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꒰ ͜͡➸ Capítulo 22

Hace dos días que Takemichi les había dicho su secreto a Baji, Chifuyu y Kazutora, no pudo aguantarse al ver lo herida que acabó su mejor amiga, mirar el cuerpo de la pelirroja en una cama de hospital con una máscara de oxígeno y recordar los gritos de dolor de ella fue muy doloroso para él.

Quería protegerla de todo, al igual que a Raiden, se los debía después de todo lo que los hermanos hicieron por él, es por eso que necesitaba ayuda, y que mejor solicitar el apoyo de aquellos vice capitanes.

Ahora, Baji y Chifuyu miraban con odio al de lentes. Se había solicitado su presencia en aquella reunión debido a que sus capitanes fueron los heridos.

Y Raiden no se había quedado atrás, estaba más serio que nunca y los demás capitanes evitaban su mirada con algo de temor; al ojiceleste le dolió demasiado ver a su hermana en ese estado y no dudaría en dar su voto positivo para acabar con los Black Dragons, aún si Takemichi le había dicho que esa pelea no podía ocurrir.

Baji quería saltar y acabar con Kisaki, estaba más que furioso cuando oyó aquella noticia, ese día de la pijamada juró seguir a Serafine hasta el fin del mundo, su respeto y lealtad estaban con ella, y se maldecía internamente por no haber estado a su lado aquel día de la paliza.

- ¿Estamos todos los líderes aquí? -preguntó Draken provocando que ese trio dejara de apuñalar a Kisaki con los ojos.

- ¡Entren! -ordeno Mikey.

Serafine, Takemichi y Hakkai hicieron su aparición en la habitación abandonada.

La ojirosa se posicionó a un lado de su vice capitán, la chaqueta de su uniforme estaba mal puesta debido al yeso y tenía una venda en su frente que rodeaba su cabeza.

- Como ya todos saben, hace una semana Takemicchi y Serafine fueron golpeados por el líder de los Black Dragons -comenzó Draken- Usó la violencia en ellos sabiendo que eran capitanes de ToMan, lo que significa que es una declaración de guerra por parte de los Black Dragons.

- Hijos de puta descarados -habló Smiley- Vamos a patear sus traseros.

- Ya hemos aplastado a los Black Dragons una vez ¿no? será sencillo -siguió Mucho.

- Esa vez vencimos a la novena generación -comentó Mitsuya- La décima generación es totalmente diferente.

- No importa -dijo Raiden mirando a Hakkai- No es culpa de Serafine o Takemichi no saber dónde estaba el territorio de los Black Dragons. Mi hermana solo fue a casa Yuzuha-san para dejar algo de la escuela y mira como terminó. Y Takemichi fue llevado hacia ahí por Hakkai... así que, ¿por qué demonios lo llevaste allí, Hakkai?

Mucho se acercó y le hizo frente al mencionado.

- Oye, Hakkai... ¿Estás actuando como espía para los Black Dragons? Hijo de puta.

- Eres el hermanito del líder ¿no es así? -se unió Smiley.

- Intentó ocultarnos eso ¿eh?

- E-espera un momento -pidió Takemichi- Hakkai no quería...

- ¡Cierra la maldita boca! -ordenó el capitán del quinto escuadrón.

La Seki solo miraba al peliazul con tranquilidad, sabía que él no tenía la culpa de nada, había presenciado el terror que le tenía a Taiju, y odiaba verlo ahí arrodillado pidiendo disculpa en nombre de su hermano mayor.

- Yo, Hakkai Shiba, vice capitán de la segunda división de la pandilla Tokyo Manji Gang, solicito permiso para abandonar ToMan.

- ¿Está bien para ti? -consultó Mikey.

Serafine ya sabía el futuro que le contó Takemichi, también que se habían sumado tres personas con respecto al secreto del rubio. Es por eso que guardó silencio, anteriormente Baji le dijo que idearon un plan en su ausencia para evitar que Hakkai abandonara la ToMan. Confiaría en ellos.

- ¡Alto ahí! -interrumpió el ojiazul- ¡Yo me opongo!

Takemichi se acercó con una sonrisa segura al presidente, de su uniforme sacó una envoltura de doroyaki para ofrecérsela.

- ¡Aquí tienes!

A la pelirroja le salió una vena en su frente, pisó con fuerza el pie de Baji y lo tomó de la oreja para hacerlo agachar hasta su altura.

- ¿No me digas que ese fue su grandioso plan? -susurró entre dientes.

- ¡N-no! -contestó con dolor en su lóbulo- ¡Falta el plan B!

Takemichi sacó una libreta cuando Mikey rechazó el bocadillo, la ojirosa logró leer aquellas letras negras.

"coraje"

- Coraje es lo que necesitarás cuando acabe esta reunión -lo soltó.

Olvidé que son idiotas -pensó golpeándose la frente con su mano izquierda.

- ¿Cuál es tu decisión, Mikey? -decidió preguntar Draken.

- Se lo dejaré a Mitsuya, él es el capitán del segundo escuadrón.

El mencionado se levantó de su sitio y caminó hasta la misma posición que su segundo al mando.

- Lo siento, Taka-chan -habló sin atreverse a verlo- Ya tomé una decisión.

- No estés tan triste, Hakkai -respondió luego de unos segundos de silencio- Lo entiendo.

- ¡Taka-chan! -nombró haciendo una reverencia- ¡Fue un placer trabajar contigo!

- ¿Eh? ¿De qué estás hablando? No dije que podías irte -dijo mirándolo- ¡Déjame hablar con Taiju!

Serafine estaba jugando con una rama a las afueras de la residencia Shiba, la acompañan Baji y su hermano. Los tres estaban esperando a que la conversación de los líderes de la primera y segunda división con Taiju terminara en buenos términos, cosa que para ella era imposible.

- Casi lo olvido -habló Baji sacando algo de su uniforme- Toma, lo compramos con Kazutora.

Le extendió una pequeña caja violeta con un lazo negro. Con intriga, ella se dedicó a abrirla lentamente dejando a la vista unos aretes con forma de cerezas.

- ¿Huh?

- Los vimos en descuento -respondió apenado- Pensamos que se te verían bien.

Serafine sonrió alegre y con ayuda de su hermano se los colocó en ambas orejas.

- Están hermosos, gracias -dijo- Pero no intentes comprarme con esto, no se libran del castigo por pensar unos planes tan inútiles como los de recién.

Baji solo apartó la mirada y rió nervioso.

La puerta de entrada se abrió interrumpiendo la charla, siendo Seishu quien acompaño a Mitsuya, Takemichi y Chifuyu hasta la salida. Serafine se puso de pie dispuesta a retirarse con sus amigos, pero el llamado de su primo la hizo detenerse.

- Serafine, Raiden ¿podemos hablar?

El pelirrojo ignoró su pregunta y continuó con su camino. Estaba muy enojado con su primo, se suponía que debía haber interferido en la golpiza hacia Serafine ¿acaso no eran parientes? ¿o Taiju era más importante que la familia?

- Luego los alcanzo -dijo la ojirosa mirándolos.

Sus amigos algo inseguros le hicieron caso, pero Baji no se fue, se quedaría al lado de su capitana como un perro guardián, no podía dejarla sola en esta situación de guerra.

- Keisuke...

- Les daré espacio, pero me quedaré hasta que terminen de hablar -sentenció mirando con odio al rubio- Luego te llevo hasta tu casa.

- Bien -suspiró.

Los primos se apartaron un poco para poder conversar.

- Yo... -Seishu no sabía por dónde empezar, se sentía culpable del estado de su prima, pero no pudo hacer nada en ese momento.

- ¿Sabes? -decidió hablar primero- Estoy algo decepcionada, se suponía que compartimos sangre pero aún así me dejaste ahí... No necesitaba ayuda, pero si hubieras interferido yo estaría feliz de saber que te importo...

- Lo siento -soltó triste, no se atrevía a mirarla.

- Te perdono, tonto -lo abrazó para hacerle saber que no ocurría nada, no le gustaba estar en malos términos con su familia- Pero que te perdone no significa que me olvide, algún día me lo cobraré.

- Es justo -sonrió con alivio.

- Dime ¿cómo está Akane? -cambió de tema- ¿Logró entrar a la universidad de medicina?

Los dos se sentaron a un lateral de la calle viendo los automóviles pasar, tal y como cuando eran niños, solo faltaban los helados.

- Está muy bien, obtuvo el primer lugar en el examen de ingreso -suspiró nostálgico- Puede que no la veamos por un largo tiempo.

- ¿Sigue con la idea de ayudar a la gente con quemaduras? -preguntó con calma.

- Si, desde el incidente comenzó a amar la medicina -la miró- No quiere que otros niños sufra lo que pasamos nosotros.

Serafine inconscientemente tocó su hombro derecho donde se hallaba una quemadura mediana recordando aquella noche.

Ella y Raiden pasaban los fines de semana en la casa de los Inui, esa noche del viernes cuando estaban por dormir se provocó un gran incendio, aún no saben cómo ocurrió. Los cuatro niños se vieron envueltos en las llamas, pero Serafine no dejaría que su hermano y primos se lastimaran, por lo que fue al baño y empapó todas las prendas y toallas que encontró para arropar a sus familiares. En el patio delantero estaban sus tíos y hermano con algunos vecinos, pero Akane e Inupi seguían dentro.

Serafine recuerda la desesperación que sintió de no poder cargar a los dos hermanos por su pequeño cuerpo, después de todo, ella iba recién a primaria, y como un ángel llegó su amigo Koko para ayudar, y entre los dos socorrieron a los rubios, siendo ella quien cargara a Akane que se desmayó por la falta de oxígeno. Pero en el camino le cayó un trozo de madera en su hombro quemándola, pero aún así todos salieron vivos. Aunque la más grave fue la rubia que se quemó la pierna y podía perderla si no la trataban rápidamente; pero gracias a los esfuerzos de cierto pelinegro pudieron salvarla.

Una digna historia de acción para contarles a sus descendientes.

- Es bueno que tenga una meta en mente –sonrió la ojirosa poniéndose de pie- Me alegra haber hablado contigo, primito.

- Hasta luego Serafine –besó su frente igual a como lo hacían de niños

- No hagas eso –se apartó sonrojada y se encaminó hasta Baji- ¡Adiós Seishu, cuídate!

El dúo de la sexta división caminó hasta la residencia de los Seki.

- ¿Son novios? –preguntó Keisuke con una sonrisa pícara.

- ¡Es mi primo! –gritó golpeándolo con su pie en el trasero.


Nota: Era obvio que salvaría a mi reina Akane ¿se lo esperaban?

En fin, amo la amistad de Baji y Serafine, sus personalidades son parecidas por lo que se llevarían genial.

Aquí les dejo la foto de los aretes que le regalaron a Sera.


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