➳ extra III
¿qué pasaría si Raiden Seki hubiera muerto realmente?
⸻✦⸻
Ella tenía tanto pánico, aquellas palabras resonaban constantemente en su cabeza y la culpa la carcomía a cada paso que daba.
"Él ha fallecido"
Se había escapado de la sede de Tenjiku al oír a Kakucho y ahora sus pies no se detienen sin importar que tanto debía correr hacia aquel hospital. Su respiración era agitada y sentía que su corazón se saldría por la boca.
Se frenó de golpe al llegar al pasillo del edificio, allí había varios miembros de ToMan, algunos llorando silenciosamente y otros con una mirada decaída; en otro sector estaban los señores Seki llorando desconsoladamente junto a Emma quien abrazaba fuertemente a Hana.
- Seki-chan –pronunció Takemichi al verla parada sin moverse- ¡Lo siento, todo fue mi culpa! –lloró el rubio- ¡Si tan solo hubiera detenido a Kisaki... yo...!
- ¿Dónde está? –interrumpió intentado ocultar su temor.
Takemichi señaló tembloroso la habitación donde yacía el cuerpo de su mejor amigo. Serafine, sin atreverse a mirar a nadie, siguió la dirección que le señalaba el rubio e ingresó a la habitación dejando la puerta abierta.
Su mirada rosa rápidamente captó aquella camilla, a pasos temblorosos se acercó y pudo apreciar únicamente el rostro de su hermano. El cuerpo de Raiden era cubierto por una fina sábana blanca dejando solamente a la vista su cabeza, esta tenía un gran hematoma en su cien y sus ojos estaban cerrados con arrugas a su alrededor.
- Den-Den –lo llamó suave, tal y como lo hacía de niños para no asustarlo cuando él hacía algo malo- Levántate, ya sabes que odio las bromas.
Sin respuesta. Los labios de Serafine temblaron inevitablemente y sus manos sudaban al ver la cara sin emoción de su hermano.
- Vamos –lo tomó por el hombro y lo movió pacíficamente- Mamá y papá están llorando, juramos no hacerlos llorar asi que levántate y dales un abrazo... Tampoco estoy enojada y no te regañaré, asi que no bromees.
Seguía sin escuchar la voz de Raiden, sus manos temblaban y sus ojos amenazaban con soltar lágrimas.
- ¡Raiden, no me hagas esto, despierta! –gritó y lo movió con más fuerza- ¡Vamos, por favor, tenemos muchas que hacer!
- ¡Serafine! –habló Baji abrazándola desde atrás- ¡Se ha ido!
- ¡Suéltame! –sollozó intentando zafarse- Den-Den no puede estar muerto ¡tiene que ir a casa con nosotros! ¡No puede irse, lo prometió!
Su llanto empeoró al ver que su querido hermano no se movía ¿acaso no era una broma?
- ¡Keisuke, suéltame! –lloró con más fuerzas- ¡Él debe levantarse! ¿¡Quién me despertará para ir juntos a la escuela?! ¿¡Quién me ayudará a hacerle bromas a papá con sus libros de matemática?! ¡¿Quién se reirá cada vez que mamá me regaña?! ¡Lo necesito conmigo!
- Sera –murmuró Baji intentando no llorar- Se ha ido... Él ya no está aquí, debes entenderlo por más doloroso que sea.
- No quiero que él se vaya –cayó de rodillas seguido de Baji quien la seguía abrazando- Raiden es mi hermanito menor... no puede morir antes que yo... se suponía que lo vería convertirse en un adulto responsable, con esposa e hijos... se suponía que debía protegerlo –lloró ocultando sus orbes con sus manos- Él tiene tan solo catorce años... no debía morir así... yo tuve que ser quien moría, no Den-Den.
- No digas cosas tan tristes –sollozó Keisuke abrazándola con más fuerzas- Él dijo que te ama y que no hagas idioteces porque tu madre te regañará, asi que hazle caso... o sino yo te golpearé.
- Lo quiero a mi lado –dijo rota- Quiero a mi hermanito.
- Lo sé, lo sé –acarició su cabello con cariño.
Ambos amigos siguieron llorando en el suelo, uno más que otro.
La pelirroja tomó aire intentado calmarse y se puso de pie para salir de la habitación, dejando al pelinegro desconcertado.
Con miedo se acercó a sus padres y se arrodilló frente a ellos.
- Mamá... Papá –los llamó con sus labios temblorosos- Lo siento tanto, si tan solo hubiera esta junto a Raiden tal vez yo...
- Mi nena –interrumpió Hana y la abrazó con fuerzas.
- No es tu culpa –se unió Kazuma al abrazo acariciando la cabeza de ambas mujeres- Sanaremos juntos ¿si, mis chicas? Raiden estaría triste si nos ve de esta manera.
Los ojos rosas de la Seki no tardaron en volverse cristalizados y soltó en llanto otra vez aferrándose a sus padres, sin intenciones de querer soltarlos.
La familia Seki había perdido una gran parte de su corazón y tardaría mucho en sanar, pero aún asi harían lo que sea para seguir adelante en memoria del pequeño pelirrojo.
˚ ༘✶ ⋆。˚ ⁀➷
Nota: esto es un borrador que no terminé de escribir. Orginalmente, Raiden si moría pero dije "naa, mi hijo no morirá" y cambie la historia jasjjas
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro