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Capítulo 59

~Adrien~

Abrí mis ojos lentamente al oír los pájaros cantar afuera, bajé mi rostro a mi hermosa azabache quien dormía plácidamente abrazada a mi.

La miré por mucho tiempo sintiendo la paz por su calidez y más aún cuando todo por fin había terminado. Con cuidado me separé de ella acomodandola en la cama y depositando un beso en su frente, sabía que estaba muy cansada, así que la dejaría dormir, además, quería hacer algo especial para ella.

En silencio me vestí rápidamente, yendo al baño para lavar mis dientes junto a mi rostro, tomé las llaves del departamento y salí a comprar. Era un día completamente fresco con el sol naciendo lentamente.

Respiré lo más profundo que pude con una enorme sonrisa en mis labios y me dirigí a una tienda que había en el centro, si tenia suerte Marinette estaría durmiendo cuando llegara aún.

Lo primero que vi fueron unos pasteles con frases y estaba seguro que le encantarian a mi novia, así que me acerqué a la encargada.

-¿Adrien?.- habló la chica pelirosada y entrecerré mis ojos reconociendo enseguida de quien se trataba.- si, eres tú.- habló más alto rodeando el mostrador.

-¿Alix?.- pregunté y sonrió dándome un abrazo.

-Por dios, mírate.- se separó de mi y golpeó mi hombro levemente.- vi en algunas revistas que se rumoreaba tu regreso, pero jamás pensé que era en serio.

-Es que... fue muy repentino.- rasqué mi nuca con algo de nerviosismo y soltó una risa.

-No has cambiado nada, bueno... estas más alto. De seguro Nino y Alya te matarán, ¿ya los viste?

-Si... digamos que casi termino en el hospital.- suspiré recordando la paliza de mi mejor amigo y ella solo sonrió.

-Los demás nos extrañamos mucho cuando te fuiste... .-hizo una mueca.- pero después de todo sabíamos como era tu padre, así que no podíamos odiarte o al menos Rosita ayudó bastante en que todos entendieran.- rió levemente.

-Lo siento, es que fue todo demasiado rápido... no tuve tiempo de despedirme, ni nada. Y no tenia como comunicarme tampoco, estuve en un... .- debía pensar en algo rápidamente.- ¡internado!, eso... un internado y los alemanes son muy estrictos, no podía hablar con nadie.

-Lamento oír eso... .- se quedó un momento en silencio.-  sabes.- se volteó un momento viendo a la otra chica y le hizo una seña de que tomara su lugar y luego me arrimó a una esquina cruzándose de brazos.- tenía la duda si has visto a Mari... digo, es que ella estuvo en un proceso difícil cuando te fuiste y quizás le ayude hablar nuevamente contigo.- se expresó con las manos.- te echó bastante de menos, aunque ahora está de novio con Luka.- inevitablemente sonreí.

<<Si tan solo supieras que es mi novia y que tendremos un bebé.>>

-¿Con Luka?.- pregunté haciéndome el desentendido.- ¿el hermano de Jul?.- asintió.

-Se les ve bien juntos.- bajó más la voz y me acerqué para oírla mejor.- pero se que a ti te gustaba.

-¿Qué?.- abrí más mis ojos.- ella solo era mi amiga.- sentí mis mejillas arder, ¿realmente se notaba que me gustaba sin darme cuenta?

-A mi no me salgas con esa tontería.- rodó los ojos.- si te quedabas viéndola siempre.- soltó una carcajada.- pensé que podrían cerrar esa etapa... No lo sé, ya que ella estaba loquita por ti.- me apuntó.

-¿Lo dices en serio?.- pregunté sintiendome extrañamente muy feliz al oír aquello.- yo le gustaba a...

-Más que gustarle, te amaba... pero también recuerdo haber oído que le gustaba Chat Noir, aunque a muchas les gustaba Chat Noir.- rió otra vez y caminó al mostrador otra vez.- en fin... ¿Qué vas a querer?.- preguntó sonriente y luego puso su mano a un costado de su boca para susurrar.- debo seguir trabajando o me despedirán.

-Oh, claro... disculpa.- me acerqué y le indique.- un trozo de ese de fresas y el de chocolate... creo que también uno de limón y croissants. También llevaré yogurt.

-Wow, ¿todo esto para ti sólo?.- sacó el pedido.

-En realidad son para mí novia.- me encogí de hombros y ella me quedó mirando extrañada.

-¿Tienes novia?.- cuestionó y asentí divertido.- siento lo que dije antes sobre Mari... yo... .- alcé la mano.

-Descuida.- le guiñé un ojo.- por favor también algo de fruta... necesita comer saludable de ahora en adelante.- suspiré pensando en mi pequeño o pequeña en camino.

-¿Está enferma o algo así?.- preguntó terminando de poner todo en una bolsa.

-No exactamente... es que ahora debe velar por otra personita.

-¿Qué?.- creo que estaba provocandole un infarto a mi amiga.- va-vas... a ser.- asentí tomando la bolsa y sacando el dinero para pagar.- fe-felicidades... esto no me lo esperaba. Deberíamos hacer una reunión para conversar todos y claramente que nos presentes a tu novia y ponernos todos al día.

-No creo que sea necesario que se las presente.

-¿A que te refieres?.- me miró sin comprender y me dirigí a la puerta sonriendo.

-Que ya la conocen... Mi novia es Marinette Dupain Cheng.- abrí la puerta viendo como el rostro de Alix estaba en completa confusión y cuando salí por completo oí como soltaba un grito desde dentro.

Inevitablemente me puse a reír y me alejé del lugar pasando por fuera de una tienda de ropas de bebé. Como si mis pies mandaran, rápidamente me adentre en el lugar, habían tres mujeres y todas se voltearon a verme haciéndome sentir algo observado.

Comencé a mirar los pequeños trajes que habían sintiendo mi corazón acelerarse, ¿realmente estoy en una tienda para bebé?

No podía creer que dentro de unos meses Marinette y yo seriamos padres, y esto solo me emocionaba cada vez más.

Una chica se acercó a mi algo, ¿coqueta?

-¿Desea un regalo para un sobrino o hermano pequeño?.- preguntó en tono seductor y me alejé soltando un risa.

-Busco algo para un bebé recién nacido... quizás unos zapatos, ropa o juguetes.- respondí cordial y ella asintió.

-Tenemos estas mudas para recién nacido, ¿es niño o niña?.- preguntó buscando bajo el mostrador.

-Niña... .- musité con una sonrisa y ella dejó sobre la mesa pequeños trajecitos con sus respectivos gorros.

Habían tres modelos, uno rosa con pequeñas flores, el cual me recordó a Marinette enseguida, así que tomé ese viéndolo detenidamente, el otro era blanco con bordes amarillos y el siguiente de un color violeta.

-Esté estará bien... .- musité entregándoselo.- y también unos zapatos.- le pedí y asintió yendo por unos empaquetados.- gracias.

-¿Algo más?.- cuestionó poniendo todo en una bolsa.

-Podría ser... .- miré por la tienda viendo una pequeña cajita musical.

-Oh, esa es una caja musical limitada... suena la canción que hizo Clara Ruiseñor de los héroes. Al abrirla está la Torre Eiffel y unos figuras de Ladybug con Chat Noir.

-También quiero llevarla.- agregué sin quitarle los ojos a la caja musical.

-Bien.

-Eso sería todo.- saqué mi billetera dejandole el dinero a la vez que tomaba la bolsa juntando las compras en una mano con las que hice anteriormente.- gracias.- me dirigí que la puerta.

-Oye, ¿no te gustaría tomar algo por ahí?.- habló la chica y abrí la puerta de la tienda volteandome a verla.

-Lo siento, pero en realidad estas cosas son para mí futura hija y ahora mismo su madre me esta esperando.- la chica abrió la boca hasta el piso.- adiós, que tengas buen día.- salí del lugar viendo mis compras.- ojalá aún no despiertes Bugaboo.

Volví a mi camino y alguien chocó mi hombro bruscamente haciendo que casi soltara las bolsas.

-Hey... cuidado.- hablé haciendo una mueca y un sujeto castaño se volteó a verme, tenía sangre en el rostro.- ¿Estás bien?.- pregunté algo preocupado y frunció el ceño.

-¿Félix?.- cuestionó y parpadeé un par de veces, él relajó su expresión acercándose a mi.

-Yo... .- lo miré extrañado, creo haberlo visto antes.

-Vaya, te ves igual. No has cambiado nada.- soltó una risa limpiándose con un servilleta y dejando el papel en el basurero que estaba a un lado.- así que has vuelto a París.- me quedé en silencio examinandolo, él me estaba confundiendo con mi primo.- ¿no dirás nada?, ¿aún me guardas rencor por tu novia la pelinegra?

Fruncí el ceño, ¿se refería a Bridgette?

-Tú.- lo miré fijamente.

-Deja el pasado pisado, tú novia se me ofreció y yo sólo.-se encogió de hombros.-ya me conoces.

-Si, ya veo... te conozco muy bien.- solté viéndolo detenidamente.- descuida, no hay problema. - sonreí falsamente. Ahora entiendo porque Félix dejó de ser amigo de este idiota.

-Sabes que vi en una revista a una chica que está para morirse.- expresó con los dedos.- leí que pronto harán una gala por unos diseños que hizo para la empresa de tu tío, tengo contactos así que de seguro iré para verla. Se llamaba Marinette y está buenísima.- apreté mi mandíbula al oírlo.- es muy joven así que de seguro cae redondita.

-Marinette... la conozco.

-¿De verdad?, entonces puedes presentarmela.

-Tiene novio.- lo interrumpí tajante apretando mis puños a mis costados.- de hecho su novio es mi primo Adrien.- aclaré mi garganta.

-Bueno... quizás deje de serlo entonces. Me tengo que ir, nos vemos en otra ocasión amigo.- alzó la mano dándome la espalda.- ciao.

-Ciao te diré yo cuanto te meta al horno en una pizza recién hecha, pedazo de imbécil.- me giré intentando serenarme .- estoy seguro que si Plagg estuviera aquí... .- detuve mis palabras cuando vi una florería en la esquina antes de llegar al departamento de Marinette.- esto es perfecto.- sonreí entrando y comprando un gran ramo de rosas rojas con una blanca en el centro, sabía cuanto le gustaban a Marinette y quería sorprenderla, para que supiera cuando la amo.

Ya con todo listo a mi parecer me dirigí nuevamente al departamento, la gente me quedó mirando pero los ignoré por completo, me sentía demasiado feliz como para prestar atención a eso.

Subí en el ascensor y cuando llegué al piso correspondiente abrí la puerta dejando las cosas sobre la mesa en silencio. Fui a la habitación de Marinette y ahí estaba completamente dormida, sonreí como un tonto viéndola sujetarse a la almohada con fuerza y cerré para hacerle el desayuno.

No soy experto cocinando, pero al menos se hacer panqueques. Busqué todo lo necesario en la cocina y los hice sin tanta dificultad, un que otro huevo se me cayó, pero lo tenía bajo control. Saqué los pasteles de la bolsa dejándolos en el refrigerador y tomé la fruta para picarla en un plato, de ahora en adelante Marinette debía comer mucho más saludable y definitivamente no podía tomar café, le serví un vaso de jugo y una taza de leche tibia junto unas tostadas por si se le apetecía algo salado también.

Dejé todo en una bandeja y me dirigí a su habitación nuevamente dejándola a un lado de la cama y rodeando esta para arrodillarme a su lado en el piso.

-Princesa... .- susurré suavemente acariciando su mejilla.- despierta bella durmiente.

-No quiero despertar.- refunfuñó haciendo un puchero sin abrir sus ojos.- quiero soñar con Adrien.

-¿Con Adrien?.- cuestioné aguantando la risa sintiendo mis mejillas un poco acaloradas.- ¿y que quieres soñar con él?

-Todo... .- respondió por lo bajo y sonrió.-un hamster, casa y Adrien.

-¿Y no quieres verlo ahora?

-¿Verlo?.- cuestionó frunciendo el ceño.- pero si lo estoy viendo.

-Si no abres los ojos...

-Sus ojos... son tan bonitos.- me interrumpió dándose la vuelta abrazando la almohada otra vez.- bonitos como un gatito, mi gatito.

-Bugaboo, despierta. Te traje el desayuno.

-¿Desayuno?, ¿Bugaboo?.- abrió sus ojos de golpe y se sentó rápidamente en la cama.- ¡¿Qué?!.- exclamó y solté una risa haciéndola a un lado abrazandola por detrás.

-Buenos días, my Lady.- besé su mejilla cuando se volteó a verme y sus mejillas se pintaron de un notable color rojo.- ¿dormiste bien?

-A-adrien.

-¿Qué estabas soñando?.- pregunté con pillería por lo cual ella desvió la mirada un momento.- ¿de casualidad estaba en tu sueño?

-Y-yo... bueno... .- bajó la mirada y la alcé rápidamente.

-Te ves bonita mientras duermes.- Susurré sobre sus labios y sonrió.

-Gato tonto.- respondió y acarició su nariz con la mía.

-Te traje el desayuno.- musité acercando mis labios a los suyos.- pero antes de eso quiero mi beso de buenos días...

-¿Y ese beso es solo uno o pueden ser más?.- preguntó rodeando mi cuello con sus brazos.

-Pueden ser todos los que quieras, infinitos veces si así lo deseas... después de todo tu sola sonrisa me hace perder la cordura.- rió por lo bajo y besó mis labios suavemente.

-Beso de buenos días.- susurró al separarse y me besó nuevamente.- beso por el desayuno.- sonreí y acarició mi cabello con sus dedos.

-Me vas a volver loco.- tomé sus mejillas y la besé ahora yo con más intensidad.

Su respiración y la mía se mezclaron, sentí como mi corazón comenzó a latir con mas fuerza y me posicioné sobre ella sin deshacer el beso acariciando su silueta.

-Debes comer... .- jadeé sobre su boca.- o no podré contenerme.- mordí su labio levemente y suspiró fijando sus azules gemas en las mías.

-Te extraño.- dijo por lo bajo y sonreí.

-Yo también amor... pero ahora debes comer no sólo por ti.- asintió y me reincorporé besando su frente para luego acariciar su vientre.- Buenos días para ti también mi pequeña princesa, espero hayas descansado muy bien con mamá.- sonreí y luego miré a Marinette un momento divisando sus ojos cristalizados.- ¿Qué pasa?, ¿te sientes mal?.- pregunté preocupado y negó con la cabeza.

-Es solo que me gusta que le hables así y q-que... estoy muy sensible y quiero comer.- sollozó y la abracé.- pero también tengo miedo que ya no me quieras porque seré una bolita.

-Oye, oye.- la tomé de las mejillas.- serás la bolita más hermosa del mundo y nunca podría dejar de amarte, eres lo mejor que me pudo pasar en la vida.- la abracé besando su cabeza por un prolongado tiempo.- ¿bien?.- sentí como asintió sobre mi pecho.- entonces ahora mis comerás el desayuno y luego te daré un regalo.- se separó de mi ladeando el rostro.- no, no te diré que es... Así que no me pongas esa cara y come.- hizo un puchero.

-Adrien, dime que es, ¿si?.- preguntó agudizando un poco su voz y negué.

-No sería un regalo si te dijera que es.

-Bien.- miró a un lado la bandeja y sus ojos brillaron.- ¿tu lo hiciste?.- preguntó y tomé la bandeja dejándola en su regazo.- se ve delicioso... dios, tengo mucha hambre.- tomó una tostada y la mordió para luego extendermela, con la cual también comí.

-Te comes todo, sobretodo la fruta.- la miré seriamente y asintió tomando la taza de leche.

-Gracias, eres muy tierno.- tomó mis mejillas y me atrajo a ella besando castamente mis labios.- te amo.

-Y yo a ti, princesa.- nos miramos un momento y luego le indiqué que siguiera comiendo.

-¿Crees que el maestro Fu venga hoy?.- preguntó llevando un trozo de masa a la boca.

-Dijo que nos entregaría a Plagg y Tikki hoy, así que si.

-Ya quiero estar con ellos, tengo muchas preguntas que hacerles y extraño a mi pequeña.

-De seguro Plagg está desquiciando al maestro por queso.- ambos nos soltamos a reír.- por cierto, hay que entregarle la caja.- apunté su closet y asintió.

-Espero los demás kwamis se encuentren bien.

-Marinette... hoy quisiera que fuéramos a la mansión a comer con mis padres, además quería hablar con Félix y Bridgette. ¿te parece bien?

-Claro, quiero ver a tu mamá y hablar con tu padre sobre la colección... con todo lo ocurrido de seguro deberemos trabajar más rápido.

-Entonces vamos a almorzar con ellos.

Después de unos minutos, ella terminó todo su desayuno y llevé la bandeja con todo a la cocina. Marinette entró al baño y sentí la ducha sonar,una idea pasó por mi cabeza y en menos de dos minutos me quité todo entrando también al baño, el vapor no me dejaba ver del todo, pero en silencio me metí en la regadera tocando sus hombros con mis manos.

-¿Me dejas ayudarte?.- susurré sobre su oído y me apegué por completo a su espalda abrazandola a la vez que bajaba mis manos a su vientre.

-Gatito travieso.- respondió por lo bajo apoyando su cabeza hacia atrás en mi pecho.

-Quiero acariciarte para recordar cada rincón de tu piel con mis dedos.- subí mis manos a sus pechos apretandolos con delicadeza. Marinette soltó un gemido por mi acción así que besé su mejilla y luego su cuello hasta sus hombros.- mi preciosa Marinette... me encantas en todos los sentidos.- bajé mi mano hacia su intimidad y dió un pequeño salto en su posición.

-Adrien... e-el agua y nosotros.

-No te preocupes... yo pago el agua.- mordí su cuello un poco y puso su mano sobre la mía apretandola un poco.- quiero tocarte como no tienes idea.- la apagué más a mi sintiendo su trasero en mi intimidad.- quiero que disfrutes que te haga el amor.

-Creo que es imposible no hacerlo si eres tu.- respondió y moví mis dedos un poco.- dios... .- suspiró y se giró atrapado mis labios en un beso abrazándose a mi torso y podía sentir sus pechos contra este de una manera completamente excitante.

Acaricié su espalda con mis manos, tomando su cintura sin dejar de besarla. Me encantaba besarla, me encantaba mirarla, ella me encantaba por completo y jamas me cansaría de esto.

-Vamos a la cama.- jadeé cuando nos separamos del beso.- no quiero que te resfries.

-Entonces llévame a la cama, señor Agreste.- sonrió e hice lo mismo tomándola en brazos sorpresivamente.- te-ten cuidado.- se sujetó con más fuerza.

-¿Ladybug teme que su compañero la deje caer?.- cuesioné burlón y frunció el ceño.

-Se que jamás me dejarías caer.- besé su frente saliendo del baño hacia la habitación y la dejé sobre la cama.

-Esas semanas en el hospital... fueron una completa tortura.- hablé por lo bajo sujetando el peso de mi cuerpo sobre ella.- no podía besarte o tocarte...

-Perdón por eso.- acarició mi cabello.- recuerdo eso, no sabia quien eras, pero me sentía tan bien junto a ti que no quería que te fueras... me sentía mal por tener a Luka como mi supuesto novio queriendo estar contigo.

-Perdón por eso... pensé que estarías mejor si tenias a alguien que conocías y se lo pedí a él.

-Lo se... ya lo hablamos, así que está bien. Ademas estuviste junto a mi todo ese tiempo y vimos a nuestro bebé en la ecografia.

-Era tan hermoso y pequeño... Su corazón se oía.- suspiré.- no puedo creer que hayamos hecho esta cosita que viene en camino.- con mi mano libre acaricié su vientre aún húmedo por la ducha.

-Serás el mejor papá del mundo.

Sus palabras realmente me llegaron a lo mas profundo de mi alma. A pesar de que todo fuera tan sorpresivo, no cambiaría por nada esto.

-Y tu la mejor mamá.

Nos volvimos a besar e hicimos el amor como si fuera la primera vez, como si fuera... esa vez en la cabaña con ese árbol en las afueras, donde nuestras almas se encontraban para estar juntas por toda las eternidad.

De algo estoy muy seguro... y es que nací para amar locamente a esta hermosa azabache llamada Marinette Dupain Cheng. Mi mejor amiga, mi compañera de batallas, mi amuleto de la suerte y ahora la madre de mi hijo.

"Todo acto noble es recompensado en algún momento y más aún si es un acto de amor."

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