🧜🏻♂️18🧜🏻♂️
—Al fin me deshice de ese molesto tritón— bufó Jimin, enojado por la actitud del príncipe del reino vecino.
Nadó a su máxima velocidad rumbo a dónde se encontraba Tae, pues necesitaba informarle de todo lo que ocurría en el reino y sobre todo, no dejarlo volver a la superficie, al menos hasta que los intrusos regresaran a su respectivo reino.
Al llegar a esa extraña cueva, divisó a lo lejos a la Medusa Mágica que se llevaba en brazos al humano y lo más raro ¡En compañía de otro humano más pequeño! Taehyung estaba con una mirada triste dirigida a ese humano que yacía en los brazos de su maestro. ¿Qué había pasado en su ausencia?
—¿TaeTae? — lo llamó suavemente. El nombrado volteó a su dirección con un sobresalto por el susto.
—Chimmy, me asustaste— lo reprendió con la mirada.
—Lo siento— nadó más cerca del príncipe haciendo una leve reverencia — Te vi tan acongojado que me preocupaste ¿Pasó algo? — preguntó temeroso por la respuesta.
Taehyung que estaba aún en la parte superior de la cueva, sobre una gran roca, volvió a girar para ver cómo su humano se alejaba cada vez más. Un sonoro suspiro salió de sus labios y finalmente se lanzó al mar para estar al lado de su único amigo y confidente.
—Pasaron muchas cosas, Chimmy— volvió a suspirar, pero esta vez con casi toda la cabeza bajo el agua, lo que ocasionó que creara burbujas que al mayor le hicieron mucha gracia, pues el príncipe parecía tener nueve años otra vez.
—Sabes que puedes contarme todo lo que quieras, no te juzgaré. Te apoyaré siempre y trataré de ayudar en todo lo que pueda— Jimin se acercó para acariciar el cabello de Tae que ya estaba cambiando a un celeste cristalino, al igual que su cola. Al parecer el príncipe estaba demasiado triste.
—Mi humano… — dijo entre burbujas. Al ver la cara de confusión de su amigo sacó su cabeza por completo sobre el agua — Jinnie, mi humano… está muy lastimado, ha sufrido y sigue sufriendo— las lágrimas de Tae comenzaron a salir, formándose esos pequeños cristales que caían al agua cual copos de nieve.
—Tranquilo, te lastimarás los ojos si sigues llorando— Jimin estiró su mano y acarició el cabello del príncipe. Sabía que no tenía permitido tocar los cristales que eran creados cuando Tae lloraba. Además que la creación de éstos causaba un gran dolor al portador.
—Jinnie no sólo está enfermo físicamente, también lo está mental y anímicamente. Lo poco que vi de él estos dos días me ha enseñado el dolor que está soportando. He intentado curarlo, no sé si haya funcionado— volteó la vista nuevamente hacia donde su amado humano había sido llevado.
Un silencio mortificante se instaló, Jimin no tenía idea de qué palabras soltar para consolar al pequeño príncipe, su amigo.
—Necesito estar con él, puedo curarlo por completo, lo sé. Quizás no logre hacerlo de golpe, pero puedo ir curando de a poco su cuerpo y su corazón que automáticamente su alma rota sanará— sentenció firme. Estaba decidido a sanar por completo al humano que lo había cautivado desde pequeño. Ahora que lo había encontrado no iba a soltarlo. Todo su ser demandaba estar con él y amarlo como nadie lo había hecho para salvarlo de ese abismo negro que vio asomarse en esos bellos ojos chocolate un par de horas atrás.
Jimin tembló de miedo. Esa determinación en los ojos del príncipe, sumada al rojo furioso de su cabello y cola, le provocaron asombro, pero sobre todo miedo por el futuro. En ese momento no estaban como para ayudar a un humano, tenían otros problemas en el reino y no quería ser el portador de malas noticias. Mas no tenía otra opción.
—TaeTae, volvamos— lo tomó de la mano nadando de regreso al reino.
Taehyung no quería volver, pero estaba consciente de que, si no volvía, sería mucho peor para él.
—Tu padre te está buscando— Jimin decidió romper el pequeño silencio incómodo. Tae levantó levemente la vista mientras seguían nadando a lo profundo del mar— Hay invitados en el reino. El rey del Norte y su primogénito.
Taehyung frenó en seco al escuchar de quiénes se trataba. Un mal presentimiento lo invadió y su cabello y cola quedaron blancos. Jimin se asustó al verlo así y desesperado lo tomó entre sus brazos.
—No tengas miedo, tranquilo TaeTae, estoy acá y te ayudaré siempre ¿Sí? No tenemos por qué pensar cosas negativas, de seguro sólo es una visita diplomática y ya— ni él mismo creía en sus palabras, pero de algún modo debía calmar al príncipe.
—T-tienes razón, no debo asustarme— respondió el abrazo — muchas gracias, Chimmy ¿Qué haría sin ti?
—Seguramente nada— carcajeó para aligerar el ambiente y retomar el rumbo al castillo.
—Ya hemos recorrido todo el lugar y no hay señal de Jin. Creo que debemos ir a la policía y reportarlo como persona desaparecida— habló Hoseok al llegar a la playa junto con Yoongi.
—Sólo recorramos éste lugar una vez más, aún tenemos luz de día, seguro que eso nos ayudará a ver todo a más detalle— Yoongi aún no quería darse por vencido, algo le decía que lo encontrarían, sólo necesitaban mirar con más atención.
—Tienes razón, no debemos perder la esperanza— Hoseok se obligó a sí mismo a sonreír. No era propio de él caer al pesimismo.
Ambos jóvenes estuvieron buscando por la playa, atentos a cada persona que veían. Por la hora no había tanta gente, por lo que el trabajo no era tan complicado.
Estuvieron casi por media hora recorriendo el gran lugar, hasta que llegaron a una de las zonas más alejadas, pues a partir de allí se alzaban casas enormes que tenían el paso prohibido a los extraños, ya que eran propiedad privada.
—Éste es el único lugar que no hemos revisado ¿Crees que esté acá? — Hoseok volteó a ver a su amigo con incertidumbre.
—No lo sé, pero no perdemos nada intentando— Yoongi tomó de la mano a Hoseok y caminaron decididos rumbo a la primera casa que se alzaba gloriosa al final de esa playa.
—Buenas tardes, qué bueno que los encuentro— una voz mayor se alzó tras ellos haciéndolos saltar en su sitio.
—Lo sentimos, no queríamos asustarlos— otra voz se hizo presente y ambos jóvenes voltearon lentamente.
—P-perdón, no queríamos invadir su propiedad. Noso…— Hoseok balbuceó casi inentendible, pero Satoshi lo interrumpió.
—No se preocupen, de todos modos, estábamos buscándolos— Ambos amigos se miraron entre sí totalmente confundidos— ¿No me recuerdan? Ustedes son los amigos de Jin ¿Verdad?
Después de unos segundos ambos jóvenes parecieron al fin reconocer al señor que tenían en frente, ambos abriendo la boca tan grande que parecía se les desencajaría.
—S-señor...— Yoongi trataba de recordar el nombre, fracasando en el intento.
—No me digan así, hacen que me sienta viejo— se rascó la nuca con una mirada incómoda — dígame Satoshi o Toshi, como quieran.
—Y yo soy Jun, la pareja de este morenazo— sonrió el más alto abrazando a Satoshi que se sonrojó de inmediato.
Yoongi y Hoseok los miraron asombrados. Era una pareja bastante peculiar.
—Perdonen, a veces Toshi se pone muy tímido— Jun dio un paso hacia adelante y les regaló una bella sonrisa que hizo sonrojar a los contrarios. La belleza de ese hombre era radiante, no podían negarlo y terminaron sonriendo como dos bobos.
Satoshi carraspeó al ver la escena y Jun lo golpeó en el hombro.
—¡No seas celoso, hombre! — estalló en risas al ver las caras de todos los presentes.
Después de un momento incómodo, seguido de risas que comenzó el más alto, al fin todos de sintieron un poco más en confianza.
—Dejemos de hacer el tonto. Los buscaba para avisarles que Jin está conmigo— la noticia cayó como balde de agua fría en los más jóvenes.
—¿Cómo? ¿Usted? ¿Dónde lo encontró? ¿Está bien? — Hoseok lo atacó con preguntas a lo que Satoshi solo levantó las manos para que se calmara.
—Lo encontré tirado en la arena, a orillas del mar. Ésa es mi casa, pueden pasar a verlo. En este momento está descansando, pero cuando despierte seguro se alegrará de verlos— Satoshi les sonrió y ambos al fin sintieron el alivio que tanto necesitaban desde hace dos días.
Taehyung y Jimin llegaron al palacio de coral y fueron directamente hasta el salón principal donde su padre ya los esperaba.
—Al fin apareces, mocoso— protestó su padre nadando rápidamente a su encuentro.
—Lo siento, padre— Tae agachó la cabeza, apretando sus puños tratando de controlarse para que no le delataran los colores de su cabello o su cola.
—Hablaré con esa medusa inoportuna— farfulló enojado — ve a alistarte, tenemos visita.
Sin oportunidad a que Tae dijera algo, su padre salió del lugar rápidamente.
Jimin acompañó a un decaído príncipe a sus aposentos donde ya los esperaban sirvientes para alistar al menor de los Kim.
Asearon cada una de las escamas de su cola –normalmente turquesa– y pulieron las cuentas que formaban parte de ella, signo que demostraba su sangre real. Una de las sirenas sirvientes trajo unos hermosos ornamentos, hechos con perlas parecidas a las que tenía en su cola. Colocaron uno con delicadeza en su cabellera ondeante que hizo un bello contraste, y el segundo ornamento lo colocaron en su cadera, en el naciente de su cola. Las cuentas a modo de cinturón resaltaban su delicada figura. Otro sirviente, vertió un frasco de brillo especial –creado por anémonas marinas– al pectoral de Tae, que hizo brillar su piel canela con delicadeza.
—Estás listo— sonrió la sirena mayor.
Taehyung se despidió de ellas cortésmente, sintiéndose muy incómodo con tantas cosas pegadas a su cuerpo.
Jimin lo esperaba fuera de sus aposentos con una gran sonrisa.
—Te ves increíble— confesó divertido tratando de alegrar al joven príncipe.
—Me siento un adorno, no me gusta usar estas cosas ¿Qué propósito tiene? — protestó por lo bajo, no quería ser escuchado por otro que no fuese su amigo.
—Ánimo, de seguro no tardarán tanto— palmeó su espalda. Tae sonrió de medio lado no muy convencido.
Al llegar al salón donde se llevaría a cabo el banquete, se sorprendió al encontrarse con casi todo el reino. ¿Acaso había un festival? ¿Por qué tanta concurrencia?
—Mi hijo, Taehyung— su padre lo señaló y todos hicieron una reverencia. Tae se sintió cohibido de pronto.
Su padre le hizo una señal para que se acercara. Nadó con elegancia disimulando los nervios que se acrecentaban en su interior.
—El rey y el príncipe del Norte— anunció un tritón la llegada de los invitados.
Ambos lucían su característica corona y tiara respectivamente. Para la sorpresa de Taehyung, la cola de Jungkook había crecido al igual que su cuerpo, pero ahora era de un color negro azabache que brillaba con unas cuentas rojas. Su pectoral estaba mucho más marcado y decorado con una especie de tatuajes al igual de rojos, que resaltaban sobre su trigueña piel.
Los súbditos hicieron una reverencia a los invitados, mientras ellos recorrían el gran salón hasta quedar al lado del rey Kim.
—Hoy vinimos a visitar su increíble reino, con un noble objetivo— proclamó el rey Jeon.
Todos los presentes estaban en silencio, expectantes ante la noticia. Mientras que Taehyung evadía la mirada intensa que el príncipe Jungkook le lanzaba.
—El propósito que tenemos es que nuestros reinos prosperen juntos. Por ello, mi hijo primogénito que acaba de cumplir la mayoría de edad viene a pedir la mano en matrimonio de su hijo menor, Kim Taehyung— el rey del Norte exclamó con seguridad, seguido de Jungkook, quien se puso frente al príncipe menor que ante sus ojos lucía increíblemente hermoso, aunque estuviera evadiendo la mirada, aún así le parecía perfecto.
Taehyung al escuchar la noticia se sintió morir. Él no quería casarse con ese tritón engreído, que lo miraba como si quisiera devorarlo. Además que el daño que ocasionó a su humano no tenía perdón, definitivamente no veía un futuro a su lado.
—Príncipe Kim Taehyung, ¿Acepta casarse conmigo? — Jungkook extendió su mano, inclinando su cuerpo mientras ofrecía el brazalete de compromiso.
Taehyung quedó petrificado, obviamente no lo quería.
—Taehyung, no nos hagas quedar en vergüenza. Responde— susurró su padre enfurecido.
Taehyung deseaba con el alma que su hermano Namjoon estuviera ahí, ¿Por qué tenía que estar fuera en una tonta expedición? Necesitaba su protección, seguro él no dejaría que lo comprometieran así.
El silencio se extendió y pronto se hizo incómodo. Su padre notó que los presentes comenzaban a inquietarse, pero aún reinaba el silencio.
—Mi hijo acep…— al ver que su hijo no parecía responder, el rey quiso aceptar en su nombre, pero un grito lo hizo callar.
—¡No! ¡No acepto! ¡Yo no lo amo y no pueden obligarme! — Taehyung vociferó furioso, no pudo seguir conteniendo la indignación e impotencia que sentía. Su cabello y cola ardían en un rojo furioso que espantó a todos los presentes.
El joven príncipe, luego de vociferar, salió del lugar nadando a toda velocidad.
Su padre se disculpó diciendo que su hijo sufrió un arrebato porque pronto cumpliría la mayoría de edad, lo cual era entendible y todos habían pasado por ello, así que creyeron las palabras de su majestad. El rey Kim aceptó el compromiso, asegurando a los Jeon que su hijo se casaría en cuanto cumpliera la mayoría de edad.
El rey Jeon pidió que su hijo se quedara en el reino del Sur, para cortejar como era debido al joven príncipe, pues, aunque había aceptado el compromiso, no había pasado por alto las palabras del menor. Su hijo necesitaba conquistar el corazón del precioso príncipe del Sur.
Taehyung no lo sabía, su compromiso seguía en pie.
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Holis, cómo están?
Les traigo un capítulo largo para recompensar mi ausencia 🥺
Perdonen mi ritmo lento, pero ya saben que mi salud no ha estado muy bien últimamente 🙈
Lo bueno es que me siento mejor y siento que las actualizaciones volverán con más frecuencia 😍
Lxs amo mucho, no lo olviden 💜
(Espero les esté gustando 🙈)
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