Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 52 (segunda parte)

~Adrien~

Y ahí estábamos, viéndonos fijamente. Sus ojos azules eran como ver un témpano de hielo. Lo sujeté del cuello quedando sobre él dispuesto a usar mi poder destructivo, pero habló alzando la mano.

-Si lo haces los dejaré caer.

-¡Tu pusiste a Marinette en el hospital!, ¡ella estaba muriendo!.- lo golpeé con fuerza contra el suelo.- casi la pierdo por tu culpa.- solté entre dientes acercando mi mano a su rostro.

-¡Yo no quería que ella cayera!

-¡Mentira!

-Fue el akuma, se salió de control e hizo lo que quiso, intenté ayudarla. Debes creerme, yo jamás le haría daño a Marinette.

-¿Te das cuenta que ahora la quieres matar?.- hablé firme viendo a Marinette de reojo con esa sombra sujetándola.- ¿Que no tienes corazón?

- Yo sólo quiero traer a mi hija devuelta.- su voz de quebró a pesar de lo rebotica que sonaba, y abrí un poco más mis ojos tras oír aquello.

-¿Qué?... acaso Bridgette... .- me quede en silencio un momento.- ¿Es tu hija?.- pregunté en un hilo de voz y asintió débilmente.

-Por favor, Adrien. Ha estado así por casi tres años, ella no merece ese sufrimiento, quiero verla sonreír.- apreté más mi agarre contra su cuello.

-¡¿Y quieres salvar a tu hija a costa de la mía?!.- le grité con enojo y rabia.

-¿Qué?.- cuestionó sin comprender.

-Marinette está embarazada y tu quieres matarla junto a mi hijo en este momento.- volví a golpearlo contra el pavimento.

-Y-yo no... .- alzó la mano y las sombras tocaron el piso aún sujetando a todos.- jamás le haría eso a Marinette... ni a ti. No sabía que ella está embarazada...

Lo quedé mirando en silencio debatiendome si seguir con mi cometido o detenerme. Quité el broche de la mariposa de su cuello y lo arrojé hacia atrás, una luz violeta me cegó un momento y cuando vi de quien se trataba mi mundo se cayó a pedazos otra vez.

Me quité rápidamente de encima desactivando el cataclismo de mi mano, conteniendo el aire en mis pulmones y sintiendo mi corazón latir con fuerza contra mi pecho.

-N-no... no puedes ser tu... .- intenté hablar, pero me era casi imposible hacerlo.

-Lo siento Adrien... no quería hacerte esto...

Las lágrimas se asomaron por mis ojos, sentía un inmenso dolor en mi pecho y el intentar respirar me quemaba.

-Todo este tiempo fuiste tú... todos confiabamos en ti, yo confiaba en ti.- la apunté con mi mano y temblaba, no podía creerlo, no quería creerlo.

-Hacemos lo que sea por nuestros hijos, tu padre lo sabe y ahora tu también lo sabrás, ¿no es así?.- miró hacia atrás a Marinette aún sujeta por la sombra.- vas a ser padre... deberías poder entenderme.- sonrió débilmente.

-Inculpaste a Félix todo este tiempo, tu sabías todo... ¡debí darme cuenta!, pero jamás dudé de ti, porque confiaba en todos estos años que me cuidaste, ¡por una mierda!, ¡fuiste como mi madre!.- evitó mirarme y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas sin control alguno.

-Adrien... .- se acercó, pero me hice hacia atrás.

-Secuestraste a mi padre, secuestraste al maestro y lo torturaste. Marinette casi muere por tus akumas y de paso casi muere mi hijo con ella.- mis manos temblaban y aun así las apreté lo más que pude.- estabas junto a mi, junto a Marinette, junto a mi padre todo este tiempo y nos viste la cara de estúpidos.- no soporté la impotencia y las lágrimas me traicionaron derramándose de mis ojos.

-Nunca quise lastimarte, nunca quise lastimar a nadie.

-Eras parte de mi familia... .- cerró sus ojos fuertemente.- Nathalie... eres mi familia.

Ahora todo estaba muy claro, siempre fue ella... desde  el principio fue ella. Nathalie conocía todo acerca de los akumas por mi padre, sabía sobre los miraculous desde hace años y más aún sobre el libro y el maestro, conocía a Nooroo, conocía a Félix y a Franco Bianchi, sabía de nuestros movimientos a la perfección, ya conocía nuestras identidades, nuestras debilidades, sabía exactamente que hacer para que dudaramos y sabía exactamente lo que haríamos en una situación de riesgo.

-Uno hace lo que sea por quien ama y eso tu lo sabes mejor que nadie, mi hija esta en esa cama hace más de tres años y todo por la culpa de él.- apuntó a Félix que aún estaba vendado, se removió en su lugar.

-No, él no provocó ese accidente. ¡Ni siquiera Bridgette lo culpa!

-¡Mi hija estaría aquí de no ser por él!

Me puse rápidamente de pie y ella hizo lo mismo frente a mi.

-No haré lo que quieres, no invocaré el poder.- la miré fijamente limpiando las lágrimas de mi rostro.

-Adrien, por favor... .- negué repetidas veces.

-No es algo que puedas controlar y no es algo con lo que debas meterte.

-Entonces no me dejas más opción y no quiero hacerte daño.- alzó las manos y las sombras aprisionaron a mis compañeros detrás mío.- o lo haces por las buenas o tendrá que ser por las malas.- sujeté mi barra firmemente.

-Harás que rompa el equilibrio, harás que todo sea un caos. Tu sabes las consecuencias de todo esto.

-Lo sé, pero... Así son las cosas.

-No me hagas esto, por favor... .- apreté mi barra con fuerza.- Nathalie, debes reaccionar. Podemos olvidarlo, podemos seguir todos juntos como siempre, estarás conmigo y con papá como todos estos años, podrás estar con mi hija y Marinette, ser parte de todo, pero no me obligues a hacer esto, te lo suplico.

Se quedó en silencio por un prolongado tiempo, pero negó con la cabeza frunciendo el ceño.

-¡Bridgette en algún momento despertará, ella no quiere esto!.- exclamé.

-¡Ella lo era todo para mi!, a pesar de la distancia desde que se fue a Italia, siempre estuve al pendiente de ella, siempre hablábamos y cuando ya no pude hacerlo... no sabes el dolor que sentí cuando me enteré de su estado. Acepté su relación con Félix porque sabía que era un buen hombre, pero nunca pensé que esa podría ser la peor decisión que haya tomado en mi vida. Jamás quise lastimar a nadie, pensé que los miraculous estaban donde el maestro y que podría tomarlos sin que nadie supiera, pero no estaban y no sabía como invocar el poder, tomé a Nooroo para traer devuelta a Ladybug y como tu no estabas sería más fácil poder quitárselos, pero...

-Pero luego aparecí.- respondí por ella.- volví y todo tu plan se vio frustrado.

-No me malinterpretes, estaba feliz de verte... estaba feliz de que estuvieras vivo.- dio un paso adelante, pero retrocedí.- Adrien... te vi crecer, estuve ahí siempre contigo.

-Pero eso no te detuvo en lastimar a la gente, en lastimar a Marinette, o al maestro... A mi... .- bajó el rostro apretando sus puños a sus costados.

-Es mi hija... quiero que tenga otra oportunidad, ¿tu no harías lo mismo?

Formé una fina línea en mis labios, aunque quisiera sentir rencor hacia ella no podía hacerlo, simplemente no podía... y por mas estúpido que sonara la comprendía.

-Adrien.- habló nuevamente y yo cerré mis ojos fuertemente.

-Lo siento, pero soy Chat Noir. Soy el héroe de París y portador del miraculous central de la destrucción.- respondí firme en mi posición viéndola a los ojos.

Nathalie miró hacia el lado derramando lágrimas y alzó la mano haciendo aparecer sombras alrededor de mi. Me puse en posición de ataque nuevamente y comencé a luchar contra las sombras.

-Lo siento... .- musitó.- ¡quitenle el anillo!.- exclamó y comencé a esquivar los golpes lo más que pude.

No podía tocar las sombras, mi barra sólo las atravesaba. Nathalie me dio la espalda y se apoyó en la camilla viendo a Bridgette detenidamente mientras acariciaba su frente.

-¡Nathalie!.- grité, pero no se volteó.

Una sombra me golpeó contra el suelo y me levante lo mas rápido que pude antes de que me pisara. Nos seguimos moviendo y me acorralaron contra una de las paredes, cada una se acercó intentando contenerme, pero salté sobre ellas... ya estaba llegando a mi límite. De improvisto una de las sombras me atrapó arrojandome contra una pared, sentí como el aire abandonaba mis pulmones, me dolía la cabeza por el golpe.

-¡Nathalie!.- volví a gritar, pero no respondió.

Las sombras me tomaron apretandome con fuerza, la vista se me hizo borrosa... sentía como la sangre bajaba por mi frente lentamente. Cerré mi puño con la fuerza que pude para evitar que quitaran mi anillo.

-Resiste, Adrien.- oi a Plagg en mi mente.- eres fuerte.

-Plagg... .- susurré entrecerrando mis ojos.- no podré aguantar por mucho más...  .- giré un poco mi cabeza viendo a mis compañeros completamente inmovilizados, Chloe ya estaba destransformada y luchaba por zafarse del agarre de la sombra al igual que Luka y Alya. Los tres me miraban con los ojos muy abiertos.

-¡N-no!, ¡no le hagas daño!.- esa voz... ¡Marinette!.- ¡haré lo que quieras pero no le hagas daño!

-Marinette... no...

~Marinette~

Abrí mis ojos débilmente y lo vi... esas cosas lo habían rodeado por completo y lo golpeaban sin piedad alguna, no permitiría que le hicieran daño.

Conecté mis ojos con esos felinos verdes un momento y me vieron con completa preocupación en estos, negó con la cabeza y corté el contacto visual ahora enfocandome en la mujer que estaba parada frente a esa camilla.

-¿Lo harás?.- preguntó y tragué con dificultad, no sabía lo que sucedía.

-Haría lo que fuera por él.- respondí y sentí como la sombra aflojaba su agarre.

Toqué con mis pies el frío suelo y como pude corrí hacia Adrien, sabía que era él... estaba segura que era él. Las sombras lo dejaron caer al piso y me arrodillé acercando mis manos temblorosas a su cuerpo, levantandolo un poco. Acomodé su rostro en mi regazo y abrió sus ojos viéndome fijamente.

-Marinette... .- habló entrecortado.

-Vas a estar bien, vamos a estar bien... arreglaré esto.- acaricié su cabello suavemente, las lágrimas se derramaron por mis mejillas al verlo tan herido, con sangre en su frente y en su labio.- amor vas a estar bien...

-N-no... no lo hagas.- tomó mi muñeca.- tu no sabes... No lo recuerdas, no puedes hacerlo.- tragué con dificultad.

-Tu me proteges y yo te protejo.- respondí sin saber muy bien el porque de eso.

Acaricié su mejilla levemente tocando aquel antifaz con mis dedos, me acerqué a sus labios y los besé levemente.

-Perdón por no decírtelo... pero te amo, aunque no lo recuerde. Se que te amo mas que nada en este mundo.

-Marinette... no lo hagas...

-¿Tu me amas?.- pregunté con la voz entrecortada.

-No lo hagas... .- repitió tomando mi mano y apegó su mejilla a mi vientre soltando lágrimas por sus ojos.- p-por favor... no quiero perderte, nuestro hijo...

-Va a estar bien.- respondí y tomé su mano quitando su anillo.

Una luz verde se hizo presente y el traje de gato desapareció de él, sus ojos volvieron a ser humanos y ya no tenía aquellas orejas...

Tomé aire en mis pulmones y con cuidado lo dejé tendido en el suelo por completo, sujetó mi muñeca con fuerza, pero la quité poniéndome de pie.

-Marinette, Marinette.- me miró fijamente.- ¡Marinette!.- me giré y la mujer que estaba frente a miro me extendió su mano abriendo la palma y dejando al descubierto unos aretes.

Ignoré los llamados de Adrien y los tomé poniéndolos en mis orejas al igual que el anillo en mi dedo.

-No le hagas daño.- la miré fijamente.

-Lo siento... No quise lastimarlo.- alzó su mano acariciando mi mejilla.- y mucho menos a ti.- sus palabras sonaron tan cálidas y sinceras que me estremecieron por completo.

-Marinette... .- oí nuevamente a Adrien a mis espaldas.- no...

Cerré mis ojos con fuerza y una luz brillante me rodeó dejando al descubierto dos pequeños seres que flotaban frente a mi.

-Marinette. - habló el bichito rojo.- te extrañé.- se abalanzó hacia mi y me sorprendió de que me conociera.

El pequeño gato negro que flotaba también se acercó a mi abrazandome.

-Princesa de los quesos.- susurró.

-No se quienes son, lo siento.- musité y ambos se separaron de mi.

-Ordenales.- habló la mujer frente a mi y ambos pequeños se voltearon a verla.- ordenales el poder absoluto y ellos te harán caso.

-¡¿Qué?.- el pequeño bicho se giró viéndome a los ojos.- ¡Marinette!, ¡no puedes hacer eso!

-¡Harás un desorden en el equilibrio!.- habló el gato negro.

-Tu lo sabes.- habló nuevamente el bichito.

-No, no lo sabe. Ella no recuerda nada.-le habló el felino y esta lo miró abriendo más sus pequeños ojos.

-Marinette, escúchame. No puedes hacer esto, tu no quieres hacerlo.- me quedé en silencio y miré a Adrien detrás mío intentando ponerse de pie, pero fallando en el intento.

-Marinette... yo solo quiero traer a mi hija devuelta.- habló la mujer de ojos azules detrás de los pequeños seres apuntando la cama.- por favor, te prometo que no le haré daño a nadie mas si me ayudas.

Cerré mis ojos y toqué mi vientre con mis manos.

-Lo siento... .- musité y luego abrí mis ojos viendo a los pequeños frente a mi.- les ordeno... les ordeno el poder absoluto ahora.

Ambos cerraron sus ojos con fuerza y se voltearon viéndose de frente tomando sus manos. Su mirada reflejaba miedo en ambos, pero sus voces se hicieron presentes.

-Creación.- habló el gato negro.

-Destrucción.- habló el bichito rojo.

Una fuerza extraña comenzó a envolverlos cuando un gran remolino y una luz blanca muy fuerte comenzó a brillar intensamente. Cubrí mis ojos con ambos brazos por el viento que estaba haciendo que casi no pudiera mantenerme en pie.

Abrí mis ojos y miré por todos lados, pero no había nada mas que un gran árbol frente a mi y una extraña voz se hizo presente.

-¿Qué deseas?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro