Extra 2: A Primera Vista
Realmente JiMin no tenía muchas ganas de salir de fiesta con TaeHyung. Fue semana de exámenes y estaba muy agotado como para pensar en esas cosas. Pero su soulmate insistió y ya no pudo negarse a eso. Así que ahora estaba en esta fiesta de una fraternidad de la que no tenía ni idea. Se había sentado en un sillón para beber el trago en su mano sin muchas ganas de hacerlo. A veces le desanimaba un poco no tener ninguna pareja con la cual salir y eso era lo que le tenía un poco afligido. Era curioso que se sintiera justamente así a sus veinte años de edad, pero era un sentimiento que no podía sólo evitar.
Ha tenido novios, pero todos han sido unos estúpidos. Unos sólo buscaban follarlo y ya, mientras que otros eran recomendados por su padre sólo porque eran hijos de sus socios millonarios. Pero JiMin deseaba que alguien lo viera por quién es y no por la posición que tiene. Algunos de sus novios huyeron por eso, porque no podían soportar la magnitud de la vida que llevaba y también se sentían menos ante su presencia.
Pero de igual forma, JiMin no iba a ocultar que era hijo de un millonario sólo para caerles bien a las personas. Tampoco es como que iniciará algo con mentiras porque entonces nadie confiará en él. Tenía la esperanza de poder encontrar al hombre correcto con el cual pasar el resto de su vida y poder formar una familia.
Así que ahí estaba, sentado con su trago nuevamente pensando en cosas melancólicas de su vida diaria. Unos minutos después alguien se sentó a su lado y lo saludó.
—Hola, lindo—se escuchó una voz varonil— ¿Vienes solo?
JiMin giró el rostro y se encontró con un tipo bastante guapo y un poco musculoso. De cabello negro y con una expresión sexy. Sin embargo, hubo algo en su tono y en la forma en que lo llamó que no le gustó para nada.
—No—respondió y bebió de su trago—Vengo con un amigo.
—Pues yo no veo a tu amigo—dijo coqueto.
—Está ahí—señaló a TaeHyung que platicaba con un chico.
—Pues él está ocupado—dijo y se acercó— ¿Por qué no vamos a un lugar más privado?
—No tengo ganas de follar, lo siento—dijo y se puso de pie.
Escuchó que el chico decía algo, pero no le prestó atención y sólo se limitó a continuar caminando hacia donde encontraría otro trago, esperaba que más fuerte que el anterior. TaeHyung no tenía problema en acostarse con alguien hoy, pero JiMin sí. Estaba harto de que todos lo vieran y lo buscaran para eso. Odiaba ser sólo un rostro bonito y un cuerpo deseable. ¿Por qué nadie es capaz de ver más de eso que tenía? Era buen pintor y estudiaba una carrera referente a eso, ¿por qué nadie le preguntaba por ese interés suyo? Seguramente era demasiado patético para que alguien pudiese ver esa cualidad suya como algo interesante. Pensaba que lo mejor era olvidarse de esos asuntos y ahogarse en alcohol desmedidamente.
Se acercó a una barra y pidió un trago fuerte que le ayudara a olvidarse de todo un poco, después caminó hacia otro lugar para no toparse con el mismo tipo anterior. Terminó por llegar a la piscina donde había muchas parejas jugueteando descaradamente. No recordaba que las fiestas de las fraternidades solían ponerse un poco intensas. Y eso le hizo sentir un poco miserable y aun así no le prestó importancia.
Se quedó parado en su lugar bebiendo de su trago cuando sintió una penetrante mirada sobre su persona y no pudo evitar voltear hacia dónde provenía, pero sólo vio a un chico tatuado y bastante guapo hablado con un tipo pálido y de expresión gatuna. Así que devolvió su atención a su trago, pero después de dar un sorbo volvió a sentir lo mismo y esta vez lo atrapó; era ese chico tatuado con el cual su mirada se conectó por unos segundos porque después la desvió. Y JiMin sintió algo en su estómago que no tenía nada que ver con el trago o con lo que comió antes de venir.
Devolvió la mirada hacia su trago y pensó que tal vez se estaba volviendo paranoico. Así que le restó importancia y continuó con lo suyo, pero esa sensación volvió a aparecer y, para cuando volteó, sintió un escalofrío por todo su cuerpo porque ese chico tatuado estaba yendo hacia él. Quiso correr porque por alguna razón sentía muchos nervios, pero sus pies no le respondían. Para cuando quiso reaccionar ya era demasiado tarde.
Ya lo tenía muy cerca suyo y era más guapo de lo que se veía desde lejos.
—Hola—saludó el chico con evidente timidez.
