Capítulo 55
~Adrien~
Abrí mis ojos, esperaba encontrarme en aquel árbol, pero no era así. Estaba en la azotea del hospital con Marinette en mis brazos aún, Luka estaba a mi costado y se agachó de rodillas en el piso.
-N-no... ¿Qué es eso?.- las lágrimas se desbordaban por mis ojos.- ¡Cataclismo!.- volví a activar el poder en mi mano contra mi pecho, pero no funcionaba.- cataclismo... ¡cataclismo! , ¡¿por qué no funciona?!
-Adrien.- habló mi amigo y enfoqué mis ojos en sus azules.- no hagas esto... .- soltó con la voz quebrada luego viendo a Marinette con sus ojos cristalizados.
-D-debo estar con ella... cataclismo.- lo activé nuevamente con desesperación, pero no funcionaba y ahí caí en cuenta.- ¡Plagg!
-No dejaré que mueras.- respondió.
-¡¿Qué estás haciendo?!.- exclamé.
-Siento lo que tú, pero usar el cataclismo será aún más doloroso para ti y rompería una regla.
-No me importa, ya detente. Debo ir con ella.
-¡No!, te dije que no.- me destransformó y quedó volando frente a mi.
-Vete de aquí, ¡larguense todos de aquí!.- grité sujetando a Marinette con más fuerza, sentía que en cualquier momento me abrirían el pecho y me arrancarian el corazón.- ¡fuera!
-Ella no quiere esto, Marinette no quiere que hagas esto.- habló mi kwami y lo miré fijamente.
-¡Eres un traidor, te dije que debo estar con ella!.-la abracé acercandola a mi pecho y meciendome lentamente.- estaremos juntos... siempre estaremos juntos... .- susurré sobre su cabeza.
-Adrien.- Plagg habló nuevamente.- ¡mírame por un demonio!.- negué cerrando mis ojos.
-Marinette estará bien.- oí a Tikki .- ella y el bebé estarán bien.
-Están muertos... y no me dejan ir con ellas.- intenté tragar saliva, pero el nudo en mi garganta no me lo permitía.- ellas son mi vida... no quiero estar aquí si ellas no están, quiero irme, dejen que me vaya por favor... .- el llanto fue incontenible, necesitaba oírla, la necesitaba y no me dejaban ir.- p-por favor... .- nunca oí mi voz tan quebrada y con cada palabra sentía mi garganta desgarrarse.
-No podemos dañar a ningún humano.- respondió Tikki.
-Menos si es un alma pura.- agregó Plagg.- y menos si estoy unido a ti.
-Si no pueden hacerlo, lo haré yo mismo.- abrí mis ojos y los vi frente a mi con su forma humana nuevamente.- me arrojaré del edificio si es necesario.
-Créeme que no será necesario.- Tikki me sonrió levemente y alzó su mano hacia arriba.
-Ten cuidado.- Plagg se volteó a verla y ella le guiñó un ojo.- no te preocupes gatito.- susurró.
No entendía que sucedía, pero una luz muy brillante salió de sus dedos y la pelirroja miró hacia arriba.
-¡Miraculous!.- exclamó y todo fue rodeado por miles de mariquitas y luces de muchos colores.
Mis heridas fueron sanadas nuevamente, mis compañeros se destranformaron quedando los demas kwamis volando alrededor de ellos y fueron curados de la misma forma, las luces se extendieron por toda la ciudad a lo lejos, reparando los edificios dañados y alrededor de nosotros crecieron muchas flores de colores y plantas.
Abrí mis ojos ampliamente y más cuando sentí que Marinette se movió en mis brazos, bajé la vista hacia ella y frunció levemente el ceño abriendo lentamente sus ojos.
-Marinette... .- musité y conectó sus ojos con los míos.- ¡Marinette!.- la abracé nuevamente con fuerza.- ¡Estas bien!.- sonreí y lloré como nunca antes lo había hecho, lloré como nunca antes habría imaginado que lo haría y besé su cabeza repetidas veces por el sentimiento que me envolvía de golpe.
-A-adrien... m-me estas asfixiando.- soltó con dificultad y tomé su rostro entre mis manos separandola un poco de mi.
-Mi bichito, mi Marinette.- junté su frente con la mía.- no vuelvas a hacerme esto, n-no... tonta, me has roto el corazón como no tienes idea.- cerré mis ojos con fuerza respirando con dificultad.
-Gatito... .- me derretí de solo oír esa palabra salir de sus labios.- lo siento.- sentí sus manos sobre las mías y como su respiración chocaba contra mi.- lo siento.- negué con la cabeza.
-Pensé que te había perdido... que no podría verte otra vez, no me dejaban ir tras de ti...
-Sabes que siempre estaré contigo.- tomó mi rostro y abrí mis ojos un momento cuando sentí sus labios sobre los míos.
Esos cálidos labios que me hacían perder la cabeza y es que su suavidad habían hecho que todo sentimiento abrumador se esfumara. No quería soltarla, no quería siquiera imaginar el frío cuando nuestro beso acabara.
-Te amo... te amo mas que mi propia vida.- susurré con suavidad sobre sus labios, viéndola a los ojos mientras acariciaba sus mejillas con mis pulgares.- si tu te vas iré detrás de ti.- sentí como comenzaba a derramar lágrimas.
-Lo siento... perdón... me dolía y y-yo... .- se separó un poco bruscamente de mi y tocó su vientre con terror.
-Está bien, Marinette.- la voz de Tikki sonó nuevamente y Marinette volteó a verla junto conmigo.- el bebé está bien, siempre estuvo bien.
-Gracias.- hablé apegando a Marinette nuevamente a mi.- de verdad gracias... te lo deberé toda la vida, no tendré como pagartelo.
-No tienes que agradecer. Ustedes son lo más importante para nosotros.- respondió con una enorme sonrisa en sus labios tomando el brazo de Plagg.
Volví mi vista en mi princesa y acaricié su vientre suavemente con mi mano, provocando un sonrojo en las mejillas de Marinette.
-¿Te sientes bien?.- pregunté y asintió levemente.
-Tengo hambre.- respondió y fue inevitable no soltar una carcajada a la vez que limpiaba el rastro de lágrimas de sus mejillas.
-Te compraré todo lo que quieras cuando vayamos a casa, ¿bien?.- besó mi mejilla levemente y se acercó a mi oído.
-Te amo mucho... más de lo que puedes imaginar.- la sentí sonreír y me reincorporé ayudándola a ponerse de pie conmigo.
-Ten cuidado.- agregué sujetandola firmemente.
-Adrien, descuida. Mis heridas están todas sanadas.
-No importa.- respondí y soltó una pequeña risa. Tikki y Plagg se acercaron a nosotros para abrazarnos y correspondimos enseguida.
-Princesa de los quesos, que bueno que estas bien.- Plagg besó levemente su mejilla haciendo que se sonrojara y yo lo aparté frunciendo levemente el ceño.
-Portador idiota.- refunfunó.- ¿acaso temes que con mi forma humana pueda enamorar a la bella princesa?.- se burló y fruncí el ceño aún más.
-En tus sueños.-respondí y sonrió.
-En mis sueños sólo tengo a mi...
-Queso.- respondió Tikki rodando los ojos y este se le acercó.
-En realidad iba a decir que a mi azuquitar.- ronroneó sobre su oído y esta se sonrojó de sobremanera, sorprendiendo a Marinette y a mi por sus palabras.
-¡Plagg!.- alegó ella empujandolo.- ¡pero que cosas dices!, ¡te pones raro en esta forma!
-Sólo digo la verdad.- se encogió de hombros.- y más si hay ¡zorros estúpidos presentes!.- frunció el ceño hacia nuestras espaldas y todos nos giramos a ver.
-¡Oh vamos!, ¡deja eso en el pasado!.- un chico de cabello anaranjado y ojos violetas caminó frente a él.- ¡pasó hace siglos!, eres rencoroso hermano.
-Entonces espero que dejes en el pasado el golpe que te daré ahora mismo.- Plagg cerró su puño acercándose bruscamente a él, pero Tikki sujetó su brazo.
-Plagg... ya basta.- musitó suave, pero firme y él resopló.
-¡Pues dile al zorro que no se meta conmigo ni contigo!
-Hey chicos, calma.- apareció un chico de cabello verde y supe enseguida que era Wayyz.- no es el momento ahora.
-Hazle caso a Sabiduría.- soltó el de cabello anaranjado cruzándose de brazos mientras sonreía divertido.- suele tener mucha razón.
-No te recomiendo provocarle, Ilusión, veo exactamente lo que hará en unos segundos.- se unió una chica con cabello azul al igual que su traje.
-¿Qué es lo que vez, Visión?.- preguntó soltando una risa.
-Pues... .- no alcanzo a terminar puesto que Plagg le había propinado un golpe en la quijada.
-Diablos... .- se quejó el zorro tocando donde había sido el impacto.
-Tengan un poco mas de clase por favor, estamos frente a nuestros portadores.- habló una chica rubia con dos antenas negras, con un traje de abeja.- ¿o quieren que los paralice?.-preguntó posando ambas manos en su cintura.
-No sigan peleando.- otra voz se hizo presente y todos voltearon a ver de quien se trataba.
-¡Nooroo!.- exclamaron al unísono corriendo hacia el chico con ropajes violetas para abrazarlo.
-¡Te extrañamos tanto!.- soltó la chica de azul poniéndose a llorar.
-G-gracias, pero si siguen así no podre contener el llanto.- respondió Nooroo siendo estrujado por los kwamis.
Bajé mi vista a Marinette y esta tenía una enorme sonrisa en sus labios abrazándose a mi pecho, admirando la tierna escena frente a nosotros.
-¿No tienes la sensación de que todo estará bien de ahora en adelante?.- preguntó tomándome algo por sorpresa e inevitablemente una sonrisa surcó mis labios y besé su frente balancenadonos un poco.
-Si estás a mi lado... estoy seguro que así será.- respondí y la voz de los demás me sacó d e mi ensoñación.
-Marinette.- era Luka y nos separamos un momento.- no tienes idea del susto que me diste.- se acercó y Marinette lo abrazó con fuerza.
-Lo siento Luka.- respondió y el besó su cabeza suavemente.
Luego de unos segundos se separaron y el pelinegro frunció el ceño viéndome fijamente mientras se acercaba a mi.
-¡Y tu pedazo de idiota!.- me gritó tomándome por sorpresa.- ¡no vuelva a hacer semejante estupidez!.- me jaló abranzome también, cosa que no supe como reaccionar.- estúpido Agreste, sentí pánico al verte así.-correspondí su abrazo y luego despeinó mi cabello un poco al separarse.- son tal para cual, un día de estos me matarán.-nos miró a ambos y reí levemente abrazado a Marinette por sobre sus hombros.
-Lo siento...
-Te las cobraré, me arrojaste por la ventana.- se cruzó de brazos e inevitablemente solté una carcajada.
-Debes admitir que fue gracioso.
-¡Casi me matas!
-Pero no pasó.- me encogí de hombros.
-¿Qué hiciste que, Adrien?.- preguntó Marinette y le sonreí con inocencia.
-Na-nada...
-Necesito un terapeuta con urgencia.- se acercó Fanny al lado de Luka.- vaya amigos que tengo.- soltó una carcajada y nos abrazó a los dos.- la próxima vez que algo asi suceda tengan por seguro que yo misma los mataré.
-Gracias Fanny.- se separó de nosotros y mi bichito tomó sus manos.- fuiste muy valiente.
-No hubiera podido hacer nada sin ti.- le respondió con una sonrisa.
-Tú niña berrinchuda.- la voz de Félix se hizo presente y Marinette lo miró junto con los demás.- por favor no se te ocurra volver se hacer semejante cosa en mis brazos.- la abrazó con fuerza.- niña malcriada.
-Félix... .- musitó.- gracias, pero no soy una niña.- rió por lo bajo dejando que las lágrimas salieran de sus ojos.- estúpido egocéntrico.
-Niña.- repitió y ella soltó una risa.
-Hey viejo.- Nino me tomó por el cuello.- no te diré nada de todo lo que ya te han dicho sólo porque... ¡Al demonio!.- apoyó su frente en mi hombro y sentí como mi ropa se humedecia.
-Nino... .- musité.
-Estúpido, no se que haría sin ti viejo.- sonreí.- aún me debes esas hamburguesas.- solté una carcajada y luego me soltó, me giré chocando puños con él mientras pasaba su otra mano por su rostro.
Y así pasaron los minutos, todos regañandonos a Marinette y a mí, Chloe estaba algo perdida con todo lo que ocurría, pero se mostró feliz de verme aunque me dijo que le debía un buena explicación por mi extraña ida a Alemania, sobretodo sobre que era el héroe de París y Marinette también. Alya nos dio una fuerte reprimenda por todo, aunque no pudo evitar llorar cuando nos abrazó por fin.
Todos los kwamis estaban en su forma humana, hablaban entre ellos... con algunas risas y otras cosas, miradas asesinas de parte de Plagg al zorro, pero lo bueno es que no volvió a golpearlo... creo que le preguntaré que pasó entre ellos luego.
-Adrien.-la voz de mi padre me sobresalto un poco.-Dios, no sabes cuan feliz estoy de que estés bien.- tomó mi rostro y me sonrió envolviendome en sus brazos, me sentía tan feliz de eso... necesitaba a mi padre mucho y ahora sentía que liberaba un gran peso de encima, sabía que me amaba y la sensación de frío en mi pecho sobre lo que pasó hace casi tres años se perdía lentamente.
-Te amo papá.- fue lo único que pude decir.
-Y yo a ti. Ya te lo dije una vez, pero lo haré de nuevo porque es la verdad.- me separó viéndome a los ojos fijamente.- estoy orgulloso de ti, estoy orgulloso de todo lo que eres y estoy orgulloso de ser tu padre.- sentí mucha calidez al oírlo y es que... Ahora tenía el tiempo de poder disfrutar de sus palabras.
-Yo también estoy orgulloso de ser tu hijo.- respondí tragando con dificultad e intentando que mi voz no se quebrara.
Mi padre sonrió y luego estrechó a Marinette entre sus brazos.
-Marinette, sabes que te volviste una hija para mi. Gracias por amar tanto a mi hijo.- musitó y ella solo correspondió a su abrazo en silencio.
-Por fin el equilibrio.- la voz del maestro captó la atención de todos.- siento mucha dicha de poder haber vivido para ver este día.- sonrió achinando sus ojos.
Creo que no tuvo previsto que todos los kwamis se arrojarian sobre él cayendo así en el suelo.
-¡Están en su forma humana!, ¡matarán a este viejo!.- exclamó soltando una carcajada y ellos hicieron lo mismo.- ¡tengo casi 200 años por el amor al queso!
-¡Esa es mi frase!. - alegó Plagg y todos rieron incluidos nosotros.
~Félix~
Todo había sido una completa locura y estoy seguro que estaría para escribirlo en un libro de ficción. Por alguna razón me sentía en paz... y es que haber visto a Marinette morir en mis brazos fue un horrible golpe para mi y más aún al ver la reacción de Adrien, pero todo se solucionó gracias a la chica de cabello rojo.
Luego de unos minutos Nathalie se acercó con la cabeza abajo y todos se quedaron en silencio parados frente a ella, se paró frente a Marinette y Adrien poniéndose de rodillas en él suelo.
-Y-yo... se que no merezco su perdón, y a pesar de no arrepentirme de mi cometido... .- apretó sus puños con fuerza alzando la vista.- si lamento todo el daño que les causé, siento lo que te hice Adrien... y siento lo que le ocurrió a Marinette... no espero que me perdonen, pero debía decirlo.
Adrien se puso de rodillas frente a ella, Marinette hizo lo mismo y ambos la abrazaron.
-Eres como una madre para mi Nathalie.- habló mi primo.- y se que todo lo hiciste por tu hija, creeme que hubiera hecho lo mismo y no es como que recibieras el mejor ejemplo.- miró un momento a mi tío y luego sonrió.
-No te culpamos, además, se que intentaste protegerme cuando caí.- habló la de ojos cielo.- recuerdo que intentaste persuadir al akuma... siempre evitaste hacernos daño.
Se pusieron de pie junto con ella y se acercó a hablar con el anciano un momento, este le tomó la mano sonriendo levemente a lo que ella respondió abrazandolo, hizo lo mismo con mi tío y luego se acercó a mi viéndome a los ojos.
-Puse a tu familia en tu contra... .- comenzó a hablar.- te herí por todos estos años con mis palabras, te desprecié de una manera horrible y se que no fue tu culpa...
-Nathalie... .- alzó la mano para callarme.
-Mi hija te amaba y se que tu también... A pesar de todo lo que te dije nunca faltaste un solo día en ir a verla, y se que pasaste días enteros a su lado... Te lo agradezco, realmente te agradezco que amaras tanto a Bridgette.- no podía hablar, tenía un gran nudo en mi garganta.- nunca había visto tan feliz a mi hija desde que llegaste a su vida, le trajiste mucha dicha y lo sabía con solo oír su voz.- la respiración comenzó a hacerme falta.
Sus palabras me habían estremecido por completo, por mucho tiempo solo me demostraba el rencor y odio que sentía hacia mi... y ahora inevitablemente sentí como si mi madre me hubiera hablado después de mucho tiempo.
-Félix... .- aquella voz me paralizó y con lentitud giré en mi propio eje.
Abrí mis ojos sin poder creerlo en lo absoluto, ella estaba ahí... Bridgette estaba sentada en la camilla frotando sus ojos con una mano.
-Félix.-habló nuevamente y sentí mis piernas flaquear.- amor, ¿eres tú?.- preguntó con esa dulce voz, con esa voz esa no oía hace mucho... .- ¿mamá?.- preguntó nuevamente y se que Nathalie estaba igual que yo.
-Santa mierda.
"A veces las tormentas se vuelven un diluvio, pero todo lo que inicia tiene su fin en algún momento, aunque veces perdamos la fe."
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