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Capítulo 41

~Adrien~

Con todo lo que había ocurrido, sobre Félix, Bridgette y sobretodo lo de Marinette, no sabía que pensar. Estaba hecho un completo caos e intentaba ser positivo ante todo, pero me era difícil poder hacerlo.

Cuando Félix pudo calmarse volvimos a la sala de espera por noticias de Marinette, no era el momento para contarle todo a mi primo y aunque el tuviera muchas preguntas entendía mi situación, prefiriendo guardar silencio por ahora.

Luka se paseaba de un lado a otro y aquella joven castaña sólo estaba sentada frente a mi observándolo con preocupación.

Félix se mantenía en silencio apoyada en la pared y yo... yo solo estaba ahí sin saber que hacer en lo absoluto, no quería perderme en mis emociones, necesitaba pensar con la cabeza fría, pero la angustia me estaba consumiendo.

Sentía miedo.

Miedo de perderla, miedo de que todo lo que habíamos hablado, todo lo que habíamos prometido no pudiera ser.

-Luka, debes calmarte. Por favor.- habló la joven y este sólo soltó un pesado suspiro.

-No puedo. ¡No entiendo porque no nos dicen nada!.- exclamó molesto pasando una mano por su cabello en frustración.

-Que estés así no ayudará en nada.- volvió a hablar la chica.

Mi amigo tomó asiento a su lado cubriendo su rostro con ambas manos mientras las apoyaba en sus rodillas, ella acarició su espalda abrazándose a él.

-Estará bien... dijiste que era fuerte y tiene motivos para seguir viviendo.- ella alzó la vista y conectó por un momento sus ojos con los míos, y pude darme cuenta que me estaba dando apoyo... sentí un enorme agradecimiento por esa pequeña acción, aunque no quitara la abrumada sensación en mi pecho.

Nino y Alya volvieron a aparecer luego de mucho rato, podía ver los ojos de mi amiga hinchados por haber llorado, sabía que evitaba hacerlo para no perder la esperanza.

-Adrien... .- oí la voz de Alya y alcé la vista lentamente, ella se agacho para quedar a mi altura y puso una mano sobre la mía. Escucha... yo, llamé a los padres de Marinette.

No sabía que decir ante eso, no veía a sus padres desde que vivía con ella como su invisible compañero de habitación y ellos no sabían de nuestra relación, podía imaginar que oyeran rumores de mi "regreso" de Alemania, pero nada más.

-Pensé que sería lo mejor... Son sus padres y deben saber... .- su voz se quebró y sujeté su mano con fuerza.

-Está bien, entiendo... deben estar aquí.- asintió en silencio y se levantó nuevamente.- llegarán en unos minutos.

-Oye viejo... se que no quieres oír tanta palabrería.- Nino se sentó a mi lado y yo solo miraba el suelo en un punto muerto.- pero estoy aquí para ti, si necesitas golpear a alguien cuenta conmigo como sujeto de pruebas.- me abrazó por el costado y aunque quisiera reír por sus palabras, simplemente no podía.

-Gracias... .- fue lo único que pude responder antes que se levantara para abrazar a su novia nuevamente.

La espera se estaba volviendo una completa tortura, me levanté más de diez veces para preguntar lo que ocurría y no me daban respuesta, estaba por llegar y entrar a golpes si era necesario, pero los padres de Marinette llegaron en ese momento.

La señora Sabine venía a toda prisa con sus ojos llorosos y el señor Dupain de la misma forma tras su esposa.

-Luka.- habló la mujer de rasgos asiáticos acercándose al pelinegro.- ¿qué fue lo que pasó?, ¿cómo está mi hija?.

Luka se puso de pie rápidamente viéndola hacia abajo y luego viéndome de reojo.

-Un accidente... no se bien los detalles, no estaba con ella.- respondió lo más firme que pudo.

-¿Dónde está?.- preguntó en un hilo de voz y el señor Dupain la sujetó de sus hombros viendo a Luka a la cara.

-Luka... ¿ella está bien?.- preguntó el de ojos verdes con una expresión de completa preocupación en su rostro.- hijo no te quedes callado por favor dinos.

-Está en cirugía ahora... es lo único que sabemos, hace horas que no nos dicen nada.

-N-no... mi hija... .- la azabache cubrió su boca con ambas manos dejando que su marido la abrazara por completo.

-Tranquila cariño, nuestra hija estará bien... ella es fuerte.- intentó calmar su pesar, pero miraba a Luka con una expresión de tristeza.

-Pero mi pequeña... ella, ¿cómo es que cayó de ese edificio?, ¿qué hacía ahí?.- el pelinegro puso una mano en su hombro respirando profundamente.

-Y-yo... .- me miró y negué levemente con la cabeza, ellos no deben saber que es Ladybug por ningún motivo, estarían en peligro.- no lo sé, pero estoy seguro que ella nos dirá cuando salga de todo esto.

Por más que quisiera decirles lo que había pasado, no podía y aunque pudiera, ni yo mismo sabía del todo como ocurrieron las cosas.

Derrepente las pesadas y grandes puertas de abrieron y un hombre con un traje azulado salió quitando una mascarilla de su rostro. Rápidamente me dirigí a él y todos hicieron lo mismo.

-¿Familiares de la señorita Dupain?.- preguntó y todos asentimos alrededor de él.

-Somos sus padres.- habló el castaño y el doctor se dirigió a él junto a su esposa.

-Por favor doctor, digamos como está mi hija.

-La cirugía fue un éxito por el momento.- sentí por un momento que me devolvían el alma al cuerpo.- pero...

-¿Pero?.- cuestionó la señora Dupain.

-La joven sufrió un traumatismo severo en la cabeza y aunque la cirugía resultara bien, ella se encuentra en estado crítico en estos momentos, se que no quieren oír esto, pero las probabilidades de que mejore son muy bajas... y de ser posible que todo salga bien, puede quedar con secuelas.

-¿Secuelas?, ¿Qué secuelas?.- preguntó Luka impacientandose.

-Bueno... no es muy seguro, pero puede tener problemas en el habla, motriz, no sabemos con seguridad, aun debemos esperar que reaccione.

-Pero... mi hija... n-no, ella no...

-Haremos todo lo posible para que ella esté bien.- habló nuevamente el médico.- pero hay algo más que deben saber.- nos quedó mirando un momento.- si el estado de la joven empeora, deberán tomar una decisión.

-¿A que se refiere?.- cuestionó el señor Dupain.

-Si salvar la vida de su hija a costa de la del suyo.

-Espere... ¿de que está hablando?.- intervine y los señores Dupain me miraron por primera vez, como si desde que llegasen lo me hubieran visto.

-¿Es que no lo saben?.- cuestionó viéndonos extrañado y lo quedé mirando.- ella está embarazada, tiene casi dos meses y medio de embarazo.

-Q-que...

Sentí que el mundo se me caía encima con todo su peso, un nudo se formó en mi garganta.

-Marinette... ella... está embarazada.- musité sin poder creerlo.- está esperando un hijo.- quería saltar de la alegría, pero esa alegría que sentía se mezclaba con el dolor de las palabras del doctor.- pero... ¿cómo es que... ?

-Fue realmente milagroso, la caída no le afectó al bebé, pero si la vida de la madre peligra...

-Espere... mi hija, ¿ella será madre?.- preguntó Sabine tomando al doctor de los brazos.

-Si, ella está embarazada. Pero como ya les dije...

-No.- respondí apretando mis puños.- Marinette estará bien y el bebé también, estoy seguro de eso. Ella no se rendirá en lo absoluto, ella estará bien... ella debe estar bien.

-Bien... Yo los dejaré por ahora, en un momento podrán entrar a verla, pero solo unos minutos.- habló nuevamente el médico soltando un suspiro de cansancio y se dio la vuelta perdiéndose nuevamente entre las grandes puertas.

Todos estaban en silencio y creo que no podían asimilar aún, al igual que yo, lo que nos había dicho el medico.

Marinette está embarazada... voy a ser padre... ¡vamos a ser padres!

No podría estar más feliz y triste por esa noticia, pero tenía la fe en que todo estaría bien. Ahora podía explicar como de la nada estaba sumamente más hermosa de lo normal para mi, su actitud algo evasiva con algunas cosas, o su insistente deseo repentino por comer golosinas a media noche, al igual que los días que se sentía enferma de estómago.

Estaba paralizado en mi lugar, sin saber que hacer o decir, era un completo caos en mi interior, mis sentimientos mezclados como nunca antes lo habían estado.

Marinette estaba en estado crítico y hasta que no reaccionara no sabríamos si estaría fuera de peligro, no sabríamos su estaría a salvo con mi hijo... mi hijo... esa palabra me hacía sentir un hermoso cosquilleo en mi pecho.

Estaba tan inmerso en mis pensamientos que no me di cuenta que ella no me lo dijo, ¿por qué no me lo dijo?, ¿es que no lo sabía?.

Instintivamente miré a Alya y ella desvío la mirada un momento y lo comprendí, ella lo sabía.

-Tú lo sabías... .- musité.-Alya, tu lo sabías, ¿no es así?.- hablé más claro y se acercó a mi.

-No... o sea, si... Marinette no estaba segura, se hizo unos exámenes y...

-¿Y?.- cuestioné esperando su respuesta.

-Y mañana iríamos por los resultados...

-Santo cielo... .-suspiré pasando una mano por mi cabello.- ella no lo sabía... no aún.- asintió levemente.- ¿y tu sabías sobre esto?.- me dirigí a Nino y negó con la cabeza.

-Sabes que de haberlo sabido te lo hubiera dicho.- respondió expresándose con las manos.

Necesitaba pensar, necesitaba ordenar todo lo que estaba ocurriendo... Al menos ella salió bien de la cirugía, eso era un punto a favor, solo quedaba esperar.

Me giré y vi a Luka fijamente a los ojos, no mostraba expresión alguna en lo absoluto, era como si quisiera hablarme, pero no se atrevía.

No me lo esperaba, pero caminó hacia mi y me abrazó con fuerza.

-Es fuerte, tu mejor que nadie lo sabe.- habló por lo bajo.-siento haberte pegado.- correspondí su abrazo.- ella y él bebé estarán bien, cuentas conmigo... eres mi amigo.

Quería llorar... este idiota me haría llorar si seguía hablando así.

-Ya no me pidas disculpas.- golpeé su espalda con mi mano antes de separarnos.- habría reaccionado igual que tú, lamento todo lo que te dije.- puso su mano en mi hombro.

-No podemos pensar negativo ahora y debes jurarme que encontrarás a ese hijo de puta que le hizo esto a Mari.-me miró seriamente.

-Lo encontraré, te juro que lo encontraré.

-Bueno, yo tengo voz y voto.- habló Plagg desde mi bolsillo y Luka me miró y luego mi camisa.

-Plagg, no es el lugar. Ocultate.- hablé por lo bajo y Luka me cubrió, por suerte a esa hora no había mucha gente en el lugar... de hecho éramos casi los únicos.

-Sólo quiero amenazar a este cabeza de pavo real.- habló serio asomándose y viendo a Luka.- tal y como le dije a Nino, si vuelves a tocarle un pelo a mi portador te las verás conmigo y no quieres meterte con el kwami de la destrucción.

-Plagg.- recriminé, pero ni se inmutó.

-Quedas advertido, y eso que ya me estabas cayendo bien.- dijo nuevamente.

-Lo siento... señor Plagg.- respondió Luka viendo a mi felino compañero con recato.

-Necesitarás más que palabras para mi perdón, solo yo puedo golpear a este rubio.- me apuntó y sonreí levemente, Plagg no se estaba dando cuenta que era una completa ternura en este momento.

-Te lo compensaré.- agregó mi amigo.

-Lo pensaré.

-Plagg, escondete.- dije por lo bajo al ver a los señores Dupain acercarse a nosotros.

Mi kwami se ocultó rápidamente y tanto Luka y yo aclaramos la garganta casi al mismo tiempo.

-Luka.- habló la señora Dupain.- ¿por qué no nos dijeron nada?.- preguntó y mi amigo la miró extrañado.

-¿Cómo?, ¿sobre que?.- cuestionó sin ladeando el rostro.

-Muchacho, ¿por qué no nos dijeron que estaban esperando un hijo?.- se interpuso el señor Tom con una voz más seria y firme.

Parpadeé fuera de sí un momento mientras ponía ambas manos en mi cintura intentando comprender.

<<¿Acaso ellos creen que Luka es el padre de mi hijo?>>

Contuve un momento elogios aire en mis pulmones y Luka me miró con los ojos abiertos, para después volver a fijar su mirada en mis ahora suegros.

-Y-yo... No, es que ustedes no entienden.- rascó su nuca con algo de nerviosismo y Sabine tomó sus manos.

-Entiendo lo que estás pasando, se que no es fácil en tu posición... Yo ahora mismo estoy igual que tu, mi hija y mi nieto están en peligro, pero créeme que nos tienes a nosotros.- lo miró enternecida hasta que habló el señor Dupain.

-Debieron decirnos, debieron ser cuidadosos. Ahora mismo Marinette se encuentra en riesgo y aun mas al enterarnos de su estado.

-Es que... no... ustedes no entienden, ella y yo...

-Si entendemos.- interrumpió Sabine.- ustedes se aman y tengo fe en que todo saldrá bien, en que mi hija estará bien y que podrán tener a mi nieto sano y salvo.

Sus palabras me golpeaban brutalmente sin saberlo. Ese hijo era mío, Marinette era mi novia y no de Luka...

-Es que ustedes no saben.-intervino nuevamente mi amigo tomando las manos de Sabine.- Marinette y yo no estamos juntos.- la expresión de la señora se vio afectada con algo de molestia.

-¿Cómo?, ¿o sea que ella está pasando su embarazo sola?.-habló Tom con voz imponente.

-¡No!... digo...

-El hijo que espera Marinette, no es de Luka... es mío.- interrumpí y ambos se giraron a verme.

-¿Cómo?.- cuestionaron al mismo tiempo.

-Eso... yo soy el padre de ese bebé.

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