Capítulo 48
~Adrien~
La besé... no pude soportarlo más y la besé.
Extrañaba tanto poder sentir sus labios, su suavidad, su calidez y todo de ella. Tener que verla desde lejos sin poder tocarla y sin poder decirle lo mucho que la amaba ya me había pasado la cuenta y es que... lo único que quería era poder estar completamente junto a ella y nuestro hijo.
Pensé que no correspondería a mi beso, pero fue todo lo contrario... mi corazón comenzó a latir con fuerza, podía sentir su cálida respiración chocar contra la mía a la vez que con timidez hundía sus dedos en mi cabello atrayendome más hacia ella. Acaricié sus mejillas con mis manos.
Ya me hacía falta el aire, pero no quería soltarla, no quería que me odiara por esto, no quería aterrizar en la realidad... en la dolorosa realidad donde soy un extraño para ella.
Como si fuera una completa tortura para mi me separé lentamente de sus labios quedando a unos centímetros de distancia recuperando el aire perdido, junté su frente con la mía y no pude aguantar más el no derramar lágrimas, tenía mis ojos cerrados... solo unos segundos más de tenerla así, solo eso quería...
-Adrien... .- sentí sus labios rozar con los míos cuando pronunció mi nombre con esa voz tan dulce... tan hermosa para mis oídos.- ¿p-por qué?.- susurró.
-Lo siento... .-mi voz se quebró, de alguna forma tenía la ilusión de que me recordaría, pero no fue así.- lo siento... .- repetí y sentí sus manos en mis mejillas.
-No llores... y-yo... por favor no llores, me duele mucho verte así.- respiré profundamente su aroma.
Sentía un gran nudo en mi garganta conforme pasaban los minutos.
-Adrien... mírame... .- acarició mis mejillas con sus delicadas manos, nuestras frentes aún estaban unidas.- no estoy molesta... pero quiero que me mires.- negué con la cabeza.
-No puedo...
No quería verla, no sabía si podría aguantar ver sus ojos sin ese brillo que demostraban el amor que sentía por mi.
Nos quedamos en silencio un largo rato, no sabía que hacer, no sabía que decir.
-No se porque... .- pronunció en un susurro llamando mi atención.
-Que cosa...
-Y-yo...
-Puedes confiar en mi.- aún no me atrevía a verla.
-Quiero besarte otra vez...
Abrí mis ojos tras oír aquello, su mirada y la mía se conectaron al instante, su respiración estaba agitada, sus mejilla con un ligero color carmesí y sus labios... dios... sus labios sólo me llamaban para que los besara nuevamente.
-Q-quiero saber la verdad... quiero saber porque tengo tantas ganas de besarte... .- susurró acariciando mi cabello con suavidad y cerrando sus ojos un momento.- tiene que haber una razón... del porque no siento culpa al hacerlo.
Me separé de ella con dificultad mirando hacia abajo en silencio, podía sentir su mirada puesta en mi, ninguno decía ni media palabra. Extendí mi mano a su vientre y sonreí... la acaricié lentamente de forma circular para después posar mi mejilla y abrazarla por la cintura.
-Él sabe la respuesta... .- respondí por lo bajo luchando con las ganas de llorar por como su calidez traspasaba la ropa de hospital.
Marinette no dijo nada, solo comenzó a peinar mi cabello con sus dedos... extrañaba tanto que hiciera eso, extrañaba todo de ella.
-Eres su padre... .- la oí decir y me levante rápidamente para verla.
-¿C-cómo?
-Q-que tú... eres su padre.- sus ojos estaban cristalizados.- no se como, pero se que es así... Adrien, respondeme por favor.- tomó mis manos.- necesito saber que sucede.
-Y-yo...
Guió mi mano hacia su pecho y pude sentir su corazón latir fuertemente contra su pecho.
-Mi corazón está latiendo así por ti... me siento la mayoría del tiempo muy perdida, pero no cuando tu estas aquí, no cuando me miras. Luka me dijo que confiara en ti, y yo me preguntaba porque insistía tanto...
-Si...
-¿Si que?
-Si es mi hijo... es nuestro hijo.
Sentí como su corazón golpeaba con más fuerza y el mío estaba de la misma forma, sentía tantos nervios y tanta desesperación por lo que diría, que cada segundo era una tortura.
-Si tu eres el padre de mi hijo... ¿por qué me están haciendo creer que es de Luka?.- soltó mi mano.- ¿acaso no lo quieres?
-No... no es eso, ¿Cómo no podría quererlo?
-¿Entonces?, ¿es que acaso eres casado?.- si estuviéramos en otra situación seguramente me hubiera reído por eso.
-Claro que no, si algún me casara sería contigo.- tomé su rostro con mis manos acariciando sus mejillas con mis pulgares.
-¿Por qué me dices eso?.- preguntó por lo bajo.
-Porque te amo Marinette... porque eres lo mas importante para mi, porque eres la razón por la que aún me mantengo en pie.
-P-pero Luka...
-Él lo sabe... Luka sabe cuanto te amo y sabe que soy el padre de nuestro hijo.
-Ya no se que sucede.- soltó las lágrimas que tenía contenidas.- no entiendo nada Adrien... ayúdame por favor, solo quiero entender.- la abracé, la abracé con cuidado porque sabía cuanto lo necesitaba, sabía cuanto necesitaba que la abrazaran y contuvieran.
-No puedo decirte todo... pero puedo decirte que daría mi vida por ti.
-Yo no quiero que des tu vida por mi, yo quiero vivir mi vida contigo y no se porque.- acaricié su espalda lentamente.- dijiste que eras mi amigo y que nos conocíamos hace mucho, pero no se quien eres... no puedo recordarte y eso me frustra. Ahora me das a entender que hay algo más entre nosotros y no puedo entender nada.
-Te contaré a su tiempo, no puedo forzarte, no quiero hacerte daño.
-Luka no es mi novio, ni el padre de mi bebé... entonces ¿por qué dijeron que si lo era?
-Porque el también te ama y quería protegerte, yo se lo pedí.- se separó de mi.
-¿Por qué?, ¿por qué le pediste algo así?
-Porque... porque no podía decírtelo.- frunció el ceño.
-Adrien, dime la verdad.
Me quedé en silencio y sentí como Plagg me pellizcaba bajo mi camisa, el muy desgraciado estaba escuchando todo.
-Adrien.- me llamó nuevamente.
-Porque... p-porque.- tomé aire.- porque no sabes quien soy, porque no me recuerdas, porque quería protegerte... el médico dijo que no podía revelarte cosas de golpe y tu creías que Luka era tu novio y asumiste que era el padre del bebé... yo fui borrado de tu vida en un abrir y cerrar de ojos...
-No debían ocultarme algo así, es mi vida. No pueden jugar con mis sentimientos como se les dé la gana.- su tono de voz había cambiado.
-Marinette... .- iba a tomar su mano, pero la apartó.
-No se quien eres.- dijo tajante y sentí que todo dentro de mi se quebraba.- y me has mentido todo este tiempo. No puedo confiar en ti y no puedo confiar en Luka tampoco, no puedo confiar en nadie al parecer porque todos sabían de esto menos yo.
-Lo siento...
-¿Eso es todo lo que dirás?, ¿lo siento?
-Te amo.
-Adrien...
-Te amo y es la verdad, puedes decir que no lo crees porque no me conoces, pero tu corazón sabe que es cierto y no puede negar lo que siente por mi.- la miré a los ojos.
-Pero... ¡no me mires así!
-¿Así como?.- alcé una ceja.
-¡Con esa cara!
-¿Cuál cara?
-¡Esa que estás poniendo ahora!
-No puedo poner otra cara si te amo como lo hago.
-N-no me digas esas cosas.- evitó mirarme y tomé su mentón girando su rostro.
-¿Por qué?.- musité.
-P-porque... porque me pones nerviosa.- sonreí, después de mucho tiempo pude sonreír realmente.
-No me alejes de ti... Por favor no me alejes de ti y nuestro hijo.
-No podría alejarte nunca de ella...
-¿Ella?.- cuestioné y sonrió.
-Creo que será una niña...
-Una princesa... una pequeña princesa como tú .- miré su vientre y lo acaricié con mi mano.
-Me gusta que hagas eso... .- habló en un susurro.
-¿Qué cosa?.-la miré con una leve sonrisa en mis labios.
-Que me acaricies y muestres cuanto la quieres... cuando la miras tus ojos cambian... brillan de una forma en la que no había visto antes.
-Es porque son mi familia, es porque las amo a ambas y no me apena decirlo o demostrarlo.
Nos quedamos en silencio nuevamente, Marinette sabía que yo era el padre de su hijo, pero aun así no sabe quien soy... no me recuerda en lo absoluto.
Me mantuve mirando su vientre permitiendome sentir un poco de paz al estar junto a ella.
Marinette no decía nada, estaba perdida en sus pensamientos... quizás no debí decirle nada sobre esto, ahora estaría muy confundida.
La oí quejarse y levanté la vista con preocupación.
-¿Qué pasa?, ¿estas bien?.- me acerqué más a ella y tomó su cabeza.
-Me duele mucho la cabeza.
-Tranquila, llamaré a un médico.- me iba a poner de pero sujetó mi muñeca.
-No, no me dejes sola.
-Marinette debo avisarle al doctor, esto quizás es mi culpa.- negó con la cabeza.
-No te vayas, no quiero que te vayas... vas a dejarme otra vez... .- abrí un poco mas mis ojos y tomé su rostro con mis manos.
-No lo haré.- negué.- no te dejaré nunca... .- comenzó a llorar.- ¿Marinette?.- cuestioné.
-T-tú... .- sollozó.- tú me dejaste.- su respiración se agitó y tragué con dificultad.- no se porque siento tanta angustia... pero no te vayas... .- la abracé y besé su cabeza por mucho tiempo.
-Shh... no me iré, estaré aquí contigo.- se aferró con fuerza a mi dejando salir las lágrimas.
-No entiendo nada... .- su voz se quebró.
-No lo pienses ahora... debes estar tranquila por nuestro bebé, ¿si?.- intentó calmar su respiración y asintió levemente.- te prometo que te diré todo, pero a su tiempo... por favor confía en mi.
Acaricié su cabeza suavemente intentando transmitir la tranquilidad que necesitaba. Lo único que quería era verla bien, feliz y que toda esta pesadilla terminara lo antes posible.
Estuve abrazandola por mucho tiempo y cuando ya estaba más calmada comenzamos a hablar.
-Adrien... .- dijo por lo bajo y me separé un momento de ella viéndola detenidamente, apretó mi camisa con sus manos y respiró profundamente.- quisiera saber como nos conocimos... .- musitó y le sonreí.
No podía decirle sobre los miraculous, eso sería muy precipitado y riesgoso para ella.
-Bueno... .- aclaré mi garganta.- la primera vez que nos vimos fue en el instituto y no fue una muy grata interacción.- solté una leve risa.
-¿Por qué?.- preguntó abriendo un poco más sus ojos.
-Pues... Chloe pegó un chicle en tu asiento.-ladeé el rostro un poco.- y yo intenté quitarlo, pero pensaste que yo lo puse ahí.
-¿En serio?.- cuestionó sin creerlo y asentí.
-Si... me miraste mal.- reí nuevamente.- y yo me sentía apenado por todo, no me dirigirte la palabra en toda la clase.
-Que mala.- rió algo nerviosa y rascó su nuca.- lo lamento.-negué con la cabeza.
-Está bien...
-¿Y qué pasó después?, ¿cómo nos hicimos amigos?
-Al salir de clases se puso a llover... y tu no llevabas paraguas.
-Buenos, siempre he sido muy despistada.- se carcajeó levemente.
-Lo se.- acaricié su mejilla.- pero eso te da una ternura que nadie puede igualar.- se quedó en silencio viéndome y apartó la vista.
-¿Y... q-qué más pasó?
-Pensé en disculparme contigo... pero estabas molesta aún, así que me sinceré... toda mi vida la había pasado en mi casa con profesores particulares y esa era la primera vez que iba a una escuela, te expliqué todo y que realmente yo no había pegado el chicle...
-¿Y yo que dice?.- sonreí.
-No me dijiste nada... solo me escuchaste.
-Debo haber parecido una tonta si no te dije nada.- se cubrió con ambas manos el rostro y las quité rápidamente.
-No, claro que no... creo que solo me diste lo que necesitaba.
-¿y que necesitabas?.- musitó un hilo de voz.
-Una amiga que me escuchara.- contuvo su respiración un momento.- me diste lo que nadie antes hizo.
-Eres muy tierno Adrien.- mis mejillas ardieron y mi corazón dio un vuelco por sus palabras.
Rasque mi nuca un poco con mi mano sintiendo los nervios concentrarse en mi voz. Solo ella podía generar estas reacciones en mi.
-B-bueno... y-yo.- tragué con dificultad.- después te ofrecí mi paraguas y lo tomaste en silencio. Podía sentirme más tranquilo de que seríamos amigos.
-Lo dices de una forma muy linda, pero en realidad no hice nada.
-Muchas veces las pequeñas acciones son las que más importan y eso aprendí contigo ese día, y pude tener una amiga sincera.- miré un momento hacia abajo y me solté a reír.- recuerdo que se te cerró el paraguas.
-¡No puede ser!, ¡que vergüenza!.- me miró con las mejillas enrojecidas.
-Quien iba a decir que... .- mis palabras se apagaron y ella alzó mi rostro.
-¿Qué?.- susurró.
-Que ese día... me gustaste y no quise aceptarlo.- tomé su rostro con mis manos.- era un completo tonto y no sabía que tenía a la mujer de mi vida frente a mis ojos.- subió sus manos y las posó sobre las mías.
-Tú y yo... .- respiré profundamente, quería besarla otra vez, pero no sabía si era una buena idea.- Adrien...
-Quiero besarte.- la interrumpí.- pero no quiero obligarte a sentir algo que quizás ahora no sientas...
-No puedo decir algo claro ahora... no puedo decir exactamente lo que siento porque todo esto es muy sorpresivo.- junté su frente con la mía y cerré mis ojos sintiéndola plenamente.
-Lo sé y lo entiendo... me conformo con estar a tu lado y cuidar de ti el tiempo que sea necesario, princesa.
-Gracias... de verdad yo... se que esto también es difícil para ti y no se como has aguantado todo este tiempo verme con Luka.-negué con la cabeza aún sin abrir mis ojos.
-Hay cosas más importantes para mi y no hay nada que no haría por ti.-acaricié sus mejillas con mis pulgares.- nada.
-Entonces... besame... solo hazlo.- siseó sobre mis labios y cumplí su petición sin dudarlo un segundo.
"Cierra los ojos y escucha tu corazón, a veces da respuestas más certeras que la cabeza."
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