—Hola—saludó JiMin y bajó la vista porque sus mejillas estaban sonrojadas.
Se hizo un silencio donde los dos vacilaron en su lugar y dieron un gran sorbo a sus tragos para intentar relajarse. Eso fue aprovechado.
— ¿Gustas que te traiga otro trago? —preguntó el chico pelinegro de tatuajes en su brazo—¿O prefieres que vayamos por uno?
—Vamos—respondió JiMin, porque ante todo sabía que no debía recibir tragos de personas desconocidas.
Ambos caminaron nuevamente hacia la barra en medio de ese silencio que era remplazado por el bullicio y la música de la fiesta, pero extrañamente ellos se sentían cómodos con eso. El chico tatuado fue quien se encargó de pedir los tragos, todo bajo la atenta mirada del rubio y después éste recibió el suyo con un poco de emoción. Posteriormente volvieron a caminar hacia la salida para buscar un lugar con menos ruido para hablar.
— ¿Y cómo te llamas? —preguntó JiMin.
—Soy Jeon JungKook—respondió con una bonita sonrisa de conejito—Y soy de la facultad de arquitectura. ¿Y tú?
—Yo... mmm... soy Park JiMin y soy de la facultad de artes—sonrió en pequeñito.
No estaba muy seguro de hablar sobre eso, pero era parte de él y de su esencia, así que debía hacerlo.
—Eso suena genial—expresó JungKook con un brillo en sus ojos—Supongo que debes de tener cuadros hechos por ti—dijo con evidente interés.
—Sí—bajó la mirada—Los tengo.
— ¿Puedo verlos algún día? —preguntó el pelinegro.
JiMin sintió cómo un remolino en su interior, que no era fácil de controlar, se generaba en su interior. Esta era la primera vez que alguien ajeno a TaeHyung le pedía ver sus cuadros. Alguien que era un desconocido, pero desde que lo miró a los ojos sintió algo muy extraño y cálido. Sintió como si ya lo conociera y ahora se siente muy cómodo con su compañía. No como con el chico anterior.
—Claro—sonrió tímido—Podemos quedar un día para que te los enseñe.
—Eso sería genial—sonrió y dio un trago a su bebida.
Se hizo un pequeño silencio entre ambos, pero de pronto JungKook volvió a iniciar la conversación con cosas simples y con preguntas que nunca antes nadie le hizo a JiMin; color favorito, día favorito, estación favorita y todo lo referente a sus gustos por más pequeños e insignificantes que parecieran, pero para JungKook no lo eran. Lo cierto es que, desde que lo vio pararse cerca de la piscina, no pudo evitar ver lo bonito que era y decidió seguir el consejo de su mejor amigo YoonGi de acercarse a él para platicar. Ahora estaban aquí, hablando sobre sus intereses y cosas triviales sobre sus carreras. De qué ciudades venían y las cosas que más les gustaba. Ambos se sentían cálidos y esperaban que esto no terminara aquí en esta fiesta.
Más tarde volvieron por más tragos y decidieron mezclarse entre la gente para bailar un poco. JungKook descubrió que JiMin era un buen bebedor, pero después decidió no beber más para cuidarlo. No quería que alguien se pasara de listo con él o algo por el estilo. Así que sólo se dedicó a observarlo porque de verdad le gustaba y se sentía interesado en él y en todo lo que lo rodeara, pero en su pequeño estado de ebriedad no sería correcto pedirle una cita.
Pasadas dos horas, el rubio ya se sentía un poco mareado y le dijo a JungKook que volvería a su dormitorio, pero éste le dijo que lo llevaba personalmente hasta él. Lo llevó consigo hacia donde estaba su motocicleta y lo subió para ir en busca de su dormitorio. Tuvo que manejar con mucha precaución, con una mano en el volante y con la otra sosteniendo las de JiMin que estaban en su abdomen porque lo estaba abrazando. Por fortuna el lugar no estaba tan lejos, así que no demoró mucho en llegar. Lo sostuvo con sus brazos hasta que por fin dio con el número del dormitorio. Como pudo le sacó la clave y lo ingresó dentro del lugar. Se dio cuenta de que el dormitorio era uno de esos lujosos que sólo estudiantes con dinero podían pagar, pero le restó importancia. Al final cargó a JiMin para recostarlo en una de las camas. Por un momento se dio cuenta de que ahí mismo tenía cuadros que estaba seguro eran de él; se deleitó con eso y sonrió como si de verdad ya estuviese enamorado. Después se devolvió a donde estaba durmiendo el rubio borracho con una expresión muy tierna. Vio que había unos papeles sobre su mesita de noche al igual que bolígrafos, así que aprovechó la oportunidad para anotar su número y su nombre para que lo llamara cuando la resaca haya pasado. Al final se agachó para mirarlo mejor y no reprimió el impulso de besarlo en su mejilla.
