Capítulo 32
~Marinette~
Me había quedado estática en mi posición. ¿Ese sujeto era amigo de Félix?.
-¿Qué?.- cuestioné a mi gatito viéndolo fijamente aún sin comprender del todo.
-Como lo oyes... recuerdo perfectamente que hace unos años hablé con Félix y me comentaba sobre su mejor amigo, el cual se llamaba Franco Bianchi.
-Pero... ¿por qué?, ¿cómo?.- no lograba asimilarlo.
-No lo sé, y-yo... Félix es mi primo, es mi familia y él... .- bajó la vista y la alcé rápidamente con mi mano en su mentón.
-Dime lo que estás pensando, sabes que nos podemos contar todo.- le sonreí levemente e hizo una fina línea en sus labios, me costaba demasiado ver a Chat de esta forma tan triste y preocupada.
-Que... no sería el primer Agreste que quiere los miraculous.- dijo con dolor y lo abracé.
-Debe haber otra razón, ¿está bien?.- me apretó más contra él.
-No quiero que tenga que ver con el secuestro del maestro, se que Félix es una buena persona... yo lo conozco.- Solto un largo suspiro.- pero las pruebas están claras ahora... Franco Bianchi está anotado como el último cliente que tuvo el maestro y Félix llegó a París hace casi tres años.- me separó para verme a los ojos.
-Chat, él no tiene como saber sobre los miraculous.
-Mi padre tampoco tenía como saberlo, además, Félix llegó a la mansión poco antes de los ataques de akumas, ¿no?.
-No lo creo capaz, él no tiene motivos a diferencia de tu padre. No conoce al maestro.
-¿Cómo lo sabes?, ¿Cómo estás segura que no lo conoce?, y si no lo conoce... ¿Cómo es posible que apareciera el nombre de su mejor amigo ahí?.- se puso de pie dándome la espalda.- Dijiste que Franco lleva Cómo seis años en el extranjero... Eso da mucho que pensar, ¡esto esta mal!.- golpeó el fierro de la Torre con su puño y me levanté para abrazarlo por la espalda.
-Chat... debes calmarte. Encontraremos al maestro y solucionaremos todo, pero debes mantener la calma.
-No puedo estar calmado.- se giró nuevamente.- es mi familia... Mi familia otra vez involucrada en esto y no quiero que todo vuelva a repetirse, no quiero ponerte en peligro... Si algo te llega a pasar...
-No me pasará nada.- lo interrumpí tomando su rostro.- ¿oíste?, debemos pensar con la cabeza fría ahora.
-¿Qué haremos?... él maestro puede estar en peligro.
-Seguir investigando, debemos... no estoy segura, pero solo nos queda vigilar a Félix y repasar las pruebas que tiene tu padre por el investigador.
-Lo siento...
-¿Por qué te disculpas?.
-Porque mi familia parece tener un imán con los problemas.- tomé su rostro con ambas manos acercándome más a él.
-Escúchame bien, no me importa en lo absoluto si tu familia es la mismísima mafia. Yo te amo a ti y solucionaremos todo porque somos los héroes de París.
-No se que hice para merecerte.- tomó mi cintura y me apegó a él juntando nuestros labios en un beso.
Mi corazón se aceleró bastante y correspondí enseguida rodeando su cuello con mis brazos.
-Estaré contigo en las buenas y en las malas, gatito.- susurré intentando recuperar el aliento y sonrió sobre mis labios.
-¿Me estas pidiendo matrimonio?.- dijo en tono burlón y mis mejillas ardieron de sobremanera.
-Tonto.- fruncí el ceño y lo golpeé en el hombro.- n-no digas esas cosas.
-Brichito hermoso, sabes que siempre que tu me lo pidas diré que si, aunque pobres de mis fans.
-¿De tus fans?.- enarqué una ceja.- para que sepas esta chica también tiene fans, ¿ya olvidaste a Copycat?.- sonreí al ver como endurecia sus fracciones.- ¿Qué pasó?, no me digas que te pusiste celoso.- reí levemente y miró hacia arriba cruzando sus brazos.
-¿Celos?, este minino no conoce esa palabra.
-Eso es bueno.- le guiñé un ojo dándome la vuelta.
Rápidamente sentí como me abrazaba por detrás apegandome por completo a su anatomía.
-Pero que quede claro... .- susurró en mi oído haciéndome estremecer.- que tu eres mía y de nadie más.
-No me atrevería a decir lo contrario.- subió su mano lentamente por mi abdomen y me giró rápidamente sin soltarme.- pa-parece que alguien está un poco posesivo.
-Cuando se trata de ti siempre lo seré.
-Yo también puedo serlo, Chaton.- avancé un paso haciéndolo retroceder conmigo aún apegada a él.- y déjame decirte que todo lo que ven mis ojos ahora mismo... es mío y de nadie más.- lo observé detenidamente y noté un leve color rojo en sus mejillas, era tan adorable. Rozó su nariz con la mía y respiré profundamente su aroma.
-Si sigues así te comeré a besos, Bugaboo.- reí por lo bajo entrecerrando mis ojos.
-Debemos patrullar... .- musité.
-Te extrañé estos días.- acarició mi mejilla suavemente.
-Y yo también, pero...
-¿No te gustaría... vivir conmigo?.- me miró fijamente y mis ojos se cristalizaron.- lo he pensado bastante y... bueno, quizás es precipitado, pero de igual forma quiero que lo tomes en cuenta.
-Chat.- musité.- por supuesto que quiero.- una enorme sonrisa de formó en sus labios.- pero... tu padre y Félix, quizás no sea el momento.
-No importa, podemos hacerlo después de solucionar todo.- tomó mis manos y las besó constantemente.- ahora mismo me quedo con que aceptas vivir junto a mi y eso me hace muy feliz, my Lady.
-Vivir juntos...
-Si... podremos hacer todo lo que queramos, me enseñarás a prepararte un buen desayuno para consentirte.- me solté a reír.- pero debes admitir que me quedan bien los panqueques.- asentí varias veces.- no tienes idea de las enormes ganas que tengo de ver tus ojos abrirse por la mañana.- tomó mi rostro juntando nuestras frentes mientras sonreía contagiandome su emoción.
-No sólo tú me consentirás, yo también lo haré. Iremos juntos a la universidad y nos quedaremos en casa los días lluviosos y también... .- no me dejó terminar, besó mis labios nuevamente y me perdí en la calidez de su boca.
Podría pasar toda la vida de esta manera y no me importaría en lo absoluto.
-Creo que mejor vamos a patrullar o no podré soltarte.- dijo por lo bajo cuando nos separamos un poco y asentí.
-Vamos... .- depositó un leve beso sobre mis labios y se separó por completo extendiendo su barra y yendo dirección contraria a la mía.- ¡ten cuidado!.- exclamé antes que se fuera y me guiñó un ojo perdiéndose entre los edificios.
Lancé mi yoyo, pero antes de poder seguir con mi acción una sombra apareció a unos metros delante de mí. Rápidamente me puse en posición de ataque, pero la sombra sólo se mantuvo en pie como si me observara.
-¿Qué es lo que quieres?.- pregunté agitando mi yoyo.
-Haré esto mas fácil para ti. Dame los miraculous, Ladybug y solo así no lastimaré a tu compañero.- su voz sonaba robotica y un tanto tenebrosa.
-Ni creas que haré lo que dices.
-Esto es solo una advertencia, te estoy dando la oportunidad de que tu y tu compañero salgan con vida de esto, al igual que todo París, de lo contrario me veré en la obligación de destruir todo lo que ves a tu alrededor.
-¿Por qué haces esto?.- cuestioné.- ¿Por qué nos odias?.
-Yo no los odio. Si sabes lo que te conviene me harás caso o perderás lo que más amas otra vez.- le lancé mi yoyo, pero este sólo atravesó la sombra frente a mi y soltó una risa.- es la última vez que me verás así.
-¡Espera!.- detuve aquella sombra viendo cuando comenzaba a desvanecerse.
-Dime.
-El maestro... ¿está bien?.- pregunté preocupada en mi posición.
-Te recomiendo comenzar a moverte, te queda muy poco tiempo y cuando menos te lo esperes sabrás de mi nuevamente, siempre te estoy observando a ti y a tu novio.
Me quedé helada ante sus últimas palabras... ¿acaso me conocía bajo la máscara?.
-Adiós, Ladybug.- fue lo último que dijo antes de desaparecer dejándome sola en la Torre nuevamente.
Sentí como el aire en mis pulmones comenzaba a golpearme con fuerza en el pecho y luego oí un golpe en la estructura de la edificación.
-Todo despejado, my Lady.- la voz de mi compañero se hizo presente.- bueno, solo unos malhechores pero nada que este superheroe no pudiera controlar.- me giré a verlo y abrió más sus ojos acercándose rápidamente.- ¿Qué sucede?, estás pálida, ¿te sientes bien?.- preguntó y lo abracé con fuerza.
Él conocía nuestras identidades... Eso quiere decir que Adrien está en peligro aunque no use el miraculous y definitivamente no permitiría que algo le pasara otra vez, si tengo que morir para protegerlo lo haré sin dudarlo.
-No me sueltes... Por favor no me sueltes...
-No lo haré.
~???~
-¿Crees que con una amenaza conseguirás que te den sus prodigios?.- cuestionó la voz débil detrás de mi.
-No fue una amenaza, fue una advertencia.- respondí con indiferencia.
-No podrás contra ellos... Son elegidos por una razón y su amor es mas fuerte.
-Eso lo se, por lo mismo cederán a darme sus prodigios. No se pondrán en peligro el uno al otro.
-No logras entenderlo, estas cegado.- tosió con dificultad y me acerqué dándole un poco de agua.
-¿Entender que?.- cuestioné irguiendome y viéndolo hacia abajo.
-Lo que amar a alguien significa.- comenzó bajar el rostro levemente.- no... no puedes contra un poder mas allá de tu existencia.
-Yo se que es el amor y no tienes derecho a decirme que no se lo que significa.- me volteé caminando hacia la salida.
-Cuando amas... También debes aprender a dejar ir...
-Dejar ir no está en mis planes y no descansaré hasta obtener Lo que quiero, si tengo que matar a Ladybug, lo haré sin dudar.- me detuve un momento viéndolo por encima de mi hombro.
-¿Estás seguro que eso podrías hacerlo?.- cuestionó con una sonrisa.
-Completamente. ¿en serio Lo dudas?.
-Se que también la amas a ella.
-¡Silencio!.- me acerqué alzando mi mano, pero me detuve antes de darle un golpe.- no me provoques, sabes que te puede ir muy mal anciano.
-Esto no es nada comparado a lo que he vivido, no conseguirás sacar nada de mis labios.
-Eso ya lo veremos.- sonreí dirigiéndome nuevamente a la salida viendo como bajaba el rostro, al parecer se había desmayado otra vez.
Tragué grueso soltando un bufido a la vez que me disponía a salir de aquel lugar.
-Lo siento, Marinette, pero hay amores más grandes que otros.
~Maestro~
Luego de aquella charla supe que lo había distraído lo suficiente como para que se le olvidara desactivar a Nooroo, fingir un desmayo no es tan complicado al estar en estas condiciones.
-Pequeño Nooroo.- llamé por lo bajo y vi en la oscuridad su pequeña cabecita asomada sobre el borde de la mesa.
-¿Ya se fue?.- preguntó en un susurro y miré hacia donde se había ido asintiendo.
-Si... ven, no tenemos mucho tiempo.- dije como pude.- cada vez estoy más débil, no creo poder aguantar por mucho más.
-Maestro... .- respondió por lo bajo.
-Trae la pulsera... Nooroo, ahora.- tragué con dificultad y el voló sobre la mesa tomando mi miraculous.- ponla en mi muñeca, rápido.
Nooroo estaba haciendo algo que le dificultaba de sobremanera, yo no era su portador en estos momentos y el era servicial, sin duda iba en contra de su naturaleza a cualquier kwami desobedecer a quien poseía su miraculous.
El pequeño ser violeta puso la pulsera en mi muñeca, la cual aún estaba encadenada sobre mi cabeza.
-Bien hecho mi pequeño Nooroo.- me regaló una sonrisa, pero sabía que sentía dolor.
La luz verde nos cegó un momento dejando a la vista a Wayzz el cual apenas me vio voló rápidamente hacia mi.
-¡Maestro!.- exclamó observándome por completo volando frente a mi.
-No tenemos tiempo, Wayzz. Yo no importo ahora... debes avisarle a Tikki y Plagg lo antes posible... has una alarma, toma parte de mi energía para hacerlo.- negó con la cabeza.
-Pero maestro, eso lo matará en estas condiciones.
-No importa, debemos avisarles. Creo que encontró una forma de descifrar el libro sin mi ayuda...
-Eso no es posible, solo usted tiene el conocimiento de eso.- se expresó con las manos.
-Wayzz... escuchame, debes enviar una alerta, ahora.- lo miré fijamente y negó con la cabeza.- no quiero obligarte ha hacerlo.
-Pero maestro...
-Wayyz, te ordeno enviar una alerta al kwami de la creación y destrucción.- bajó el rostro y me sentí mal por haber hecho aquello.
-Si, maestro.
-Lo siento, Wayzz. No me dejas salida.- asintió y juntó sus manos concentrando la energía en su pequeña antena sobre su cabeza.- toma parte de mi energía para no cansarte demasiado.- asintió cerrando sus ojos con fuerza.
Sentí como parte de mi se desprendía y un gran peso sobre mi cuerpo me hizo casi perder la conciencia.
-P-puedes... hacerlo Wayzz.
La luz se hizo más brillante ante mis ojos y veía borroso.
-¡Tikki, Plagg!.- habló mi kwami y me desvanecí por completo viendo negro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro