Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap 2; fashion

Un segundo, dos segundos. Dos segundos más, o menos, según se mirara. Pero si había algo que estaba claro, era que como pasara un solo instante más mirando hacia aquella pared azul pastel, iba a acabar perdiendo la poca cordura que me quedaba. A mi alrededor la gran mayoría de personas que me acompañaban en aquella sala de espera, eran mujeres. Se entretenían pasando ruidosamente las hojas de las revistas de cotilleos de la última semana, y de vez en cuando susurraban algo a la que tuvieran al lado. Y juro que como alguna más tratara de dirigirme la palabra para contarme el último lío de no sé qué famoso, me levanto y voy al baño a cortarme las venas. Todo esto debía ser una pesadilla, no me podía estar pasando a mí; pero a quién voy a engañar, aquel pensamiento era tan solo un mero mecanismo de defensa ante el imprevisto problema en el que me veía envuelto.

Pero, por algún motivo, estaba empezando a estresarme seriamente. No podía dejar de mover la pierna izquierda sobre el suelo, y cada minuto que pasaba tenía más ganas de salir fuera a fumarme un paquete entero de tabaco mentolado. Pero estaba lloviendo. Ella había entrado en la consulta hace treinta minutos. No es como si la fueran a operar a corazón abierto. No le iba a pasar nada malo, y ella tampoco es que me importara mucho, ni que fuera mi madre o incluso mi novia. Tampoco iba a negar que ella lo estaría pasando mucho peor que yo, pero bastante tenía con preocuparme de mis problemas.

Así que mi estrés debía tener otro origen. Probablemente el ambiente que me rodeaba y el estar sentado en la misma posición durante media hora, escuchando el monótono repiqueteo del reloj y los horribles golpecitos que daba la recepcionista con el bolígrafo sobre su mesa. O quizás, y sinceramente mi idea más lógica, es que la causa fuera el estado actual de mi cartera y como este asunto había afectado mi relación con mis padres. Nadie me obligaba a estar ahí presente, ni a haber tenido que costear la mitad del proceso; pero consideraba que era una mejor opción a tener que ser perseguido por los servicios sociales por no hacerme cargo de un hijo del que nunca me querría ocupar.

Por favor, que yo todavía soy joven. No puedo permitirme una criatura sin siquiera haber terminado el maldito grado, y menos con esa, cuyos apellidos ni siquiera conozco. Si no consigo cuidar de mis amigos, como para cuidar a un crío. Perdí la cuenta de la gente con la que me había acostado ya hace un par de años, pero de lo que estaba seguro es que con todas y cada una de esas personas, hombres o mujeres, había tenido las mismas precauciones y nunca había pasado nada.

Pero, aquí donde me veo, estoy a seis meses y medio de ser padre. Mejor dicho, estaba. Me iba a salir cara la puta broma.

一 Decir que estoy decepcionada contigo, me parece demasiado suave. Nunca te hemos puesto ningún impedimento acerca de cómo te querías vestir, qué querías estudiar o incluso a quién querías llevarte a la cama. Pero esto es demasiado. Deberías tener un mínimo de empatía por esa chica, que tú nunca vas a tener que meterte en un quirófano a abortar. Si nosotros ya nos hemos llevado un disgusto, no me quiero imaginar ella y sus padres, debería darte vergüenza. Yo no te he criado para que me vengas con estas. Ya va siendo hora de que salgas de la burbuja y te des cuenta de lo que es el mundo real, tus acciones conllevan consecuencias, ya no solo que te perjudiquen a ti sino a los que te rodean. Ahora vas a ir a hacerte cargo de tus problemas y a pagarle a esa chica lo que te corresponde, y después me vas a devolver hasta el último won que haya tenido que prestarte para sacarte de tu apuro. Y que conste que te lo presto por ayudarla a ella, no a ti. ― mi madre pareció finalizar su monólogo inculpador, pero en el último segundo añadió ― Sumo el dinero que me he gastado en pagar las asignaturas que a ti no te ha dado la gana aprobar. Y del alquiler ese que tienes con el chico de los tatuajes tampoco me voy a ocupar. Si quieres pagártelo tú, bien; si no, tienes la puerta de casa abierta.

De nada iba a servir en aquellos momentos que le intentara explicar que yo había tenido la misma precaución que siempre, pero que los accidentes existían. Tampoco tenía ningún sentido intentar convencer a mi padre de que la calmara, pues no hacía nada más que asentir a todas y cada una de las acusaciones que mi madre vociferaba; sin apartar ni por un segundo la mirada llena de decepción de mi persona para proceder al juicio, y deseando que la escenita se terminara cuanto antes para regresar a su habitual lectura del periódico.

Y todavía, lo único que podía agradecerles a mis padres, dentro del marco de todos los castigos y prohibiciones que me habían echado encima, era que no se les hubiera ocurrido castrarme.

De repente, el sonido de la puerta de la consulta abriéndose me trajo de vuelta al mundo real, tras haber estado a punto de hundirme en los incesantes gritos que resonaban en mis pensamientos. De ese lugar salió la figura de aquella mujer que nunca debió haberse cruzado en mi vida, y, a juzgar por su expresión de cansancio y la suave sonrisa que se dibujaba en sus labios, parecía que todo había ido según lo previsto. Intercambió un par de palabras con un médico que salió tras ella, y se dirigió hacia mí con pasos lentos en cuanto se percató de que continuaba en la sala. Era imposible no darse cuenta de cómo su expresión cambió al hacer contacto visual conmigo, pues había estado esperándola durante todo este interminable suceso. Supongo que no estaba en sus planes volver a verme por ahí. Estar ahí ni siquiera estaba en mis propios planes, lo había hecho por pura obligación, para que mi madre dejara de comerme la oreja con el tema.

Sus mejillas estaban teñidas de un color rosado que se intensificaba por segundos. Su sonrisa era tan forzada y cargada de nerviosismo que no estaba seguro si era efecto de la anestesia. Y de un momento a otro la chica y sus labios acabaron peligrosamente cerca de los míos, a lo que me aparté rápidamente casi por acto reflejo. En aquel momento sólo pude mirarla con una mueca de asco profundo, ella era la causa principal del problema en el que estaba metido ahora y la muy estúpida parecía no darse cuenta.

De reojo pude notar perfectamente como abría aún más sus ojos y sus pestañas se batían confundidas ante mi acción. Agarró con fuerza el puño de mi chaqueta y clavó sus iris marrones en los míos. Automáticamente intensifiqué mi mirada llena de aversión y desapego hacia ella, confiando en que aquello fuera suficiente para hacerle entender mi posición. De nada sirvió, pues rápidamente hizo ademán de dirigirme la palabra, quién sabe qué quisiera decir, ya que antes de que pudiera siquiera abrir la boca para pronunciar algo, me adelanté usando el tono más borde posible:

一 Mi número de teléfono, lo borras de tus contactos.

⎈⎈⎈

一 Tierra llamando a SeongHwa, repito, Tierra llamando a SeongHwa, ¿me recibes? 一 Gritaba San mientras daba palmas, intentando despertar a su amigo del trance existencial en el que parecía estar metido.

El de ojos violetas dio un salto sobre su silla e instintivamente empujó a su compañero hacia atrás, que cayó de nuevo sobre su sitio. Seguidamente pareció acercarse las manos al rostro para frotarse los ojos, hasta que recordó que si hacía eso echaría a perder su perfecto eyeliner.

一 Me había acordado de una cosa... En fin, lo que sea. Volvamos al tema, ¿en serio tengo yo cara de pertenecer a la industria de la moda? No es como si fuera un experto, de hecho no tengo ni idea de cómo va todo eso; pero lo primero en lo que pienso es en un ejército de clones que parecen sacados de algún recóndito lugar del Área 51, desfilando rítmicamente con ropita de colores a cada cual más extravagante, con pintas de Ken esperando a la Barbie 一 Expresaba Seonghwa con fuerte hastío solo de pensar en lo que sería estar envuelto en aquella industria 一 Creo que voy a pasar, ni de coña voy a encajar en su canon idealista de hombre puro y perfecto.

YeoSang suspiró, dio un sorbo a su refresco y se preparó para hablar.