—Descansa... Mochi—susurró.
Lo vio por última vez antes de salir del dormitorio para volver al suyo con una sonrisa dibujada en su rostro.
JiMin iba corriendo tarde para la cita con su novio.
Todavía no podía creer que Jeon JungKook, el chico más guapo de la facultad de arquitectura, era su novio y que muchos y muchas lo envidiaban por eso. Pero las cosas eran así.
Desde aquel día que se conocieron y que el rubio encontró ese papelito con su número, no habían parado de mensajear casi a todas horas. Supo desde ese instante que él era el indicado, porque cualquiera pudo haber abusado del estado en el que se encontraba, pero su guapo novio no. Él lo respetó y también se aseguró de dejarlo sano y salvo en su dormitorio. Desde ese momento comenzó a suspirar por él y sus citas se hicieron bastante recurrentes hasta que JungKook le pidió que fuese su novio formal con un hermoso ramo de flores que él mismo armó.
Desde entonces los detalles no se detienen; cartas de amor, dibujos animados de ellos dos, figuras de papel y una hermosa cajita que él mismo le fabricó. JiMin está perdidamente enamorado de él y tal vez cayó rendido desde el primer momento en que lo vio a los ojos.
Fue amor a primera vista.
Por fin llegó a la cafetería donde su novio lo esperaba pacientemente. Éste lo recibió con un abrazo fuerte y un beso dulce en sus labios. Nunca se cansará de recibir ese tipo de tratos de su parte, porque lo hace sentir como él hombre más especial del mundo, además de muy afortunado. A estas alturas JungKook sabe que JiMin viene de una familia con dinero, bueno, realmente millonarios, pero ha decido no darle importancia a eso, porque si está con él es porque realmente lo quiere y eso es lo único que cuenta.
Tuvieron su cita con mucho éxito y después caminaron por la acera para ir al edificio de JiMin, sin embargo, la lluvia se hizo presente y JungKook le dijo que su edificio estaba más cerca. Así que corrieron tratando de cubrirse de la lluvia sin tener mucho éxito. Pero al final consiguieron llegar. Al principio el pelinegro dudó de pasar con él porque sabía que era un espacio reducido, pero al final lo hizo y no vio que JiMin se sintiera incómodo, al contrario.
— ¿Tú compañero vendrá? —preguntó JiMin señalando la otra cama.
—No creo—se encogió de hombros—YoonGi debe estar con tu amigo—sonrió con burla.
—Oh, es verdad —hizo un gesto tierno—TaeHyung me dijo que de verdad le gusta tu amigo.
—No debiste decirme eso. Se lo diré a YoonGi—arrugó la nariz.
—No, no puedes hacer eso—lo señaló con advertencia.
JungKook sólo soltó una risa y se acercó a él para sentarse a su lado. El problema para el corazón enamorado de JiMin es que tenía muy cerca el rostro de JungKook. Pudo ver sus bonitas facciones y ese piercing en su labio inferior que ha besado muchas veces. Los ojos de ambos se posicionaron en sus labios con evidentes motivos, la cosa es que nunca se han besado en privado o en un dormitorio que posiblemente estará disponible para los dos.
—Me gustas mucho, Mochi—le dijo JungKook con un hilito de voz.
—También me gustas mucho, JungKookie—correspondió.
No había por qué negar lo que sentían. Ambos se deseaban y eso era evidente. Sentir sus alientos no era bueno para sus sentidos ni mucho menos para el calor repentino que están sintiendo. JiMin esperaba pacientemente por qué su novio acortara la distancia hasta que por fin lo hizo de una vez por todas. Sus labios comenzaron a sincronizar lentamente y sin premura. Podían escuchar el latido de sus corazones de una manera que nunca antes les pasó. Si esto llegaba a suceder, será su primera vez juntos y eso les emocionaba a ambos. Ninguno era virgen, pero ellos se sentían de ese modo.
JiMin fue el primero en meter la lengua dentro de la boca de su novio para intensificar el beso y prolongarlo un poco y éste fue bastante receptivo con eso. Se acercó más a él para tomarlo de la cintura y para acariciarlo de ese modo sin importar que aún tuviese la ropa puesta. Poco a poco sus dedos comenzaban a colarse por debajo de la misma y el tacto provocó un respingo en el portador que los hizo parar.
—Lo siento—dijo JungKook—creo que estamos yendo muy rápido. Tal vez es demasiado pronto para ti...
Pero fue callado por un beso un poco más intenso que JiMin le dio y éste sólo se despegó para decir esto:
—Quiero que me hagas tuyo, JungKookie—pidió.
— ¿Estás seguro? —quería confirmar.
—Sí—respondió con convicción.
Sin más, JungKook lo tumbó en la cama para comenzar a besarlo con mucha intensidad. Sus manos comenzaron a tocarlo aún por encima de la ropa, pero segundos después tanteó para poder tocar su piel suave y delicada. JiMin parecía de porcelana y el pelinegro siempre quiso descubrir eso. Hoy por fin había llegado la oportunidad y la aprovecharía al máximo.
Se detuvieron un momento para que JungKook se deshiciera de su camisa e hizo lo mismo con la de JiMin. Quedaron desnudos del torso y pegaron sus cuerpos para sentir su calor corporal. Era algo que venían deseando desde hacía mucho tiempo y se sentía bien poder consumar ese deseo desmedido que tenían. Se sentía tan bien y morían por retirar todas las prendas. Fue lo que JungKook hizo después, pero se tomó su tiempo para desnudar a su novio, porque quería apreciar la hermosa obra de arte que era. Su cuerpo sí era delicado y curvilíneo. Muy etéreo y perfecto. Su piel era nívea y no resistió el impulso de acariciarla. Tocó todo lo que pudo, desde su torso, pezones y abdomen ligeramente marcado, hasta sus muslos y esa intimidad que le incitaba a pecar. No pudo contra eso y lo tocó para darle un poco de placer y al tiempo él también sobaba la suya por encima de su pantalón ajustado.
Estaba bastante excitado y más si escuchaba los gemidos de su novio, eso lo hacía el doble de perfecto. Lo más hermoso del mundo. Aunque pronto detuvo esas acciones para pasar a quitarse lo que aún tenía de prendas encima. Cuando quedó completamente desnudo, volvió a juntar su cuerpo con el contrario, esta vez quedando entre sus piernas bonitas, y dio inicio a otro beso bastante lujurioso y lleno de pasión. Comenzó a frotarse contra él para estimularse ambos, todo sin dejar de besarlo hasta que comenzó a deslizarse por su barbilla y cuello donde dejó unas cuantas marcas. Quería evidencia al amanecer.
JiMin disfrutaba mucho de las sensaciones que eso le provocaba y comenzó a entregarse en cuerpo y alma. Tenía muchos sentimientos por JungKook y amor era uno de ellos, quizá el más fuerte de todos, algo que no dudará en demostrarle porque de verdad está seguro de que es el indicado. Está seguro de que ahora mismo están haciendo el amor y que tienen un futuro largo y prometedor. Tal vez se casarán y formarán una familia.
La situación subió de nivel, pero JungKook sabía que debía preparar a su chico, así que se detuvo y salió de la cama para buscar un condón y un bote de lubricante. JiMin lo miró y sintió la necesidad de preguntarle algo:
—Dime que no has hecho esto aquí con nadie—le dedicó ojos suplicantes.
Antes de decir algo, sacó lubricante del bote y lo untó en sus dedos. Volvió a acomodarse en sus piernas para pasar al siguiente nivel.
—Yo nunca he traído a alguien aquí—respondió con seguridad y con una sonrisa—Sólo tú dejarás tu esencia en mi cama que ocuparé por los próximos años que dure mi carrera. Y espero que un día compartamos una.
Sin más, comenzó a delinear el esfínter de su chico para estimularlo un poco antes de meterle un dedo.
—Oh, JungKookie—gimió y cerró los ojos.
JiMin se sintió seguro y dejó que su novio hiciera con su cuerpo lo que quisiera. Ser tocado así por él se sentía bastante placentero y delicioso. Era sin duda algo que había deseado por mucho tiempo. Y también fantaseó varias veces con que hacían el amor aquí en su dormitorio. Disfrutaba más de estar en su entorno y en sus comodidades. JiMin no encontraba un lujo en su dormitorio espacioso, sólo en los brazos de JungKook. Al final de todas esas caricias sintió como un dedo entraba en su esfínter y con ese mismo comenzó a estimularlo previamente, como vio que se acostumbraba rápidamente, metió un segundo y eso le sacó un gran gemido.
Pronto la situación subió de nivel y tenía a JiMin inundado de placer puro que jamás sintió. Con su mano tatuada acariciaba uno de sus pezones para brindarle doble placer y satisfacción. Realmente lo conseguía.
