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Extra 1: Especial De Navidad



El día de ayer había sido Halloween. Y JiMin aún tenía estragos de eso debido a que comía los dulces que con su hija recolectó. El otoño y estas festividades eran su época favorita del año, pero nada se comparaba con la navidad. Y como era un buen obsesionado de la misma, pues estaba ansioso por adornar toda la casa. La situación era que esta ocasión era especial porque era la primera navidad de JiHyo y creía que sería bueno comprar adornos nuevos para toda la casa y también para vivir un momento lindo en familia. Eso era lo que deseaba y su esposo debía cumplir ese capricho.

—Pero ¿no es muy pronto para adornar? Falta más de un mes—TaeHyung le dedicó una mirada de extrañeza debido a su repentino deseo.

—Sabes perfectamente que a mí no me importa. Quiero un enorme árbol navideño ahora—replicó e hizo un puchero.

Desde que su matrimonio con JungKook se restableció y se fortaleció, se ha vuelto un poco más caprichoso con sus peticiones repentinas. Pero no pueden culparlo, porque su mismo esposo lo estaba haciendo de ese modo; se sentía con la imperiosa necesidad de consentir todo lo que pidiera y de incluso de cancelar reuniones sólo por complacerlo y acudir a sus llamados. Claro que JiMin no excedía lo límites y entendía que JungKook tenía responsabilidades al ser CEO de una empresa constructora ya muy reconocida en Corea del Sur. Y se sentía muy orgulloso de él.

—Aun así insisto que es muy temprano. Además, apenas es primero de noviembre y son las doce del mediodía—dijo y comió más de los dulces de la charola. Últimamente estaba más ansioso y comelón de lo normal.

—Para JungKookie no será así—se levantó y tomó a su hija de medio año en sus brazos.

— ¿A dónde vas? —preguntó Jin desconcertado.

—A buscar a JungKookie para comprar nuestro árbol—respondió muy decidido.

—No puedes hacer eso—TaeHyung se levantó para detenerlo.

—Él tiene razón—se integró Jin—NamJoonie me dijo que estarían atendiendo lo de un nuevo contrato para un proyecto grande en Estados Unidos que es para el presidente.

JiMin los miró de mala manera, pero entendía que tenían razón. No podía ser tan caprichoso sólo por un árbol de navidad, así que asintió comprensivo, pero aun así quería ir al edificio de su esposo para llevarle el almuerzo y luego esperar a que terminara.

—Sólo iré a eso y lo esperaré en la cafetería—dijo y caminó hacia la cocina— ¿Van conmigo?

Era obvio que ellos también querían ver a sus esposos. Porque sí, NamJoon y Jin se habían casado hacía dos meses y estaban más felices que nunca. Así que no objetaron y le ayudaron a JiMin a preparar un rico almuerzo para los tres, porque sabían que justo ahora pueden estar muy estresados atendiendo ese nuevo proyecto que podría ser el más importante para la constructora.

Cuando terminaron se montaron juntos en el auto para ir en busca de sus hombres de negocios. Jin se fue a la parte trasera para cuidar de la pequeña JiHyo con quien había creado una conexión especial, además de que ella últimamente no quería estar con TaeHyung. Cada vez que lo veía o se le acercaba pegaba un grito y luego un chillido que sólo JiMin podía controlar.

No demoraron mucho en llegar al edifico donde prácticamente los reciben con honores y con alfombra roja. A JiMin sobre todo. Caminaron por los pasillos hasta que llegaron al elevador que los llevará hasta las oficinas de los CEOS. Rosé estaba ahí atendiendo llamadas cuando vio a los chicos entrar y se levantó para darles la bienvenida.

—Que gusto verlos de nuevo—les sonrió.

— ¿Está muy ocupado? —preguntó JiMin—Sólo le traje el almuerzo.

—Pues está en una reunión con un contratista nuevo, pero él dijo que cuando vengas puedes pasar sin anunciarte. Y lo mismo ustedes. Así que pasa, seguro le alegrará verte—sonrió genuina.

—Está bien—JiMin les mostró una sonrisa de suficiencia a sus amigos—Gracias, Rosé.

Los tres caminaron hacia la oficina de JungKook por el corto pasillo que los conducía hacia ahí. Pensaban que podían sorprenderlos al llevarles el almuerzo, pero los sorprendidos fueron ellos cuando, después de que el pelinegro les diera permiso de pasar al haber tocado, los encontraron con dos mujeres que parecían muy sonrientes al estar ahí rodeadas de tres hombres guapos y fuertes.

Tanto JiMin como Jin y TaeHyung sintieron una fuerte patada en el estómago. Sobre todo éste que últimamente andaba insoportable con todos. De pronto se sintió un poco de tensión en el ambiente, pero ni JungKook ni los demás lo percibieron. Él simplemente se levantó para ir hacia donde se encontraba su esposo y le dio un beso sonoro en su frente como saludo, después tomó a su hija en brazos para darle mimos y besos en sus mejillas sonrojadas. Una hermosa escena que JiMin no fue capaz de ver porque sentía los celos recorriendo todo su cuerpo.

YoonGi y NamJoon también se acercaron para saludar a sus esposos, pero TaeHyung fue quien evidenció lo molesto que estaba.

—JungKookie—lo llamó y lo miró con seriedad— ¿Estás muy ocupado?

—Para ti jamás, ya lo sabes—le sonrió.

Pero en ese momento JungKook notó que su mirada era diferente y fue entonces que entendió la situación. Si lo veía de ese modo; dos mujeres acompañadas de tres hombres casados era bastante cuestionable, así que tenía que buscar la forma de calmarlo antes de que terminara por enfurecerse y marcharse.

—Mochi—lo tomó de la cintura para girarlo en torno suyo—No pienses mal, ¿de acuerdo? —le pidió y le mostró sinceridad con los ojos—Ellas son las representantes legales para un proyecto en Estados Unidos que me están ofreciendo. No es nada más que sólo un asunto laboral.

— ¿Y no pueden tratarlo en una sala de juntas con toda la mesa directiva? —preguntó sin darle la mirada. De verdad estaba celoso.

—Cuando estás celoso eres lo más hermoso del mundo—lo halagó.

—No intentes distraerme—se quejó—Y no estoy celoso, es sólo que esto se ve muy mal y no soy el único que lo piensa—miró de soslayo a TaeHyung quien estaba casi matando a YoonGi con la mirada mientras que Jin se mantenía alejado de NamJoon y éste no sabía qué hacer—Les traíamos el almuerzo, pero ahora ya no quiero... y creo que ellos tampoco.

Intentó irse, pero JungKook lo detuvo rápidamente para que no lo hiciera. TaeHyung también se dio la vuelta y Jin terminó por acercarse a la puerta con un rostro bastante enfadado, pero NamJoon se apresuró a detenerlos.

—No es necesario que se vayan—dijo con voz de pánico— Pueden quedarse aquí, ¿no es así?

—Por supuesto—respondió YoonGi—Pueden quedarse para que vean que no sucede nada malo—sugirió mirando a TaeHyung con súplica.

Esa escena era vista por las dos mujeres que permanecían sentadas frente a la gran mesa de la oficina, ambas los miraban con evidente burla y eso lo pudo notar JiMin, algo que lo hizo enfadar aún más, sobre todo porque su hija estaba aquí y sentía que la ofensa también era para ella. Así que se la quitó a JungKook rápidamente y le entregó la bolsa con el almuerzo para los tres.

—Espera, JiMin—lo tomó de una muñeca.

—Señor Jeon—habló una de las mujeres.

La misma se levantó con mucha sensualidad de donde estaba sentada y caminó contoneándose hacia donde estaban los presentes, pero ninguno de los implicados la miraba como ella esperaba. De hecho, YoonGi estaba irritado, al igual que JungKook. El hecho de tener una disputa así con sus esposos por algo como esto los ponía muy tensos.

—Será mejor que se vayan—dijo la mujer dirigiéndose a JiMin, Jin y TaeHyung.

El rubio se quedó sorprendido por eso y sintió cómo el fuego inundó todos sus sentidos y apretó la mandíbula con evidente enojo. Parecía que JiHyo también percibía esa situación, pues sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar al tiempo que estiraba los brazos hacia su padre JungKook quien la recibió enseguida.

— ¿Disculpe? —preguntó NamJoon en vista de nadie hablaba.

—Estamos en medio de algo importante—prosiguió la mujer mirando a JiMin e intercalando con el pelinegro, pero era evidente el cambio de expresión. Esa mujer estaba coqueteándole a su esposo en su propia cara—Hay millones de dólares implicados en esto, así que hay que tomarlo con seriedad. Será mejor que salgan y nos dejen terminar con esto. ¿O acaso ustedes participarán en el proyecto? Supongo que no, entonces adiós.

Cualquiera podría pensar que era una mujer seria y de negocios completamente profesional que exigía la formalidad para un trato como este, pero no era así. Lo que ella buscaba era algo más que sólo un proyecto con Jeon JungKook. Un hombre como él no podía pasar desapercibido para nadie, mucho menos para una mujer como ella. Así que esto tenía dobles intenciones; seducirlo y sacar a su esposo de la jugada.

Se hizo un silencio sepulcral donde TaeHyung ardía en celos ya casi imposible de controlarse ante ella, y con JiMin pensando un montón de cosas que no pasaron desapercibidas para él. Mientras tanto, JungKook miró a YoonGi quien enseguida metió las manos a su bolsillo; el esposo de éste supo de inmediato que había tomado esa postura rígida para cuando está molesto y también lo vio compartir una mirada cómplice con su socio. Así que se relajó un poco y a la vez se sintió culpable por haber irrumpido de esta manera.

Jin estaba más relajado porque entendía un poco mejor la situación, además de que NamJoon terminó por pegarse a él para tomarlo de su cintura y así darle seguridad.

Después de largos minutos JiMin quiso hablar, pero su esposo se le adelantó.

—Entiendo su punto, señorita Lee—asintió con amabilidad mientras acariciaba la espalda de su pequeña hija para calmarla.

La mujer sonrió mirando a JiMin con evidente burla en sus ojos y éste sintió un nudo en la garganta. ¿De verdad va a hacerle esto?

—Sé que es un proyecto de millones de dólares que no quiero perder—dijo y cambió su expresión a una seria—Pero ya una vez perdí algo importante—miró a JiMin con mucho amor y él lo miró con ojos ilusionados—No pienso dejar que eso suceda de nuevo. Así que no me importa perder un contrato millonario y mi socio piensa igual que yo. En esta empresa, para nosotros, la familia siempre será primero. Y tampoco voy a permitir que tenga la osadía de dirigirse así a mi esposo y a los de mis socios con ese tono despectivo que empleó. Tiene que saber que mi esposo también es dueño de este edifico donde usted está parada, así que le pido atentamente que se dirija a él como tal, así como a ellos también.

La mujer se quedó en blanco al escuchar esas palabras contundentes. Ella hubiese creído que JungKook le daría la razón y que terminaría por echar a su esposo de ahí, pero qué equivocada estaba, porque ahora veía que eso no iba suceder y que al importante CEO no le importaba perder millones de dólares por darle su lugar a su esposo.

Y JiMin, bueno, estaba volando y se sentía bastante superior. Su esposo prácticamente le estaba dando el derecho de hacer lo que sea con ese contacto millonario, es decir, el poder decidir si debía firmarlo o no. No cabía duda que desparecer un año le funcionó bastante bien.

— ¿Eso qué quiere decir? —la mujer se puso a la defensiva.

JungKook volvió a mirar a YoonGi y recibió un asentimiento de su parte, así que con eso todo estaba hecho.

