Capítulo 7
~Marinette~
Hace tres días que no veía a Luka, no habíamos hablado en todo este tiempo y no es que yo no quisiera, es solo que cada vez que tomaba mi celular para llamarlo simplemente no podía hacerlo, no sabía que decirle.
Se que yo debía hablar primero, porque yo fui quien lo lastimó y porque básicamente era un tema netamente mío por el que estábamos así.
La universidad se me volvió algo pesada, tenía dos exámenes y un trabajo que entregar. Le había pedido ayuda a Nath, siempre podía contar con él en todo sentido.
Estábamos caminando hacia la cafetería de la universidad para almorzar, era tedioso encontrar una buena mesa a esta ahora, pero por alguna razón no nos costó demasiado.
-Mari, ¡ahí!.- apuntó el pelirrojo a una de las mesas al lado de una ventana.- ve, yo pido la comida.- asentí y tomé sus cosas junto con las mías para apartar el lugar.
Casi no alcanzo a llegar, pero entre tropezones y empujones a los que pensaban ocupar nuestra mesa, lo logré.
-Parece que tuviste algunos problemas con la mesa.- agregó Nathaniel tomando asiento y le sonreí imitando su acción.
-Ya sabes, son unos salvajes.- dije frunciendo el ceño, soltó una carcajada y me extendió la bandeja
-Claro.- respondió comenzando a comer.- creo que podemos escoger las telas mientras.
-Gracias por ayudarme.- respondí apenada.- he estado muy atareada y de seguro tienes cosas más importantes.- me silenció con la mano.
-Para eso están los amigos, además, también me has ayudado.- sonrió.- así puedo devolverte el favor.- asentí.
Terminamos de comer, fuimos a la zona de área verde de la universidad y no tumbamos aprovechando la luz.
Nath también tenía unos bocetos que hacer, así que lo ayude con una que otra prenda de sus personajes.
-Esto quedará perfecto.- agregó trazando con su lápiz.- gracias, con tus ideas he mejorado bastante.- agrego y sonreí.
-¿Crees que este color es adecuado para el vestido de verano?.- pregunté mostrandole el diseño junto con el anaranjado e hizo una mueca.
-Los colores cálidos están muy explotados para verano, intenta con estos.- me mostró la paleta de colores fríos.
-¿Colores de invierno en verano?.- enarque una ceja y me miró con determinación.
-Estoy seguro que quedará genial.- saqué mis lápices de mi bolso y probé el color en mi diseño.- dime a que te recuerda.- agregó viéndome colorear a mi costado.
Me quedé pensando un momento sin dejar de pintar.
-El cielo... .- musité.
-¡Exacto!.- exclamó.- ¡el cielo de verano, la brisa!.- estiró sus brazos y se recostó en el pasto.- en el arte hay que innovar y tú querida amiga, eres experta en eso.- puso su cuaderno sobre sus ojos y solté una risa.
-Tienes razón, gracias.- continué con mi trabajo.-¿Qué opinas de unos tonos verdes en la base?.- pausé mi acción un momento.
-Depende del celeste que ocupes, debe... .- bostezó.- debe contrastar, pero no dejar de ser sutil.
-Comprendo, tengo el verde indicado, le haré un degrade y... perfecto.- terminé de pintarlo.- ¿Qué opinas?.- quité su cuaderno de su rostro y puse el mío en su lugar.
-Quedó genial, pero puedes usar algo de amarillo absenta.- tomó mis lápices.- así.- mezcló un poco los colores.
-Me encanta. Gracias.- había quedado genial, definitivamente estaría perdida sin él.
-De nada.- volvió a recostarse y suspiró.- estoy algo cansado.
-¿Te ha tocado muy duro el trabajo?.- pregunté viéndolo hacia abajo.
-Algo... Ya sabes, lidiar con borrachos no es precisamente algo que me guste.- hizo una mueca.
-¿Sigues trabajando en el bar?.- asintió levemente y posó su brazo sobre su frente.
-De noche aún, hasta la madrugada a veces. Ser artista no es fácil... Pero tendré una exposición pronto, ya estoy trabajando en ella y veremos como me va, además estoy con un proyecto de unos cómics con Marc.- sonrió.
-Me alegro mucho por ti, espero me invites.- tomé un poco de aire.- ¿Con la universidad vas bien?.
-No tienes ni que decirlo, eres la primera en mi lista y si, hasta el momento todo correcto, aunque no he podido ver a Chloe.- hizo un pequeño puchero, me sentí mal por él.
Chloe y yo habíamos arreglado nuestros "asuntos" desde que cierto rubio se había ido supuestamente a Alemania, ella se enfocó en cambiar su forma de ser.
De a poco se estaba dando cuenta que alejaba a las personas por su actitud de niña mimada, y así fue de apoco convirtiéndose en una muy querida amiga mía, le costó pero todos le ayudamos, sobretodo Sabrina.
Chloe me contó que le estaba interesando cierto pelirrojo artista, así que puse manos a la obra para juntarlos con ayuda de Alya y así de a poco surgió el amor el último año en el instituto. Hasta el momento siguen juntos y me parece de lo más adorable.
-Pero de seguro ella lo entiende, además estoy cien por ciento segura que se ha sabido distraer.- soltó una risa y asintió.
-Claro, comprando ropa.- ambos nos carcajeamos.- no sabes lo mucho que la extraño e incluso sus berrinches.
-Lo imagino.- suspiré recordado a Luka, ¿Qué estará haciendo ahora?... de seguro tocando su guitarra o quizás en una de sus clases.
-¿Mari?, ¿estás bien?.- la voz de Nath me sacó de mi ensoñación y volteé a verlo.
-S-si... eso creo.
-Te ves algo triste, ¿las cosas con Luka han ido bien?.- ladeé el rostro y él se sentó.- bueno, tu cara lo dice todo.
-Tuvimos una discusión. Bueno, no exactamente una discusión, es que... .- hice un puchero y me apoyé en su hombro, Nath acarició mi cabeza suavemente.- lo lastimé y no se si me perdone.
-Tranquila, solo deben hablar las cosas. Luka te quiere mucho.
-Hace tres días que no hablamos y no se que decirle, e intentado pensar las palabras correctas per...
-Ahí está el problema.- hizo que lo viera a los ojos.- no pienses en que decir, deja que tu corazón hable y estoy seguro que él podrá sentir genuinas tus disculpas.- sonrió.
-¿Tú crees?.- pregunté con inseguridad.
-Te lo aseguro, ve a hablar con él y arreglen las cosas.- me animó y me puse de pie rápidamente.
-¡Tienes razón!, ¡iré ahora mismo a hablar con él!.- exclamé y Nathaniel se puso a reír.- ¿De que te ries?.- lo miré hacia abajo.
-Que no cambias, tan despistada como siempre.- lo miré extrañada.- Marinette, aún no sales de clases.- me golpeé el rostro con mi mano y me senté.
-Tienes razón, ya deja de burlarte.- lo empujé levemente y no paraba de reír.- ¡Nath!.- alegué.
-Está bien, ya paro.- calmó un poco su risa y tomé sus acuarelas pintando su nariz.
-Excelente, ahora eres una obra de arte.-me solté a reír.
-¡Hey!.- alegó limpiándose con un pedazo de papel.
-Gracias por subirme el ánimo, de verdad.- sonrió.
-No hay de que.
Realmente me sentía afortunada de tener amigos como Nathaniel, sin duda agradezco de todo corazón que lo hayan puesto en mi camino.
-¿Dijiste algo de un cómic?.- pregunté luego de unos minutos y tomó su bolso sacando un cuaderno.
-Si, estamos trabajando en uno con Marc.- puso el cuaderno en mi regazo.- puedes ojearlo si quieres.- susurró.- pero solo la primera página.
Lo miré de reojo y abrí el cuaderno dejando al descubierto el título.
"Las aventuras de Ladybug y Chat Noir"
Mi corazón dio un vuelco al leer aquellas palabras e instantáneamente vino a mi mente la imagen borrosa de mi compañero de batallas. Mis ojos se cristalizaron un poco y tomé una gran cantidad de aire.
-Ladybug y Chat Noir... .- musité y Nath asintió.
-¡Los héroes de París! ¿No te encanta?.- amplió su sonrisa.- a pesar del tiempo estoy seguro que nadie los ha olvidado, además, vi algunos foros en Internet donde han subido fotos de Ladybug, al parecer aún cuida a París desde los techos.- susurró a mi costado y no podía quitar la vista del cuaderno.
-Cl-claro... Ladybug...
-¿Marinette te sientes bien?.
-S-si, solo me sorprendió que quisiera hacer un cómic de ellos.
-Es que son geniales, ya sabes desde la ultima vez.- aclaró su garganta.- bueno, eso no importa. La cosa es que pronto estará terminado y lo publicaremos.
-¿Y de que trata?.- abrí la primera página y pude verme apoyada junto a Chat de espaldas.
-De todo, tendrá akumas, acción, drama, romance, ¡de todo!.
-¿Romance?.- enarque una ceja y se encogió de hombros.
-Pues muchos pensaron que ellos eran pareja, además se ven bien juntos ¿no lo crees?.- apuntó la primera hoja y sentí mis mejillas arder.
-C-claro, pareja.- cerré el cuaderno y se lo devolví.- avísame cuando lo saquen para que me firmen un ejemplar.- asintió y lo guardó nuevamente.- por cierto... ¿Cómo están las cosas con Marc?.
-Bien.- sonrió de lado.
-Me refería a... bueno tu ya sabes.- me expliqué con las manos y abrió un poco su boca en una "o".
-Pues bien, somos buenos amigos. La verdad no afectó en nuestra amistad, pero no quita que me sintiera mal de no poder corresponderle.- su rostro se volvió algo triste.
-Ya veo, pero debes estar feliz de poder contar con él de todos modos.- apoyé mi mano en su hombro.- eso demuestra que su amistad es genuina.- su semblante cambio nuevamente pero ahora más feliz.- por cierto, antes que de me olvide. Haremos una reunión con todos los del instituto.- sus ojos brillaron un poco mas.
-¿De verdad?, ¡genial!. Ya quiero verlos a todos, hace mucho que no veo a Jul o Alix o Rosita... bueno creo que ya quedó claro que no los he visto a casi ninguno.- nos soltamos a reír.
-Puedes invitar a Marc también. Que raro que Rose no te haya avisado.
-Quizás también ha estado algo atareada.- se encogió de hombros.- claro, yo le digo. En la tarde nos juntaremos para hablar sobre el cómic y todo eso.
-Será en mi departamento posiblemente, así que ya sabes donde queda.
Pasamos el tiempo restante terminando los bocetos y eligiendo las telas de mis diseños en mi caso.
Me despedí de Nath porque debía volver a clases, lo bueno es que solo me quedaban tres horas en la universidad para luego quedar completamente libre.
Debía alimentar a Plagg y Tikki, realmente deben aburrirse al estar en mi bolso por tanto tiempo.
Cuando quedé libre fui a un parque cerca de mi casa, aproveché de dejarlos respirar un poco, claramente mientras se ocultaran bien. Jugaron unos minutos, me quedé sentada en una banca disfrutando de la refrescante brisa hasta que sonó mi celular.
Llamada:
-Señor Agreste.- respondí rápidamente.- ¿Qué sucede?.
-Buenas tardes Marinette.- saludó cordialmente con la elegancia en su voz que lo caracterizaba.- Me ha llegado el informe sobre la desaparición de Fu, ¿Crees que podrías venir?. Prefiero hablar estas cosas en persona.- Abrí mis ojos al oír sus palabras.
-¡Voy ahora mismo!.- exclamé poniéndome de pie rápidamente.
-Te estaré esperando.- Respondió.- No vemos.
-Nos vemos.- colgó.
Los nervios me recorrieron todo el cuerpo, espero que sean buenas noticias.
-Tikki, Plagg.- susurré buscando a los kwamis que estaban sobre un árbol.- debemos irnos.- ambos me miraron hacia arbbajo.
-¿Ya debemos irnos?.- Plagg hizo un puchero de lo más tierno.- ni si quiera he terminado mi queso.- sostuvo el manjar en sus patas.
-No seas tan dramático.- agregó Tikki rodando los ojos.
-Me llamó el señor Agreste, tiene noticias del maestro.- ambos se miraron y volaron rápidamente hacia mi bolso.
-¡Vamos!.- exclamaron desde dentro y emprendí camino a la mansión.
No estaba tan lejos así que fui caminando a paso rápido, pero no pude ir así por mucho, comencé a correr. Necesitaba saber sobre el maestro, necesitaba saber que estaba bien al igual que los kwamis, una pista, lo que fuera.
La gente volteaba a verme cuando pasaba por el lado de ellas, pero me importaba un comino lo que pensaran.
Llegué a la reja de la mansión y toqué el timbre, rápidamente Nathalie habló por el parlante.
-¿Quién es?.-cuestionó.
-¡Nathalie! ¡Soy Marinette! ¡Por favor abre, urgente!.
-¡Claro adelante!.- respondió.
Sin decir mas abrió las puertas, corrí nuevamente hacia el interior, estaba algo agitada y cansada, pero lo que vi frente a mi me exaltó aún más.
Corrí con más fuerza y tomé su brazo de la misma forma jalandolo hacia atrás.
-¿A-adrien?.- intenté formular y se volteó a verme con el ceño fruncido el cual cambio rápidamente a uno más relajado.
-¿Tu de nuevo?.- su voz me sonó familiar y vi esos ojos verde oscuro hacia arriba.- creo que tienes un serio problema con mi brazo.- soltó una risa y sonrió.
-¿Tú?.- musité al ver al rubio frente a mi con una sonrisa burlona.
-¿Es que acaso me estas siguiendo?.- se agachó un poco.- se que puedo ser irresistible, pero creo que esto ya es acoso.- me guiñó el ojo y fruncí el ceño.
-Yo no te estoy siguiendo.- alegué.- podría decir lo mismo, ¿no será que el que me sigue eres tu?.- lo miré fijamente y soltó una risotada.
-Se que no soy el que te sigue, ya que tu eres la que acaba de llegar.
-Claro.- rodé los ojos sintiéndome estúpida por la respuesta que le di.
-¿Podrías devolverme mi brazo?.- preguntó con una sonrisa coqueta y lo miré sin comprender.
-¿Cómo?.- cuestioné.
-Mi brazo.- miró hacia abajo e hice lo mismo.
-Y-yo, disculpa.- lo solté rápidamente y mis mejillas ardieron levemente.
-Adorable.- musitó y me crucé de brazos entrecerrando mis ojos.
-Egocéntrico.- agregué y sonrió agachandose más, pero no me dejé intimidar.
-Moew, la gatita tiene garras.- alzó sus cejas de arriba-abajo.
-¡Yo no soy ningu...
-Marinette.-oí detrás del rubio y me asomé por el cuerpo de aquel joven de lo más egolatra.
-Señor Agreste.- dije y recordé el motivo principal por el cual estaba aquí, el maestro.
-¿La conoces?.- agregó el rubio dándose la vuelta también.
-¿Tu la conoces?.- preguntó el señor Agreste y me sentí extraña.
-Está claro que me conocen, ahora necesito saber lo que hablamos.- agregué caminando hacia Gabriel y él asintió.- por favor.- susurré llegando frente a él y sonrió de lado, me recordó a Adrien.
-Vamos al despacho.- dijo el diseñador y asentí rápidamente, puso una mano en mi espalda guiandome hacia dentro de la mansión.
-Esperen, ¿Quién es ella?.- interrumpió el rubio nuevamente.
-Creí que ya la conocías.- enarcó una ceja Gabriel acomodando su chaqueta.
-No, bueno si y no.- miré al rubio.- ella es una acosadora.- agregó y fruncí el ceño hacia él.
-¡Hey! ¡Eso no es cierto!.- el señor Agreste me miró extrañado.- ¡sólo te confundí con alguien!.
-Si claro, ¿dos veces?.- enarcó una ceja cruzándose de brazos.
-Pues te pareces... .- musité bajando mi rostro, Gabriel lo alzó con su mano delicadamente y formó una fina línea en sus labios viéndome a los ojos.
-¿Con él?.- formuló muy bajo y asentí en silencio, aclaró su garganta y se volteó nuevamente al rubio.- ella es mi diseñadora exclusiva, no es una acosadora. Deberías tener un poco mas de respeto y distinción cuando le dirijas la palabra, Félix.
Así que ese es su nombre, pues por su actitud dice egocéntrico narcisista estampado en la frente.
-¿Tu diseñadora?.- preguntó incrédulo.- pero si es una niña.
-¡Hey! ¡Tengo casi veinte!.- fruncí el ceño.
-Y una muy berrinchuda.- soltó una risa, me iba a acercar para ponerlo en su lugar, pero el señor Agreste me tomó del brazo.
-Tenemos asuntos importantes de que hablar.- me volteé apretabdo mis puños y asentí cediendo a su agarre.
-Adiós Félix.- recalque su nombre viéndolo mal y él sólo sonrió lanzandome un beso.
-Félix Agreste.- corrigió mientras con nosotros a la mansión.- espero que ya no me confundas con nadie.- subió las escaleras.
<<¿Acaso dijo Agreste?>>
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