Tuvo que parar debido a que su chico ya gemía más agudamente. Fue entonces que sacó sus dedos y buscó el condón para colocárselo. Todo bajo la curiosa mirada de JiMin. Éste descubrió que el contrario tenía un falo grande y bastante deseable. Sintió escalofríos y muchas ganas de sentirlo en su interior. Le emocionaba que en unos minutos lo lograría.
JungKook se acomodó nuevamente y bajó hasta el chico para poder mirarlo de cerca mientras lo hace suyo. Metió primeramente la punta y lo vio como hacía gestos llenos de placer, fue entonces que continuó con un ritmo lento de penetración para no lastimarlo, porque estaba consciente de su tamaño y de lo delicado que era el cuerpo de su novio. Pero lo que no sabía es que él moría por ser follado hasta el cansancio y quizá lo dejarían para más tarde.
La penetración llegó a su fin y ambos gimieron sonoramente. Aunque realmente no podían hacerlo tan fuerte, ya que los dormitorios eran bastante reducidos y de paredes pequeñas. Pero aun así no se inmutaron cuando empezaron con la acción. JungKook comenzó lento mientras no paraba de mirarlo y a ratos bajaba para besarlo porque sentía que si no lo hacía no estaba completo. JiMin lo miraba atentamente mientras se dejaba hacer por sus estocadas lentas que conseguían expandir perfectamente todo su interior.
—Parece que fuiste hecho para mí—dijo JungKook con la voz agitada.
—Soy para ti—acudió necesitado—Sólo para ti.
JungKook sonrió y eso hizo que aumentara la velocidad de sus estocadas. Esta vez se incorporó un poco para apoyarse con las manos y así intentar llegar más profundo. Supo que lo hacía por los gestos que su novio estaba haciendo. Se veía demasiado hermoso con sus mejillas sonrojadas y con sus labios hinchados por tanto uso. Pero pronto descendió para besar su cuello y dejar más marcas ahí. Había encontrado una nueva obsesión con eso, con el cuello de JiMin y también con sus pezones que no se inmutó en chupar por un rato para llevarlo un poco al límite.
Terminó por esconderse en su cuello al tiempo que aumentaba la velocidad de estocadas en busca de lo que ambos querían. Un roce bastó para que JiMin gimiera agudamente; su punto fue tocado y JungKook lo supo. Así que continuó con ese ritmo muy seguro de que con su glande tocaba la próstata y que la estimulaba correctamente.
Se escuchaba cómo sus pieles chocaban entre sí y cómo sus gemidos se esparcían en la habitación. Ya no les importaba si alguien lo escuchaba o si presentaban quejas, porque lo que estaban haciendo, sin duda, valía la pena.
JungKook continuó con el mismo ritmo hasta que por fin sintió algo caliente y viscoso salpicando su abdomen. JiMin gimió segundos después anunciando que había llegado a su orgasmo y eso provocó que sus paredes se contrajeran, después sólo fueron segundos para que el pelinegro se corriera en el condón y liberar así el deseo que lo tuvo ansioso en la última semana.
Sus cuerpos estaban sudados y momentáneamente cansados, pero bastante felices y satisfechos con lo que habían hecho.
Por fin se habían entregado en cuerpo y alma.
Al final, JungKook se quitó el condón para tirarlo en el baño del dormitorio y volvió con JiMin para limpiar su cuerpo con toallitas húmedas. Algo que lo enamoró aún más de lo que estaba. Terminó por meterse con él debajo de las cobijas, muy pegaditos el uno al otro en una posición de cucharita debido a que la cama era bastante reducida, pero a JiMin le encantaba que no quedara espacio entre ellos.
—Te amo, Mochi. Te amo mucho.
JungKook sintió la necesidad de decírselo en ese momento, porque era realmente lo que sentía por él.
—Yo te amo también, JungKookie.
Dijo JiMin y giró su rostro para besar los labios delgados y perfectos de su novio.
No esperaba que le correspondiera, pero eso lo hizo estallar de emoción.
Esa noche se multiplicó por más y ambos, después de un tiempo de novios, hicieron planes a futuro donde incluía tener una casa, casarse y tal vez crear una familia.
Pero ya lo verán con el tiempo.
Con esto me despido de esta bonita historia :)
Lamento que los planes se hayan adelantado debido al amigo naranja y sus caprichos tontos. Pero al menos ya no tuvieorn que esreprar mucho para poder leer jsjsjs
Esta historia creció bastante rápido y se los agradezco mucho, de verdad. Espero que se quede aquí guardada para siempre, de cualquier forma podrán encontrarla en inkitt. Espero que pronto, al igual que todas mis hsitorias.
Gracias por haber leído.
No se olviden de votar y comentar.
Las tkm!!💜💜💜💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro