Capítulo 9
~Marinette~
Sentía mucho dolor en el cuerpo, me arrastré hasta Luka para ver como estaba. Cuando llegué a él lo giré lentamente dejándolo recostado de espaldas.
-Luka... .- musité y quité mi casco.- Luka responde.-lo moví levemente para no dañarlo más por si estaba herido.
Tomé su mano, tenía heridas en sus piernas y brazos. No quise quitar su casco, no se recomendaba hacer eso en estos casos.
-Luka por favor... responde.- sentía la pena volver a mi y el miedo de siquiera imaginar perderlo también a él me inundó por completo.
Busqué con la mirada mi bolso donde estaban Tikki y Plagg, pude visualizarlo a lo lejos.
Acerqué mi cabeza al pecho de mi novio sin dejar de sujetar su mano. Fue un gran alivio para mi oír su corazón latir y sentir como respiraba, con dificultad, pero lo hacía.
-Estarás bien.- besé sus manos e intenté levantarme, me había golpeado muy fuerte en la pierna y me dolía de sobremanera.- te prometo que estarás bien, regresaré todo a la normalidad.
Fui por Tikki y Plagg, pero el suelo comenzó a temblar otra vez haciéndome caer.
-¡Ladybug!.- oí ese gritó otra vez. Me levanté alcanzando por fin mi bolso.
-Tikki, Plagg.- llamé.- ¿Están b-bien?.
-Si, debes trasformarte Marinette.- respondió mi kwami desde mi bolso.
-Y ¿yo que hago?.- preguntó Plagg a su costado.
-Necesito que cuides a Luka... .- me miró con cara de pocos amigos.- por favor Plagg, está herido.- asintió soltando un bufido.
-Me deberás el cielo de los quesos.- le sonreí.
Me adentré en un callejón para transformarme sin ser vista, la gente corría hacia todas las direcciones y era mejor no arriesgarse.
Mi celular comenzó a sonar desde mi bolso.
-¡Marientte no hay tiempo!.- agregó Tikki y tomé el aparato, era el señor Agreste, de seguro ya se enteró del ataque así que colgué.
-Tikki motas.- fue absorbida por lo aretes y el traje apareció sobre mi.
-Ten cuidado.- me dijo Plagg y asentí. Lo llevé al lado de Luka.
-Por favor cuida de él.- susurré.
Tomé el yoyo y lo lancé para balancearme e ir donde estaba el akuma.
Corrí por los techos de los edificios, la gente gritaba, algunos mi nombre y otros huyendo del akuma.
Me sentía mal, hace mucho no estaba en una situación así, hace mucho que no luchaba con un akuma y ahora... ahora sería la primera vez sin él.
Encontré al akuma, era un sujeto delgado y con manos largas. Usaba un sombrero de copa y su traje tenía un diseño de un piano por todos lados.
Lo observé desde lejos un momento para intentar averiguar donde pudiera estar el akuma.
-¡Ladybug!.- exclamó cuando me vio.- Has llegado a la fiesta.- sonrió, su rostro era muy blanco.- ¡dame tu miraculous!.
-¿Por qué haces ésto?.- pregunté aterrizando delante suyo en posición de defensa.
-¡Me vengaré de ti! ¡Pagarás haber abandonado esta ciudad!.- tomó sus sienes con ambas manos y comencé a sentir el mismo dolor de cabeza perdiendo la audición otra vez.
Caí al suelo de rodillas y apreté mi mandíbula por el dolor, un poco de sangre comenzó a salir por mi nariz y comencé a toser un poco.
-¡Detente!.- exclamé viendo a la gente a mi alrededor tumbarse en el suelo también por el dolor.- ¡Basta!.- lancé mi yoyo en su dirección, pero lo sujetó con una de sus manos y me jaló hacia él.
Me tomó del cuello levantándome, al menos su ataque se detuvo. El aire me hizo falta, intentaba soltarme, pero era mas fuerte que yo.
-¡¿Tienes idea de lo que has hecho?!.- me miró fijamente mientras intentaba liberarme con mis manos, no entendía a lo que se refería.- Pagarás la vida de mi esposa con la tuya.- sonrió con malicia.- ¿Dónde estabas querida Ladybug? ¿Dónde estabas cuando te necesitábamos?.- me miró con sus ojos llenos de odio y resentimiento.
-Su-suelta.- intenté formular, comencé a sentir mi cuerpo más pesado y mi vista se nubló un poco.
<<Eres fuerte, my Lady>>
Sus palabras venían a mi cabeza... sería fuerte si estuvieras aquí.
El akuma me soltó y azoté el piso con mi cuerpo. Recuperé rápidamente el aire mientras tosia levantándome con ambas manos del suelo viendo como el akuma se giraba y vi detrás de él.
-¡Suéltala!.- oí claramente.-¡ven por mi!.
-¡No!.- exclamé estirando mi mano, pero no me hizo caso.- ¡déjala!.- tomé mi yoyo y lo lancé atrapando su cuello. Tiré de él haciéndolo caer de espaldas.- ¡vete de aquí Alya!.- grité tan fuerte como mis pulmones me lo permitieron.
Alya... Siempre poniéndose en peligro por mi. Me miró y sonrió asintiendo levemente.
-Que bueno verte de nuevo Ladybug.- fue lo último que dijo antes de salir corriendo, pero vi claramente como sacaba su celular. Haré que Nino la amarre si es necesario para que no salga.
Sentí el dolor en mi cabeza y cubrí mis oídos con ambas manos viendo como el akuma usaba su poder nuevamente desde el piso.
Pisé firme el suelo para evitar caer otra vez e invoque mi poder el cual me dio extrañamente un gas pimienta.
El akumatizado se puso de pie lentamente frente a mi sin quitarme la vista de encima, busqué con la mirada donde usar el gas y se iluminaron sus ojos.
<<No creí que sería tan obvio>>
Me impulsé corriendo hacia él para hacer una pirueta aterrizando a sus espaldas, como era de esperarse de giró rápidamente, pero ya tenía el gas preparado para rosearlo en sus ojos.
Gritó quitando sus manos de sus sienes y su poder se detuvo, tomé su gran sombrero de copa, supuse que ahí estaba el akuma.
Rompí el sombrero y el oscuro akuma salió volando, lo alcancé con mi yoyo purificandolo.
-¡Miraculous Ladybug!.- exclamé lanzando el objeto hacia el cielo y todo se iluminó arreglandose así todos los daños causados por el akuma.- Lo hici... .- había extendido mi puño a mi costado.- Lo hicimos... .- susurré para mi misma.
El que había sido akumatizado estaba de rodillas en el suelo, me acerqué a él tomando su hombro.
-Hey, ya estarás bien.- sonreí y alzó su vista.
-¿Dónde estuviste?.-preguntó con la voz quebrada.- ¿Dónde estuviste todo este tiempo?.- tomé una bocanada de aire, sus palabras sonaban golpeadas.- mi esposa murió en mis brazos y no estuviste para protegernos.- se levantó aún sin quitar la vista de mi.
Sentí la culpa golearme por lo que decía, podía ver claramente sus ojos marrones llenos de dolor, un dolor que conocía perfectamente.
-Y-yo...
-Juraste proteger París, pero no lo hiciste.- quitó su corbata y la guardó en uno de sus bolsillos.- No eres una heroína.
-L-lo siento... yo... .- comenzó a caminar dejándome ahí parada con las palabras en la boca.
Yo había abandonado París, había dejado desprotegidos a todos... No era una heroína, él tenía razón.
-¡Ladybug!.- oí Muchas voces llamarme y supe de inmediato que eran los reporteros.- ¡Ladybug!.
Los vi aproximarse hacia a mi con sus cámaras y micrófonos en sus manos.
-¡Ladybug! ¿Por qué apareció este akuma luego de dos años?.- extendieron un micrófono a mi.
-Ladybug ¿Qué nos puedes decir de tu desaparición?. - preguntó otro haciendo la misma acción.
-Ladybug ¿Por qué dejaste París?.
-Ladybug, ¿Por qué Chat Noir no peleó en esta batalla?.-preguntó otro.
-Ladybug, ¿Qué pasará de ahora en adelante? ¿Tendremos más akumas otra vez?.
-¿Él héroe gatuno y tu están juntos?.
-¿Chat Noir volverá a pelear contigo?.
-Y-yo... .- la presión de todos no me dejaba reaccionar.- lo siento, pero por ahora no puedo responder a sus preguntas.- lancé mi yoyo hacia los edificios y corrí lejos de ellos.
-¡Ladybug! ¡Espera!.- gritaron, pero no me giré y simplemente me fui por arriba de los techos.
Mi transformación acabaría en unos minutos, fui a un callejón y dejé salir a Tikki.
-Lo hiciste bien Marinette.- sonrió, se veía cansada.
-Gracias Tikki.- acaricié su cabeza.- estuvo difícil... .- suspiré y mis ojos me empezaron a picar.
-Lo sé... tranquila.- me miró con sus ojitos levemente.-se que es difícil para ti.
-Es que... y-yo no estuve para protegerlos durante mucho tiempo y-y...
-Shh... .- me siseo sonriendo de lado.- hablemos sobre eso en casa, donde puedas sentirte más cómoda.- asentí y la dejé entrar a mi bolso.
Mi pierna dolía, lo cual se me hacia extraño ya que usé mi poder para reparar todo.
Cuando llegué por fin donde había quedado Luka el aire se me fue y no me importó en lo absoluto el dolor en mi pierna.
La moto de mi novio no estaba reparada, al igual que un vehículo a unos metros más,una ambulancia estaba ahí y corrí hacia ella viendo como ponían en una camilla a Luka.
-¡Luka!.- grité fuertemente y un paramédico me miró.- Luka... .- los aparté y tomé su mano, estaba fría.- ¿Qué pasó?.- pregunté a los sujetos.
-Señorita, debemos llevarlo al hospital rápidamente, por favor haga el favo...
-¡No! ¡Voy con él! ¡Es mi novio!.- el paramedico me miró y asintió rápidamente.
Subieron a Luka a la ambulancia, tenía puesto el respirador y un cuello ortopédico.
-Estarás bien.- tomé su mano sentandome a su costado.- estarás bien...
El paramedico cerró las puertas de la ambulancia y nos dirigimos al hospital.
-Marinette... .- musitó con dificultad.- Mari...
-No hables, no te fuerces.- le hablé suavemente.- estarás bien, ya llegaremos al hospital.
-¿Estás bien?.- agregó abriendo levemente sus ojos.
-S-si... No hables más por favor.- me dolía el pecho, no entendía que había pasado.
Recordé a Plagg y lo busqué con la mirada, pero no lo encontraba.
-Plagg.- susurré y pude ver sus orejas asomadas en el bolsillo de la camisa de Luka.
El pequeño kwami se asomó levemente e hizo contacto conmigo, subí mi dedo hacia mis labios en señal de que hiciera silencio y asintió. Con cuidado salió de su lugar aprovechando que él paramedico hablaba con el conductor de la ambulancia, se metió a mi bolso junto a Tikki.
-Mari... .- la voz de Luka me hizo girarme a verlo.
-Shh... tranquilo, estarás bien.- apretó mi mano.
-M-me duele todo.- se quejó e intentó moverse.
-Quieto.- ordené derramando una lágrima.- no te muevas.
A los pocos minutos llegamos al hospital, examinaron a Luka, lo bueno es que no tenía nada grave, solo unas cuantas lesiones.
Luka debería estar uno o dos días en observación, luego le darían el alta.
Me examinaron también a mi ya que iba con él en la motocicleta, tenía lastimada mi pierna y mi brazo, pero nada grave. Dijeron que tuvimos suerte de que no fuera fatal y que gracias a que traíamos los cascos no pasó a mayores.
Me explicaron lo que había sucedido, resulta que cuando ocurrió el ataque del akuma y frenamos la moto, un auto perdió el control chocando con nosotros, el conductor del otro vehículo estaba bien, algunos cuantos rasguños por los vidrios rotos y un cuello ortopédico por el impacto con la bolsa de aire.
Me dieron algunos analgésicos y ahora me encontraba en la habitación donde estaba Luka.
-¿Cómo te sientes?.- pregunté sentada al lado de la cama.
-Bien, un poco como si me hubiera arrollado un camión.- soltó una suave risa, pero hizo una mueca de dolor.
-No te fuerces demasiado.- lo miré fijamente.
-Estoy bien, no te preocupes.- tomó mi mano.-¿Te encuentras bien?.
-Si, solo fueron unos golpes nada mas.-le sonreí.- deberás estar aquí unos días en observación.
-P-pero no puedo, debo ir a la universidad y tengo qu...
-Luka.- lo interrumpí viéndolo seriamente.- te quedaras aquí hasta que te recuperes.
-P-pero.-se intentó mover pero le dolió.
-Ves, te lo dije.- miró hacia otro lado.- me quedaré aquí contigo.- peiné su cabello con mis dedos.- iré por algo de ropa a tu departamento, ya le avisé a Juleka y a tu mamá, estarán aquí dentro de poco.- soltó un bufido, sabía que no le gustaba faltar a clases, pero su salud está primero.- no me pongas esa cara, sabes que tengo razón.- suspiró y me miró.
-Lo se... ¿Segura que estás bien?.- asentí.- ¿te duele algo?.
-Un poco la pierna, pero me dieron algunos analgésicos así que estaré bien.- asintió y acarició mi mejilla, tenía puesto el suero en su brazo.
-Esto definitivamente será aburrido.- sonrió de lado.
-Sólo serán dos días, pasarán rápido.
-¿Podrías encender la tele?.-preguntó viendo hacia el frente y asentí tomando el control que estaba a un lado sobre la mesa.
Estaban las noticias sobre el akuma y la aparición de Ladybug.
-El ataque del akuma al parecer sería provocado por la misma Ladybug, la cual después de dos años ha aparecido nuevamente como si nada y sin Chat Noir. Los parisinos están divididos, algunos apoyan a la heroína y otros en contra. "Ella nos abandonó una vez, ¿Quién dice que no lo hará de nuevo?" . Son las palabras de algunos ciudadanos, todos estamos en estado de alerta por la aparición de un nuevo akuma, pero sin duda la mayor pregunta que se hace la gente es ¿Dónde está Chat Noir?... Ladybug no ha dado declaraciones al respecto. Esperamos pronto obtener respuestas sobre los nuevos acontecimientos y saber porque nuestros tan memorables y recordados héroes se habían ido.
Sin mas que decir pasaremos a un discurso del alcalde de París.
Apagué el televisor, no estaba lista para oír más cosas y suficiente tenía con lo que había pasado con Luka.
-¿Entonces hubo un akuma?.-preguntó Luka mirando el televisor apagado y asentí.
-Si.- dije por lo bajo.- pero Ladybug pudo controlarlo por ahora.
-Yo confío en ella.- me miró.- se que nos ayudará cuando lo necesitemos.- sus palabras me hicieron sentir mejor, Luka confiaba en mi y no sabe cuanto necesitaba oír unas palabras de aliento.
-Siempre estará ahí para París.- musité.- bien, iré por algo de ropa para que tengas aquí.- besé su cabeza y me sonrió con ternura.
-No vayas ahora, es muy tarde.
-Tranquilo, pediré un taxi.
-Llama a Nino por último, no quiero que vayas sola con un desconocido a esta hora no al menos.
-No quisiera molestarlos demás.- recordé a Alya, definitivamente hablaré con ella... La extraño.
-Por favor.
-Bien, lo llamaré.- saqué mi celular, pero Luka me lo arrebató.- ¡Hey!.- alegué.
-Te conozco Marinette.- entrecerro sus ojos.
<<Me pilló>>
-Bien, bien.- alcé mis manos y marcó el número de Nino.
-Hola.- saludó.- si, si vi las noticias.- hizo una pausa.- es que quería pedirte si puedes venir por Marientte.- me vio de reojo.- en el hospital central.- miró hacia arriba.- Nino calmate, estamos bien. Si, no, si, si.- respondía.- ¿Vendrás?.- preguntó y se quedó en silencio unos segundos.- bueno, asegúrate de llevarla bien amarrada, la conoces.- soltó una risa y fruncí el ceño.- adiós.- extendió mi celular a mi y lo tomé.
-No era necesario.- rodé los ojos.- sabes que se cuidarme.
-Independientemente de que sepas o no cuidarte, no quiero que vayas sola tan tarde.
Luego de unos minutos llegó Juleka junto a su madre, al menos no dejaría a Luka sólo mientras iba por sus cosas. Nos saludamos y bajé al primer piso esperando en la calle a que apareciera Nino y así lo hizo.
Estacionó su auto y bajó rápidamente dándome un abrazo apretado.
-Ni-no no me dejas respirar.-intenté formular.
-Lo siento.- se separó.- ¿Cómo fue que pasó?.- preguntó tomándome de los hombros.- ¿te duele algo? ¿tienes hambre?.- a veces era tan aparecido a Alya.
-Estoy bien.-sonreí.- no te preocupes.
-Y Luka?, ¿Está bien?. Hablamos muy poco y no me dijo casi nada.
-Sólo estará en observación por unos días, ya que recibió más directo el impacto.- asintió y abrió la puerta de su auto.
-Bien, vamos. Cuando volvamos subiré a ver a ese idiota.- sonrió de lado y asentí.
Nino subió del otro lado y emprendió camino al departamento de mi novio. Me dolía la pierna bastante.
-¿Sabes que pasará con su moto?.-preguntó mi amigo viéndome de reojo y volviendo a ver al frente.
-Cierto... Su moto, se me había olvidado por completo.- tomé mi cabeza.
-Ya veo, entonces despreocupate de eso.- sonrió.- yo me encargo, seguramente esa pituca pegará un grito en el cielo.- soltó una risa.
-Estoy segura que si.- me reí con él.- es que su moto es especial.- ladeé el rostro.- trabajó duro para poder comprarla, me contó al poco tiempo de hacernos más amigos.
-Lo se, Luka es una caja de sorpresas.- frenó por la luz roja un momento.- cuando murió su padre se convirtió en el hombre de la casa y era solo un niño.
-Si... realmente lo admiro, es una buena persona.- me emocioné un poco y pasé mi brazo por mi rostro para limpiar una lágrima.- a veces me pregunto si realmente merezco tenerlo conmigo.
-Claro que si.- respondió y me miró.- ambos se quieren, se respetan. Ya tienen lo principal en una relación para ser pareja.
-Últimamente lo he lastimado y me siento mal por eso.
-Siempre habrán altos y bajos, ¿crees que con Alya las cosas siempre han ido bien?.- enarcó una ceja.- ahora mismo estamos peleados, pero aun así se que la amo a pesar de ser terca y cabezota.
-¿Por qué pelearon?.- Nino bajó el rostro.- ¿Nino?.- pregunté otra vez y aclaró su garganta abriendo la guantera del auto.
-Le pedí... .- sacó una pequeña caja de terciopelo color rojo.- le pedí que nos casaramos.- estaba sorprendida, no entendía que pudo salir mal de eso.
-¿Y por qué estás triste?.- me pasó la caja y la abrí viendo el hermoso anillo que le había comprado.- ¿Qué pasó?.
-Pues... Me dijo que no.- continuó andando cuando la luz roja cambio a verde.
¿Acaso oí bien?, ¿Nino dijo que Alya le dio una negativa a su propuesta?.
-Espera... Algo no me cuadra, ¿Alya te dijo que no?.-pregunté aún sin poder creerlo.- ¿Por qué?.- suspiró mirando al frente.
-Me dijo que somos muy jóvenes aún, que debemos terminar de estudiar primero... Que es muy precipitado.-apretó el volante con sus manos.- y créeme que lo entiendo, en cierto modo tiene razón.- sonrió con pesar.-pero no quita que duela.
-Alya te ama desde que estábamos en el instituto, eso no cambiará jamás.- cerré la cajita dejándola en la guantera del auto.- y estoy segura que cuando vuelvas a preguntarle aceptará sin dudarlo.- de eso me encargaré yo.- fueron hechos para estar juntos.
-Gracias Mari, realmente te lo agradezco.- detuvo el auto cuando llegamos donde vivía Luka.
Subimos por al departamento, sacamos algunas cosas, como ropa y cosas personales.
Luego de sacar todo lo necesario nos dirigimos ahora a mi departamento, necesitaba cambiar mi ropa y darme una ducha antes de volver al hospital con Luka.
Nino aparcó el auto en la calle y bajó rápidamente dándose la vuelta para ayudarme a bajar.
-Recuerda que tampoco debes esforzarte mucho.-dijo en tono firme sujetado mi brazo.
-No exageres Nino.- alegué y me despeinó un poco.
-Si algo te pasa estando a mi cuidado no sólo Luka me mataría sino que también Alya, así que por favor evitame tal sufrimiento.- soltó dramáticamente y me reí.
-Eres un payaso.- negué con la cabeza mientras reía. Nino se quedó en silencio un momento y alcé la vista, tenía una mirada de extrañeza al frente y miré en su dirección.
-Ese no es... ¿Adr...
-Félix.- dije por lo bajo al verlo apoyado en un auto estacionado atrás del de Nino.
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