Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo tres.

Una noche fuera de lo planeado.

Marly tenía "mensajes Iris" con los Jackson y sus amigos del campamento a veces, entre ellos estaba el de ojos azules. Solía mirarlos desde lo lejos, mientras fingía estar muy concentrada en un libro. El humor de Marly cambiaba cuando hablaba con ellos, aunque luego volvía a estar algo distante y silenciosa.

Hace tiempo dejó de comer. Se sentaba en la mesa junto a todos y jugaba con la comida, pensando en alguna cosa con expresión desolada. Intenté preguntarle qué le sucedía, pero a pesar de que insistí ella no hablaba. Luego de un tiempo volvió a mejorar, por así decirlo, pues era lo mismo que los últimos meses. Silenciosa, resguardada... Sé que ella fingía estar bien pero no era así.

El chico de ojos azules siempre sonreía cuando hablaban. Noté que le gustaba bromear con Marlee, incluso cuando ella se ponía en plan asocial. Creo que intenta mejorar su humor, al igual que todos, él tiene un poco más de éxito.

—Eres un idiota —Marly dijo, negando con la cabeza y sonriendo con la boca cerrada.

Yo estaba recostada en el sofá, con los auriculares puestos y un libro al que hacía rato ya no prestaba atención. Intenté escucharlos, ya que mis auriculares eran puro acto y andaban desconectados.

—Pues vas a seguir soportándome cuando vaya para allá —respondió él, y yo sentí una pizca de emoción.

Iba a conocer al chico de sonrisa bonita, al fin. Ahora me siento capaz de acercarme y no sólo mirarlo desde la ventana de mi cuarto como una acosadora.

— ¿Venir?

—Percy habló con Quirón, se nos permite una noche para ir a tu casa. ¿Tu madre no te lo dijo?

Veo a Marlee fruncir el ceño —No, no lo hizo.

—Oh... —percibí cierto arrepentimiento en su voz, pude imaginarlo con las cejas abajo y una mirada de vergüenza. En mi mente se vio tierno—. Entonces creo que era sorpresa.

—Idiota —murmuro divertida, a la par que Marlee lo decía bufando.

Su conversación siguió y yo me levanté para ir a comer algo. Estaba cortando una manzana cuando Nico entró a la cocina arrastrando un pie.

Abro la boca sorprendida — ¿Qué te pasó?

Hace un gesto mientras abre el refrigerador y saca una bolsa de hielos.

—Parker —gruñe y se pone la bolsa detrás de la cabeza—. Me hizo papilla.

No puedo evitar reír con fuerza.

—Merlín, ¡admitiste que te ganó! —me tapo la boca—. Esto es... ¡Impresionante!

Él rueda los ojos, no muy divertido.

—Ya verás más adelante, patearé el trasero de ese anciano.

Alex entra a la cocina a paso rápido, da una palmada a la espalda de Nico y éste chilla de dolor, retorciéndose. Veo su sonrisa de satisfacción mientras saca una botella de agua.

—Mientras presta atención al maestro, niño.

Niego con la cabeza mientras los veo retarse con la mirada. Salgo de la cocina antes de terminar en medio del embrollo.

***

Marlee entró a mi cuarto mientras intentaba probarme los vestidos que me compró tía Dominique. Y como había practicado el maquillaje unos minutos antes, me vio con todo y el labial corrido. Nunca antes había sentido tanta vergüenza ante ella.

Esperé una burla, algo típico de Marlee. Creí que iba a hacerme lo mismo que a los demás (la verdad lo quería, ella siempre me trata como una bebé) pero no. Me sonrió y se propuso para ayudarme. Aquello me dejó algo helada, pero acepté sus buenas intenciones. No todos los días Marlee Potter se ofrece para ayudarte por las buenas.

Movía los vestidos en mi cama mientras yo la observaba en silencio desde la silla de mi escritorio. Alzaba las cejas ante cada prenda que subía hasta sus ojos.

—Así que... ¿Sólo compraste ropa y ni un sólo libro? —pregunta de repente, sonriendo divertida—. Eso no te lo creo.

Solté un bufido y miré hacia otra parte con las mejillas rojas.

—La verdad no pensé en eso.

— ¿Sí? Oh, wow, esto no me lo esperaba.

—De todas formas aún tengo libros por leer en la biblioteca —me encojo, aún más sonrojada.

Ella asiente con los ojos entrecerrados y me lanza uno de los vestidos. Era el más recatado de todos, pero tenía algo que me fascinaba a decir verdad, ¿por qué no lo elegí antes?

