┏━━━━━━━━━━━━┓

H E R I D A S

┗━━━━━━━━━━━━┛

Era más el dolor que sentía por la pérdida de mi padre que por las heridas de mi cuerpo.

Mis dos padres habían sido asesinados y de sólo pensarlo me hacía sentir terrible. Primero había sido mi madre y ahora mi padre.

Estaba en la habitación de Ginny, que compartíamos junto a Hermione. Ambas chicas estaban ayudando con los preparativos mientras yo miraba por la ventana.

Molly me mata si me ve fuera de cama por lo que no puedo salir de la habitación.

Llamaron a la puerta y sin dejar de mirar el paisaje frente a mi hablé.

—Adelante.

Escuché la puerta abrirse, sabía que era Charlie por lo que sonreí un poco.

—Vengo a revisar heridas y cambiar vendaje— dijo bastante contento.

Di media vuelta para mirarlo y me recosté en la cama mientras levantaba mi blusa.

Charlie tomó asiento en un banco junto a la cama y comenzó a revisar mientras yo miraba el techo.

Habían pasado ya tres días y los remedios de Molly eran lo mejor. Me sentía menos adolorida físicamente y las heridas comenzaban a desaparecer.

—Parece que sabes mucho de esto.

El pelirrojo me miró sin comprender, al parecer lo saqué de su concentración.

—Oh, en el santuario tenía que curarme yo mismo de vez en cuando y aprendí bastante.

—Es genial.

Sus dedos presionaron suavemente mi abdomen y costillas. Me causaba un poco de cosquillas y a comparación de los primeros días, ya no sentía dolor.

—Parece que estás mejor— dijo mientras untaba una pomada— ¿cómo te sientes?

—No me quejo, aunque eres muy brusco.

Charlie detuvo su trabajo y me miró fijamente.

—Lamento no tener manos delicadas.

No pude evitar reír, me di cuenta que ya no me molestaba la acción.

Terminó de poner las vendas y sonrió satisfecho por su buen trabajo.

—La comida está lista, ¿quieres bajar?

Asentí y el chico me ayudó a ponerme de pie.

—Gracias— dije antes de salir— sé que no soy la mejor paciente pero te agradezco lo que has hecho por mi.

—¿Cómo que gracias? Te voy a cobrar— al principio intentó ser serio pero enseguida dejó salir una larga carcajada.

También reí y le di un suave golpe en el brazo.

—Intento ser amable y no ayudas en nada.

Charlie tomó mi mano y me hizo caminar hasta llegar a la cocina.

Tomé asiento mientras miraba al pelirrojo que acomodaba lo que había utilizado para curarme.

Estos días había sido mi mejor compañía pues lloraba durante horas sobre su hombro y me abrazaba cuando lo necesitaba, también reíamos juntos y me recordaba que no todo era una completa pesadilla.

Los demás ingresaron a la cocina y sonrieron al verme pues había estado tomando mis alimentos en la habitación.

Pese a que estaba con una gran familia y amigos, de vez en cuando me era inevitable pensar en mi padre, lo que me hacía sentir increíblemente sola.

Mi padre y yo siempre tuvimos una estrecha relación con los Weasley pues yo asistí con Bill y Charlie al colegio, aunque llevaba una mejor relación con Charlie.

Miré a la familia de pelirrojos y me sentí muy feliz por ellos pues estaban juntos, a excepción de Percy, pero el chico era un completo tonto por negar a tan maravillosa familia.

—Erine, cariño, ¿estás bien?— me preguntó la señora Weasley.

La miré sin comprender, pero luego noté que algunas lágrimas salían de mis ojos y rápidamente las limpié con mi mano.

—Estoy bien, últimamente lloro por todo así que no se preocupen.

La mujer me sonrió con ternura.

Me hacía sentir culpable disfrutar estar allí, sentía que traicionaba a mi padre aunque me convencí a mi misma de que no tenía nada de malo intentar ser feliz de nuevo.

Mi padre estaría por siempre en mi corazón y nunca olvidaría el grandioso hombre que fue.

Lloraría al pensarlo, pero lo recordaría con felicidad y orgullo.