꒰ ͜͡➸ Capítulo 23
- ¿Ah? Entonces... ¿quieres luchar contra los Black Dragons? -preguntó Draken.
- ¡Si! -respondió seguro.
No puedo creer que esté aquí apoyando las locas ideas de Hanagaki -pensó tomando de su malteada- Es obvio que esto es una mala idea.
Serafine había escuchado el plan del rubio, debían derrotar a la pandilla liderada por Taiju si querían evitar que Hakkai asesine a su hermano. Un plan loco, pero efectivo. El problema era que estarían solos en esto, ya que ninguno de los capitanes los apoyaría porque respetarían el tratado de paz que hizo Mitsuya
- ¿Qué opinas, Draken? -cuestionó Smiley.
- Rechazado -contestó- Takemicchi, sé que probablemente tienes tus propias consideraciones para respaldar esto, pero ¿realmente quieres arruinar el pacto de paz por el que Mitsuya trabajó? Hacer esto arruinaría su reputación.
- ¿Reputación? -habló Raiden en tono frío- O sea que es más importante una reputación que vengar la paliza que le dieron a dos capitanes de la ToMan ¿verdad? Sin contar de que acabamos de decirles que Hakkai-kun va a asesinar a su hermano... Prefieren una maldita reputación a la integridad moral y física de sus miembros.
- No pasa por eso... -suspiró Draken.
- Si, si pasa por eso -ladró el ojiceleste.
- Déjalo, Den-Den, ya no importa -tomó el hombro de su hermano para tranquilizarlo.
- ... Esta discusión ha terminado -ordenó el vice comandante mirando con algo de arrepentimiento a la chica.
Tras decir eso, los únicos que quedaron en la cafetería fue el cuarteto.
- Les dije que saldría mal -suspiró ella- Mientras exista un pacto de paz, no contaremos con el apoyo de nadie.
- En ese caso, nosotros cuatro, junto a Baji-kun y Kazutora-kun, deberemos resolver esto -dijo Takemichi.
- Déjenme unirme.
- ¿¡Kisaki?! -soltó sorprendido Chifuyu al verlo aparecer.
¿Qué demonios te traes en manos ahora, Kisaki? -pensó mirándolo fijamente.
- ¿Por qué carajos querríamos trabajar junto a ti? -interrogó Chifuyu haciéndole frente.
- ¿Se te ocurre una mejor idea? -devolvió Kisaki- Mientras esté activa la tregua que Mitsuya hizo con los Black Dragons los otros líderes de ToMan no pondrán ni un solo dedo encima. Dicho esto, no hay forma que solo seis personas puedan enfrentarse a los Black Dragons.
- ¿Acaso subestimas el poder de los líderes de ToMan? -preguntó Serafine con tono tranquilo haciendo que Kisaki se tensara- Con solo la fuerza de los capitanes de la sexta división se puede derrotar a más de 150 personas... Si solo dos personas pueden acabar con decenas de hombres, ¿qué impide que seis derroten a los Black Dragons?
- No se trata de eso, confío en las habilidades de mis compañeros -tragó saliva al ver la mirada fría de color rosado- Pero necesitaran más ayuda, Mikey está débil ahora mismo, viendo como los Black Dragons están ganando poder, quiero aplastarlos aquí y ahora.
- Débil... –seriamente Raiden saboreo la palabra - Dices que confías en las habilidades de tus compañeros, pero le dices "débil" a tu comandante y estás dispuesto a romper la tregua que el mismo Mikey-kun aprobó, un tanto hipócrita ¿no crees, Kisaki? -lo miró con sus ojos celestes directamente a sus orbes negros.
- Mikey...
El filo de un vidrio en su garganta le impidió seguir hablando.
- No es Mikey, es Mikey-kun ¿¡entendido?! -rugió Chifuyu- Aunque seas capitán, seguimos teniendo la misma edad ¡Así que no actúes como si fueras mejor que yo!
- Chifuyu -murmuró Takemichi sorprendido.
Serafine estuvo a punto de intervenir, pero una mano en su hombro y un cuchillo en su cuello impidieron que las palabras salieran de sus cuerdas vocales.
- Hanma -dijo sonriéndole.
- Oye, deberías saber que las peleas personales están estrictamente fuera de los límites –le habló el más alto a Chifuyu- Rompe ese tabú y tendré que volverme un poco salvaje, malditos.
- Quítale tus manos de encima si no quieres volverte un cerdo en matadero -la defendió Baji apuntando a su yugular con la mitad de botella partida.
Los vice capitanes de la sexta y séptima división hicieron su entrada, ellos se hallaban fuera del establecimiento esperando a sus líderes e ingresaron a la cafetería al ver como Serafine era amenazada con un cuchillo.
La situación se volvió un círculo. Kisaki era apuntado por Chifuyu y Kazutora, Hanma apuntaba a la Seki y Baji amenazaba al de tatuajes, mientras Raiden y Takemichi eran espectadores de aquel acto delictivo.
