꒰ ͜͡➸ Capítulo 25
A Taiju no le importó esa burla ya que su rodilla ni siquiera tocó el suelo, la chica no tuvo la suficiente fuerza para dejarlo arrodillado. Aún así, volvió a erguirse para comenzar una batalla donde ella solo esquivaba y pateaba las piernas y costillas del Shiba.
Serafine sonrió cansada y con leves gotas de sudor por su rostro, sus piernas estaban adoloridas por las constantes patadas que soltaba al hombre. Había lastimado a Taiju de muchas maneras, tenía la mandíbula y una costilla quebrada, su ojo estaba hinchado y se veía un gran hematoma sobre este, la boca la tenía partida y su nariz no paraba de sangrar, sin contar la herida del cuchillo, a la ojirosa le parecía impactante la resistencia que tenía el mayor de los Shiba.
- ¿Ya te cansaste? -provocó Taiju escupiendo sangre.
- Ni un poco ¿tú? -devolvió con diversión.
Por otra parte, ella estaba más intacta que su contrincante, solo tenía su pómulo cortado por un golpe que recibió, pero su cuerpo seguía tal y como estaba. El anterior encuentro la había tomado con la guardia baja, esta vez no, ella ahora podía contraatacar sin problemas.
Serafine se agachó para no recibir el puño de aquel tipo, pero no pudo esquivar el impacto del pie del masculino sobre su estómago, y por la fuerza de la patada la ojirosa voló hasta arriba del altar de aquella iglesia.
¿Ahora seré un sacrificio? -pensó adolorida mientras se acomodaba sobre el altar- ¿Seré de agrado para los dioses? Por favor, si alguien me va a tomar que sea Poseidón o Hades, si es así, moriré con gusto.
- ¡Vamos Hakkai, debemos ayudarla! -gritó Takemichi corriendo hacia Taiju.
El peliceleste comenzó a reír fuertemente, haciendo que el rubio se frenara y mirara hacia su espalda, donde el Shiba menor no se había movido de su sitio.
- ¡Hakkai! ¿¡Qué esperas?! -alentó Takemichi al verlo inmóvil.
- Lo siento... Takemichi -solto Hakkai temblando.
- Takemichi ¿qué era lo que esperabas de Hakkai? -cuestionó Taiju.
Sin esperar más, el más alto golpeó con fuerzas al Hanagaki mandándolo a volar unos cuantos metros.
- ¡Takemichi! -gritó preocupado Raiden mientras sostenía a Seishu.
- ¡No te distraigas! -dijo Inui golpeándolo con su rodilla en el estómago, el ojiverde gruñó frustrado, el pelirrojo le estaba dando una buena pelea.
Serafine no podía moverse, aquel golpe la había dejado sin aire y le costaba mucho sentarse.
- ¡Taiju! -rugió Hakkai sosteniendo el cuchillo- Yo puedo... incluso yo puedo ¡voy a hacerlo! ¡Voy a matarte! -corrió dispuesto a apuñalarlo.
Mas no pudo cumplir su objetivo ya que Takemichi se interpuso golpeando su cabeza contra Hakkai.
- ¿No lo entiendes Hakkai? -preguntó el ojiazul- Si sigues con esto te convertirás en un bastardo sin remedio ¡sabes que esto no está bien! Asa no es como tú peleas... Voy a enseñarte lo que significa contraatacar -soltó para enfrentarse contra Taiju.
La pelea seguía, y no importaba que tanto Taiju golpeara a Takemichi, el rubio no se rendía y volvía a levantarse, no le interesaba sangrar, no perdería.
Luego de perder contra Koko, Chifuyu veía a su capitán desde el suelo.
- Es suficiente Takemichi -jadeó- Diste lo mejor de ti, esta vez perdimos.
- ¡No perdimos, Hanagaki sigue de pie! -soltó Serafine sobre el altar mientras se sostenía el estómago.
Creo que tengo una costilla rota -pensó sonriendo adolorida.
- Taiju, voy a derrotarte ¡y si yo gano, los Black Dragons serán míos! -dijo el rubio mirándolo detenidamente-
Serafine, Hina, gracias por darme valor -pensó Takemichi corriendo hasta Taiju.
- ¡Para Takemichi! -gritaba Hakkai desesperado- ¡No puedes cambiar nada!
El rubio recibió otro golpe mandándolo hasta los pies del peliazul.
- Te equivocas Hakkai -respondió poniéndose de pie- Tú eres el que no cambia.
Una y otra vez, volvía a levantarse para intentar golpear a Taiju, hasta que lo logró. Un gran puñetazo impactó en el rostro del Shiba mayor.
- Tks, ni siquiera me dolió -soltó Taiju.
Pero no duró mucho hasta caer con sus dos rodillas en el suelo, dejándolo completamente desconcertado.
- Tú estás en el suelo, pero Hanagaki es quien quedó de pie -susurró Serafine viendo a su mejor amigo.
- ¿Que pasa jefe? -murmuró Inui sorprendido.
- ¿Me estás jodiendo? -siguió Koko- Hizo que el jefe se arrodillara.
- Hakkai, pelear no es doloroso -le habló adolorido- Lo que duele más que anda es la soledad -soltó sonriendo- Puedes hablar conmigo de lo que sea, somos amigos ¿o no?
- Takemichi -lloró arrodillado- Por favor, ayúdame...
- Déjamelo a mi, Hakkai -le sonrió.
Serafine se puso de pie lentamente y se acercó hasta su hermano y primo, los dos estaban muy golpeados por lo que lo dejaron en empate. La Seki se sentó en la banca mirando a su mejor amigo.
- ¿Quién es ese tipo? -preguntó Seishu mirando hacia la misma dirección que su prima.
- Hanagaki Takemichi, el tipo al que elegimos seguir como líder -respondió Raiden- Alguien que pelea sin importar quien sea su rival, no se rinde y pone el pecho por sus amigos.
- Ese es el tipo que derrotará a Taiju -finalizó Serafine con una sonrisa.
- Hakkai, yo protegeré a Yuzuha por ti -determinó Takemichi.
Sin embargo, la fuerte confesión que soltó el Shiba menor hizo que todos se sorprendieran.
- Así que ¿estás diciendo que tú siempre fuiste al que protegían? -concluyó Takemichi- ¡¿Todo lo que dijiste sobre protegerla era una mentira?!
- Yo te dije que lo que Yuzuha ha hecho por mí, pero haciendo que parezca que yo lo he hecho por ella...
- Eso es realmente lamentable de tu parte -dijo Chifuyu.
- Lamentable -coincidió Inui.
- Oye joven amo -llamó Koko- Ya es bastante malo que una chica reciba golpes por ti, per ¿mentir sobre protegerla? Eso es caer bajo.
- ¡Eso no es de tu incumbencia! -interrumpió la castaña- ¡Eso es algo que decidí, nada es culpa de Hakkai!
Los hermanos Seki mantuvieron silencio, se sentía identificados con los Shiba de una manera u otra. Raiden porque su hermana siempre lo ha defendido y Serafine porque entendía a Yuzuha, ella también estaba más que dispuesta a recibir golpes y torturas por su hermano.
- Hakkai ¡Das asco! -habló Takemichi dándose vuelta- Pero no creas que eres el único que da asco... Yo doy mucho más asco.
-Sí, debes bañarte -la ojirosa intentó bromear pero solo recibió un codazo de su hermano.
- Sep, realmente das asco Hakkai -se unió Mitsuya.
- Taka-chan...
- Te dije que no odiaras la situación en la que naciste, pero en realidad, yo odiaba la mía -confesó- Una vez que no pude soportarlo más, dejé a mis dos hermanas pequeñas y hui de casa. A la mañana siguiente regresé a casa y mamá me dio una buena bofeteada, bastante lamentable ¿cierto? Después, mamá me dio un abrazo, ella lloró y dijo "siento que tengas que soportar esto" -sonrió agachándose hasta la altura del Shiba- Hakkai, no eres el único que quiere huir.
Y yo odiaba a mi familia cuando renací -pensó Serafine- No los quería, deseaba que se alejaran de mi y no quería formar ningún vínculo con ellos por miedo... Yo también quise huir.
- Todos somos débiles -se unió Raiden- Es por eso que tenemos familia.
- ¡No te abandonaremos por una mentira como esa! -sentenció Takemichi- ¡Eso es de lo que se trata ToMan!
Dicho esto, cada miembro de ToMan que se hallaba en la iglesia formó un escudo para los hermanos Shiba. Sin embargo, la determinación de Hakkai evitó que los demás intervinieran, dando paso a una pelea entre los dos varones Shiba.
- ¡Tokyo Manji Gang, vice capitán del segundo escuadrón, Hakkai Shiba! -gritó golpeando a Taiju. ¡Para proteger a Yuzuha y a mis amigos, voy a derrotarte! ¡así podré proteger a mi familia!
- Hakkai ha cambiado -comentó Chifuyu- Él ya no va matarlo, él va a derrotarlo.
- Takemichi, el futuro va a cambiar -siguió Raiden.
- Oye Den-Den -susurró muy despacio para que nadie la oiga- Esto me puso sensible... Sabes que yo jamás te pondré una mano encima ¿verdad? Sabes que te amo mucho ¿verdad? No vamos a pelear nunca ¿verdad?
El pelirrojo sonrió divertido al ver el sonrojo de su hermana, amaba la dualidad de ella, podía ser toda una fiera con otros pero con él y sus padres era toda una masita.
-Lo sé, nee-san -le palmeó la cabeza.
El combate entre los Shiba siguió hasta que Taiju noqueó al menor.
- Ustedes también morirán aquí, bastardos -rugió- ¡Y ni se les ocurra huir, tengo a cientos de mis hombres más poderosos rodeando la iglesia!
- Y yo tengo a dos muchachos que le gustan hacer dos cosas, alimentar gatos y golpear a gente -sonrió burlona Serafine- Y hoy no hay gatos.
La Seki sonrió orgullosa al saber que en este momento Baji y Kazutora deben estar gozando batallar contra todos esos tipos, no se equivocó al saber que vendrían refuerzos.
- Por eso le pediste a Baji-san y a Kazutora que se quedaran fuera -susurró Chifuyu viendo por la ventana como aquel dúo apaleaba a los sujetos de uniforme blanco.
Yuzuha no comprendía porque la sonrisa de todos ellos, Mitsuya fue quien habló con ella, le brindó calma y le dijo que la respetaba, haciendo que la castaña llorara.
Cuando el pelimorado se alejó, Serafine se acercó hacia su mayor.
- Yuzuha-senpai -le sonrió para luego abrazarla- Como hermana, la respeto y admiro mucho. Es su turno de descansar, déjenos hacer lo demás.
La castaña lloró sobre el hombro de la ojirosa mientras devolvía aquel abrazo reconfortante.
Mamá, yo ya no estoy sola -pensó Yuzuha sonriendo- Gracias a todos ustedes.
La pelea seguía, dejando a todos los miembros de ToMan en desventaja, pero nunca se detuvieron hasta que a lo lejos se oyó el característico sonido de una motocicleta.
- Ese sonido...
-Es la CB250T de Mikey -concluyó Mitsuya.
La puerta de entrada se abrió dejando ver la figura del comandante de la ToMan.
- Feliz Navidad -saludó sonriendo- ¿Qué es lo que ustedes chicos están haciendo en un día como este?
- Lo mismo me pregunto yo -susurró Serafine.
- ¿Los Black Dragons? -preguntó Mikey viendo todo el panorama.
Mitsuya se inclinó frente al presidente para pedirle disculpas por haber roto el tratado de paz, asumiendo toda la culpa.
- Mi hermano mayo reconoció el sonido de tu Impulse -soltó haciendo que los presente se confundieran- Él me trajo hasta aquí.
La cara de Mikey se volvió sombría a medida que se acercaba hasta el líder de los Black Dragons, estaba más que dispuesto que acabar con Taiju Shiba, y Takemichi debía impedir eso, sino el Sano se volvería malvado.
Sin embargo, el puñetazo fuerte del peliceste tumbó a Mikey justo cuando las campanas de la iglesia resonaban anunciando las doce.
- ¡He vencido al invencible Mikey!
- Mikey... -murmuraron los hermanos Seki sorprendidos.
- No puede ser -soltó aturdido Takemichi- ¿¡Solo un golpe...?!
- ¡Taiju bastardo! -gritó Mitsuya corriendo hacia el más grande- ¡Estás muerto!
El pelimorado miró sobre el hombro del mencionado y se frenó al ver a su comandante ponerse de pie.
- La hora de rezar terminó -dijo Mikey.
- Tan solo ríndete Manjiro Sano -le habló Inui- El jefe está en un nivel completamente diferente al tuyo, solo serás una piedra en su régimen militar.
- ¿Régimen militar? -soltó Serafine mirándolo enojada- Se supone que los Black Dragons no es un ejército, deja esa idea sobre revivir a la pandilla, jamás podrás igualar la época dorada que construyó Sano-san.
Mikey sonrió al escuchar a la Seki decir eso para luego suspirar.
-Ese golpe que recibí fue para castigarme a mí mismo.
Una patada al estilo de Mikey fue suficiente para tumbar al presidente de los Blacks Dragons. Todos los presentes se estremecieron ante tal acto, Manjiro Sano había logrado vencer a tal monstruo de un solo golpe. El silencio se hizo presente y Koko e Inupi no salían de su asombro al ver a su comandante tirado en el suelo inconsciente.
- ¡Jefe! -llamó Seishu.
- Mierda ¿Taiju fue derribado de un solo golpe? -preguntó asustado Koko- así que ¡ese es "el invencible" Mikey!
El verdadero monstruo es el presi -pensó Serafine sonriendo emocionada.
- Bien chicos -sonrió Manjiro mirando a cada uno- La Navidad está llegando a su fin ¡pero vamos a conducir!
- ¡Yo me apunto! -soltó la ojirosa siguiendo a su comandante.
- ¡¡A donde mierda crees que vas?! -gritó Taiju poniéndose de pie gracias a Inupi- ¡Esto aún no ha acabado, ToMan! ¡Koko, llama adentro a todos nuestros soldados! ¡Pondremos a cien de nuestros mejores hombres contra ellos!
Los delirios del Shiba irritaron a Raiden por lo que suspiró y caminó hasta la salida junto a su hermana.
- Taiju, los Black Dragons son fuertes -le habló Mikey- Pero es igual a lo que dijo Rafi-chan, ustedes no pueden crear una nueva era, tú eres bueno peleando, pero no tienes corazón... Nosotros vamos a crear una nueva era, así que siéntate y observa.
- ¡Oye, Koko! -gritó Taiju enojado- ¡¿Qué diablos estás esperando?! ¡¿Dónde están mis soldados?!
- Jefe -murmuró pasmado mirando hacia afuera- Hemos perdido.
El mencionado se soltó del agarre de su subordinado para correr desesperado hacia las escaleras de entrada, donde observó a tres tipos riendo de quien sabe que, mientras que sus hombres estaban en el suelo completamente derrotados.
- ¿Oh? -soltó Kazutora mirándolo- ¿Están listas las cosas por allá?
- ¿Podrías decirle a Sera-san que ya estamos listo aquí afuera? -sonrió Baji.
- Si hubiera llegado antes los hubiera ayudado -suspiró Draken mirando el desastre.
- No necesitamos de tu ayuda grandote -gruñó el pelinegro- Ya ves como nosotros solos nos encargamos de toda esta basura.
Adentro del edificio y sin saber de la situación, los miembros de ToMan se estaban preparando para batallar contra los Black Dragons, hasta que Raiden soltó a reír.
- No se preocupen -palmeó el hombro de Takemichi- Los vice capitanes de la sexta y séptima división ya hicieron su trabajo.
Sin comprender lo dicho por el pelirrojo, salieron para ver como aquellos vice capitanes se las arreglaron para derrotar a más de cien personas por si solos.
- ¡Capi! -saludó Baji mirando a la ojirosa.
- ¡Mis niños! -sonrió Serafine y saltó para abrazar al dúo- ¿Se divirtieron?
- Eran muy débiles -se burló Kazutora.
- Estos dos se encargaron de los tipos de afuera -señalo Draken mirando a sus compañeros- Mikey, Taiju Shiba perdió ante ti y todos sus soldados están derrotados, su voluntad de lucha ha desaparecido.
- ¡Yup! -celebró el mencionado- ¡Los Black Dragons están muertos!
Los festejos no se tardaron y todos comenzaron a sonreír y gritar la victoria.
Takemichi sollozó llamando la atención de Chifuyu, los dos se miraron al saber que la misión fue completada con éxito. Sin embargo, el ojiazul se desmayó siendo sostenido por Mitsuya.
- Gracias, Takemichi -agradeció el pelimorado- Mikey, Baji, Kazutora, Draken, vencimos a los Black Dragons gracias a ustedes dos, pero nuestro jugador estrella de esta noche fue Takemichi.
Nota: mi arco favorito es el de Tenjiku ¿cuál es el suyo?
¡Espero les haya gustado, no se olviden de votar y cometar! ¡besitos, mil besitos!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro