Toda persona que caminara cerca de Serafine se daría cuenta que la chica anda en con el peor humor del mundo, su periodo le llegó antes de tiempo, su útero le duele como mil demonios y su madre de igual manera la envió a comprar las cosas para la cena.

"Yo parí a dos mocosos y de igual manera seguí haciendo las cosas del hogar, no seas llorona"

El pelirroja seguía recordando las palabras de Hana unos minutos atrás antes de salir de su casa.

Hubiera nacido con pene -pensó entrando al supermercado- Y de paso, te odio Raiden, si te hubieras quedado en casa en lugar de ir con los idiotas de Mizo, yo no tendría que ir de compras y me quedaría en cama.

Lo único que la ojirosa agradecía era que ayer le habían retirado el yeso del brazo luego de pasar dos meses y una semana con él.

Suspirando hastiada, pasó rápidamente por los pasillos tomando las cosas que le pidió su madre, fue a la caja registradora y pagó todos los víveres, no duró más de cuarenta minutos en aquel lugar para comenzar a caminar por las calles de Shibuya, molestándose aún más al ver la gran multitud de gente que se amontonaba en un estacionamiento impidiendo que ella avanzara.

Odiaba aquel día, no quería saber nada de nadie, y para empeorar la situación, sus ojos decidieron toparse con el espectáculo que apreciaban los civiles. Un gran grupo de sujetos con chaquetas rojas y un logo del Ying y Yang en sus espaldas estaban viendo como un tipo de cabello rubio rapado al costado y tatuaje en toda la mitad de la cara golpeaba salvajemente el rostro de un chico, y en el suelo había otros siete chicos, identificándolos como miembros de su propio escuadrón.

Su enojo no bajaba con nada, ni siquiera con haberse comido una paleta de helado de sus favoritos ¿y qué mejor que desquitarse dándole una paliza alguien?

Serafine sonrió molesta y emocionada, se acercó empujando a los civiles viendo como el rubio lamía la sangre de una manopla.

Sin embargo, no pudo caminar más ya que alguien de uniforme rojo se le interpuso en su camino.

- ¡Piérdete, perra! -ordenó salpicando saliva a su rostro- ¡Este no es una peluquería, a menos que quieras servirnos como una...!

Serafine cortó aquel asqueroso monólogo tomando con su mano diestra el cuello de la camisa del chico y lo obligó a encorvarse para impactar fuertemente su rodilla en el estómago.

Ignorando la sangre que expulsó el hombre por la boca, lo lanzó con fuerza hacia el rubio de manopla, provocando que chocara con su cuerpo y dejara de golpear al miembro de ToMan.

- ¡Cap...! –el peliverde se interrumpió a si mismo al ver a su capitana llegar, no podía involucrarla en esto.

- ¿Ah? -gruñó el rubio rapado.

No respondió, caminó lentamente hacia el de tatuaje y con su pierna derecha pateó con toda su fuerza la mandíbula de este.

- Madarame Shion -saboreó su nombre con frialdad viendo al mencionado en el suelo- La vergüenza de los Black Dragons ¿quién diría que te encontraría golpeando a mis muchachos? Debes tener muchos huevos para venir a Shibuya y atacar a miembros de ToMan, y, peor aún, a los chicos del sexto escuadrón.

- ¡Maldita puta!

Serafine ignoró el insulto de aquel subordinado y con su pie lo golpeó en la rodilla, provocando que esta se quebrara y el varón gritara de dolor en el suelo.

- ¿Qué mierda miran? -soltó brusca viendo a los civiles- ¿Acaso creen que esto es un circo? ¿Quieren acabar igual a ellos?

La gente que se había amontonado se dispersó temerosa y rápido de aquel lugar dejando solo a los miembros de ToMan y Tenjiku.

- Ella es la capitana del sexto escuadrón de la Tokyo Manji -informó un tipo a Madarame.

- ¿Ahora las pandillas aceptan mujeres? -rio Shion- ¿Desde cuándo esto se volvió un lugar para niñitas?

- Keigo -la Seki lo ignoró para mirar a un miembro de ToMan- Eres el que menos está herido, toma a tus compañeros y muévelos a unos metros más atrás.

- ¡Pero capitana...! -el peliverde intentó negarse.

- No quiero que acaben peor, deja que tu capitana se encargue de esto -le sonrió para tranquilizarlo- Cuida de tus compañeros mientras yo cuido de sus espaldas.

Keigo acató la orden mientras atendía a sus amigos que volvían en si luego de aquella paliza, siempre estarían agradecidos con su líder de escuadrón.

Serafine estaba emocionada, ahora tenía el pase libre para batallar sin herir a sus chicos en el combate.

Son nueve sin contar a Shion y al sujeto con rodilla quebrada -pensó la ojirosa esquivando un golpe- Si los lastimo de gravedad quedaran fuera de juego en alguna batalla futura contra ToMan.

La pelirroja saltó y abrió sus dos piernas simultáneamente para patear a dos sujetos que venían por los laterales, dejándolos inconscientes. Luego, con su puño derecho golpeo con fuerza el pecho de otro para dejarlo sin aire, sin perder tiempo, tomó el brazo de este y con su codo empujó el del otro quebrando el brazo.

Realizó acciones muy parecidas con los restantes, todos terminaron con alguna pierna, brazo o costilla rota, dejando solamente a Madarame con una expresión algo asustada y nerviosa.

Muchos pensarán que ella es malvada al siempre quebrar los huesos de sus oponentes, pero vamos, este es un mundo donde constantemente estas en peligro y si no eres quien ataca primero, serás tú quien pierde, más cuando eres un delincuente. Además, existe varios pandilleros peores que ella.

- Vamos, Madarame -provocó limpiándose la sangre de sus enemigos de la cara- Es tu turno.

- ¡Soy el Ex presidente de la novena generación...! -soltó siendo interrumpido por un golpe de la chica.

El pie derecho de la pelirroja se estrelló al costado del torso del rubio, justo en las costillas. Otra patada con la punta de su bota justo en la cara terminó por partirle la nariz y dejarlo agonizando en el suelo.

Serafine se subió sobre el torso de Shion y lo tomó por el cuello de su chaqueta y lo acercó a su rostro.

- Ahora contestarás a mis preguntas ¿quedó claro? -susurró fríamente y lo golpeó otra el pavimento al no oír una respuesta- ¿¡Quedó claro?!

- ¡Si! –respondió temeroso.

- Bien -sonrió complacida- ¿Quiénes son ustedes?

- S-somos una pandilla nueva -le costaba hablar por la sangre.

- Nombre.

- Yokohama Tenji-ku -tartamudeó.

- ¿Cuánto son y cómo se conforman?

- Más de trescientos cincuenta m-miembros -jadeo de dolor- Nuestro líder es Izana Kurokawa, luego están los cuatro reyes celestiales que son los miembros más fuertes después de Izana...

- ¿Cuáles son los nombres de ellos?

- Ran Haitani, su hermano es su mano derecha, Mochizuki Kanji, Kakucho y yo -respondió.

Son la generación del S62 -pensó al escuchar aquellos nombres- He oído algo sobre ellos, se los conoce como la generación de la brutalidad, y si no me equivoco, Mucho también fue parte de ellos... Supongo que tengo que estar alerta con él.

- ¿Alguien más del que debemos saber?

- Hay un tipo nuevo, su nombre es Kisaki... –hizo una mueca de dolor cuando ella lo apretó con fuerza.

Serafine se tensó en su lugar, no podía creer que aquel sujeto se había cambiado de bando al ser expulsado de ToMan.

Y fue ahí cuando comprendió que Kisaki nunca le interesó Mikey o la ToMan, Kisaki buscaba alguna pandilla que lo llevara a la grandeza, que lo posicionara en lo más alto en el mundo de los delincuentes. Y ToMan era una organización perfecta para aquello.

- Háblame de él -pidió Serafine.

- Llegó de la nada -respondió extrañado por el repentino interés en el moreno- Nadie lo quiere, solo usa a Izana, pero nadie sabe para qué.

- ¿Qué busca Tenjiku? -preguntó por último.

- Izana quiere matar a Mikey, quiere derrotarlo.

La Seki sonrió satisfecha e impactó su cabeza contra la del contrario para dejarlo inconsciente, ya tenía lo que buscaba. Se levantó de encima de Madarame y se sacudió las manos, pisó los cuerpos de los miembros de Tenjiku y se acercó hacia sus subordinados.

- Muchas gracias Sera-san -agradeció Keigo con una reverencia acompañada de una sonrisa aliviada.

- No hay de que -suspiró y tomó las bolsas de compras- Gracias a ustedes por cuidar las compras, mi madre me mataría si las perdiera -rio feliz, aquella batalla la había alegrado a pesar de los cólicos.

También agradecía estar usando la copita menstrual, ese invento es lo mejor que le puede pasar a las personas que menstrúan, le permitió pelear libremente sin mancharse y no es incómoda.

Entre todos se ayudaron para curar las heridas y abandonaron el estacionamiento antes de que llegara la policía, dejando atrás a Madarame Shion y sus subordinados en un estado deplorable.

Aun si la pelirroja ganó, no se salvó de la regañada de su madre por llegar tarde.

- ¡La reunión de emergencia de la Tokyo Manji Gang empieza! -avisó Draken.

Luego de los ataques por parte de Tenjiku se realizó una reunión para hablar del conflicto.

- ¡Ayer nuestros miembros fueron atacados por todo Tokyo por los Yokohama Tenjiku! -comenzó el vice comandante- ¡Tenjiku es una pandilla que se formó recientemente, no tenemos ni idea de cómo es la pandilla! ¡Por eso estamos buscando cualquier tipo de información sobre ellos de ustedes!

Serafine no perdió el tiempo y levantó su mano para llamar la atención de sus comandantes, siendo Mikey quien le dio permiso de hablar.

- Ayer me enfrenté a Madarame Shion luego de encontrarlo golpeando a miembros del sexto escuadrón -soltó haciendo que todos se sorprendan- Luego de una amistosa conversación logré saber algo.

Claro, "amistosa" -pensaron todos con una gotita de sudor.

- Primero que nada, la cantidad de miembros es igual a la de nosotros -informó- Su líder es Kurokawa Izana y le siguen cuatro capitanes apodados "Los Cuatro Reyes Celestiales" estos son Mochizuki Kanji, un tal Kakucho sin apellido, Madarame Shion y Ran Haitani, siendo su hermano menor su mano derecha -dijo y luego tomó aire para soltar lo siguiente- Kisaki también está con ellos, aunque sospecho que solo está para idear estrategias ya que Shion dijo que solo usa a Izana.

Los murmullos comenzaron a resonar en el templo, algunos temerosos, unos confundidos y otros intrigados.

- Sin contar a Kisaki, ¿Ellos no son de la generación del S62? -cuestionó Raiden recordando la información de su amigo Yamagishi.

- Si -respondió Mikey- Lo que significa que Tenjiku es un equipo formado por un montón de tipos de la generación S62 que nunca hicieron equipo, pero ahora están juntos.

- Ellos realmente deben tener una conexión profunda con ToMan -soltó Draken.

- Mikey -llamó Serafine- El objetivo de Tenjiku es derrotarte.

El mencionado quedó en silencio pensando en todas las posibilidades, si querían acaban con él pues que vengan.

- ¡Me importa una mierda si nos están derrotando, vamos a atacar a Yokohama! -sentenció.

- ¡ToMan irá a la guerra con Tenjiku! -gritaron.

Toda la Tokyo Manji comenzó a celebrar las palabras de su comandante, vengarían a sus amigos caídos en aquellas emboscadas y lograrían la victoria.

Takemichi escucho las palabras de Chifuyu y volvió al presente, debía averiguar el futuro si aquella pelea ocurría, además había que conocer el paradero de Emma.

- Vamos por lo primero -dijo Naoto señalando una pizarra- Kisaki usó a "Tenjiku" para tomar control de ToMan, pero en esta línea temporal el nombre "Tenjiku" ni siquiera es conocido por la policía, además, Kisaki ya está muerto.

El ojiazul asintió a la información viendo la pizarra llena de fotografía, donde una le llamó la atención.

- ¡Naoto! ¿Quién es Kurokawa Izana? -preguntó recordando las palabras de Kakucho y Serafine.

- Él es el único ejecutivo de ToMan -respondió- Si no me equivoco, él era el capitán de los Black Dragons.

- ¿Qué estás diciendo Naoto? ¡Esta persona era capitán de Tenjiku!

- Entonces debe ser importante para la investigación -comentó- Investigaré en la base de la policía.

- ¡Espera Naoto! -lo detuvo antes de que se alejara- También investiga sobre Emma Sano.

- ¿Sano? -repitió extrañado- ¿Es su hermana?

Takemichi asintió, él sabía que la investigación sobre Izana tardaría más por lo que solo esperó a que su amigo tuviera la información sobre la rubia.

- Emma Sano -comenzó Naoto- Falleció el 22 de febrero de 2006 luego de que la atropellaran en las puertas de un cementerio -suspiró con pena- Aquí dice que nadie sabe quien conducía la motocicleta porque el causante huyó y nunca lo encontraron.

Aquella información provocó que Takemichi afirmara lo que decía los hermanos Seki, entonces debía evitar que Emma muriera para que Mikey no caiga en la oscuridad. Pero a pesar de aquel dato, el ojiazul necesitaba conocer sobre Izana y su conexión con ToMan.

Siendo Taiju quien bridó mucha información al dúo de pelinegros; sin embargo, no pudo seguir la conversación ya que fueron interrumpidos por Koko e Inupi. Los únicos que escaparon fueron Takemichi y Naoto mientras Taiju les cubría la espalda.

Corriendo por las calles, el ojiazul supo que llave para saber más sobre el Kurokawa era aquel dúo de los Black Dragons. Quiso volver a preguntarles, pero el arma de Kisaki hizo que se detuviera en seco, el de lentes iba con intenciones de asesinar al Hanagaki, pero la bala se la llevó Naoto.

Sin embargo, por órdenes de Izana, Kakucho decidió acabar con su antiguo amigo de la infancia.

Los peligros estaban en el suelo con sus cuerpos sangrando por los orificios de aquellas balas. El Hanagaki lloraba de impotencia y pedía disculpas, pero Naoto lo interrumpió con sus últimas palabras, no podía irse sin decirle a Takemichi lo orgulloso que estaba de él.

- Este es nuestro último apretón de manos -le dijo el Tachibana extendiendo su mano- Rápido, mientras siga respirando.

Este no va a ser el último ¡no lo voy a permitir! -pensó Takemichi tomando la mano de su amigo- Definitivamente yo ¡no me voy a rendir nunca!

Nota: sinceramente pensé que la copita menstrual no existía en 2005, pero investigué y gracias a tío Google, descubrí que la primera copa se inventó en 1937, siendo la inventó una actriz estadounidense, Leona Chalmers, quien la patentó en 1937. Desde entonces, se fabricaron con materiales como caucho y látex.

Y lo vuelvo a repetir, es el mejor invento para las personas que menstruan, la super recomiendo.

¡Espero les haya gustado, no se olviden de votar y comentar! ¡Besitos, mil besitos!