- ¿Por qué no nos tranquilizamos? -intervino Serafine calmada, no le daba miedo Hanma- Somos líderes de la ToMan, si nosotros nos peleamos ¿qué ejemplo esperamos darles a los demás miembros?
La pelirroja sabía que debía calmar las aguas si no quería que la situación se descontrolara. Aún cuando odiaba la idea de compartir espacio junto a Kisak,i sabía que lo mejor era seguirlo para así conocer sus movimientos y manera de pensar.
- Keisuke, baja eso -ordenó con una sonrisa.
Baji a regañadientes hizo caso, de esa manera todos bajaron sus armas y escucharon la propuesta de Kisaki sobre hablar con el topo de los Black Dragons.
Los líderes de la primera, tercera, sexta y séptima división se hallaban dentro de aquella sala de karaoke junto a un miembro de los Black Dragons.
- Son menores, no pueden tomar alcohol -golpeó la mano de Kazutora y Baji quienes se estaban sentados cada uno a un lado suyo- Compré refrescos para ustedes, dejen que otros se arruinen la vida.
- Era solo un sorbo -se quejó Hanemiya.
- Asegúrate de que nadie se entere de esto -habló el tipo- Porque si esto se sabe, estoy muerto.
- No te preocupes, aquí nadie te va a delatar, no somos traidores como tú -bromeó Serafine recibiendo un pisotazo de Hanma.
Baji no se quedó atrás al ver como su protegida era agredida y lo codeó fuerte en las costillas.
- Ignóralos -suspiró Kisaki- Así que, ¿lo sabes?
- Si -respondió- ¿Quieres saberlos movimientos del jefe?
- ¿Los movimientos de Taiju? -preguntó Kazutora.
- Si, si queremos vencer a los Black Dragons, necesitamos información sobre Taiju -contestó el de lentes- Lo que él hace en un día cualquiera, dónde está, que hace, y a qué hora. Así tendremos una idea general con qué estamos tratando.
- Conocer a tu enemigo lo hace más fácil de derrotar -apoyó Serafine.
- Soy uno de los asistentes del jefe, así que estoy familiarizado con la mayor parte de eso... En primer lugar, el jefe...
El sonido de la puerta abriéndose llamó la atención de todos los presentes, interrumpiendo el discurso de aquel joven.
- ¿¡Qué está pasando?! -preguntó- ¡Huele a rata aquí!
- Koko-kun -soltó tembloroso el tipo.
- Una orgía ¿quieres unirte? -la ojirosa intentó bromear, pero solo recibió un pellizco por parte de unos avergonzados Kazutora y Baji.
- Nuestra última rata lo pasó muy mal, ya sabes... no pudo soportar el peso, así que ¿creo que se suicidó?
- L-lo has entendido mal, Koko-kun, yo solo estaba...
- Parece una gelatina -comentó Kazutora a su izquierda.
- Normal si traicionas a una pandilla tan violenta como esta generación de los Black Dragons -se unió Baji.
El topo de los Black Dragons fue arrastrado por otros dos hombres fuera de la sala mientras Koko se quedaba en el mismo lugar.
- Cien mil -murmuró viendo el sobre con dinero en la mesa.
- ¿Heh? -soltó confundido Takemichi.
- Por cien mil les diré, bastardos, lo que quieren saber.
- ¿Sigues con la idea de ganar dinero? -le cuestionó Raiden enojado- Akane está viva, puedes dejar esta mierda de lado.
Koko miró a sus amigos de la infancia y decidió ignorarlos, prestándole completa atención a Kisaki quien le ofrecía aquella cantidad de dinero a cambio de saber cuándo el Shiba estaría solo.
Kokonoi no dudó en decir que su jefe siempre iba acompañado con cinco soldados, a excepción de un día: Navidad.
- ¿Por qué traicionas a Taiju-kun? -decidió preguntar Takemichi antes de que el pelinegro abandonara el lugar.
- Me gustan los tipos fuertes, es todo -respondió yéndose de ahí- Si quieres saber más, serán otros cien mil.
La sala quedó en silencio, siendo los hielos del vaso de la chica lo único que se oía tras haber tomado un trago de su refresco.
- Takemichi -llamó Kisaki- No quería saber cuándo estaría Tiaju solo para poder atacarlo.
- ¿Eh?
- Dijiste que Hakkai iba a matar a Taiju ¿no? ¿Cuándo crees que lo hará?
- ¡Ah! -soltó comprendiendo- ¡En la noche de Navidad!
- De esta forma puedes detener a Hakkai ¿no es así?
- Kisaki... ¿por qué te tomas tantas molestias? -decidió cuestionar el rubio.
- ¿Qué hay de malo en tomarse molestias para ayudar a un compañero? -respondió.
Me huele a gato encerrado -pensaron los hermanos mirándose.
- Nosotros ocho detendremos a Hakkai y derrotaremos a Taiju -sentenció el capitán de la tercera división- La noche de Navidad es cuando tendremos nuestra batalla decisiva en secreto.... Y estuve pensando en algo, Mikey no va a durar mucho más.
- ¿Qué quieres decir? -gruñó Baji.
- Él actúa como si le importara, pero es obvio que la pelea contra Valhalla lo ha llevado a un abismo -soltó.
Es verdad, él no sabe lo que ocurrió el día de la pijamada -pensó Serafine sonriendo internamente- Kisaki cree que Kazutora y Baji se unieron nuevamente a ToMan por pedido mío y Raiden, él no sabe que ellos se han reconciliado... Gracias Kisaki Tetta por descuidarte, ahora puedo atacar.
- ¡Fuiste tú quien...! -gritó Kazutora levantándose de su lugar.
- ¡Kazutora! -interrumpió Raiden.
- En fin, a este paso ToMan se disolverá, entonces ¡tenemos que apoyar a Mikey! -dijo el de lentes.
- No tenemos que unirnos a ti para hacer eso -comentó Chifuyu- ¿Verdad, Takemichi?
El mencionado solo mantuvo silencio.
- Nosotros actuaremos sin que nadie de ToMan se entere, mucho menos usando a los chicos del tercer escuadrón -siguió- Así que por eso es que necesitamos de ustedes.
- ¿Quieres salvar a Mikey o a la ToMan? -preguntó cautelosa.
Kisaki se tensó en su lugar y Serafine sonrió al darle justo en clavo. Era obvio que el Tetta no quiere al Sano, sino a ToMan, él desea apoderarse de la pandilla y para eso necesita a Manjiro como en escalón.
- Takemichi -ignoró la pregunta- Yo odio perder el tiempo, quiero tu respuesta para mañana -finalizó yéndose del lugar.
Aquella reunión había dejado el ambiente tenso y solo decidieron salir del karaoke para caminar por la gran avenida.
- Estoy en contra de esto -Chifuyu fue quien rompió el silencio- No tenemos que unir fuerzas con Kisaki, Takemichi ¡nosotros seis podemos hacer esto!
- ¿Podemos? -devolvió Takemichi.
- ¡Fue él quien provocó todas las peleas internas en ToMan! -soltó enojado el ojiaqua- ¡Por su culpa es que Hinata Tachibana muriera! ¡¿No lo sabes?!
- ¡Si, lo sé! Pero ¡¿qué otra cosa se supone que debemos hacer?! -gritó Takemichi- ¡¿Matar a Kisaki?! No podemos hacer eso ¡Lo que realmente podemos hacer es expulsar a Kisaki fuera de ToMan y detener a Hakkai antes de que mate a Taiju! ¡Yo tampoco quiero unir fuerzas con el bastardo de Kisaki, pero si lo hacemos podríamos aprender algo acerca de él, podríamos descubrir cómo expulsarlo de la pandilla! -siguió- No quiero ver un mal futuro para nosotros nunca más -sentenció el rubio- ¡Y trabajaré con Kisaki si es necesario! Asique, ¡por favor, chicos! ¡Ayúdenme con esto!
Los restantes del grupo vieron la mirada determinada del Hanagaki y en silencio acordaron seguirlo.
- Ah cielos -suspiró Chifuyu- No tendré suerte con las chicas esta navidad.
- Y yo no podré ver el maratón de "El Padrino" -lloriqueó Raiden.
- Bonita manera de llevar un cumpleaños -bufó divertida.
- ¡Gracias, chico! -agradeció feliz Takemichi.
- ¡Ni creas que tú iras! -Baji picó su dedo índice en la frente de ella- Tienes el jodido brazo derecho, no te creas Hulk.
- Baji tiene razón -apoyó Kazutora- Déjanos esto a nosotros, tú quédate detrás.
- ¡Pero...! -intentó reprochar, pero el de cabello bicolor le metió un bollo de pan en la boca.
Serafine se sonrojó y continuaron su camino entre bromas y risas hasta reencontrarse con aquel dúo que tanto odiaban. El sitio de encuentro era una calle que daba vista al mar, el aire era frio debido al invierno y la ojirosa era abrazada por Keisuke, Hanemiya y su hermano para mantener el calor.
- No les tomó tanto tiempo -habló Kisaki- ¿Ya tiene una respuesta para mí?
- Trabajaremos contigo hasta que acabe la Navidad -sentencio Hanagaki.
- Muy bien -sonrió satisfecho- Esto realmente me ayuda.
- Solo queremos proteger a Hakkai -le dijo Baji con su ceño fruncido- Así que no esperen que seamos tan amables con ustedes.
- Que equipo más distorsionado -murmuró cansado Kisaki.
- Nuestro objetivo es lo único que tenemos en común -dijo Kazutora.
- No puedo jodidamente soportarlo a ustedes dos -gruñó Chifuyu.
- ¿Cómo se llamará nuestro equipo? -bromeó Hanma- ¿"Los Hanmas"? ¿Qué tal "Equipo mata todos"?
- Prefiero "Equipo dinamita" -siguió Serafine comiendo de aquel bollo que le regaló Kazutora.
- ¿Me convidas, nee-san? -Raiden abrió su boca para recibir un trozo de aquel bocadillo.
- A mi también -Baji copió la acción del pelirrojo.
- ¡Es mío, no molesten!
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