Antes que nada, quiero agradecerles por todo el apoyo que le han dado a este fic. No saben lo feliz que me siento de que está a nada de llegar a las 500k vistas. Estos extras que he subido son la forma que consideré mejor para darles las gracias y realmente espero que les hayan gustado. Prometo que cuando lleguemos a los 500k subiré un par más de capítulos extras xdxd Ahora sí, el capítulo... 

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|| H O G W A R T S ||

Era recién la segunda semana del colegio, entrar a quinto año era algo que realmente me tenía emocionada aunque los profesores no habían perdido la oportunidad de dejarnos tantas tareas como les fue posible. 

Dejé salir un suspiro de cansancio mientras salía del aula de encantamientos y comenzaba a caminar hacia mi siguiente clase. Dejé salir una risa cuando Tonks llegó corriendo y abrazó mi brazo. 

—Pero si es mi Ravenclaw favorita—dijo muy animada la chica.

Rodé los ojos. 

—Tonks, siempre que llegas a mi con ese tono de amabilidad es porque quieres algo. 

Ella rió entre dientes y soltó mi brazo para acomodar su túnica. 

—Erine, no hay nadie en este mundo que me conozca mejor que tu. 

—No hay nadie en este mundo que te soporte más que yo. 

—Bueno... eso si omitimos a Charlie—me lanzó una mirada sugerente. 

El color comenzó a llegar a mis mejillas por lo que rápidamente desvié la mirada. No estoy muy segura de que confesarle a Tonks que me gusta Charlie haya sido la mejor de mis ideas. 

—Mejor dime qué es lo que quieres— cambié rápidamente de tema. 

Ella me miró nerviosa mientras rascaba su nuca, ligeramente preocupada por escuchar mi respuesta.

—De hecho... tiene que ver con Charlie— dijo distraídamente.

Detuve mi caminar para ver a Tonks con auténtico terror. Ella rió nerviosa.

—¡Nymphadora!— grité, entre molesta y nerviosa— ¿Qué has hecho?

Ella dejó salir un largo suspiro mientras miraba a cualquier otra parte que no fuera mi cara.

—Hace unos días me pidió ayuda para probar una poción que Snape le pidió y lo cierto que es que estaré castigada y le dije... por favor no te enojes conmigo, que tu podrías ir en mi lugar.

La miré perpleja, mi cara ardía con cada segundo que pasaba. Pero por Merlín... no puedo rechazar esta gran oportunidad de estar junto al chico más lindo y adorable de todo el colegio.

Suspiré cansada.

—¿Cuándo?

Mi amiga sonrió complacida, algo me decía que todo había sido planeado por ella. No dije nada al respecto.

—Esta tarde, después de clases.

—Bien. Allí estaré.

—Charlie te esperara para que vayas con él luego de tu clase.

Cerré los ojos con fuerza. Mi corazón se aceleraba con cada segundo.

—Bien, ahora... antes de que se te ocurra algo más, prefiero llegar a mi clase.

Tonks me dio una palmada en la espalda y se marchó con una gran sonrisa.

—Sabía que podía contar contigo— dijo mientras se alejaba.

Cada minuto que pasaba, comenzaba a parecerme eterno. Sentía mi pulso en los oídos y un cosquilleo intenso en el estómago. Me parecía que el aire era insuficiente y ni siquiera presté atención a la clase.

Al terminar, me puse de pie, me di cuenta que las piernas me temblaban igual que la manos. No quería sentirme nerviosa y no debía sentirme nerviosa, Charlie y yo somos buenos amigos desde hace tiempo. Todo debería ser igual que siempre.

Respiré profundamente mientras guardaba mis cosas y finalmente salí. Allí estaba Charlie, recargado en la pared con los brazos cruzados.

La camisa la tenía arremangada, por lo que era muy notoria la musculatura de sus brazos. Ver su cabello despeinado y su corbata floja hacían explotar mis hormonas.

Entonces me miró con una gran sonrisa y ese fue mi fin. Un suspiro salió de mis labios al momento en que intentaba regresar a la realidad.

Me acerqué más a él y también le sonreí.

—Arissa, me alegra verte— Charlie era el único que me llamaba por mi segundo nombre y he de admitir que me encanta.

—Hola, Charlie— me alegraba que mi voz no temblara y sonara normal.

—Muchas gracias por ayudarme con esto— dijo ligeramente apenado y despeinando su cabello aún más.

—No pasa nada, sabes que cuentas conmigo siempre.

Comenzamos a caminar hasta las mazmorras y entramos al aula de pociones.

—Bien, sólo dame un segundo para acomodar todo—dijo mientras dejaba su mochila sobre la mesa.

—Tómate tu tiempo.

Me senté en uno de los bancos y me dediqué a mirar a Charlie, lucía muy concentrado y muy atractivo.

—He tenido problemas para hacer amortentia, entonces necesitaba practicarla— comenzó a explicar— la siguiente clase, Snape nos hará prepararla y necesitaba un poco de ayuda para comprobar que la he hecho bien.

Asentí.

—Nunca imagine que llegaría el día en que el grandioso Charlie Weasley tendría problemas con algo.

Ambos reímos.

—Siempre tengo problemas, sobretodo con pociones y encantamientos. Prefiero herbología y cuidado de criaturas mágicas.

No podía dejar de mirarlo mientras preparaba la poción.

—¿Te gusta alguien, Charlie?— pregunté, pero al instante me arrepentí.

El pelirrojo me miró divertido, una sonrisa se asomó en su rostro, supongo que al pensar en esa persona especial para él.

—La verdad es que sí— dijo mientras liberaba un poco de aire— es la chica más linda que han visto mis ojos, pero ella es demasiado para mi.

Forcé una sonrisa, ¿quién sería la afortunada de tener el corazón de Charlie Weasley en sus manos?

—¿Qué hay de ti?— preguntó— ¿hay alguien que te guste?

Negué rápidamente.

—No realmente— me resultó bastante sencillo mentir.

Por un momento creí ver decepción en los ojos del chico. Aún así me dirigió una sonrisa mientras revolvía los ingredientes en el caldero.

Pasaron un par de minutos hasta que el pelirrojo me hizo señas de que me acercara a él.

—Se supone que está listo— dijo ligeramente nervioso— solo necesito que me digas qué olor tiene.

Lo miré por un momento y luego me acerqué al caldero. Cerré los ojos cuando un increíblemente agradable aroma inundó mis fosas nasales. Era como si estuviera abrazando a Charlie y aspirara el olor que desprendía.

Mis mejillas cambiaron rápidamente de color al imaginar aquello.

—Huele a frutos rojos, madera quemada y...— a ti— ...y vainilla.

Miré a Charlie, me sorprendí al notar que su rostro estaba de un intenso color rojo.

—¿Estás bien?— pregunté preocupada y por reflejo fue que puse una mano en su mejilla— estás ardiendo.

—Estoy bien— habló rápidamente.

—¿Seguro?— nos miramos directamente a los ojos, puedo jurar que fue la mejor sensación del universo.

Charlie puso su mano sobre la que yo había puesto en su rostro y cerró los ojos un momento.

Aquel celestial aroma había comenzado a inundar toda el aula, lo que provocaba que me pusiera más nerviosa.

—Creo que mejor que voy— no estoy segura de por qué mi voz salió en un susurro.

Charlie abrió los ojos y me miró con gran intensidad. Sentí un muy extraño cosquilleo recorrer todo mi cuerpo.

El aire comenzaba a faltarme, quería salir corriendo pero no lograba separarme. La mano de Charlie sobre la mía me hacía sentir reconfortada.

Finalmente me soltó y sonrió, como si hubiera recuperado la compostura y sus ideas volvieran a estar en orden.

—Gracias por ayudarme, Arissa.

Las piernas me temblaron, me limité a asentir.

—Espero que te vaya bien con Snape.

Asintió.

Tomé mis cosas y salí corriendo mientras el aire regresaba a mis pulmones. Eso había sido muy intenso.

Espero nunca más estar a solas con Charlie Weasley.