—Repito lo que dije hace rato —me señala—. Sin maquillaje, Mapi, así te ves bien —señala las bolsas bajo sus ojos—. Deja la base para los animales nocturnos como yo.

Sentí emoción porque luego de siete meses Marlee parecía volver a ser la misma. Asentí sonriendo y mirándola aliviada, ella titubea al notarlo.

— ¿Qué pasa? ¿Tengo algo más que ojeras en la cara?

—No es eso... Sólo extrañaba pasar tiempo contigo, así —digo con simpleza.

Ella parece desinflarse mientras suspira y pone las manos en sus caderas —Ya era hora de que mejore, ¿no? Tampoco estaré toda mi vida lamentándome.

De pronto la noto incómoda, lleva su mano al cuello, juega con la cadena de un collar cuyo dije hasta ahora no he visto. Siempre lo tiene escondido entre camisetas que lo tapan. A lo lejos aprendí que no debía intentar verlo, la última vez que Nico se le acercó jugando y tomó la cadena Marlee casi explota. Lo mandó al diablo y luego noté que tenía el rostro lleno de lágrimas. Nos dejó en shock, ella no solía actuar así. Eso fue tres meses después de la muerte de Jerome, cuando ella fue a Hogwarts para vernos (aunque en realidad fue para que salga y despeje su mente)

—Tengo que irme —susurra, se mueve hacia la puerta—. Te verás bonita. No sé para qué querrías verte bonita hoy, pero lo estarás.

Y sale de la habitación. Me deja con la boca abierta. ¿Que por qué quería verme bonita? Bueno... es lo que muchas quieren, sentirse lindas al menos una noche.

Miro el vestido y me dije que no debía sentir algún remordimiento, que si quería ponérmelo estaba bien. Lo que importaba era cómo me sentía. Y yo, ahora, me siento lo suficientemente confiada como para ponérmelo.

***

No sé por qué creí que esto era bueno, maldita sea, ¡Nico al verme corrió lejos! ¡Completamente horrorizado! Sé que no era porque me veía mal, era porque me veía diferente a lo usual. Escuché a Marlee y a mis padres extorsionarlo el año pasado con que alejara a todos los chicos de mí. Hizo un buen trabajo, pero sé que él no es tan celoso conmigo como lo es con Marlee. Él es la mugre de Marly, y ella (espero nunca sepa que pienso esto) es la mía.

Avanzo por el pasillo hacia la sala, escucho que Marlee y sus amigos están allí, ríen a carcajadas por los gritos de Nico. De pronto me siento algo nerviosa.

¿Por qué hago esto?

Quieres impresionar al chico de sonrisa bonita.

Esa pequeña voz dice la verdad, pero aún intento negarlo.

No tenía sentido, me atraía un chico con el que nunca hablé y quería verme linda cuando lo hiciera. Él era mayor, otra vez iba por el mismo camino.

Niego con la cabeza, decidida a regresar. No seas estúpida, Madison, ¿desde cuándo tu cabeza está plagada de chicos reales? Si suele estar llena de personajes ficticios.

Pero al momento siguiente estoy yendo directo a la sala otra vez. Porque hay una pequeña y patética esperanza en mi interior. Quedo frente a Marlee y sus amigos con el rostro completamente sonrojado. Daniel me mira tan sorprendido que me asusta.

— ¡¿Qué te hicieron, pequeña Maddie?! —chilla luego de que Marlee explicara que era yo.

Se acerca y comienza a decirme que la última vez que me vio era una niña. Intenté no poner mala cara, puesto que tampoco tengo ocho años. Pero creo que él está exagerando su reacción sólo para picarme.

—Te ves hermosa —me dice Aika, sonriendo de forma encantadora—. No quiero decir que creciste porque apenas soy un año mayor que tú así que...

Asiento un tanto abochornada mientras miro hacia abajo. Pensar que llegué a odiarla, siendo que ella era tan amable. Pero en ese momento temía que me robaran a mi hermana mayor.

—Saluda, Attis, no seas grosero —escucho decir Marlee.

Él se nota divertido, me dirige una corta mirada y vuelve a sonreírle a Marly. Me habría gustado tener esa sonrisa hacia mí.

—Preséntanos, entonces —suelta con sorna.

Ella lo observa ceñuda —Es mi hermana.

—Ajá.

