente de banquetes, Ara, cruzó el pasillo hacia la zona de escaleras y el elevador de servicio, anunciando que era cuestión de poco tiempo que Taehyung también lo hiciera, pues su jornada laboral había terminado.

Con su radio en mano y sin quitar la mirada del pasillo, el azabache llamó a su compañero— ¿43, me copia?

— Aquí 43, ¿qué sucede? —respondieron desde el otro lado.

— ¿Quién va a relevar el puesto del lobby? —preguntó Jeon antes de realizar media reverencia hacia un huésped que se acercaba a las escaleras mecánicas— Buenas noches.

— Yo, ya voy en camino, tranquilo.

El agente cambio su peso de un pie al otro con nerviosismo, maldiciendo a su amigo en su mente por ser tan impuntual.

— Hasta mañana Sra. Hyuna —escuchó decir a una voz muy conocida, su precioso peligris estaba despidiéndose de una de las señoras de áreas públicas mientras se agachaba a cerrar la puerta de cristal de su oficina— Que descanse.

— Hasta mañana, Taehyungie, descansa también pequeño.

El coordinador caminó hacia la puerta del personal con la mirada fija en su teléfono, cruzando la puerta solo un momento antes de que Jaehyun apareciera, caminando a paso veloz hacia Jungkook, vistiendo su uniforme azul y una sonrisa culpable en el rostro.

— No me odies bro, ya estoy aquí —pidió Jeong tomando la pistola de temperatura que le ofrecía su amigo— Ve a por tu chico, corre.

— Ya me las pagarás luego Jae, ¡hasta mañana! —musitó el azabache antes de irse.

Cuando cruzabas la puerta de servicio lo primero que se veían era las escaleras y un pasillo corto por el que se llegaba al asensor de colaboradores.  Jungkook estaba a punto de ponerse a bajar las escaleras corriendo debido a que el elevador de colaboradores solía tardar mucho sobre todo en este horario, por lo que bajar los tres pisos a pie era mucho más rápido, pero en cuanto cruzó la puerta escuchó la voz grave de Taehyung, parecía estar hablando con alguien más.

— Si, fue un día pesado para nosotros —admitió el peligris esperando junto a las puertas del elevador— ¿Qué tal para ustedes?

— Estuvo de muerte, cuando la ocupación sube los que más sufrimos somos nosotros —respondió Chanyeol, un chico alto y pelinegro que trabajaba en el departamento de áreas públicas— Por cierto, Taehyung.

— Dime —asintió el coordinador levantando la vista de su teléfono para observar al contrario, quien sostenía una escoba entre sus manos.

— Se que no me conoces mucho, pero me estaba preguntando —murmuró el más alto nervioso— ¿Podrías darme tú número?

Jungkook decidió que era momento de intervenir y al ver como una señal divina que las puertas del elevador justo se abrieran en ese momento, se acerco disimulando que no había estado escuchando.

— Buen día —saludó a ambos chicos deteniéndose justo antes de entrar al aparato— ¿Vienes Tae?

— Buen día Kook, si voy —contestó Kim siguiendo al recién llegado con una sonrisa— Hasta mañana Chanyeol, descansa.

Él más alto sonrió de lado en respuesta— Hasta mañana.

En cuanto las puertas del ascensor se cerraron, Jungkook vió como el peligris se acercaba a presionar el botón que los llevaría al piso indicado.

— ¿Estás listo Tae? —preguntó el agente observando al contrario asentir suavemente— ¿Qué tal estuvo tu día?

— Un poco cansado, ¿y el tuyo? —respondió Taehyung saliendo del aparato y comenzando a caminar hacia la caseta de seguridad— ¿Los huéspedes te dan muchos problemas?

Jungkook caminó a la par del castaño con el corazón al mil por hora— Algunos si, sobre todo los que no quieren seguir las reglas —admitió el azabache abriendo la puerta para el chico— Pero nada que no pueda controlar.

— Buenas tardes —musitó el agente en turno desde detrás del escritorio— ¿Me dejarás tus cosas Jeon?

— Buenas tardes —murmuró en respuesta el coordinador pasando de largo directo al checar su salida en el aparato.

Jeon asintió— Solo traigo mi radio, ¿podría por favor ponerlo a cargar, Sr. Choi?

— Claro que si muchacho —aseguró el hombre mayor aceptando el radio que el menor le ofrecía antes de acercarse a checar su salida también— Hasta mañana a ambos, descansen.

Ambos chicos salieron de las instalaciones del hotel en silencio, el cual si continuaba alargándose empezaría a resultar incómodo— ¿A dónde quieres ir Taehyung?

El peligris lo miró por un momento antes de negar suavemente— No lo sé, tú me invitaste.

— En realidad tengo dos opciones, podemos elegir un restaurante dentro de la plaza o podría cocinarte en mi departamento.

Taehyung rió— ¿Quieres llevarme a tu departamento en la primera cita?

— ¿Es una cita? —inquirió el azabache con los ojitos brillosos de emoción— Digo, para mi lo es, pero no estaba seguro si para ti también lo era, que no...

— Me gustaría que cocinaras para mi —interrumpió el menor acariciando la mejilla del azabache con una mano— Eres muy tierno Jungkookie, pero solo acepto si me dejas pagar el taxi a mi.

Jungkook asintió con el rostro sonrojado ante el ligero contacto— Eso no va a ser necesario bonito, sígueme.

El agente guío al coordinador hacia el estacionamiento del hotel, donde se encontraba su amada motocicleta, Jungkook no podía permitirse un automóvil aún, por ello, su hermano mayor le había regalado en su cumpleaños pasado algo con lo que pudiera transportarse de manera más cómoda.

Se detuvieron justo al lado del aparato, con el azabache tomando su casco antes de ofrecérselo a Taehyung.

— Espero no te den miedo —dijo el agente tomando asiento sobre la motocicleta antes de encenderla— Solo tengo un casco porque nunca llevo a nadie conmigo, puedes usarlo tú, prometo ser cuidadoso.

— No me dan miedo tranquilo, pero, ¿podrías ayudarme con esto? —pidió el peligris luchando para colocarse el casco.

— Claro que si bonito, acércate un poco —respondió Jeon acercando el cuerpo del menor hacia el suyo con una sonrisa, le encantaba que el coordinador no parecía para nada incómodo con él, lo ayudo pacientemente a colocarse el casco, aprovechando cada oportunidad para rozar su rostro— ¿Te ayudo a subir?

Taehyung negó— Gracias Jungkookie, pero no es necesario, ¿puedo abrazarte?

Tú puedes hacer lo que quieras conmigo cariño, pensó el azabache sonriendo— Claro, sostente bien.

El trayecto al departamento del mayor fue relativamente corto pues el departamento se encuentra bastante cerca del hotel, sin embargo y debido a que la hora coincidía con el horario de salida de muchos trabajadores, el tráfico les hizo retrasarse un poco. Jeon guió al peligris hasta el segundo piso del edificio, donde con manos temblorosas abrió la puerta, permitiendo entrar primero a su acompañante.

— Puedes utilizar las pantunflas azules si quieres —señaló Jungkook tras cerrar la puerta— Las compré para cuando mi hermano venga pero nunca lo invito.

— ¿Seguro qué no le molestará? —preguntó Taehyung comenzando a quitarse los zapatos a un costado de la puerta.

El agente negó imitando su acción antes de colocarse el par de pantunflas moradas— Jin hyung ni siquiera sabe que existen, él no suele venir aquí porque prefiero ir a visitarlo yo, a mí sobrino le encanta jugar conmigo.

Ambos caminaron hacia la cocina con el menor observando todo el lugar durante el trayecto, el departamento era pequeño pero se encontraba perfectamente ordenado a excepción de una laptop y un par de libros sobre uno de los sillones.

— ¿Eres alérgico a algo o algo no te gusta? —inquirió Jungkook comenzando a sacar ingredientes de los estantes, recibiendo un gesto de negación del peligris— Perfecto, te haré mi especialidad entonces, ¿siempre eres así de callado?

Taehyung rió— No en realidad, suelo ser demasiado parlanchín, es solo que estoy nervioso.

— ¿Te pongo nervioso? —murmuró el mayor colocando un bote de salsa sobre un sartén y una mezcla de especias.

— Solo un poco, me pasa cuando conozco a alguien —respondió el coordinador recargándose en la barra que dividía el comedor de la pequeña cocina— ¿Cómo se llama?

— ¿Quién? —preguntó en respuesta Jungkook colocando la pasta en una olla con agua antes de voltearse a observar por un momento al peligris— Disculpa por ser un terrible anfitrión, ¿te gustaría algo de tomar?

— Tu sobrino —señaló el menor— Y agua estaría muy bien, ¿quieres que la tome yo¡

El agente asintió— Claro, estás en tu casa, toma lo que quieras.

El coordinador caminó hasta el refrigerador donde al abrirlo se encontró con una variedad de botellas de bebidas energizantes, refresco, una botella de vino, una jarra de agua natural y muchísimas botellitas de leche de banana.

— ¿Está cantidad industrial de leche de banana se debe a tu sobrino?

El mayor se sonrojo ante el descubrimiento ajeno— No, el pequeño Binnie rara vez viene aquí, prefiero visitarlo yo, aunque estoy pensando comprarle un par de juguetes por si quiere venir.

— Eres demasiado tierno Jungkookie —musitó Taehyung volviendo a la barra con un vaso de agua en mano— ¿Te gustan mucho los niños?

— No mucho en realidad, él único hasta ahora que soporto es Moonbin y solo porque Seokjin y mi cuñada están haciendo un excelente trabajo con él —aseguró el menor de los Jeon retirando la pasta del fuego y escurriéndola rápidamente— Estoy seguro que es muchísimo más listo que yo y sólo tiene 5 años.

— Suena como un buen niño.

— El mejor —admitió Jungkook sonriendo— ¿Queso parmesano?

— Si por favor.

El azabache colocó pasta sobre dos platos llanos, un poco de la salsa boloñesa que había hecho sobre esto espolvoreo queso parmesano, con cuidado llevó ambos platos hacia la mesa.

— Eso huele increíble —aseguró Taehyung sonriendo— ¿Quieres que te ayude con algo Kook?

— Escoge algo para beber, por favor.

Kim volvió al refrigerador sacando un par de latas de refresco de cola antes de dirigirse a uno de los estantes continuos donde tomó un vaso adicional para el dueño del lugar. Al volver a la mesa este se encontraba sentado esperándolo con una sonrisa ladeada adornando su rostro, signo de lo nervioso que estaba.

— Buen provecho Tae, espero que te guste —musitó el agente observándolo fijamente, solo Taehyung conseguía ponerlo así de nervioso.

— Buen provecho para ti también Kook —respondió el menor tomando el primer bocado de pasta, Taehyung se tomó el tiempo de apreciar cada sabor, gesto que comenzó a alarmar al anfitrión— Necesito esta receta ya.

— ¿Te gusto? —preguntó Jungkook con los ojitos brillosos de la emoción.

El coordinador asintió— Mucho, mucho, ¿cómo eres tan buen cocinero?

— Esto es algo rápido porque no quería hacerte esperar mucho, pero supongo que es la necesidad, tuve que aprender o viviría a base de ramen —admitió el mayor comenzando a comer su porción, más tranquilo ahora que sabía que su platillo había sido todo un éxito— ¿Te gusta la cocina?

— No mucho, solo cocino si mi vida depende de ello —contó el coordinador— Y como vivo con mi madre y mi hermana, no suelo hacerlo muy seguido porque ellas adoran cocinar, por lo que soy el peor cocinero que vas a conocer.

El azabache rió un poco antes de responder— Lo dudo, el peor que conozco es Nam hyung, mi hermano es un peligro en la cocina, es una suerte que mi cuñada sea chef.

De este modo pasaron un par de horas, conforme el tiempo avanzaba las conversaciones se hacían más interesante y el nerviosismo de ambos desparecía, Jungkook no perdía ninguna oportunidad de decirle algún cumplido o comentario coqueto al peligris, mientras que este no paraba de reír y sonrojarse.

Cuando la pasta y el refresco se terminaron, mudaron su plática a uno de los sillones de la sala, sentándose tan cerca que sus rodillas se rozaban de vez en cuando. De a poco fueron soltándose cada vez más mientras iban sintiéndose más cómodos el uno con el otro, hablando de cualquier cosa que se les ocurriera, solo disfrutando el tiempo juntos y conociéndose entre sí.

— ¿Por qué elegiste nuestro hotel para tu servicio? —inquirió Jungkook después de un rato.

— Hace un par de años hice mis primeras prácticas en este mismo hotel, solo que estuve en recursos humanos y por culpa de las brujas no lo disfrute tanto —explicó el peligris recargando la cabeza contra el sillón— Pero en una ocasión subí como apoyo de áreas públicas y termine observando el trabajo de banquetes, vi a Ara en su ambiente y me encantó, así que cuando tuve que elegir alguna empresa para mi servicio, no dude en querer trabajar con ella.

— ¿Qué te hicieron Eunji y Gyeonghui? —preguntó en respuesta el mayor mientras fruncía el ceño— Siempre he escuchado que no le caen bien a muchos en el hotel, pero conmigo han sido demasiado buenas hasta ahora, así que no lo creía del todo.

— Ya te dije que es porque eres atractivo, por lo que he visto son un poco... no se como decirlo sin que suene ofensivo —rió Taehyung— Digamos que en ocasiones intentan sacar provecho de su posición, sobre todo con chicos jóvenes y apuesto como tú, lo demás lo dejo a tu imaginación.

Jungkook sonrió con los ojos brillando de emoción— ¿Crees que soy atractivo?

— ¿Eso es todo lo que escuchaste?

— No, pero es todo lo que me interesa —admitió el agente tomando un sorbo de su segunda copa de vino— Si tu teoría es cierta, ¿entonces por qué a ti te tratan mal? Tú eres muchísimo más atractivo, digo, no, osea si, pero... es el vino, ¿vale?

El coordinador se ahogó con un sorbo de vino al escuchar al contrario, Jungkook lograba hacerlo sonrojar, pero al mismo tiempo le parecía tan malditamente tierno.

— Jungkook —llamó Kim al contrario, tras tomarse todo el contenido de su copa de su copa de un solo trago.

— Dime.

— ¿Hasta cuando tengo que fingir que no sé que estás interesado en mí? —cuestionó el peligris levantando una ceja, un par de copas de vino habían sido suficientes para tomar valor— ¿Hasta cuando tengo que fingir qué no sé que eres tú el que me deja regalos en mi oficina con notas bonitas que me hacen sonreír todo el día?

— ¿Lo-lo sab-ías? —balbuceó el azabache depositando su copa en la pequeña mesita de centro— ¿Desde cuando?

— No voy a decir que desde el inicio porque no, no eres el primero de nuestros compañeros en intentar hablarme si tengo que ser sincero, por lo que tuve mis dudas —soltó el menor riendo un poco ante la expresión de enojo en la que se transformó el rostro del contrario ante la sola mención de otros prospectos— Pero es que esos ojitos que tienes son incapaces de mentir, te delataron.

Jungkook no sabía como sentirse al respecto, su crush había sido consiente de su enamoramiento por todo este tiempo, una parte de él se sentía emocionado porque el castaño no parecía molesto o incómodo con la idea, pero otra, sentía que era como si se hubiera estado burlando de él y sus esfuerzos al ignorarlos.

— Si lo sabías, ¿por qué no dijiste nada? —preguntó Jeon con los ojos comenzando a tornarse brillosos— Se que no tienes porque corresponder mis sentimientos, no soy idiota, pero si no te interesaba pudiste habérmelo dicho o algo, y hubiera parado de molestarte.

— No pienses cosas tontas chiqui, si no te dije nada, es porque pensé que eras muy tímido y quería darte tiempo para que te sintieras más cómodo —murmuró en respuesta Taehyung, acercando sus manos al rostro del contrario para obligarlo a mirarlo— ¿De verdad crees que estaría aquí contigo si no me interesaras? ¿Crees que voy al departamento de cualquier persona que me invita a salir?

El agente negó suavemente— No es lo que quería decir...

— Eso ya lo sé cariño, serías incapaz de hablar de esa manera de mí o de cualquier persona —aseguró Kim sonriendo sin apartar sus manos del azabache, acariciando su rostro con suavidad.

— ¿Cómo estás tan seguro de eso? No me conoces...

El peligris se encogió de hombros— Pero soy muy observador, te he visto interactuando con los huéspedes y nuestros compañeros, eres demasiado amable Jeon y me encanta, saludas y tratas a los chicos de áreas públicas de la misma manera en la que lo haces con nuestro gerente general, no haces distinción alguna por rangos o jerarquías, tus acciones hablan muchísimo de tu persona.

Jungkook se sonrojó, escuchar de primera instancia que el peligris había estado tan al pendiente de él al punto de notar rasgos de su personalidad sumado a la enorme sonrisa que apareciera en su rostro al decirlo, era demasiado para el pobre corazón del azabache.

— ¿Por qué tienes esa cara cariño? —preguntó Taehyung al notar que el mayor mantenía un adorable puchero adornando su rostro.

— Y-yo, creí que tu no...

— ¿Creíste que no te notaba? —interrumpió Kim acercándose a depositar un suave beso en los labios del contrario tras recibir un tímido asentimiento de parte de Jeon— Parece que eres un tonto despistado Jungkookie, pero me gustas así.

El azabache sonrió en grande al escucharlo, cada palabra que el peligris decía hacía que su corazón se sintiera cálido, querido, y demonios, él podría acostumbrarse a eso.


...


— De verdad creo que me morí y aún no me he dado cuenta —murmuró Jungkook sobre los labios del contrario— Jamás pensé que mi día iba a terminar así.

El cuerpo del peligris se movió acompañado de una suave risa, ninguno de los dos sabía como habían terminado así, en un momento se encontraban en el sofá intercambiando suaves besos, pero al siguiente se encontraban sobre las sabanas grises de la cama del agente, con su cuerpo sobre el del menor mientras sus besos iban incrementando su intensidad.

— Ya, yo tampoco, pero no puedo quejarme, creí que como eres tímido no me darías ni un beso —admitió Taehyung metiendo ambas manos debajo de la camiseta del mayor, tomándose el tiempo de acariciar sus músculos con cuidado— Demonios, me moría por probar tus labios.

Jungkook se separó un poco para observarlo con una expresión divertida— ¿En serio? ¿Y qué tal?

— Son muchísimo mejores de lo que imaginaba —aseguró el coordinador obligándolo a acercarse aún más a él, tomó el bordo de la molesta camiseta de este y comenzó a retirarla— Tú camisa me está molestando chiqui, quítatela.

— Eres todo un descarado Kim —se burló el mayor permitiendo al peligris salirse con la suya— Quien diría, tan tierno que te veías.

— Puedo ser ambas cosas agente, créeme —admitió deshaciéndose de su propia camiseta, permitiéndole a Jeon acariciar su cuerpo sin tela de por medio, el azabache lo observó por un momento con ojos brillantes— ¿Te gusta lo que ves?

— Demonios, si.

El azabache comenzó a depositar suaves besos sobre el pecho contrario, siguiendo un camino, siguiendo un lento camino hacia su acanelado cuello, provocando que pequeños jadeas escaparan de la boca del menor. Levantó la vista para observar al coordinador, este tenía las mejillas encendidas, los ojos vidriosos y los labios hinchados y rojos por los besos.

Taehyung acarició la piel expuesta que se encontraba a su alcance, le recorrió el torso y los hombros con ambas manos, mientras Jeon se encargaba de desabrocharle el cinturón, siguiendo con el botón de su pantalón y la cremallera, antes de encargarse del suyo propio, una vez ambos se encontraron en igualdad de condiciones volvió a posicionarse sobre el cuerpo del peligris, apoderándose de su boca.

Cuando Kim rodeo las caderas del azabache con sus piernas, este se encargó de juntar sus cuerpos aún más si era posible, con sus erecciones rozándose deliciosamente.

— Creo que podría correrme solo con esto, joder —gruñó Jeon.

Kim rió entre besos— ¿En serio?

Jungkook asintió— Totalmente. Llevo pensando en ti día y noche durante al menos los últimos siete meses, esto es demasiado.

— ¿Entonces paro? —preguntó el coordinador burlón, el mayor decidió no responderle con palabras, si no que impulso sus caderas contra las contrarias en una falsa embestida que hizo al castaño gemir— Tomaré eso como un no.

El menor gimoteó contra esa boca que volvía devorar la suya con fiereza y llevó una de sus manos hacia la erección del pelinegro, recorriéndola entera por encima del bóxer.

— Adivino, ¿mi bóxer también te molesta? —inquirió Jeon levantando una ceja, recibiendo un asentimiento del contrario— Hazte cargo entonces.

Taehyung no necesitó que le repitiera la indicación, con un hábil movimiento se deshizo de los bóxer azules del agente, seguidos de los suyos propios, dejándolos completamente desnudos finalmente. Jungkook dejó su lugar privilegiado sobre el castaño, bajando hasta el nivel de sus muslos, donde se encargo de depositar pequeños besos sobre su abdomen y pelvis hasta llegar a su erección, la cual lamió desde la base hasta la punta, el coordinador arqueó la espalda y enterró los dedos en el cabello del azabache.

— Hazlo de una vez Jeon —exigió Kim sin poder dejar de gemir, la atención del mayor en su erección se sentía jodidamente bien.

— No voy a entrar sin prepararte Kim, no me presiones.

El peligris gruñó— Entonces prepárame de una buena vez, me estás volviendo loco.

Jungkook rió suavemente ante la impaciencia del peligris antes de tomar una pequeña botella de lubricante del cajón de su buró, vertió un poco en sus dedos y regresó a su posición anterior. Taehyung lo observaba desde arriba, con los codos recargados en la cama y las piernas separadas, se veía como la definición de tentación en ese momento, y Jeon nunca se sintió tan seguro de pecar.

— Eres tan precioso Taehyung, demonios.

— Si, si, ven a besarme —pidió el peligris sonriendo y el agente no pudo hacer otra cosa que seguir sus órdenes, colocándose nuevamente sobre el cuerpo acanelado, disfrutando de su boca mientras dos de sus dedos se resbalaban en la entrada del coordinador. Kim jadeó en repetidas ocasiones contra la boca del azabache ante la sensación de la intromisión— Demonios, si.

Taehyung comenzó a masturbar la erección ajena cuando los dedos del agente comenzaron a moverse con mayor intensidad, un tercer dedo uniéndosele a los anteriores. Cuando sintió que la estrecha entrada del menor estaba lo suficiente preparada para recibirlo, Jeon se colocó el preservativo con prisa, bombeando su erección un par de veces antes de guiarla a la entrada del peligris y comenzar a penetrarlo lentamente, sin dejar de mirarlo a los ojos en ningún momento.

El peligris envolvió la cintura del agente con ambas piernas y presionó los talones contra los glúteos acelerando el proceso. Jungkook planeaba darle tiempo para acostumbrarse a la reciente intromisión, pero Taehyung parecía tener otros planes, cuando comenzó a guiar los movimientos por el mismo.

El mayor sonrió por un momento antes de unírsele, guiando las penetraciones, disfrutando de cada mínimo roce que producía la cercanía de ambos cuerpos. El placer los hizo gemir a ambos cuando el ritmo de la embestidas consiguió satisfacerlos, con sus cuerpos amoldándose juntos como si estuvieran hechos para ello.

Con los antebrazos apoyados a ambos lados de la cabeza y con las piernas del menos aún rodeándole la cintura aunque con menor fuerza que al comienzo, Jeon lo penetró con lentos aunque profundos embistes. Jungkook era increíble, mucho mejor de lo que Taehyung alguna vez pudo imaginar, había fantaseado con que el chico sería bueno en la cama al ver el tamaño y fuerza de sus muslos, pero esto, era de otro mundo.

El agente había resultado ser un amante increíble, atento a las necesidades del otro, siempre buscando el placer de ambos y no solamente el suyo propio, lo había acariciado con suavidad como si se tratara de la porcelana más fina pero también sabía cuando debía ser fuerte con sus embestidas para hacerlos disfrutar.

Se concentró en aguantar un poco más en ese ritmo sosegado, pues se moría de ganas de aumentar la velocidad de las penetraciones, y lo miró para comprobar si el peligris también lo deseaba, encontrándose con esos profundos ojos verdes que tanto le gustaban y de los que estaba seguro no podría librarse jamás, Taehyung se acercó a besarlo, logrando que sus gemidos murieran contra la boca del contrario.

— Hazlo.

Y Jungkook no necesito más. Aceleró el empuje de sus caderas al tiempo en que una de sus manos se acercaba a atender la erección del menor, Taehyung jadeó, el intenso placer lo recorría en ráfagas eléctricas. Sus manos vagaron por el cuerpo del azabache, acariciando cada músculo a su paso hasta llegar a los glúteos del contrario, mismos que no dejaban de apretar contra él con cada deliciosa penetración.

Un par de penetraciones más y el orgasmo llegó, el pene de Taehyung explotó contra la mano del azabache, al mismo tiempo que su maltratada entrada apretaba la erección ajena, causando que Jungkook llegará solo un momento después y mientras se derramaba dentro de él, ahogó sus propios jadeos hundiendo la cara en el hueco del cuello del menor.

El agente se dejó caer sobre el peligris sin salir de él, intentando alargar la sensación que tenía. Taehyung tampoco replicó y se dedicó a acariciar el cabello y la espalda del mayor con parsimonia.

— Jungkook... —musitó suavemente recibiendo un movimiento de cabeza en respuesta en señal de que lo estaba escuchando— Eso fue increíble.

— Lo fue —aseguró el azabache con la cabeza recargada en el pecho ajeno— Una parte de mi se siente mal, porque te juro que quería invitarte a citas, quería hacerlo bien y conocerte completamente antes de todo esto, pero la otra solo piensa en repetirlo.

Taehyung rió— Aún podemos salir a muchas citas y conocernos.

— Lo sé. No se si es porque llevaba mucho tiempo sin tener relaciones o porque eres tú, que sinceramente creo que es la segunda, pero no puedo recordar ni una sola vez donde me haya sentido así.

— ¿Llevabas mucho tiempo sin tener relaciones?

— Un poco... —admitió el mayor— Prácticamente desde que te conocí, aunque suena cursi y quizás no me creas...

— Te creo Kookie, yo tampoco había tenido ningún encuentro en bastante tiempo. En realidad no soy una persona que se acueste con cualquier persona con la que sale, me gusta tener sentimientos de por medio y considerando que llevo bastante tiempo sin pareja, pues...

— Entonces, ¿por qué lo hiciste conmigo? — preguntó Jeon levantándose un poco, solo lo suficiente para poder mirarlo a los ojos, donde los amorosos ojos verdes del coordinador lo recibieron.

Taehyung depositó un beso sobre sus labios— Porque espero que seas mi próximo novio Jeon Jungkook.





MIN | LIM


este OS se publicó hace un par de años y fue eliminado este año por wattpad, pero aquí esta de regreso como regalo por el final de este año <3, no recuerdo quien me había regalado la bonita portada que tenía antes ni la encontré en mi computadora, así que si eres tú, escríbeme porfi :(

la historia esta inspirada en mi anterior trabajo en hotelería, aunque obviamente agregué cosas que no son reales para que fuera más interesante, en teoría es parte de una trilogía de os, si les gusta háganmelo saber para escribir los otros dos <3

independientemente de si tuvieron un buen o un mal año, espero que puedan pasar una noche tranquila y feliz hoy, no importa si lo pasan solos, en pareja, con amigo o con su familia, espero que todas mis estrellitas y yo podamos tener un año mucho mejor en este nuevo comienzo

de verdad les envió mis mejores deseos a cada uno de ustedes y a sus familias, los quiero mucho, gracias por un año lleno de apoyo y amor de su parte <3

espero podamos seguir compartiendo tiempo juntos


saranghae <3

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