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꒰ ͜͡➸ Capítulo 5

- ¡Mueve el trasero Hanagaki! –le gritó la pelirroja- No tengo todo el tiempo del mundo.

- ¿Hm? –el rubio miró desconcertada a esa persona.

- Apúrate –le dijo Akkun- La puerta se cerrará.

Takemichi Hanagaki, quien no entendía por qué veía a sus antiguos amigos de la secundaria, los siguió pensando en que tal vez su vida esté pasando por sus ojos.

¡Wow, que nostalgia, mis amigos de la escuela media! –pensó sorprendido- ¡Makoto quien constantemente se toca el pene!

- Yamagishi ¿viste la revista de esta semana? –preguntó el pelinegro.

¡El pendejo de Yamagishi, piensa que por tener lentes es más inteligente!

- La vi -respondió el castaño- La dejé donde están las fotos.

¡Nuestro líder, Akkun!

- Chicos no se pongan nerviosos -comentó el pelirrojo de copete.

¡Mi amigo de la infancia, Takuya!

- ¿En serio vamos a ir hoy? -preguntó el de cabello largo.

¡Y los inteligentes y hermosos hermanos Seki, Serafine y Raiden!

- Oi, Makoto -llamó la única chica del grupo- Entonces ¿es verdad de que, si un hombre no se masturba durante mucho tiempo, le duele el pene?

- ¡Makoto, te dije que no hablaras de esas cosas con mi hermana! –gritó el ojiceleste golpeando a su amigo.

El rubio no entendía nada. Su vista se fijó en su vestimenta, cabello y pertenencias, se remontaban al año 2005 donde su yo adolescente era un intento de delincuente, uno muy patético para su mente de veintiséis años.

- Takemichi, si no te mueves, nee-san te pateará -advirtió Raiden.

- ¿Eh? -pareció reaccionar- ¡S-si!

El grupo de la secundaria Mizo comenzó a caminar mientras comentaban sobre una especie de pelea que tendrán con chicos de otra secundaria, ¿el motivo? según ellos, los estaban viendo como inferiores.

- Solo piensan con los puños, no tienen ni una pizca de cerebro -comentó la Seki.

- ¡Oe, nee-san! -lloriqueó su hermano- No digas eso.

- Es cierto, pelearán por algo tan insignificante -suspiró- En fin, de todos modos ¿quién soy yo para juzgar?

- No te preocupes Seki-chan -habló Akkun- Ahí estará Masaru-kun, no tendremos problemas.

Takemichi intentaba procesar el nombre de su primo, cuestionando si era buena idea que él estuviera ahí.

- ¡¿Takemichi, tu cabeza está bien?! -le gritó Makoto- ¡Vamos a comenzar una pelea! ¡Esto es una guerra entre los de segundo año de la secundaria Mizo contra los de la secundaria de Shibuya!

Cuando dijo eso, el rubio entró en pánico al saber que hacer más de diez años no peleaba. Aunque no duró tanto tiempo ya que, según él, era un recuerdo.

- Bueno -habló Serafine llamando la atención- Si mueren, seré yo la DJ de su funeral. No se preocupen, pondré buena música.

- ¡Nee-san! -llamo Raiden al ver a su hermana caminar en otra dirección- ¿A dónde vas?

- Lejos de ustedes, capaz y me pegan lo imbécil -agitó su mano en forma de despedida, para luego mirarlos sobre su hombro- ¿Lo olvidaste, Den-Den? Tengo entrenamiento. Te veo en casa.

- Oh... cierto -sonrió- Suerte, no golpees a tus compañeras.

- ¿Entrenamiento? ¿Golpear? -cuestionó Takemichi sin poder recordar muy bien su relación con la Seki.

- Seki-chan está dentro del club de voleibol de su secundaria -respondió Takuya- ¿Acaso lo olvidaste?

Ahora lo recuerdo –pensó el rubio- Serafine y Raiden fueron mis primeros amigos desde los cinco por lo que siempre íbamos juntos a todos lados, esos dos fueron los más cercanos a mi, como mis hermanos  ¿qué habrá pasado con ellos en el futuro? Después de dejar la secundaria me alejé de los hermanos aun cuando ellos siempre me apoyaron y hasta me ofrecieron quedarme en su casa. Fui una mierda y  siento que verlos es injusto, pero me da mucha alegría.

La pelirroja luego de despedirse de sus amigos y hermano, se encaminó hacia su secundaria que se encontraba a tan solo unas calles de ese parque. No le gustaba el deporte a pesar de ser muy buena en ello, pero su escuela obligaba a los estudiantes a participar en algún club, y por descarte, se quedó con voleibol. Aunque en su mente no era tan malo, podía ejercitarse y mantener su figura, podía salir de excursiones para jugar contra otros equipos, despejaba su mente y solo era una hora y media de entrenamiento, había otros clubes que duraban tres horas mínimo.

Suspiró y se adentró a la cancha, donde pudo visualizar solo a su entrenadora.

- ¡Llegas tarde, Seki! -la regañó su superior.

- Fueron ocho minutos, Yoko-san -suspiró y fue al cambiador donde sus compañeras la esperaban.

Serafine, sin siquiera terminar su entrenamiento, se dirigió al parque donde había visto a su grupo por última vez. Raiden le mandó un mensaje en su descanso para que lo fuera a ayudar, por lo cual caminó rápidamente con el miedo de que a su hermano le haya pasado algo malo, aunque no lo demuestre.

- Oh por Poseidon... -comentó acercándose ocultando su enojo- Se ven de la mierda

La vista era desagradable, todos tirados en el suelo llenos de golpes y sangre.

- Nee-san -lloriqueo el pelirrojo- No eran estudiantes de segundo...

- ¿Ah?

- Los de segundo año salieron de excursión y en su lugar vinieron los de tercer año.

La ojirosa lo miró seria, Raiden tenía un moretón en su ojo izquierdo y su labio sangraba, además de incontables raspones en su cara y brazos.

- ¿No que ese tal "Masaru-kun" los iba a defender? -ella estaba enojada, si tan solo hubiera faltado a su patético entrenamiento, tal vez podría haber evitado las heridas de sus amigos y hermano. De ahora en adelante no confiaría en otros para la seguridad de su hermano.

- Era mentira, solo presumía -respondió Akkun.

- Vamos a casa -Serafine se acercó a su hermano para ayudarlo a levantarse- Mamá se pondrá furiosa cuando te vea.

- No me lo recuerdes -sollozó Raiden.

- Seki no lo ayudes solo a él -reclamó Yamagishi señalándolos.

Ella estuvo por responder cuando a su lado pasó un reflejo amarillo, por lo que miró hacia donde se dirigía descubriendo que era Takemichi corriendo lejos de ellos.

- Vaya -acotó Takuya- Parece que la derrota no le gusta.

- Si van a ser delincuentes, es ley saber que no debes subestimar a tu oponente -ayudó a sus amigos a ponerse de pie.

- Deja de regañarnos ¿quién te crees? -le habló Makoto con una pequeña lágrima.

Ella, en respuesta, lo soltó dejándolo caer de cara al suelo.

- Púdrete Makoto -le dijo.

- ¡Seki-chaaaan! -lloró- ¡No nos dejes así!

- ¡Entonces cierren la maldita boca y déjenme hacer lo mío! -les grito.

El grupo de amigos fue ayudado por la pelirroja durante unas calles hasta que tuvo que separarse con su hermano para dirigirse a su casa. 

Para Serafine, ese día había sido extraño, y puede jurar que comenzó con ese presentimiento desde que vio a Takemichi en estado de trance al momento de salir del tren. No importa si ya superó su anterior vida, sus habilidades siempre le han servido, entre ellas leer a la gente, por lo que puede asegurar que el rubio era diferente a su actuar normal/patético.

Incluso Raiden se había dado cuenta.

Los hermanos Seki presentían que su amigo rubio había cambiado, no sabían si para bien o para mal, también es probable que ellos se equivoquen, pero no dejarían pasar la mirada de Takemichi... sus ojos solo reflejaban innumerables emociones cada que los miraba: nostalgia, alegría, enojo y tristeza eran lo que más se veía.

Y más para Raiden quien estuvo al momento de la paliza, no puede sacarse de su cabeza el simple hecho de que su mejor amigo gritó al cielo regañando a Dios por mostrarle "recuerdos" de que tan patética era su vida.

Algo que caracterizaba al menor de los Seki era la curiosidad, y su hermana estaba más que convencida de que será arrastrada a sus aventuras con tal de descubrir qué trae en manos el rubio.






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