Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

꒰ ͜͡➸ Capítulo 32

¿Qué demonios le ha ocurrido a Angry? Fue lo primero que pensó la chica al ver como el vice capitán de la cuarta división dejaba fuera de juego a los reyes celestiales, estaba sorprendida de la fuerza del peliceleste.

Y pensó que la siguiente era ella, pero el chico la ignoró completamente para ayudar a sus compañeros a levantarse. Angry no la lastimaría, ella era su amiga, jamás podría ponerle una mano encima.

- Takemichi ¡nosotros vamos a ganar esta pelea! –sentenció Angry.

- ¡Un momento!

Serafine frunció el ceño al ver a Mucho ponerse de pie con un arma en mano, se notaba a kilómetros que no estaba en sus cabales.

- No voy a perder -susurró colérico- ¡No voy a perder, maldición!

El rubio arremetía contra el peliceleste con intención de apuñalarlo, pero Takemichi lo empujó para evitar que sea dañado. Mucho volvió a empuñar el arma para herir al ojiazul, más no pudo moverse más ya que alguien lo detuvo. Kakucho lo veía seriamente mientras que con su mano había tomado el filo del chuchillo, ejerciendo gran fuerza para que el varón no haga alguna acción.

La pelirroja estaba completamente aliviada de que el pelinegro haya intervenido, ella no hubiese llegado a tiempo. Se cambió de bando y ahora era enemiga de ellos, era cierto, pero eso no significaba que dejaría que sus amigos murieran. Hipócrita de su parte cuando ya lastimó a Baji y Pachin, pero sabía que, si no hacía eso, ellos terminarían peor. Era mejor que ella sea su rival a que otro de Tenjiku.

Kakucho golpeó con fuerzas a Mucho diciéndole unas palabras, cuando el rubio cayó al suelo, le habló a su presidente.

- ¡Izana, luego aceptaré el castigo por esto!

- Gracias Kaku-chan -le dijo Takemichi.

- No te hagas una idea equivocada, Takemichi, no hice eso para ayudarte -soltó- Seguiré a la persona que le entregué mi vida hasta el infierno, si es ahí donde su destino lo lleva. Ya no soy el niño que conociste antes, Takemichi, ahora soy el líder de los Cuatro Reyes Celestiales de Tenjiku ¡Kakucho!

Tras decir eso, arremetió contra todos los miembros fuertes de ToMan, dejándolos en el suelo de un solo golpe.

- Comparado con tu fuerza, Kakucho, el resto de los Reyes Celestiales son basura -comentó Izana- En realidad, solo tú eres la fuerza principal de Tenjiku -lo miró sonriente- ¡Kakucho, deja que Serafine se encargue de Takemichi! Sera una buena manera de probar su lealtad -susurró lo último con una sonrisa.

Dicho esto, miró a la chica seriamente.

- ¿Qué haces parada ahí? -cuestionó- ¿Acaso no te he dado una orden?

Acatando lo dicho por Izana, Serafine se abrió paso hasta quedar en frente de su mejor amigo mirándolo fríamente.

- Eres todo lo que queda de ToMan, Hanagaki.

- Realmente te uniste a una banda criminal -dijo Takemichi frunciendo el ceño con tristeza- Por favor, Seki-chan, vuelve con nosotros... Tus amigos esperan por ti...

La chica lo ignoró y golpeó su estómago con fuerzas.

- ¿De qué me sirve volver si mi hermano no está ahí? -le preguntó soltando un puñetazo en su cara- ¡No estoy aquí para hablar de amistades! -esta vez fue una patada que golpeó al rubio.

- ¡¿Crees que Raiden quiere verte así?! -logró formular Takemichi recibiendo otro golpe.

- ¡Deja de hablar de él! ¡Nunca entenderías como mierda me siento si tú no tienes hermanos! -volvió a estrellar su puño en el rostro del chico.

Serafine conocía a la perfección la resistencia del rubio, pero no le importaba cuantas veces el rubio se volvía a levantar, seguía golpeándolo.

La tristeza y culpa llenaban su anatomía, pequeñas lagrimas salían de sus orbes rosas al ver la sonrisa amigable de Takemichi, él se estaba dejando golpear sabiendo que su amiga se estaba descargando de todo el dolor que ha tenido que soportar.

A él no le interesaba quedar como un saco de boxeo, era su turno salvar y proteger a la pelirroja.

- No te... detengas -dijo el rubio con aquella sonrisa amable- Golpéame hasta que estés satisfecha...

La Seki sollozó deteniendo sus golpes, su corazón le dolía muchísimo. Ver la sonrisa que le daba su mejor amigo terminó por romperla, quería volver el tiempo atrás donde todos eran felices, donde ella sonreía sin preocupaciones al lado de su hermano y amigos.

Ya no quería pelear.

- Parece que el plan se arruinó -rio Hanma divertido- Se nota que ella no sirve para esto.

Shuji tenía toda la razón, todo el plan fue arruinado ya que no conocían a la perfección a la pelirroja. Ellos pensaban que sin su hermano se volvería más fuerte, pero la realidad es que a ella ni siquiera se le pasó por la cabeza crear una organización criminal o formar parte de una.

Serafine Seki nunca estuvo hecha para el mundo criminal, solo que las circunstancias la habían guiado a eso.

Izana al verla inmóvil, supo que ahora ella ya no le serviría para su plan, era basura que debía ser exterminada, por lo que decidió golpearla.

La chica cayó inconsciente, aquella patada impactó en su cien con mucha fuerza. A lo lejos, Baji se levantó rápidamente para auxiliarla, pero los miembros de Tenjiku impedían que llegara a su lado.

- ¡Sexto escuadrón, rescaten a su capitana! -ordenó Keisuke con una sonrisa mientras golpeaba a uno.

- ¡No abandonen a la capitana! -siguió Keigo.

Todos los miembros del sexto escuadrón sonriendo mientras se ponían de pie, claro que lucharían por ella, se lo debían a la chica que los cuidó desde el primer momento.

Era su turno protegerla.

No pasaron más de cinco minutos cuando la pelirroja abrió sus ojos sobresaltada, su mirada rosa se desplazó rápidamente por todo el lugar para encontrarse con un circulo de personas que la rodeaban. Los chicos del sexto escuadrón se habían colocado a su alrededor para actuar como escudo, impidiendo que los de Tenjiku se acercaran a ella.

- Al fin despiertas, capi.

Ahí se dio cuenta que era sostenida por alguien. Baji la miraba sonriente mientras la abrazaba delicadamente, gracias a todos los miembros de ToMan fue capaz de salvarla y tenerla en sus brazos, ahora ella era protegida por las personas que la admiran y quieren.

- Ahora estás a salvo, Sera-san.

Serafine le sonrió con lágrimas en los ojos y lo abrazó fuertemente. A pesar de perder a su hermano, tenía a otras personas a su lado, no estaba sola, debía seguir adelante, porque eso era lo que habría querido Raiden.

- Gracias por no abandonarme -susurró llorando.

- Jamás lo haría -correspondió la muestra de afecto.

El sonido de un disparo los sacó rápidamente de su burbuja. La Seki miró rápidamente como Takemichi estaba arrodillado sosteniendo su pie mientras Kisaki lo apuntaba con una pistola.

- ¿Qué sucede, Kisaki? -sonrió- Dispararme en el pie no me matará.

- ¿Por qué mierda lo provoca? -susurró Baji con los dientes apretados.

- No tengo el carisma de Mikey-kun, no tengo la inteligencia de Naoto o Raiden, no soy tan habilidoso como Koko-kun, no soy grande y fuerte como Draken-kun y no soy bueno peleando como Seki-chan -dijo poniéndose de pie- Así que, solo hay una cosa que puedo hacer ¡Nunca rendirme! ¡Incluso si me matan, nunca me rendiré!

La mirada rosa de Serafine brilló al ver la espalda de Takemichi, se veía tan grande desde su perspectiva. Ella sonrió determinada y se puso de pie, se sacó la chaqueta de Tenjiku y la tiró al suelo.

Se juró seguir al Hanagaki hasta el infierno si hacía falta, debía cumplir a su juramento.

Cuando Takemichi tocó el pavimento gracias al golpe que le dio Kisaki con la culata de la pistola, ella lo ayudó a ponerse de pie sosteniéndolo por la cintura.

- ¿¡Seki-chan?! -pronunció sorprendido.

- Te ves de la mierda, Hanagaki -sonrió burlona- ¿Otra vez debo salvarte el trasero?

Seguido de ella, los más fuertes de ToMan se pararon con esfuerzo para apoyar a su líder, poniéndose a su lado para demostrar que no está solo.

- ¡Kisaki, quisiera acabar contigo por herir a mis amigos! -gritó Chifuyu- Pero esto solo es una pelea entre niños, no estamos aquí para matarnos unos a otros, solo queremos lucirnos, ser rudos y vernos geniales.

- Soy todo eso y más -murmuró ella, pero recibió un golpe en la frente por el ojiazul.

- No sabemos donde más centrar nuestro poder, así que lo expulsamos entre nosotros ¡pelear con los puños! -siguió Baji- ¡Por lo que creemos, por la carga que llevamos!

- ¡¿Y?! -ladró Kisaki colérico- ¡Puedes levantarte todo lo que quieras y decir palabras bonitas, pero eso no cambia el hecho que perdieron! ¿Realmente quieres que ToMan desaparezca, Takemicchi?

- No uses mi apodo a la ligera -gruñó el ojiazul.

- Eres un jodido dolor en el trasero -sonrió el moreno- Bien, entonces, me rendiré.

Kisaki comenzó a delirar diciendo que debían unir ambas pandillas pero su monólogo fue cortado por el gran golpe que le soltó Takemichi.

- ¡Kisaki, voy a golpear tu podrido cerebro hasta hacerlo pedazos!

Apoyo la movida -pensó la chica sonriendo malvada.

El rubio quiso golpearlo nuevamente, pero Izana se interpuso para recibir él el impacto.

- Hazte a un lado, Kisaki -pidió sonriendo- Voy a matar hasta el último de ellos.

Takemichi no prestó atención a sus palabras y comenzó una pelea con el peliblanco donde solo él era el golpeado, pero volvía a levantarse. Era un héroe, no podía bajar los brazos.

- ¡Ustedes bastardos llevaron a Mikey-kun al límite! -soltó- ¡Yo voy a protegerlo!

El rubio comenzó a correr con el puño en alto dispuesto a pelear con Izana, pero de repente se detuvo.

- Te tomó bastante tiempo -susurró levantando su puño en señal de victoria- Yo... no perdí...

- ¿De qué hablas? -cuestionó Izana.

- ¡Presidente!

Serafine abrió los ojos completamente sorprendida al ver a Mikey caminando en la dirección de su mejor amigo, este tenía el uniforme acompañado de la banda color rojo que representaba al comandante. El Sano caminó lentamente pasando de largo a los de Tenjiku hasta posicionarse frente a Takemichi, tomando su nuca y atrayéndolo hacia su cuerpo.

- Gracias, Takemicchi -le dijo.

Mikey le sonrió feliz y se alejó para mirar a la pelirroja.

- Rafi-chan -la llamó sonriente- Estoy feliz de que estés con nosotros, te trajimos una sorpresa.

Ella quiso hablar pero el sonido de una motocicleta la detuvo, a su izquierda venía Draken conduciendo el vehículo con una leve sonrisa.

- Bájate -ordenó Draken a su acompañante.

El cuerpo de la pelirroja se paralizó e inevitablemente cayó al suelo de rodillas, incontables lágrimas bajaban de sus orbes rosas y sus labios temblaban sin control.

- Den-Den... -pronunció sin poder creerlo.

- Hola, nee-san.

Ahí estaba él, de pie y con su radiante sonrisa.

Serafine no aguantó más y corrió abrazando fuertemente a su hermano, rompiendo en llanto en el hombro de él. Raiden correspondió el abrazo ignorando el dolor en su cuerpo, sintiéndose culpable al hacer llorar a su hermana mayor.

La Seki no soltaba al chico, no quería dejarlo ir, tenía miedo de que se escapara o fuera una ilusión.

- Ódiame, golpéame, has lo que quieras conmigo, pero por favor, nunca te vayas... no te atrevas a morir antes que yo -sollozó sin detener su llanto.

- Nunca me alejaré de ti, Serafine -le dijo sonriendo divertido- Soy tu pequeño y molesto hermano menor, deberás aguantarme muchísimo tiempo más.

- Te aguantaré todo lo que quieras... Así que no te vayas...

Serafine no daba más de alegría y alivio, su hermanito estaba ahí, vivo y sonriendo, ahora ella volvía a estar completa. Mientras, Kisaki miraba todo atónito, sin poder creer que el pelirrojo estuviera con vida.

- ¿C-cómo...? -soltó- Se suponía que estabas muerto.

- Parece que subestimas la inteligencia de los Seki -habló Raiden- Cuando reclutaron a Serafine, Mucho-kun dijo "no le tiembla la mano para dañar a alguien, aún más si se trata de su hermano", por lo que sospeché que irían a por mí con tal de tener en su totalidad a mi hermana -soltó tocándose su cabeza, justo en las vendas- ¿Nunca te preguntaste por qué ese día llevaba gorra, sabiendo que las odio? Sabía que alguien buscaría matarme, por eso me puse un protector bajo la gorra, debía proteger la parte más sensible de mi cuerpo, buena idea ¿no? -sonrió superior- Aunque te felicito, el golpe si me dolió y mi cuerpito se llenó de raspones.

El moreno crujió sus dientes enojado, esa era la razón de por qué sintió algo raro al golpearlo con aquel bate. Todos sus planes estaban saliendo mal, odiaba a los hermanos Seki y a Takemichi, quería acabar con todo ese mismo instante.

- Además, todos tus informantes fueron chantajeados gracias a Baji, Kazutora y los miembros del sexto y séptimo escuadrón, es por eso que tú nunca supiste que yo seguía vivo. Pensé en todo, supongo que no eres tan grande como te pintan, Kisaki Tetta -finalizó.

Serafine sonrió orgullosa de su hermano para separarse, se había calmado y ahora era momento de cobrar venganza por el pelirrojo y toda la mierda que le hicieron pasar a ToMan.

- ¡Es hora de la fiesta! -animó Mikey sonriente.

- ¡Oigan, ToMan! -gritó feliz Draken- ¡Hagan algo de ruido!

- ¡Es momento de partirle la cara a estos bastardos! -siguió Serafine sonriendo emocionada mientras se posicionaba al lado de Baji- ¡Vamos, sexta división! ¡¿Acaso no extrañaron a su capitana?!

- Claro que si -sonrió Keisuke extendiéndole una chaqueta negra, su chaqueta de capitán de escuadrón.

Los dos se pusieron en posición de pelea. Era momento de contraatacar.

Nota: ¿pensaban que iba a matar a mi hijo Raiden? Nonono, él es mi bebé, tampoco haría algo que lastime a mi otra hija Serafine, aun que si me dolió hacerla pasar por aquello.

¿Qué opinan de este giro?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro