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꒰ ͜͡➸ Capítulo 18

¡Tengo que salvar a Baji-kun! ¡De ese modo Mikey-kun no cometerá tal error!

Takemichi se había auto establecido esta nueva meta.

Tan solo faltaba un día para aquella batalla y al cuarteto se le acababan las ideas, solo quedaba hablar con Baji, aunque para los hermanos era en vano.

Chifuyu los había guiado hacia un puente donde se hallaba el ex capitán de escuadrón.

- Perdón por llamarte aquí -se disculpó.

- Chifuyu ¿no has tenido suficiente de ser golpeado? -se burló.

- Parece que a ti no te han golpeado lo suficiente -gruñó Serafine dispuesto a golpearlo, pero su hermano la detuvo- ¿Por qué no te acercas así te reacomodo los pensamientos?

- Nee-san -lloriqueo sujetándola de los hombros.

- ¿Descubriste algo sobre Kisaki? -interrogó el Matsuno- Estás espiando para ToMan ¿o no?

Baji lo miraba como si estuviera loco, pero en sus ojos resplandecía cierto brillo de orgullo.

Casi me la creo gatito -pensó Serafine- Se nota que odias Valhalla, pero ahí está tu enemigo que amenaza la seguridad de tus amigos... Tú quieres protegerlos.

- Chicos -habló Takemichi- Déjenme solo con Baji-kun.

Los tres acataron la orden del rubio y se distanciaron.

Los Seki conocían el futuro del pelinegro ya que Takemichi les dijo anteriormente, además de contarles la situación de ellos en aquella pelea, siendo Raiden herido de gravedad al haber intentado que Mikey se detuviera.

- ¡Te partiré el rostro mañana Baji! -gritó ella cuando se alejaban- ¡Espero que te prepares!

Baji solo la miró y se dio media vuelta pretendiendo ignorarla.

El cuarteto se separó hasta más tarde, esa noche sería la reunión previa a la pelea.

- Por Poseidón -suspiró cansada- No te agobies Hanagaki.

- No pudimos traer de regreso a Baji-kun -sollozó el rubio- La batalla será mañana y Mikey-kun dijo que peleará con su amigo... No podemos permitir eso.

- Es triste pelear contra tu amigo de la infancia -se unió Raiden- Pero conocemos a Mikey, él no sería capaz de matar a alguien y menos herirnos.

- Tu memoria está borrosa asique no conocemos todas las piezas del rompecabezas, solo el final -señaló Serafine- Algo tuvo que haber pasado en esa pelea que desconocemos.

Cayó la noche del 30 de octubre de 2005, día previo a la batalla.

El trío estaba formado junto a su escuadrón, atentos a cualquier orden por parte de sus superiores.

- ¡Empezamos la reunión de la pelea contra Valhalla! -exclamó Draken.

Mikey se posicionó sobre las escaleras listo para hablarle a sus subordinados.

- Vamos a aplastar a Valhalla mañana -comenzó- Ellos buscaron esta pelea con nosotros... Y Baji está entre nuestros enemigos ¡no hay piedad para los traidores, esa es la manera de ToMan!

- Ya no es posible parar esto, o si ¿Takemichi? -susurró Chifuyu.

- ¿Quieren que golpeé a Mikey, tome el mando de ToMan, me convierta comandante y así impido la batalla? -sugirió calmada.

Los tres varones la miraron como si tuviera dos cabezas.

- Solo decía -se cruzó de brazos haciendo un puchero.

- ¿Puedo actuar como un niño? -habló Mikey sentándose como indio.

Los miembros de la pandilla se sorprendieron ante esa pregunta.

- No puedo pelear contra Baji, mi amigo -sonrió.

Los capitanes sonrieron alegres ante esa noticia y los miembros pusieron rectos sus hombros, escuchando atentos a su comandante.

- ¡Esa es mi respuesta! ¡Todos, préstenme su fuerza! -gritó poniéndose de pie- ¡Mañana vamos a aplastar a Valhalla y traeremos de vuelta a Baji! ¡Este es el enfrentamiento final de ToMan!

Gritos de guerra y festejo se escucharon en todo el templo, apoyando a Mikey.

- ¡Eso carajo! -gritó Serafine abrazando por los hombros a Chifuyu- ¡Mi mamá me dio la vida pero ser parte de la ToMan me dio ganas de vivirla!

La pelirroja estaba eufórica, le emocionaba ser parte de una organización y pelear con personas fuertes. Amaba vivir esto junto a su hermano y saber que se apoyaban mutuamente.

Y en medio del festejo, ella observaba a Kisaki.

Solo tienes trece años, tienes mucho por delante y se nota a kilómetros que tu cerebro desprende inteligencia, no me gusta la idea de que desperdicies ese potencial en estas mierdas -pensó- Te vigilaré y espero que tus acciones no empeoren, porque de ello depende mi accionar.

Llegó el día.

El cuarteto observaba aquel depósito de basura chatarra esperando que dieran la orden de comenzar.

Los hermanos vestían el mismo conjunto deportivo color negro, ya que no tenían uniforme debía usar algo de un color similar.

- ¿Quiénes son estas personas? -preguntó asombrado Takmeichi.

- Son espectadores -contesto Chifuyu- En la batalla de ToMan vs Valhalla, quien sea que gane, estará un paso más cerca de ser la cabeza de todo Tokyo.

- Parecen ser gente importante -comentó Raiden.

- Todos son delincuentes influyentes de Tokyo -siguió Chifuyu- Por ejemplo, esa pareja de ahí.

Sincronizados, giraron su rostro para apreciar al dúo sobre los autos, uno de ellos llevaba dos trenzas a cado lado de su rostro y el otro poseía lentes con su cabello rubio y celeste.

¿Acaso eres africana, Amanda? -pensó riéndose mientras sus amigos la miraban raro- En esta vida no existe "Matilda", me hubiera gustado que Raiden la viese conmigo.

- Son los hermanos Haitani -aclaró- Son los carismáticos hermanos Roppongi que pueden juntar a cien personas con solo decir una palabra.

- ¿Ves, Den-Den? -lo codeó- Podríamos habernos hecho cargo de alguna región sin necesidad de una pandilla, como ellos.

- Pero no sería tan divertido -se defendió.

Chifuyu siguió su explicación, pero fue interrumpido por un tipo llamado Hansen, quien será el encargado de "manejar" la pelea.

- ¿Administrador? -preguntó extrañado Takemichi.

- Es como un árbitro -respondió el ojiaqua- Hansen, los hermanos Haitani y Munch Man van a estar calmados, normalmente son enemigos de ToMan.

- ¿¡Está todo listo?! -alentó Hansen- ¡Participantes, salgan!

- Escúchenme ustedes tres -habló Serafine seria- Nos dividiremos en parejas, Raiden conmigo y Hanagaki con Matsuno, un fuerte con un débil ¿ok? Matsuno y yo nos encargaremos de cubrir sus espaldas porque no saben pelear y es seguro que los noquearán a la más mínima oportunidad.

- ¡Hey! -se quejaron el pelirrojo y rubio.

- No olviden que nuestra misión es evitar que Kazutora-kun mate a Baji -dijo Raiden- Tengan cuidado y no se distraigan del objetivo, tampoco pierdan de vista a Kisaki y cada acción que haga, todo nos sirve.

- Parecemos un equipo de fútbol americano por la posición en la que estamos -soltó señalando el pequeño círculo que formaron.

Serfine disolvió el círculo y comenzó a recogerse su cabello en una coleta alta.

Las dos pandillas se acercaban al centro, 300 miembros de Valhalla contra 150 de ToMan.

Los presidentes de cada bando iban encabezando las líneas seguido de sus capitanes.

- Hansen -llamó Mikey- Para empezar, me gustaría agradecerte por asumir el rol de administrador el día de hoy.

- Los modales hacen al pandillero -murmuró la Seki.

- Si hacen alguna estúpida pelea, los separaré.

- ¡Representantes de ambos equipos al frente! -ordenaron.

Draken y Kazutora pasaron al frente mientras Hansen daba las opciones de juego.

- Valhalla fue quien empezó esta pelea -dijo Daken- Así que escoge tú, Kazutora.

- ¿¡Hah?!

- ¡Pero tenemos una condición! ¡Deben dejar ir a Baji Keisuke! -soltó- En caso de que ToMan gane, ustedes nos regresan a Baji.

- Baji vino con nosotros por su propia cuenta ¿sabes? -ladró el de mechas rubias- ¡No se los daremos o cualquier otra mierda!

- Kazutora golpeará a alguien -opinó ella viendo el puño apretado del chico de mechones rubios.

Y como si fuera adivina, el chico soltó un puñetazo a la cara y estómago del administrador dejándolo inconsciente.

- Eres jodidamente lento, perra -ladeó su rostro haciendo sonar su arete- ¿Administrador? ¿una condición? ¿ustedes vinieron a jugar a la casita? -preguntó divertido- ¡Valhalla vino a torturar a ToMan hasta la muerte!

La tensión se sentía en el aire y la sed de sangre por parte de ambos lados se percibía.

- ¡¿Deberíamos iniciar, Mikey?! -provocó Hanma.

- ¡Vamos, ToMan! -ordenó enojado.

Cada pandilla corrió al ataque.

Ha comenzado -pensó ella siguiendo a sus compañeros.

Serafine se enfrentaba a los miembros de Valhalla sin miedo, la adrenalina corría por tus torrentes sanguíneos y no dudaba en golpear a quien tenía en frente. Su puño se estrellaba en la garganta de sus oponentes, para luego golpear su nuca cuando se agacharán para tomar aire, era una manera rápida y fácil para acabar con ellos.

Raiden era todo lo contrario a su hermana, sus manos temblaban y de sus ojos colgaban pequeñas lágrimas por el miedo a enfrentarse a tipos más grandes que él.

Soltó en chillido de asombro cuando un sujeto se acercaba con intenciones de golpearlo, pero nunca llegó el golpe ya que su hermana con una patada lo mandó a volar.

- ¡Raiden! -lo llamó- ¿Acaso no querías ser un pandillero?

- Nee-san...

- ¡Deja de temblar y golpea a estos bastardos! -ella pateó en el estómago a uno protegiendo a otro compañero- ¡Eres miembro de la ToMan, pelea como uno!

- ¡Pero no soy igual de fuerte que tú o Mikey-kun o Draken-kun! -odiaba sentirse así de débil.

- ¡Entonces... yo te protegeré! -sonrió- ¡Al igual que a mis compañeros, así que no tengan miedo!

Raiden, al igual que unos pocos miembros de ToMan la veían asombrados mientras que ella se dedicaba a esquivar uno que otro fierro que iba dirigido a su rostro.

Están perdiendo la motivación -pensaba viendo a sus compañeros en el suelo- Si sigo protegiéndolos no podré buscar a Baji...

La ojirosa desarmó a un tipo que llevaba un bate y lo golpeó en el estómago.

Estaba tan al pendiente de sus protegidos, que no sintió al sujeto que apareció detrás de ella hasta que le estrellaron un puñetazo en la cien.

- ¡Una chica los debe proteger! ¿¡No les da vergüenza, ToMan?! -provocó el tipo.

Serafine soltó un quejido adolorido y se levantó del suelo.

- Atacar por detrás es de cobardes -sonrió, era el primer golpe que recibía desde el comienzo de la batalla.

Su cabeza palpitaba, el maldito tenía la mano pesada por lo que el golpe le dolía demasiado y se notaba por las expresiones que hacía.

- ¡AHG! ¡Soy patético! -gritó Raiden dándole un gran puñetazo al sujeto que lastimó a su hermana- ¡Adelante bastardo! ¡Voy mandar a volar a todos ustedes! ¡No importa que tan grandes sean, les voy a enseñar lo que ocurre cuando tocan a mi hermana!

- Den-Den -susurró sorprendida.

- Carajo, el chico rojo tiene razón, somos patéticos -dijo otro poniéndose delante de ella.

- ¿Por qué estamos por ahí lloriqueando? -siguió uno.

- ¡No importan si son el doble de personas! -animó Raiden con una mirada determinada- ¡Enseñémosle la verdadera fuerza de ToMan!

El Seki había recobrado fuerzas y valentía gracias a Serafine, no sería nunca más un cobarde, era su turno proteger a su hermana por todos esos años donde ella fue quien lo defendía.

Serafine sonrió con orgullo al verlos, a ella no le interesaba quedar herida si era por proteger a sus camaradas, pero que ellos la hayan defendido la hizo sentir muy feliz.

- ¡Vamos con todo! -gritó la ojirosa con el mismo entusiasmo.

La misma situación ocurría al otro lado del basurero, donde Takemichi motivó a los muchachos para abrirle paso a Draken, así él pudiera terminar con Hanma.

La Seki no perdió más tiempo y fue contra los de Valhalla con más fuerza, debía reducir el número de miembros lo más posible así los demás no se preocupen.

- ¡¿Ella acabó con más de diez en un instante?! -gritó uno impresionado.

- ¡Ni siquiera es un capitán!

- ¡Lo seré si ustedes mueren! -respondió pateando a uno en la costilla- No te muevas o tu pulmón será perforado, la costilla está rota.

Raiden tenía más golpes que dedos en sus manos, pero aún así no se rendía y continuaba repartiendo puñetazos a todo aquel con chaqueta blanca.

El trío tenía una misión y no bajarían sus brazos por más agotados que estuvieran.







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