Capítulo 58
~Luka~
Habíamos llegado a mi departamento, dejé las llaves de mi moto encima del mesón de la cocina y me lancé al sofá completamente agotado.
-Esto fue un verdadero caos.- suspiré y Fanny soltó una risa.
-Ni lo menciones. Creo que esto ha sido demasiado para mi.- suspiró y se adentró a la cocina poniendo el agua a hervir.- ¿quieres un café?.-preguntó desde lejos.
-No, gracias. Necesito dormir.- apareció nuevente y se sentó a mi lado.
-¿Crees que estén bien?.- preguntó por lo bajo y la quedé mirando en silencio.- ya sabes... Duusu y Nooroo.
-Están con el maestro, de seguro están bien. No te preocupes por ellos.- sonrió levemente.
-Quisiera verlos nuevamente, Nooroo es tan dulce.
-Quizás podamos visitarlos en algún momento, podemos preguntarle a Adrien y Marinette mañana.- asintió en silencio y apoyó su cabeza en su mano sobre el respaldo del sofá.- ¿Estás cansada?
-Bastante.- bostezó.- espero que no vuelva a ocurrir algo semejante, fue muy difícil tener que controlar todas esas cosas oscuras.
-Entonces quédate aquí, iré a hacerte un té.
-Pero quiero café.- se cruzó de brazos y me levanté riendo.
-El café no te dejará descansar... mejor te haré una taza de leche tibia.
-No soy una niña para tomar eso.- se quejó y puse mis brazos en mi cintura viéndola divertido.
-En Canadá te hacías todos los días.- enarque una ceja y desvió la mirada.
-Que observador eres, Couffaine.- me encogí de hombros y me adentré a la cocina.
No me demoré nada en preparar la taza de leche y unas cuantas galletas. Volví a la sala, pero Fanny ya estaba dormida, dejé las cosas en la mesa de centro y me acerqué.
-Fanny.... oye... .- la moví un poco y se estiró, pero no abrió sus ojos.- no tienes remedio.-musité despejando su rostro suavemente. Pasé mi brazo bajo su espalda y detrás de sus rodillas tomándola para llevarla a su cama.
-Luka... ¿Qué haces?.- preguntó dormida.
-Te quedaste dormida en el sillón.- respondí y sonrió rodeando mi cuello con ambas manos.
-¿Y tu como buen príncipe azul llevas a la dama a su alcoba?.-susurró soltando una leve risa mientras abría la puerta de su habitación.
-Algo así... .- la dejé en su cama con cuidado y me arrodillé a un costado de ella en el suelo acariciando su rostro, sintiendo su respiración tranquila.- descansa... fue un día muy pesado.- abrió un poco sus ojos viéndome fijamente.
-Sabes... nunca tuve la oportunidad de ver unos ojos azules tan de cerca.- musitó e inevitablemente sonreí por sus palabras.- y he de decir que... los tuyos son muy bonitos.
-Creo que el sueño te está afectando.- respondí y soltó una risa.
-¿Nunca te cansas de arruinar el momento?.- cuestionó y puse un mechón de su cabello detrás de su oreja.
-Supongo que tengo miedo... .- susurré.
-¿De que?...
-De enamorarme de ti... .- apoyé mi mentón sobre mi brazo en el borde de la cama frente a ella.
-Puedes no hacerlo... que yo lo esté no te obliga a corresponderme.- respondió en voz suave mirando hacia un lado un momento y luego volviendo a fijar sus ojos en los míos.
-Creo que ya es demasiado tarde para eso...
-Parece que es a otro a quien le ha afectado el sueño.- rió un poco girandose para quedar viendo el techo.- tu sigues enamorado de Marinette, Luka.
-Si te dijera que no es así, ¿me creerías?.- se quedó en silencio sin mirarme.
-Pienso que un amor como el que sentías no puede irse de la noche a la mañana, incluso a mi aún me duele lo de Franco...
-Es cierto, no es algo que se borre así de fácil... los sentimientos no son juguetes que puedes desechar y puedo decirte que realmente amé mucho a Marinette, pero... ahora ella está con Adrien, ambos serán padres y ambos son mis amigos, no puedo verla más que como un hermana para mi.
-Quizás sea bueno que intentes convencerte de eso... Así el dolor será más llevadero.
-No estoy intentando convencerme de nada, ya es así.- suspiró.- ¿Por qué no me crees?.- no respondió y puso su brazo sobre sus ojos.- Stephanie, te estoy hablando.- aún seguía sin responder y quité su brazo.
-Porque no quiero sufrir más, no quiero creerte. Lo que me dijiste en la azotea realmente me hizo feliz, era algo que quería escuchar, pero...¿realmente es lo que sientes?, ¿o solo quieres olvidarte de Marinette conmigo?.- se volteó a verme y solté un bufido poniéndome de pie, ella se sentó en su lugar.
-Si te lo dije fue porque realmente lo siento así. Jamás digo las cosas por decir.- fruncí el ceño y miré hacia otro lado.- realmente tuve miedo de que algo te pasara y no pudiera decirte que realmente te quiero, que realmente yo... .- suspiré y me di media vuelta.
-¿Que tu qué?.- la oí a mis espaldas y me detuve en la puerta.- dime, Luka. ¿Qué querías decir?
-No siento solo amistad por ti... ya te lo dije, Fanny.- bajé el rostro.- ya es tarde para sentir miedo porque estoy enamorado de ti y no quería darme cuenta porque te aprecio demasiado como para hacerte daño.- me volteé a verla.- no fue algo de la noche a la mañana... no sólo eres hermosa en todo el sentido de la palabra, sino que fuiste mi apoyo todo este tiempo y me ayudaste sinceramente sin pedir nada a cambio, eres asombrosa y ese imbécil no te merecía en lo absoluto. No sabes lo que daría por evitar que derramaras una sola lágrima por él... Me hierve la sangre de pensar lo que te hizo, se que no te gusta hablar de esto pero es lo que siento.- iba a decir algo, sabía perfectamente que era, así que hablé nuevamente.- No me malinterpretes, se que eres fuerte y es lo que más admiro de ti... tu fortaleza junto con tu bondad, aunque quieras hacerte la dura.
Ella se puso de pie frunciendo levemente el ceño dirigiéndose hacia mi y no alcancé ni a reaccionar. Tomó mi nuca y me besó con fuerza en los labios, parpadeé un par de veces asimilando lo que ocurría y cerré mis ojos apegandola desde su cintura a mi cuerpo. Era un beso desenfrenado, rodeó mi cuello con sus brazos y giré con ella apegandola a la puerta que estaba detrás de mí.
-No puedes decirme todo eso y pretender irte... .- jadeó sobre mi boca y junté su frente con la mía.
-No eres un reemplazo... y mucho menos el clavo para sacar otro.- musité cerrando mis ojos.- quiero que lo entiendas porque no deseo perderte. Cuando ocurrió lo de la fiesta... quería estar junto a ti todo tiempo y me negaba que fuera por algo más, no quería aceptarlo, pero ya me es imposible.
-Eres todo lo que alguna vez imaginé, Luka... todo y mucho más.
-Quiero besarte otra vez...
-¿Qué te detiene?
-Que no te aseguro que pueda controlarme... .- aceché sus labios sintiendo como su respiración a aceleraba. Metí mi mano bajo su camiseta subiendola lentamente por su cintura sintiendo su cálida piel en mis dedos.
-No es necesario que te controles... .- suspiró y como si aquel suspiro me diera permiso, besé sus labios haciendo presión en su cuerpo contra el mío en la puerta.
Ella tomó el borde de mi camiseta despojandome de ella por sobre mi cabeza, la arrojó al suelo y yo por mi lado hice lo mismo con la suya dejándola con su sujetador.
Nos miramos un momento y la levanté haciendo que rodeada mi cintura con sus piernas llevándola a la cama. Besé su cuello lentamente, acarició mi espalda con sus manos regalandome una sensación de completa satisfacción en esa caricia.
-No se que me hiciste Stephanie Jones, pero me tienes vuelto loco.- volví a besar sus labios mordiendo levemente el inferior, sujetando sus muñecas contra el colchón.
Conecté sus ojos con los míos, escudriñando cada facción de su rostro, su pecho subía y bajaba rápidamente, y sus labios estaban algo rojos al igual que sus mejillas.
Apoyé el peso de mi cuerpo en mi brazo soltando sus muñecas y acaricié su cuello con mi mano libre lentamente hacia abajo, pasando por la línea de sus pechos, luego por su abdomen hasta el botón de su pantalón sin quitarle los ojos de encima. Sentí como se estremeció al tocarla y dio un pequeño salto cuando abrí su pantalón, lo bajé con cuidado dejándola sólo en su ropa interior color negro, tragó saliva con dificultad y junté su nariz con la mía.
-Si quieres que me detenga sólo dímelo .- musité.- no te obligaré a nada... jamás.
-Es sólo q-que... y-yo.- su voz se quebró y subí mi mano para acariciar su mejilla.
-Puedes decirme, puedes confiar en mi.- asintió levemente y vi sus ojos cristalizados.
-Es que yo no... desde aquello... .- cerró sus ojos fuertemente y besé su frente abrazandola.- no he estado con nadie mas que ese idiota y no quiero decepcionarte... no quiero sentirme tan... sucia.
-Oye, oye.- la separé de mi tomando firme su rostro para que me viera.- no quiero que repitas eso otra vez, ¿oiste?. Nunca pensaría eso de ti porque vales más de lo que crees. Yo no soy nadie para juzgarte y nadie puede hacerlo tampoco.
-Pe-pero yo...
-Eres hermosa.- la interrumpí.- eres hermosa y me gustas tal como eres, sin importar el pasado... dios... te amo de verdad.- tomé más aire en mis pulmones y abrió sus ojos un poco más.- te amo. Puedo sentirlo, no es un juego para mi... quiero que seas mi novia, quiero que vivas conmigo y quiero que compartamos momentos tanto felices como tristes. Olvidate de ese idiota de una vez y mírame a mi, sienteme a mi... porque borraré cada cicatriz que dejó en tu corazón.- se quedó en silencio y no podía creer que realmente se lo dije por fin.- ahora tu estas siendo la terca ya que no quieres ver que realmente me enamoré de ti.- puse mi mano en su pecho.- déjame santarte... .- su corazón se aceleró bajo mi palma.- déjame hacerte el amor.- cerré mis ojos un momento acariciando su nariz con la mía.
-Si quiero... .- susurró y abrí mis ojos.- si quiero ser tu novia, si quiero vivir contigo y mis padres pueden irse al diablo porque yo quiero estar contigo, Luka... ya no tengo miedo. Hazme tuya y prometo que te amaré incondicionalmente sólo a ti.
-¿Lo dices en serio?.- pregunté y asintió.- entonces... ¿quieres ser mi novia Stephanie Jones?
-Si quiero... .- sonrió e inevitablemente hice lo mismo poniéndome sobre ella para apresar sus labios con los míos.
-Me haces más feliz de lo que imaginas.- rodeó mi cuello con sus brazos y la besé otra vez, pero de manera más apasionada.
Cada beso y cada caricia prendía un fuego en mi interior difícil de explicar, me sentía pleno como en mucho tiempo no lo hacía. Cuando ya nos habiamos despojado de toda prenda que teníamos me detuve al sentir que temblaba bajo mis brazos.
-Mírame... .- musité.- quiero que me veas realmente y borres ese mal recuerdo.
-Lo haré... .- sonrió y se aferró con fuerza a mi soltando un quejido entre sus labios.- Te amo Luka.- suspiró y apreté las sábanas con mis manos.
-Y yo a ti...
¤¤¤
El sol se filtró por la ventana haciéndome abrir los ojos con dificultad, más cuando sentí esa calidez a mi lado sonreí recordando los eventos de la noche anterior. Fanny estaba completamente dormida y su respiración era plácida al igual que su rostro sobre mi pecho.
Con cuidado despejé su cabello a un lado depositando un beso en su cabeza a la vez que respiraba profundamente su aroma.
-Buenos días... .- hablé por lo bajo cuando se removió un poco y la vi sonreír.
-Buenos días pajarito.- respondió sin abrir sus ojos y solté una carcajada.
-¿Ahora me dirás así?.- cuestioné y se puso sobre mi depositando un beso en mis labios.
-Me gusta molestarte.- me dejó ver sus hermosos ojos cafés por fin y la apagué más a mi.
-Después no te quejes mariposa.- toqué nariz con la mía.- ¿dormiste bien?
-¿Tú que crees?.- cuestionó con travesura y rápidamente nos giré dejándola debajo mío.
-Yo creo que fue la mejor noche de mi vida...
-Si que eres un romántico.- se burló y me reí.
-Puedo ser un muy buen arruinador de momentos también.
-Idiota.
-Vamos.- me levanté y se cubrió con la sábana.
-¿Adonde?.- preguntó extrañada.
-Quiero salir con mi novia a desayunar aprovechando de mostrarle una cafetería de mi bello París.- besé su frente y sonrió.- así que apresurate pequeña mariposa.
Nos dimos una ducha rápida y salimos de mi departamento tomados de la mano. Ya tenía una idea para desayunar a gusto, luego ir donde Adrien y Marinette para preguntarles por los kwamis.
Llegamos a la cafetería y el aroma dulce de los pasteles recién hechos junto al café era completamente delicioso.
-¿Qué vas a querer?.- pregunté a mi bella castaña viendo a la vitrina con aquellas delicias.- yo invito.
-¿No importa si te dejo en quiebra?.- cuestionó y solté una risa.
-Claro que no.- respondí.
Pedimos un café normal y algunos pastelillos para llevar, Fanny pensó en llevarle algunos a Marinette luego. Salimos de la cafetería y nos sentamos en las sillas de afuera, charlando algunas cosas... sobre la universidad y sobre los padres de Fanny junto a su traslado a París. Cuando acabamos todo nos pusimos de pie saliendo hacia la calle.
-¿Stephanie?.- una voz desconocida nos hizo darnos la vuelta.
Era sujeto de cabello castaño y ojos oscuros, casi de un color negro. Fanny apretó mi mano y no apartó la vista de ese hombre.
-Si eres tú.- agregó el sujeto acacercandose a nosotros.- vaya... te ves bien, no has cambiado nada.- el tipo desvió su vista a mi examinandome detenidamente.- ¿quién es él?. - preguntó con una sonrisa algo falsa, según mi percepción.
Fanny no decía nada en lo absoluto, solo mantenía la vista al frente apretando sus labios igual que mi mano. Sabía que estaba incómoda.
-Vamos.- hablé llamando su atención.- disculpa, pero debemos irnos.- me dirigí al tipo y enarcó una ceja en mi dirección.- Fanny, vamos.- la jalé levemente dando un paso a nuestra anterior dirección, pero él le sostuvo su otra mano.
-¿Tan rápido te vas?, ni siquiera saludas a un... viejo amigo.- sonrió y sujeté su muñeca.
-No la toques.- lo miré fijamente. Tenía una mala a sensación con este sujeto y no permitiría que le hiciera algún daño.
-No tienes que preocuparte.- se soltó de mi agarre arreglando su traje.- Stephanie y yo nos conocemos muy bien.- volteé a verla y noté como temblaba levemente.- ¿no dirás nada cariño?.- cuestionó y fruncí el ceño apretando mi mandíbula, ¿quien se cree este tipo?
-No me digas así.- habló ella y respiró profundamente.- yo no soy nada tuyo y jamas lo seré.- dio un paso adelante soltando mi mano.
-¿De verdad?, puedo recordarte todo lo que somos si quieres, muñeca.- iba a interponerme, pero la sonrisa de Stephanie me detuvo.
-¿En serio?, debe haber sido algo tan poca cosa e insignificante que ya ni lo recuerdo.- soltó una risa.
-Cuando quieras te lo recuerdo, veremos si gimes mi nombre nuevamente.-tomó su mentón y ya no aguanté más empujandolo hacia atrás.
-Hijo de puta.- lo tomé de su camisa.-a ella la respetas o juro que no vuelves a ver la luz del sol.- alcé mi puño, pero ella me detuvo.
-No, Luka. No vale la pena.- la miré y solté un bufido intentando serenarme, soltandolo con fuerza.
-Vaya, tienes guardaespaldas ahora.- soltó con una risa.
-Soy su novio, idiota.- la puse detrás de mí.- agradece que prefiero no ensuciarme las manos con basura como tú.
-¿Cómo yo?.- cuestionó con esa sonrisa que quería borrar hace rato.- sólo saludé a una antigua novia.
-Ya quisieras que hubiera sido tu novia.- hablo la castaña poniéndose a mi lado.
-Sacaste las garras, en ese tiempo eras más callada y sumisa, amore mío.
-Vete al diablo.- tomó mi mano y me jaló hacia atrás.
-Hey tu, novio de ella.- me habló, pero lo ignoré.- si quieres te digo como le gusta para que la satisfagas mejor.
-¡Ahora si!.-me solté de Fanny y me giré dándole un certero puñetazo en el rostro.
-¡Luka!.- la oí a mis espaldas y le di otro en la nariz.
-¡¿Crees que no se quien eres?!.- exclamé tomándolo de la camisa nuevamente con ambas manos.- Franco Bianchi.- escupí su nombre con enojo y abrió más sus ojos viéndome fijamente.- Si. Ella me contó sobre ti, imbécil.- lo empujé y limpió su labio con el dorso de su mano.- y siquiera intentes acercarte a Fanny o mirarla te partiré la cara sin importar donde te encuentres.- la gente alrededor nos quedó mirando y el que nos atendió anteriormente en la cafetería se acercó, pero le hice una seña para que se quedara tranquilo.- que todo el mundo se entere de la vergüenza de hombre que eres, con una esposa y dos hijos engañando a jóvenes para tu propio beneficio.
-Tú.- me miró seriamente e intentó darme un golpe, el cual falló al instante.- ¿Cómo te atreves?.- le di otro golpe, ahora en el ojo.
-Luka Couffaine a tus servicios y que te quede muy claro, a Fanny le pones un dedo encima y no te libraras de mi. Así que recuerda muy bien mi nombre.- lo empujé nuevamente y sacudí mi chaqueta tomando la mano de mi novia nuevamente a la vez que recogía la bolsa que se me había caído.
-Espera un momento.- ella se soltó de mi y retrocedió hacia ese tipo dándole una bofetada.- esa por poco hombre.- le emparejó dandole otra- esa por lo que me hiciste y esa.- le dio otra.- por todas las mujeres que has utilizado.- arregló su traje con una sonrisa mientras el pestañeaba aún sin asimilar lo que ocurría, al parecer.- y una cosa más "querido" Franco, déjame decirte que... A Luka no le llegas ni a los talones, quizás debas dejar de creerte tanto algo que te falta para sostener los pantalones.- se dio media vuelta ahora si afirmando su mano con la mía, la gente al rededor comenzó a aplaudir.
Salimos de ahí dirigiéndonos a mi departamento para ir por mi moto y emprender camino al departamento de Marinette.
-Oye... eso que le dijiste.- hablé por lo bajo y se puso a reír.
-¿Viste su cara?, debería haberlo grabado.- la quedé mirando un momento.- gracias por defenderme...
-No permitiría que te hiciera daño, aunque sabes defenderte muy bien sola.
-Me diste la fuerza de poder enfrentarlo. Franco Bianchi ya no es parte de mi vida.
-Me alegra oir eso... .- acaricié su mejilla suavemente.- ¿así que no me llega ni a los talones?.- cuestioné y se acercó a mis labios.
-Ni siquiera se acerca un poquito.- respondió y tomé su cintura apegandola a mi.
-Te quiero, Jones.
-Y yo a ti, pajarito.
-¿Otra vez ese apodo, mariposa?.- sonrió y besó mis labios suavemente.
"El pasado regresa cuando menos lo esperamos, pero siempre está en nosotros saber como enfrentarlo para vivir nuestro presente."
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