Me mira. Siento que enrojezco, más que nada por el montón de pensamientos hormonales y típicos de adolescente que pasaron por mi cabeza. Una lenta y reluciente sonrisa apareció en su rostro.

—Hola, hermana.

Y volvió a mirar a Marly, agradecí en parte eso, pues yo ya había quedado acalorada. ¿Él tendría algo? Los chicos no suelen ponerme así con sólo dedicarme dos palabras.

***

Más tarde estaba charlando con Aika y Marlee en el cuarto de la última. El tema de una de sus hermanas surgió, sentí pena por la tal Odessa. Por lo que escuché, ella estaba traumatizada. ¿Y quién no lo estaría si terminas huérfana de la noche a la mañana?

Luego hablaron sobre Cole, el otro chico que también llegó hoy a la casa. Hace como un mes Marlee, Alexander y mamá salieron por unos días para buscarlo, días tensos en casa a decir verdad. Luego volvieron algo trastornadas, pero nunca me dijeron la razón, hasta que me enteré por mi cuenta que habían acabado con la madre del chico.

Bostezo de repente, me despido de ellas y camino hacia mi cuarto. Estaba abriendo la puerta cuando él se apareció por el pasillo. Casi doy un salto en mi lugar, sus ojos se fijaron en mí.

—Hola —saludó, animado—. Mapi, ¿no?

Mi sonrisa se transformó, terminé con una mueca de incredulidad. Sentí que mi ojo derecho tembló.

—Ew, ¿dije algo malo?

—Mapi... —susurro, carraspeo y sacudo la mano—. No es mi apodo preferido.

—Ah, lo siento. Es que Marlee me dijo que te llamara así.

Maldita Marlee, pensé.

—Es que, um, bueno, prefiero Maddie.

Asiente, una de sus lindas sonrisas —Ya. Entonces Maddie.

Lo imito moviendo la cabeza y juego con el pomo de la puerta. Siento la necesidad de seguir la conversación.

—Entonces... ¿Buscabas el baño? —pregunto de sopetón, me golpeo mentalmente contra la pared.

Él niega, aún peor.

—Caminaba por el pasillo antes de dormir... Mejor te dejo, te ves cansada —añade al verme bostezar.

Quiero decir que no, pero él ya volvió a dar pasos lentos y largos. Me desea buenas noches y yo no tengo de otra más que meterme a mi cuarto.

Quedé recostada en mi cama un buen rato. Dándole vueltas a cualquier cosa. Desde el final de mi serie preferida, hasta las teorías que leí sobre esa muy antigua película estadounidense, Grease, cuando estaba aburrida rebuscando en revistas.

"Sandy en realidad estaba muriendo y toda la historia de amor fue un delirio"

Vaya forma de sobreanalizar una simple película para jóvenes.

Aunque yo estaba sobreanalizando el hecho de que en poco tiempo me atraía Attis. ¡Vamos Madison! Eso pasa, no es cosa del otro mundo. Una cosa es que me guste, otra es estar enamorada. No debería escandalizarme.

La imagen de tía Dom apareció junto a mí, sonriendo satisfecha y asintiendo a mis pensamientos. Sus labios se movieron diciendo "Ve por él"

Eso hice. Salí de mi cuarto con la esperanza de encontrarlo en el pasillo y así poder hablar. La casa era grande, sí, pero él no debería estar al otro lado aún.

—No sé si decirlo —escucho su voz, girando la esquina del pasillo.

Apenas me inclino para poder mirar. Lo veo a él, justo enfrente de Marly, con expresión seria. Ella está confundida. Yo... Intento no analizar la situación.

— ¿Decir qué? —inquiere mi hermana, en voz baja. El silencio es tal que puedo escucharla.

—Sólo quería informarte que si tú estás en la habitación y yo sonrío, tenlo seguro Marlee Potter, esa sonrisa es para ti.

La vi sonrojarse y quedar con la boca abierta. Sorprendida, asustada, avergonzada. Su cabello corto le tapó el rostro desde mi perspectiva. Ella seguía recordándome a aquella chica...

Yo. Molesta, estúpida, patética. Me volví apretando los labios. Debí pensarlo antes, Marlee era más grande y tenían cosas en común, seguro, eran amigos desde hace mucho. Claro que podría haber algo, claro que lo había.

Por primera vez en mi vida sentí la envidia carcomerme por dentro. Envidia hacia mi hermana. Y esta vez pensé, sin una pizca de broma, maldita Marlee.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro