— ¿Ya te había dicho el por qué de tu nombre? —mamá pregunta desde la puerta de mi habitación.

— ¿El por qué me condenaron con Agapita? Muchas veces —confirmo antes de sacarme las gafas para limpiar mis lágrimas.

Ella se acerca hasta sentarse junto a mí en la cama. Me rodea con un brazo para acercarme a ella. Lloro un poco más ante ese acto.

—Agapi es amor en griego. Agapita es aquella que es amada por todos.

Río con amargura —No todos me aman.

—Yo te amo. Aquí todos te amamos.