—Que no hay contrato—dijo sin más.

— ¡¿Qué?! ¡¿Está loco?! ¡Estamos hablando de millones de dólares! —gritó ofendida.

— ¿Qué no escuchó? —YoonGi la miró de mala manera— ¡No hay trato! —alzó la voz—Cualquiera que se atreva a hablarle así a nuestros esposos no son bienvenidos en esta empresa, así que será mejor que se retiren antes de que llamemos a seguridad—ordenó y TaeHyung sintió que se enamoraba de nuevo.

JungKook sólo sonrió satisfecho y con burla. Después se giró a su esposo para darle un beso en la frente para calmarlo, pero la realidad es que ya no era necesario, porque esa forma con la que lo defendió, sin duda, demostró todo para él. Y no hacía falta más, porque si era capaz de perder millones de dólares, entonces eso quería decir que los celos no debían existir en su sistema. Fue entonces que miró hacia esa mujer con suficiencia y después se dirigió a su esposo.

—JungKookie—sonrió con ternura—Pensaba que tal vez sería bueno buscar un nuevo árbol de navidad porque es la primera de nuestra hija.

JungKook sonrió con ternura y tomó a su esposo de la mano.

—Lo que tú digas, mi Mochi—caminó unos cuantos pasos rumbo a la salida y se detuvo para decirle algo a la mujer—Tienen escasos dos minutos para marcharse y no volver. Cuando estén con su jefe espero que le informen bajo qué motivo decidí no tomar el trabajo.

Y sin más salió de ahí con su esposo de la mano y con su hermosa hija en brazos que se había dormido. Detrás de ellos salió NamJoon con Jin y YoonGi haciéndole mimos a TaeHyung.

JiMin salió del edificio sintiéndose el rey del mundo, realmente se había creído su papel de que era dueño de esta empresa. Y lo era. Tenía acciones a su nombre que JungKook aún no le ha regalado sólo porque está esperando el momento correcto.

Ese día es algo que JiMin nunca va a olvidar en su vida. Y JungKook, bueno, él vivía para cumplir cada capricho de su esposo. Por eso buscó su árbol navideño sin importar que era noviembre y que tal vez no encontrarían nada de eso, pero se equivocó.

JiMin consiguió su árbol navideño y adornaron su casa durante todo el día sin importar que JungKook recibió muchas llamadas por parte de quienes lo querían en el proyecto. Simplemente puso sus reglas y priorizó a su familia por encima de cualquier cosa. Días después aceptó reunirse con ellos pero pidió específicamente que esas mujeres no estuviesen involucradas directamente. Y le fue concedido, porque para ellos era importante que el gran Jeon JungKook y Min YoonGi realizaran ese proyecto ya que sabían de la calidad de su trabajo. Así que al final todos ganaron, pero más JiMin, porque obtuvo su casa navideña sin importar que aún era primero de noviembre.

Ahora es veinticuatro de diciembre. Y se levantaron desde temprano para preparar el lugar donde tendrán su gran cena de navidad. Tanto a JiMin como JungKook les gustaba hacer el trabajo en equipo, desde limpiar la casa y el comedor principal, hasta hacer las compras navideñas para la cena. Así que, después de que JiHyo tomara su ración de leche, salieron en busca de todo lo que estaba en la lista que hicieron desde días atrás.

Llegaron al supermercado y colocaron a la bebé en un carrito. Encontraban mucha satisfacción en ese tipo de detalles. Pese a que eran ricos y no tenían la necesidad de hacer las compras de la casa, ellos deseaban hacerla por su cuenta porque no querían perder las costumbres de familia que eran, además de conservar la humildad sin importar que tengan millones en sus cuentas bancarias.

JungKook llevaba la lista y JiMin echaba las cosas en el carrito. Siempre demostrando lo unidos que eran y dándole atenciones a su bonita hija. El pelinegro vio que su esposo quería uvas verdes, así que no dudó de ir por ellas casi enseguida. Incluso agregaron más cosas de las que llevaban en la lista y otras cosas para JiHyo.

Estaban en busca de unas cuantas especias en uno de los pasillos. JiMin empujaba el carrito mientras miraba los estantes cuando de pronto chocó con el de alguien más.

—Oh, lo siento mucho—el rubio hizo una reverencia.

—Está bien, no se preocupe—dijo una voz masculina—Oh... ¿señor Park JiMin?

JiMin levantó la mirada un poco sorprendido de que lo conociera y definitivamente no esperaba que se tratase del juez Jung HoSeok, aquel que llevó a cabo el juicio de su divorcio.

—Ah, sí, sí soy yo—volvió a hacer una reverencia corta.

—Veo que también estás haciendo las compras—apuntó y le sonrió amable— Oh, y también tienes una hija—expresó sorprendido.

—Sí, es mi pequeña—habló orgulloso—Jeon JiHyo.

El juez Jung lo miró un poco sorprendido, pero después recordó que el divorcio de ese matrimonio no se llevó a cabo.

—Mochi, las encontré—habló JungKook mientras miraba unos frascos que había tomado de un estante—Oh, ¿juez Jung? —lo reconoció al instante.

— ¿Cómo está, señor Jeon? —le hizo una reverencia.

—Pues...—miró a su esposo—mejor que nunca.

Para el juez HoSeok fue más que evidente que ellos estaban bien, además de que tenían una hija juntos. Desde que los vio supo que no debían divorciarse porque era evidente en sus ojos lo mucho que se amaban. Se podría decir que también estaba en contra de que el jurado fallara en favor, pero ellos supieron resolverlo en su momento para no firmar esos papeles y arrepentirse el resto de sus vidas.

—Me alegra saber que arreglaron las diferencias que pudiesen tener y me alegra aún más saber que tuvieron una hija—expresó con sinceridad—Yo sabía que ustedes son una pareja única, una que se ama incondicionalmente y que, no importa todo lo que pueda suceder, buscarán la forma de estar juntos pese a todo.

JiMin sonrió conmovido por las palabras del juez Jung y sintió como JungKook lo rodeaba de la cintura para abrazarlo. Ambos se dedicaron una mirada llena de amor y mucha timidez, algo que fue visto por el contrario. Pensaba que ellos siempre estuvieron destinados a estar juntos y que después de lo que vivieron no habrá nada que pueda separarlos. Además de que su hija los mantendrá unidos por siempre.

—Le agradezco sus palabras, señor juez—JiMin le hizo una reverencia—Fue un momento muy complicado para nosotros, pero ahora estamos mejor.

—Eso puedo ver—asintió— ¿Ya puedo llamarte señor Jeon?

—Sí, por supuesto—sonrió contento.

—Muy bien, Jeon JiMin, ha sido un gusto poder verlos y saber que continuaron con su matrimonio—les hizo un larga reverencia y tomó su carrito—Sean respetuosos y comuniquen todas la situaciones que puedan tener para que puedan resolver sus problemas. Si se tienen confianza, no habrá nada que pueda afectarles—les dijo con sinceridad—Hasta pronto.

—Hasta pronto—dijeron al unísono.

Lo vieron marcharse con su carrito, pero antes de que pudiera desaparecer por el pasillo, JiMin se apresuró a decir algo.

—Feliz navidad, juez Jung.

HoSeok se detuvo y le sonrió con amabilidad.

—Feliz navidad a ustedes también, familia Jeon.

Después de eso se despidieron y cada uno continuó con lo suyo.

No fue fácil preparar la cena para tantas personas. Pero TaeHyung llegó justo a tiempo para salvar a JiMin del lío en el que estaba metido sin importar que estaba con la hormona alterada debido a que estaba embarzado. Cuando supo, YoonGi se volvió y loco y casi hace una fiesta para celebrar, ahora entendía por qué esos cambios de humor. Al final llegó Jin que también puso manos a la obra. Después de un par de horas todo estuvo listo y JungKook también terminó de poner la mesa.

Esta navidad, al ser la primera de JiHyo, todos acordaron que visitarían la casa del matrimonio para celebrarla ahí, incluidos los señores Park quienes llegaron primero con muchos regalos para ponerlos debajo del árbol. Y también trajeron regalos para JungKook.

Era curioso cómo pasaron las cosas durante todo este tiempo. Ahora ellos lo respetaban demasiado e inusualmente buscaban ganarse un poco de su confianza. Pero para JungKook no era fácil olvidar todo lo que pasó y lo que estuvo a punto de pasar. Ya no les echaba culpa de nada, porque él ya había asumido la responsabilidad de sus palabras dichas. Sólo, simplemente, no tenía ganas de ser amigo de ellos. Y JiMin entendía completamente su postura, así que no lo obligaba ni tampoco le reprochaba nada.

Todos estaban sentados en la mesa tomando su cena adelantada porque morían de hambre. JiHyo estaba en los brazos de sus abuelos mientras JiMin y JungKook se comportaban como novios. Para el señor Park no pasó desapercibida esa acción, pero ahora ya no lo veía con molestia. Ahora entendía que su hijo estaba en las manos correctas del hombre correcto. Él único que daba la vida por él y que se esforzaba todos los días por darle una vida digna. Ahora su perspectiva ha cambiado radicalmente al igual que la de la señora Park.

Las campanas que indicaban la navidad se hicieron presentes y todos fueron hacia el árbol de navidad para abrir los regalos. Primero abrieron todos los que recibió JiHyo. Y JiMin grabó y tomó fotos de todo. Esta era su primera navidad, así que debía ser especial y muy recordada. Posteriormente continuaron los demás y JungKook se sorprendió al ver que había recibido un regalo de sus suegros.

—Se supone que es lo último en tecnología de arquitectos—decía el señor Park—La mejor tableta electrónica con la que podrás hacer los diseños de tus proyectos.

Tanto JungKook como JiMin estaban sorprendidos. Y el resto también. Nadie se hubiese esperado que el mismo señor Park le haría un regalo a su yerno de esa magnitud.

—G-gracias—dijo sin dejar de mirar lo que tenía en sus manos—Esto es increíble y me será de mucha ayuda.

—Y ya que es navidad—prosiguió el señor Park—Quiero pedirte perdón por todo lo que te hice pasar desde que llegaste a nuestra casa—todos se quedaron en silencio—No te merecías ese trato de mi parte. Ahora sé que eres un hombre digno de mi hijo, no sólo porque le estás dando una vida acomodada, sino porque lo haces muy feliz y eso es evidente. Incluso es más feliz contigo que con nosotros.

JungKook se quedó en blanco, pero también sintió como le quitaban un peso de encima. Recibir disculpas por parte del hombre que se atrevió a dañarlo emocionalmente era el mejor regalo de esta navidad.

—Está bien, señor Park—asintió comprensivo—Dejemos eso en el pasado.

—Entonces no me digas así... dime suegro.

JungKook sólo sonrió nervioso y asintió mientras abrazaba su regalo de navidad. JiMin le agradeció a su padre con la mirada y luego se dirigió a su esposo para besarlo en los labios y susurrarle algo al oído.

—Mi regalo te espera en nuestra habitación cuando nuestra hija se haya dormido—informó y volvió a besarlo.

Tener el sabor de sus labios en una navidad tan significativa como esta lo era todo para los dos. Además sentían que ahora sí todo estaba en su lugar.

Todo era mejor.

—Feliz navidad, mi Mochi precioso—le sonrió enamorado.

—Feliz navidad, JungKookie.

Se dedicaron una mirada cómplice y después dijeron al unísono:

—Te amo.

Primer extra adelantado de navidad jsjsjs

Me falta uno y espero poder terminarlo antes de las doce :) jsjsjs

Me pidieron saber como se conocieron, así que lo van a tener jsjs

Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar.

Las tkm!!!

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