Capítulo uno.
El rubí se fisura por primera vez.
Caminaba alegremente por los pasillos de Hogwarts, era agradable sentirme tan libre al fin. Pues Nico estaba con sus exámenes finales y sólo pensaba en eso, ya no me vigilaba con un ojo halcón. Ya no tenía que esconderme. Él debía pasar todo con unas buenas calificaciones, sólo para salir del colegio y comenzar a entrenarse.
Lo vi con Apolo unas tres veces en los últimos tiempos, ya que Nico se ha convertido algo inestable en los partidos de Quidditch, y se supone que no debe brillar en medio del campo, ante todos. Pero al final del día, ignorando que parezca campanito, el tenía un don peculiar e interesante. Mientras, Marly estaba en casa entrenando con Alex Parker, por lo que me cuenta por cartas son días duros para ella. Lo bueno es que creo que terminará controlándose y controlando sus poderes a la perfección, confío en el señor Parker.
Tal vez me quedé algo atrás con respecto a los títulos en la familia. Papá como auror ilustre, mamá como la heroína que mató a Cronos, Nico como el soldado de la esperanza y Marly como la semidiosa más poderosa de su tiempo. Intentaba no pensar mucho en ello, me repetía una y otra vez Al menos tú nunca has tenido un supera las expectativas, eso es bueno Maddie.
Los demás alumnos no parecían recordarme la mayoría del tiempo, cuando estaba en la enfermería ayudando a tía Lily y ellos se me acercaban para hablarme solían quedarse mudos, mirándome con una pregunta reluciente en sus ojos ¿Cuál era tu nombre? Pues todos recordaban a Nico, quien hacía boberías e intentaba coquetear con todas las chicas, y a Marly, quien con sólo mirarte te dejaba sin habla y era famosa por ganar toda discusión.
¿Yo? Yo era famosa entre los maestros. Ellos me adoraban. Tenía una relación de amor-odio con algunos Ravenclaw, quienes no soportaban que una leona sea más inteligente que ellos. Supongo que eso bastaba, que no era necesario ser tan llamativa como mis hermanos. Pero... Por alguna razón no me sentía tan a gusto con la situación.
Pisé mi túnica y trastabillé hasta lograr tener equilibrio. Me reí de mí misma y sacudí la cabeza. Nada iba a arruinarme ese día. Nada arruinaba mis días desde hace tiempo.
Seth era de los pocos que recordaban mi nombre. ¿Y cómo se atrevería a no hacerlo? Si dice ser mi novio, bien, es mi novio. Y desde que estoy con él me siento más... Divertida. Liberal tal vez, es la primera vez que tengo pareja seria.
Y ahora mismo iba a verlo. Ayer me dejó una nota en la sala común citándome para encontrarnos en uno de los jardines. Me sentía feliz, simplemente porque yo era capaz de tener una vida normal y sin problemas. Era mi momento egoísta, puede que me sienta horrible por ello después, pero ahora quiero disfrutarlo.
Giré en la última esquina sonriendo. Mis mejillas estaban algo entumecidas. Lo busqué con la mirada mientras alzaba la barbilla. No es que nos viéramos mucho, por más que ambos seamos Gryffindor, él estaba en quinto y se esforzaba preparándose para los TIMO. Estaba muy al pendiente de ello y lo respetaba, yo también me esforzaré al máximo cuando llegue a mi quinto año.
—Por aquí &escuché su voz decir, di una media vuelta y le sonreí.
— ¡Hola! ¿Qué tal todo? —avanzo hacia él con pasos largos ocultando mi emoción.
Seth no me devuelve la sonrisa. Le noto cansado, tal vez estuvo estudiando hasta tarde.
— ¿Mucho estudio? —inquiero sentándome junto a él, sonríe de lado.
—Siento que mis ojos van a desintegrarse, a decir verdad.
Hago una mueca —Vaya, lo que me espera —murmuro.
Entonces me mira, directo a la cara, durante mucho tiempo. Como si estuviese dándole vueltas a una idea en su cabeza, una y otra vez. Sentí que me sonrojaba, no pude evitar subir una mano para arreglar mis gafas que caían por el puente de mi nariz.
—Será una locura, a decir verdad -termina diciendo, aunque siento que eso no era lo planeado—. Oye Maddie, uh, no sé cómo decirlo —cierra los ojos y se voltea, dándome la espalda.
Sentí cierto malestar ante esa actitud. Junté las manos sobre mi falda y estrujé mis dedos mientras intentaba calmar los latidos de mi corazón.
— ¿Qué quieres decir? Sólo dilo, no... No te lo guardes —pido, con la voz distorsionada por los nervios.
Asiente, aún sin mirarme. Yo poso una mano en su hombro, lo siento tensarse.
—No lo hagas más difícil, Madison —titubeo, nunca antes me había dicho así, siempre fui Maddie—. Los exámenes me están volviendo loco, en verdad quiero tener las mejores calificaciones y...
—Y entonces... —insisto, ansiosa.
—No quiero más distracciones, pequeña, lo siento &dejo salir el aire de mis pulmones lentamente mientras miro mis zapatos—. Me temo que hasta aquí llegamos, fuiste genial... Eres muy dulce y bonita, tendrás más novios de tu edad.
Parpadeo varias veces, frunciendo el ceño. Me trata como una niñita. Él es mayor sólo por dos años, tampoco es la gran cosa. Pero no se lo digo, simplemente suspiro.
—Está bien, Seth —me rasco la nuca incómoda—. Te deseo... Te deseo éxitos en tus TIMO.
Dije algo más, no sé qué fue exactamente. Me sentí como cuando me pidió que seamos novios, hace como dos meses, cuando volví de las vacaciones navideñas y del drama familiar. Estuve tan nerviosa, apenas balbuceé monosílabos. Ahora también estuve temblando de los nervios, pero fue para dar fin a mi primera relación.
Me dije a mí misma que sólo fue un primer rompimiento, que no debía hacer tanto escándalo por eso. No lloré, me sentí triste pero no lloré. Tampoco se lo conté a alguien, después de todo gracias a Nico tuvimos que salir en secreto... Fue entonces cuando me pregunté, ¿habrá sido por eso? Pero volví a responderme No, es porque se concentra en sus exámenes.
Repetí eso una y otra vez hasta que lo vi una tarde en los pasillos concurridos. Yo intentaba llegar a mi clase de historia de la magia, muchos me chocaban y parecía una odisea imposible. Avanzaba unos pasos y los de último año me hacían retroceder. Escuché a Nico gritarme un hola a lo lejos, estaba buscándolo con la mirada cuando noté a Seth.
Estaba en una zona algo oscura, nadie parecía prestarle atención porque todos iban en su propio mundo. Pero yo lo vi, y sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas y una congoja subía por mi garganta. Me dijo que no quería distracciones, pero aquella chica con la que se besaba parecía una gran distracción.
Ella tenía el cabello corto, como el de Marly. Me recordó a ella, salvo por el hecho de que mi hermana no me haría eso.
Falté a una clase por primera vez en mi vida. Terminé llorando en el baño mientras Myrthle revoloteaba a mi alrededor maldiciendo a Seth.
Mientras más sollozaba, más difícil era respirar. Me sentía muy estúpida, claro que él querría estar con una chica de su edad. ¿Por qué demonios acepté estar con él? Madison Potter no lo pensó, sólo lo hizo, y terminó mal.
No era un corazón roto, era apenas una fisura, pero era la primera y dolía muchísimo. Al menos por ahora era así.
¡Primer capítulo de Agapi Mou al fin!
Uh, falta algo... ¡Pero claro!
¡Hola queridas, ¿qué tal todo? Yo muy bien, supongo.
Esto es una introducción al por qué Maddie termina haciendo ciertas cosas en el futuro. No lo olviden, ah.
Decidí que debo publicar el tercer capítulo de esta historia al mismo tiempo que el capítulo cuarenta y seis de Marlee, así que... esperaremos un poco más por Marly.
Si Nico es un súper soldado y Marly la semidiosa más poderosa... ¿Qué será de Maddie? Bien pues... Tú. Yo. Cuarto capítulo. Oh sí.
En fin, ¡tengan un lindo día! Me retiro.
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