一 Escúchame bien SeongHwa, porque te lo voy a decir una sola y única vez. Tú, estás jodidamente bueno. O sea, ¿te has mirado al espejo? Sé que sí, porque una raya tan perfecta como esa que me llevas no se hace mientras esperas el ascensor por las mañanas. Te digo yo que en cuanto pongas un pie en esa maldita agencia, los vas a enamorar a todos.

San a su lado asentía convencido a todas sus palabras. YeoSang volvió a abrir la boca para seguir soltando su opinión respecto al tema, pero SeongHwa lo mandó callar en un instante. Parecía que los dos estudiantes a los que intentaba escuchar proseguían la conversación.

一 Tenía entendido que Kim HongJoong era un diseñador extremadamente exigente a la hora de tomar estas decisiones. Nunca pensé que fuera a abrir un casting de la nada, ¿no tendría la empresa ya una especie de reserva de modelos o algo del estilo?

一 Supongo, pero hasta donde yo sé ese hombre es alguien muy peculiar. Ganó numerosos certámenes de moda cuando todavía no había terminado el instituto y se graduó con un año de antelación. Ni siquiera ha cumplido los veinticuatro y ya está trabajando en una empresa de prestigio como Sagwa, puede que todavía no sea mundialmente conocido, pero su fama no hace más que crecer exponencialmente. Es normal que la empresa le dé ciertos privilegios como abrir un casting por su cuenta.

一 Bueno, tenemos al CEO de nuestro lado. Así que no creo que tengas muchos problemas para entrar por mucha competencia que haya. Yo que tú me presentaría, piensa en todas las cámaras dirigiendo su flash hacia ti cada vez que subas sobre una pasarela. Además y aunque tampoco sea tu prioridad, el sueldo que se ofrece es de dos millones de wones al mes.

一 Sueldo... Dos... 一 Intentaba descifrar SeongHwa, poniendo toda su atención en leer los labios de MinGi 一 ¿Millones de wones...? ¿¡Dos millones de wones!? ¿¡Solo por andar con ropa excéntrica!?

一 ¿¡Dos millones!? 一 Gritó San incrédulo 一 Tío, como no aproveches la oportunidad sí que es para pegarte una ostia bien dada.

En aquel momento la posibilidad de convertirse en modelo entró con fuerza en el pensamiento de SeongHwa. En apenas unos meses tendría todos sus problemas financieros más que resueltos y podría ser una ayuda para reconciliarse con sus padres, que no hacían más que tratarlo como un nini. La idea seguía sin parecerle la mejor del mundo, pero no perdía nada por intentarlo. Y por otra parte, la simple posibilidad de que él fuera elegido en lugar del impertinente de YunHo hacía que su ego se inflara, que se enterara de quién mandaba en la universidad.

⎈⎈⎈

Después de agenciarse un americano recién salido de la cafetera y haber subido al enorme ascensor de la empresa hasta la última planta, HongJoong llegó hasta la enorme puerta de madera de ébano del despacho del joven CEO de la empresa Sagwa. Tomó una bocanada de aire y se sobó el entrecejo para hacer desaparecer su mueca de molestia ante la inoportuna convocación que le había surgido en el último minuto, justo antes de su pausa de la tarde. Se colocó una sonrisa falsa.

Dio tres golpes con sus nudillos y esperó hasta que una voz desde el otro lado le indicó que pasara. Agarró el pomo con suavidad y fue abriendo la puerta lentamente, asomando un poco su cabeza.

Lo primero que vio fue al reciente heredero de la gran empresa, Choi JongHo, un joven de que, a sus diecinueve años, ya poseía en sus manos un enorme imperio textil y cuya aura y postura daban la impresión de que tenía más de veinte años de experiencia en el negocio. Se encontraba sentado en su gran escritorio de cristal tintado mientras que fulminaba a su subordinado con sus penetrantes ojos castaños.

一 Estamos ya a mediados de marzo y todavía no has creado un solo diseño para la colección de primavera, ¿cómo se supone que tengo que reaccionar ante esta situación? 一 Decía el CEO intentando controlar el tono sarcástico.

El diseñador puso los ojos en blanco, entró finalmente en el despacho y se sentó en una gran butaca de cuero negro destinadas a las visitas, frente al CEO.

一 Ya empezamos JongH-

一 ¿Cuántas veces te tengo que decir que te dirijas a mí por "señor Choi", "Director Choi", "señor CEO" o derivados?

一 Ya, ya, lo que sea. Sabes que hasta que no encuentre un modelo que me inspire no voy a diseñar nada. ¿De qué me sirve a mí crear una colección increíble para que luego un modelo de segunda no sepa representar lo que mis diseños exigen? 一 Espetó el diseñador con aura de superioridad, no iba a dejar que cualquier persona promedio estuviera encargada de desfilar con sus obras de arte. No era suficiente con que el diseñador tuviera talento; el modelo también debía destacar naturalmente o de lo contrario, fastidiaría el diseño.

一 En Sagwa tenemos modelos más que cualificados y con experiencia en el sector, así que déjate de excusas de una vez 一 Protestó el CEO, cansado de la actitud prepotente del diseñador.

一 Lo sé perfectamente. Y les he dado a todos su oportunidad, pero lamentablemente ninguno me ha convencido. Ninguno de ellos tiene el carisma y el potencial que yo necesito para mis vestimentas. Por lo tanto, hasta que no encuentre el modelo perfecto, no cerraré el casting. 一 Se justificó HongJoong, intentando que el CEO no volviera a gritarle de nuevo.

一 Vamos a ver HongJoong, esto no se trata de que necesites una musa como excusa para no hacer tu trabajo. Al fin y al cabo, la gente que va a comprar la ropa que hayas diseñado no van a ser modelos, así que, conque a alguna persona le siente bien es suficiente, no tienen por qué ser dioses del olimpo 一 Replicó el CEO con tono autoritario, no soportaba esas contestaciones de parte de un subordinado 一 Ya te doy privilegios más que de sobra por ser una fuente importante de ingresos de la empresa y un exponente en crecimiento dentro del mundo de la moda, pero de ahí a que me des tú a mí las órdenes hay una línea que no se va a cruzar.

一 Tú lo has dicho, soy la 一 hizo énfasis en la palabra一 fuente más importante de ingresos de Sagwa, y es por eso que si me dejas que haga mi trabajo en condiciones, el beneficio será mucho mayor que si me limito a conformarme con los servicios mínimos.

一 Veo que no lo terminas de entender del todo. 一 retomó el castaño 一 Generas grandes beneficios a la empresa, pero únicamente cuando estás activo. Y como ahora mismo estás más ocupado perdiendo el tiempo entrevistando a cualquier joven adulto que se te ponga por delante, la curva de ingresos se está volviendo poco a poco cóncava. Y tú no quieres que esa curva se vuelva cóncava, ¿verdad? 一 Hizo una breve pausa durante la cual le advirtió con la mirada a su subordinado que ni se le ocurriera hacer una contestación a esa pregunta retórica 一 Esto es un negocio HongJoong, en el momento en que vea que esos privilegios que te doy no los aprovechas para aumentar los beneficios, te bajaré el puesto a ti y a tu equipo de fotografía por ser cómplice indirecto de tu bajo rendimiento.

一 Dame unos días más, mi musa ideal no puede estar tan lejos con la cantidad de gente que vive en Seúl. Ya verás como después me das las gracias por haberte hecho esperar 一 argumentaba el de ojos verdes.

El joven empresario cruzó sus dedos y apoyó sobre ellos su barbilla. Su mirada de enfado pareció intensificarse ante la testarudez de su subordinado por buscar él mismo un modelo.

一 Haz lo que te dé la gana, pero el plazo es el plazo. Como dentro de tres días no tengas ya un modelo y no te pongas a diseñar la nueva colección ya sabes lo que te espera.

HongJoong soltó un suspiro discreto y liberó una tensión en sus hombros que ni siquiera era consciente de que tenía. Aunque JongHo no hubiera aceptado darle más tiempo, él no pensaba parar hasta encontrar a la persona digna. Pero, por lo menos había aceptado a darle tres días más y eso ya era algo bastante bueno.

Ahora solo le faltaba encontrar a su musa y cerrarle la boca a su jefe.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro