
I want it all
Debí haberme sentido mal por el alivio que me dio abrir los ojos y encontrar a Taehyung hecho bolita en el sillón color crema de la habitación. La pared volvía a estar vacía pero no necesitaba de pósters ni energías nacidas de mis costumbres. Nadie en el mundo apreciaba tanto la rutina como yo, pero no la necesitaba. No cuando las profundas ojeras y demacrado aspecto del castaño revelaron que así como yo, él tenía miedo de no volverme a ver, incluso aunque no tuviera idea de nada.
Con lentitud aparté la sábana e ignoré la absoluta desnudez del cuerpo del omega, en la penumbra de un amanecer tardío recorrí el suelo llano y frío, tanto que me hizo estremecer. Tanto que me hizo llevar mis manos directamente a su rostro y buscar con mis labios los suyos.
Tanto que comencé a llorar implorando por no ser nunca separado de la calidez de Kim Taehyung.
—¿Kook...? ¿Qué haces despierto? Debes... Estar cansado.
Murmuró perezoso conforme apartaba lento mis manos.
—Ya hablamos de esto, no debes tocarme. Vamos a dormir, ¿mhm? Te abrazaré hasta que te duermas.
Me dejé llevar por su somnoliento caminar con una sonrisa, gocé de sus manos alrededor de mi torso e inhalé como si se tratase de mi primer respiro de vida, su aroma a canela.
—Tae... Soy yo.
—Mhm...
—Soy yo, amor —susurré sin querer esperar más un beso—. ¿No grosería? —pregunté al rato, cuando me percaté de que no me haría mucho caso hasta que demostrar que era... Yo.
Y funcionó.
Sus ojos verdes brillaron en la oscuridad y sus dedos se hundieron en la piel de mi espalda.
—¿Qué has dicho?
—No grosería o te la meto—. Dije con una sonrisa gigantesca.
Y me fue retribuída.
—N–no siento tu lobo otra vez, ¿eso quiere decir que...?
—Que soy el Jungkook que amas.
—El Jungkook que amo... Eres... Eres el Jungkook que amo —contrario a lo esperado, su aroma se desplegó con fuerza, la misma con que sus lágrimas se precipitaron por sus ojos—. J–Jungkookie amor, ¿tú estás realmente enfermo? ¿Era verdad eso de la amnesia? Al principio lo tomé como una estupidez pero viendo esto... Lo siento mucho, amor —me encerró en sus brazos como si con eso contuviera a mi alma misma—. Y–yo te voy a cuidar, ¿mhm? D–deberías asistir a médicos y esas cosas, ¿es porque no tienes dinero? Estas... Estas situaciones tienden a empeorar si se aplazan, y– y yo...
Su voz acabó por romperse y todo lo que siguieron fueron frases incoherentes.
«Ay Taehyungie...»
—Sh, sh, hey... No llores bebé, no estoy enfermo, mírame —limpié sus mejillas como pude desde mi posición y esbocé una sonrisa que fue capaz de ver—. Todo tiene una explicación.
—¡T–tenía tanto miedo de no volverte a ver!
—Joder Taehyung—. Susurré con la garganta tan cerrada que me sentía asfixiado incluso respirando.
Mis manos también encerraron su cuerpo y opté por intentar, semejante a él, capturar su alma y llevármela conmigo.
Nunca había llorado tanto como aquel amanecer, nunca llorar se había sentido tan bien como cuando lo hizo él conmigo. Parecíamos dos niños, enterrando el rostro en el cuello del contrario y dejando salir el pesar de años. Él por su pasado y yo por un posible futuro sin mi Kim Taehyung.
Pareja... Las personas no deberían anunciarse "en pareja" de la forma casual en que lo hacen.
Pareja.
—Eres mi pareja, Taehyung —susurré con ese intento de habla desgarrándome la poca garganta que me quedaba tras el llanto—. Eres mi par, y no importa qué, no te dejaré solo, no me quedaré solo. Te lo prometo.
Tae no me dio una respuesta que pudiese escuchar, pero ese beso con el que se regocijaron mis labios, me supo a agradecimiento.
«Yo lo quiero todo. Mi madre y Taehyung son mi todo y me los voy a llevar, así tenga que construir una frontera entre dimensiones»
—Es una promesa, Jungkookie.
ᝰ◌᮫۪۪۪۪᳝۟🎟️◌᮫۪۪۪۪᳝۟⑅៹
No pasaron veinticuatro horas antes de que yo tomase cartas en el asunto. La ansiedad nacida del miedo por perder la oportunidad de quedar atrapado por ambos mundos, me hizo moverme desorientado pero concentrado, con una idea en mente—: «Se me acaba el tiempo»
Encerrado en el baño escondí a base de fuerza de voluntad el temblor de mis manos. La posibilidad explorada en primera instancia era mi único pasaporte a salirme con la mía.
El plan tenía varios puntos contraproducentes, en primer lugar está el peligro que suponía darme más importancia de la que realmente tenía; y en segundo, el alcance de los alfileres. La cuestión es que estaba seguro de que habían invadido mi cabeza en diversas situaciones, si había podido escuchar su voz en mi cabeza, o voces, ¿qué me aseguraba que no pudieran hacer algo superior a eso, como determinar mis verdaderas intenciones?
Y la única forma de prevenir lo segundo, era dejando a la suerte lo primero. Debía convencerme de que el suicidio se llevaría a cabo de forma irremediable.
Sostuve la cuchilla con mis dedos.
«No me gusta el dolor, aish»
Con un suspiro coloqué el filo horizontal a mi muñeca, la vi tan frágil que se me hizo ajena. Las manos de Taehyung eran más delicadas que las mías, pensé. Me atrevería a decir que Taehyung lucía más... Eso, delicado. Como un modelo mientras que yo era... Bueno, una persona tan deportiva como antisocial, así que el bronceado que ganaba con dos días de intenso entrenamiento de artes marciales lo perdía con cinco días de vampirismo. Lo que me daría el aspecto de un malvavisco... Musculoso.
Y narizón.
«Taehyung también tiene la nariz grande, ¿por qué se le ve sensual, maldita sea?»
Sacudí mi cabeza y volví a enfocar la mirada en lo que acontecía, las venas resaltaban de forma sutil y juraba que palpitaban por el deseo de ser penetradas; extrañamente la imagen de mi sangre saliendo a borbotones me resultó... Atractiva.
—¿Mamá, le temes a la muerte?
—Nope.
—Eeeh, ¿ni un poquito?
—Claro que no, cuando muera no tendré arrepentimientos ni deseos de estar viva de nuevo, porque estoy muerta. Temerle a la muerte es algo tonto, cariño. Mientras mejor vivas, mayor es el miedo que le pierdes.
Inhalé con los ojos cerrados para luego clavarlos en el canal que comencé a abrir gracias a la presión de la cuchilla. Dolía, de mis ojos saltaron lágrimas y la mano empezó a perder fuerzas para continuar.
Pero solo los que hacemos locuras somos escuchados.
Antes de perforar la primera vena a mi alcance capté un reflejo en el espejo, a mis espaldas una presencia aguardaba a que me percatase de ella; sus brazos cruzados, su espalda pegada a la puerta del baño y mirada impenetrable. Me exalté de tal forma que la cuchilla cayó al lavamanos siguiendo el camino de mi sangre, tan leal como hace el asesino tras su víctima.
No obstante, no olvidaría esos labios nunca.
—¿Kim Seokjin? —. Pregunté tembloroso, me di la vuelta apoyado en mi mano casi intacta, pues la cuchilla es literalmente un arma de doble filo y dejó marcas en mis dedos.
Mis ojos barrieron su fachada partiendo de sus pies, todo cuanto veía era una versión incluso más perfecta de lo que recordaba. Y no había piel desnuda ni ropa ajustada, solo prendas blancas de un traje a la medida y cabello castaño con ciertas pinceladas rubias.
—¿Qué crees que estás haciendo, Jeon Jungkook?
Su tono de voz era tan plano que no pude personificarlo, tan término medio que me hizo creer que sus semejantes usaban el mismo ni tan agudo ni tan grueso, ni tan alto ni tan bajo, sino inhumanamente perfecto.
Eso le quitaba lo interesante, si me preguntan.
—¿Qué eres?
—No tengo tiempo para esto—. Fue su respuesta y al darse la vuelta me dio la impresión de que abriría la puerta revelando un fondo vacío de destellos blancos, por la cual le vería perderse para nunca verlo.
—¡No! Tienes razón, iré directo al punto.
No lo vocalizó, pero el gracias en su mirada fría fue obvio.
Tomé aire lentamente y corté en seco a mi conciencia cuando se burló de mi mente en blanco con la siguiente frase—: Rayos, nunca pensé llegar tan lejos.jpg
Si mis ganas de reír no morían en aquel justo instante lo próximo que cortaría con esa cuchilla sería mi lengua.
—¿Y bien?
«Tu momento de brillar»
—Quiero que busquen un reemplazo para Taehyung, que lo liberen de sus planes... Y que me envíen de regreso a mi dimensión junto a él.
—Imposible, niño, eso no solucionaría nuestros problemas.
—¿Por qué no? Tienen que haber más personas para hacer lo mismo que quieren que haga él, ¿por qué tiene que ser Taehyung?
—No entraré en detalles que no te importan, pero no es tan fácil como quitar y poner. El destino y la encomienda del mando superior nunca se ha manchado se la forma en que se hizo ahora, y lo repararemos, a costa de quien sea. Tus demandas no nos incumben, limítate a tu trabajo.
Su tono, su expresión, todo gritaba que no esperaba de mi parte, algo que no fuera un sí, como si fuera un ganado salido momentáneamente del corral.
Endurecí mi mandíbula y me impulsé del borde del lavamanos, llevé la mano a la muñeca con dolor pero eso no tomó protagonismo en mi expresión; no logró opacar un ápice de mi furia.
—No les conviene tenerme de enemigo porque haré todo lo que esté en mis manos para joder sus planes. Ahí tienes mi demanda: Taehyung, mi madre y yo lejos de esto. No tiene nada que ver con nosotros.
—Oh... Créeme que lo hace. Pero no seré yo quien te de explicaciones.
—¿Dónde está Yoongi?
—Recuperando fuerzas, es un humano con la muerte acechándolo desde hace casi una década. Atenderá tu caso cuando esté listo, no hagas ninguna otra estupidez hasta entonces, Jeon Jungkook, o yo mismo me encargaré de borrar su voluntad.
—¿Su voluntad? ¿La voluntad de quién?
Una repentina pérdida de equilibrio me hace caer contra la pared y parpadear desorientado, para cuando vuelvo a buscarlo, no hay ni rastros de su presencia.
ᝰ◌᮫۪۪۪۪᳝۟🎟️◌᮫۪۪۪۪᳝۟⑅៹
Segunda actualización <3 muAk
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro