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🧜🏻‍♂️17 🧜🏻‍♂️

—Debemos irnos, tus amigos están preocupados por ti— Toshi finalmente había roto el silencio que se instauró después de que el humano mayor en compañía de la medusa ingresarán al pequeño lugar.

Jin lo veía confundido, se sentía un poco mareado sin entender bien el porqué. Sin embargo no dejaba de mirar a Jun que estaba en su estado de medusa.

—No me temas, soy una Medusa Mágica y sí, tus sospechas son certeras. También soy la pareja de Toshi que te dio las medicinas ese día en la Isla Jeju— dijo lo último cambiando su figura a una completamente humana – o eso parecía – irradiando pequeñas chispas por el resto de la magia que había utilizado.

Jin retrocedió espantado y asombrado al mismo tiempo, chocando su espalda contra la dura roca. Su boca se abría y cerraba, tratando de pronunciar palabra, fracasando olímpicamente pues sólo le salía jadeos.

—No temas, no te haré daño. Recuerda que te he ayudado a curarte— se agachó mostrando su bella sonrisa de lado que le envió a Jin una sensación de tranquilidad.

—Lo… siento… No entiendo nada— Jin logró calmarse, articulando lentamente las palabras.

Taehyung estaba más perdido, que Jin. ¿Cómo que se conocían? ¿Cuándo? ¿Lo curó de qué? ¿Lo curó de lo que Jungkook le hizo? Eso era casi imposible de curar.

—En otra oportunidad te lo explicaré con detalles, en este momento estás débil física y mentalmente— explicó Toshi, aunque luego de haber visto cómo estaba con el príncipe, sabía que tan débil no estaba. Sin embargo tenía que sacarlo de allí porque era verdad que sus amigos estaban preocupados y porque no podía permanecer más tiempo en el ambiente acuático.

—¡No quiero volver! No quiero volver a esa… casa— respondió Jin juntando sus manos en sus cabellos, tratando de mitigar el dolor emocional con el físico al jalar sus hebras castañas. No quería revivir los recuerdos de cómo vio a su madre colgando del techo y menos recordar sus últimos meses de martirio viviendo allí.

—No volverás a esa casa, me encargaré de venderlo. Hasta mientras vas a vivir conmigo— sentenció calmado pero autoritario.

—¿Contigo? Pero…— volteó la mirada al bello tritón que se había apegado más a él al sentirlo abrumado.

—No te llevaré lejos, si es que estás pensando eso— lo miró divertido al entender esa mirada que le dio al príncipe, sabía muy bien que ahora que se habían conocido, no podía separarlos.

Jin estaba más confundido, mirando al mayor con la cabeza inclinada a un lado.

—Viviremos acá en Busan, tengo una pequeña casita cerca de la playa— se limitó a decir, no era momento de explicar que compró esa casita para vivir allí con Jun, teniendo cerca el mar y la tierra, podría vivir sin problemas su vida amorosa.

—No quiero causarte molestias, no tengo dinero para pagarte…— Jin bajó la mirada, no quería aprovecharse de la extraña amistad que tenía con su psicólogo.

—Jin, no necesitas pagarme nada, es una ayuda como amigo, no como profesional— suavizó más su voz, acercándose de a poco al fondo de la caverna.

 —No, no quiero ser una carga. No otra vez— dijo lo último en un hilo de voz, las lágrimas volvieron a salir a borbotones, su pecho subía y bajaba.

Los gritos, los insultos que sus padres se lanzaban en cada discusión en los últimos meses, más los que su madre le decía después de que su padre los abandonara.

«¡Por tu culpa tu padre nos dejó!»

« tu culpa no tenemos dinero!»

« qué tenías que enfermar?!»

«¡Sólo eres una carga con la que debo arrastrar y no tengo fuerzas para eso!»

«¡No me mires así que tú estás más dañado que yo!»

«¡Seguro vas a olvidar todo esto mañana y yo me quedaré con éste dolor!»

Pero no, por más que intentaba olvidar esas crueles palabras, parecía que su mente se encargaba de sabotearlo. Si casi toda su vida ha sufrido de pérdidas de memoria, ¿Por qué ahora no funcionaba?

Sus manos comenzaron a arrancar mechones de cabello, su pecho subía y bajaba acelerado, más que antes. Murmuraba cosas sin sentido.

Tae se asustó al verlo tan frenético que no dudó en apegarlo a él, con un fuerte abrazo trataba de transmitirle la paz que su corazón y su alma necesitaban. Jin se removía luchando para que lo soltará, pero Tae no lo permitió, en ese mismo instante comenzó a cantar. La voz suave y profunda del tritón se escuchaba resonar en toda la cueva, su cuerpo comenzó a brillar en un verde intenso, Jin cayó dormido de inmediato. El humano sentía que su corazón era envuelto en una reconfortante calma, un calor que lo invadía por todo su ser, dándole una sensación protección y seguridad.

Satoshi y Jun se quedaron estupefactos ante la escena que pasó en menos de dos segundos, definitivamente el príncipe tenía más poderes de los que nadie pensó. Jun conocía muy bien el que estaba viendo frente a sus ojos, lo tenía la madre de Tae. El poder curativo.

Jun estaba preocupado, más poderes significaba, más problemas.

 


¿Por qué va nadando por este territorio? ¿Dónde estás yendo pececito?

Jungkook estaba persiguiendo a Jimin, el comportamiento del pequeño tritón de aleta resplandeciente lo dejó con más curiosidad. Estaba seguro que se dirigía a donde su futuro prometido se encontraba.

El joven tritón, miembro de la guardia personal de la realeza era muy ágil, su velocidad de nadie pasaba la media establecida para cualquiera de su clase. Sin embargo Jimin estaba consiente que si empleaba toda su velocidad, sería más sospechoso, según Jimin, lo que le faltaba de tamaño lo tenía de inteligencia y pericia. No por nada estaba a cargo de la seguridad del príncipe a tan corta edad.

Al notar que el fastidioso tritón del norte lo estaba persiguiendo, planeó de inmediato un plan de contingencia. Comenzó a nadar en increíbles maniobras para evadir las algas gigantes de color verde para después meterse e tres las algas ventosas. Las piruetas que realizaba entre la vegetación marina, era digna de admiración. Movimientos delicados que parecía estar danzando en lugar de un simple nado.

Jungkook no podía creer la habilidad de ese pequeño tritón.

¿Cómo puede nadar así? ¡Nadie me gana en rapidez y habilidad!

Con dificultad, Jungkook no lo perdió de vista y logró divisar que entraba en un coral escondido entre algas rojas de gran tamaño. Con sigilo vio cómo la cola dorada de ese guardián desaparecía entre un cúmulo de rocas.

Sigilosamente se acercó al lugar, dónde para su sorpresa dos tiburones estaban resguardando la entrada a un arrecife de coral dónde parecía se llevaba a cabo algún tipo de fiesta. ¿No sé supimos que algo así estaba prohibido?

—¿Palabra clave?— preguntó imponente uno de los tiburones, evitando el paso al interior.

—¿No sabes quién soy?— Jungkook preguntó altanero, era un príncipe, ¿Acaso no lo notaba por su aleta? A él no se le podía negar nada.

—Palabra incorrecta— respondió con simplicidad.

—Déjate de estupideces y déjame pasar, no sabes con quién te metes— Jungkook atacó enfurecido, mostrando sus ojos rojos cual viva llama de fuego.

—Acá todos son iguales y son nada a la vez, si no tienes la palabra clave ¡Lárgate o te hacemos picadillo!— amenazó el tiburón mostrando sus afilados dientes.

Jungkook entendió que no tenía oportunidad contra dos tiburones de esa envergadura sin recurrir a sus poderes, cosa que no podía utilizar pues crearía un conflicto entre reinos, ya que aún no era dueño de esas tierras. Por lo pronto lo mejor era retirarse.

Por ésta vez ganaste pececito, la próxima no tendrás oportunidad.


Holis, cómo están? 😌

Mil disculpas por la tardanza, ocuparme de mi frágil salud me ha tomado mucho tiempo 😔 perdón 🥺 lo bueno es que ya volví! 😊

Espero les guste este cortito capítulo, pero necesario para que entiendan ciertos puntos 😌💜

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