Capítulo 29
~Luka~
Realmente fue muy difícil despedirme de Marinette, me preocupaba no poder estar para ella si algo ocurría y más ahora al saber que ella es la mismísima Ladybug, aunque sabía lo fuerte que era y la gran heroína que había visto antes pelear, no quitaba que fuera mi pequeña Marinette.
El vuelo fue de lo más agotador, estaba un poco perdido cuando llegué a Canadá, pero rápidamente me guié con el GPS y las indicaciones de uno de los guardias del aeropuerto.
Tomé un taxi a las afuera del lugar y le di la dirección de mi universidad para que me llevara enseguida a ella. Debía hablar con el director y también llevar mis cosas a la habitación que compartiría con un compañero en las instalaciones del campus.
Luego de casi una hora de camino hacia la universidad, le pagué al taxista y me ayudó a bajar mis maletas, lo primero que tomé fue mi guitarra.
Observé el enorme edificio con inmensidad divisando a lo lejos una joven de cabello rubio y largo atado en una coleta. Sonrió ampliamente acercándose a mi.
-Hola, tu debes ser Luka ¿no?.- preguntó y aclaré mi garganta.
-Si, Luka Couffaine.- le extendí mi mano y la estrechó fuertemente.
-Acento francés, ¿no?, un gusto tenerte aquí con nosotros. Yo soy Jessica y soy la presidenta del centro estudiantil y organizadora de prácticamente todas las actividades del campus, las cuales también incumben la asignación de habitaciones sobre los estudiantes de intercambio.- habló tan rápido que no logré entenderle del todo.
-Disculpa... ¿podrías hablar un poco mas lento?. Mi inglés no es del todo bueno aún.- sonreí y soltó una risa pasándome unas llaves.
-Estas son las llaves de tu habitación, cuidalas con tu vida. Solo tu, tu compañero y administración tienen una copia.- las miré un momento y asentí.
-Gracias, ¿dónde queda... eeeh la habitación?.- cuestioné y se dio la vuelta.
-Sígueme.- dijo comenzando a caminar y afirmé el agarre de mis cosas siguiendo a la chica a su costado.
Una vida nueva, con nuevas experiencias y nuevas amistades... Lo más difícil de todo fue despedirme de mamá y Juleka. No quise que fueran al aeropuerto porque sería más doloroso despedirme nuevamente de ellas.
-Bien, esta es la sección de habitaciones. Luego te daré el reglamento para que no tengas problemas, cuidado con las drogas, no aceptes la bebida de alguien que no conoces y usa protección, no queremos que hayan incidentes de pañales.- rió levemente y rasqué mi nuca incómodo.
-Claro... incidentes de pañales. Que graciosa.- reí un poco y me indicó hacia el gran pasillo.
-Dile a tu compañero que te muestre todo el lugar, aunque puedes pedirle a un guía que lo haga de todos modos. Yo misma si gustas podría hacerlo, pero solo cuando no tenga tanto trabajo.- suspiró pesadamente y puse mi mano en su hombro.
-Descuida, puedo guiarme solo. Intenta calmarte un poco.- sonrió enormemente.
-¡Excelente!, ¡un gusto conocerte Luka!.- exclamó completamente enérgica.- lo que necesites no dudes en acudir a mi.- dio unas palmadas en mi hombro y comenzó a irse.- ¡nos vemos luego!, ¡y gracias por tus palabras.
-No hay de que, un gusto también Jessica.
-¡Adiós!, ¡recuerda lo de los pañales!.- solté una carcajada y desapareció de mi vista rapidamente.
Miré las llaves en mi mano y vi que tenían un llavero con un número, asumí que sería el numero de puerta.
-415... 415... .- comencé a ver el número de las puertas hasta que encontré la mía.- ¡415!, ¡perfecto!.- metí la llave y abrí la puerta.
Era como un departamento pequeño, tenía una pequeña sala, al igual que un lugar donde lavar y todo eso.
Solté el aire que tenía en mis pulmones y observé por completo la estancia.
-¿Hola?, ¿hay alguien?.- pregunté, pero nadie respondió.
Me encogí de hombros y llevé mis maletas a la sala dejando mi guitarra apoyada en uno de los sillones con cuidado de no golpearla, suficiente tuvo con el viaje.
Me senté un momento en el sillón echando la cabeza hacia atrás cerrando mis ojos, no me acostumbraba al cambio de hora aún y estaba completamente agotado.
-Bien.- me levanté e iba a ir al baño antes de ponerme a ordenar todo.
Abrí la puerta y sentí un fuerte golpe contra mi cayendo al suelo cerrando mis ojos.
-¡Ah!.
-¿Pero qué... ?.- abrí mis ojos encontrándome con unos castaños viéndome fijamente sobre mi.
-¡Ah!.- gritó el mismo tiempo que yo.-¡¿Y tú quien eres?!.- gritamos al unísono nuevamente.- ¡deja de copiarme!, ¡¿yo?!, ¡tu me copias!.
Frunció el ceño y puso una mano sobre mi rostro.
-¡No mires pervertido!, ¡llamaré a la policía!.- exclamó poniéndose de pie e hice lo mismo.
-¡¿Qué?!.- exclamé sin comprender y me dio la espalda.
-¡Que no mires, idiota!.- me empujó y ahí caí en cuenta que estaba en toalla.
Era una chica, ¡¿pero que demonios hacia en mi habitación?!.
Volteé el rostro tragando con dificultad soltando lentamente el aire.
-¡Pervertido!, ¡sal de aquí ahora!.
-Pero...
-¡Ahora!.
-¿Qué haces aquí?.
-Vivo aquí, genio.- me miró fijamente cubriendose con sus brazos.
-Pues yo también.
-¡¿Qué?!, ¡esto no son habitaciones mixtas!.- alcé la llave a su vista y miró el llavero detenidamente tomándolo en el acto.
La quedé mirando esperando que dijera algo, pero avanzó hacia mi golpeando mi pecho con su puño el cual rápidamente sujeté de su muñeca.
-Quieta fiera.- nos miramos fijamente y frunció el ceño.
-Sueltame ahora o grito.
-Te soltaré si no me golpeas.
-¡Te golpeé porque me estabas mirando!.
-No sabía que era delito mirar.- rodé los ojos e hizo fuerza para golpearme nuevamente.
-"No sabía que era un delito mirar".- repitió mis palabras y la miré extrañado.
-¿Qué?. - cuestioné alzando una ceja.
-Que se dice así, tienes un pésimo inglés.
-Y tu una pésima actitud.
-Eres un mirón.- entrecerró los ojos intentando soltarse nuevamente.
-¡Oh vamos!, ¡ni siquiera te estaba mirando!.
-¡Dicelo a tus ojos!.- bufé por su actitud.- ¡Ahora sueltame!.
-Si no te calmas no lo pienso hacer, así que deja de comportante como una niña infantil Ma... .- detuve mis palabras y la solté de golpe desordenando mi cabello poco evitando mirarla.- Tenemos que hablar, así que vistete y te espero en la sala.
-Ya quisieras, sal de aquí ahora. ¡Espera afuera!.
-Escúchame bien, no pienso esperar afuera porque estoy cansado, no he dormido nada, acabo de cambiarme de ciudad y más encima ahora tengo que compartir habitación con una chica berrinchuda como tú.
-¡Eres un idiota!.- me empujó.- no pienso compartir habitación contigo, ¡así que toma tus cosas y sal de aquí ahora mismo!.
-Pues no me pienso mover de aquí, como la vez.- sonreí falsamente empujando su frente con mi dedo índice el cual quito de un mantazo.
-Haré una queja con el becario.
-Si, si. Lo que tu digas.- rodé los ojos y me crucé de brazos.- espero aquí en la sala.- me dirigí hacia el sillón donde estaban mis cosas sentandome plácidamente, ella me siguió sujetando con una mano su toalla y jalandome con la otra de mi camiseta.
-¡Espera afuera dije!, ¡muevete!.
-Yo que tu me preocuparía de estar vestida antes que nada - solté sin inmutarme por su pataleta.
-¡Lo que me faltaba!.- exclamó dandose la vuelta y caminando hacia una de las puertas cerrandola de golpe.
-Que genio... .- solté recostandome a lo largo del sofá cerrando mis ojos.
Estaba tan cansado que me quedé dormido, pero desperté de golpe todo empapado.
-¡¿Pero que carajos?!.- grité poniéndome de pie a la vez que tosia el agua que entro por mi nariz.- ¿quieres matarme?.
-Hablas francés, con razón tu acento es del asco.- me habló la chica en mi idioma mientras pasaba las manos por mi rostro quitando el agua que me lanzó con un vaso.
-Perdón por ser francés.- hice una mueca secando el agua de mi ropa.- no era necesario el agua por cierto.
-Acostúmbrate a hablar inglés, porque o sino la pasarás mal en clases.- se giró y dejó el vaso en el lava platos.- y lo del agua era para evitar tocarte, ¿no sabes que no puedes quedarte dormido en casas ajenas?.
-Por lo que tengo entendido esta tambien es mi habitación y además tuve un vuelo agotador.- me crucé de brazos y arregló su largo cabello hacia un lado.
-Ya te lo dije, debe ser un error. Las habitaciones aquí no son mixtas, así que anda arreglando el asunto lo antes posible. No me pienso quedar aquí con un tipo que ni conozco.
-Luka Couffaine.- estreché su mano con la mía cuando se paró frente a mi.- ahora me conoces.
-No, no te conozco de nada. Puedes ser un violador o un traficante extranjero.
-¿Tengo cara de ser un traficante acaso?.- se encogió de hombros.
La castaña sacó lo que al parecer era su celular y se fue a la habitación nuevamente cerrando la puerta.
A los pocos minutos llamaron a la puerta y la abrí dejando a la vista a una agitada Jessica.
-Hola.- saludé y se apoyó en sus rodillas recuperando el aliento un momento.
-Un segundo.- alzó su mano y luego se irguió nuevamente sonriendo.- lo siento, es que estaba al otro lado del campus cuando me llamaron, ¿cuál es el problema?.
-Ehh... No lo sé.- dije sin comprender.
-Jessica pasa.- la chica detrás de mí habló y abrí la puerta dejando entrar a la rubia.
-Bien, dime que sucede. Tengo cinco minutos antes de mi mi reunión con lo...
-Este chico de aquí dice que esta es su habitación y lógicamente no puede serla porque las habitaciones no son mixtas.- la interrumpió pasandole la mi llave que le di hace unos minutos atrás.
-Si... Sobre eso... No sabia que deberían compartir habitación, pero Peter me informó hace unos minutos que los cupos de las habitaciones ya fueron todos asignados y no tenemos más disponibilidad, así que o comparten habitación o se devuelven a sus países.- dijo un tanto acelerado y miré a la chica a mi lado la cual soltó un bufido frunciendo el ceño.
-Dijo que estamos jodidos.- se dirigió a mi al darse cuenta que no comprendí del todo lo que Jessica había dicho.
-Excelente.- alcé mi pulgar pasando una mano por mi cabello.
Definitivamente no creí que tendría un problema mi primer día en el extranjero, pero como la suerte no está de mi lado.
-Jess, no pienso compartir habitación con alguien que ni siquiera conozco.- espetó la castaña.- además es un mirón.
-¡Que no te estaba mirando!.- refuté.
-Santo cielo, recuerden lo de los pañales.- expresó la rubia y golpeé mi rostro.
-¡Jessica!.- dijimos al unísono y nos miramos frunciendo el ceño.
-No puedo hacer nada más, y ya tengo que irme.- miró la hora en su celular y se dirigió hacia la puerta.- intenten llevarse bien o será un caos.- dijo desde el umbral de la puerta.
-¡Jess espera!.- la siguió la castaña.
-Lo siento Fanny, no puedo hacer nada. ¡Los pañales!, ¡recuerden lo de los pañales!.- exclamó cerrando la puerta haciendo eco en la habitación.
-Debe ser un broma.- la chica apoyó su frente en la puerta y la quedé mirando desde mi posición.- y yo que pensé que sería un buen año.
-Todos dicen lo mismo.- solté y se giró viéndome mal.- lo siento...
-¿Tienes idea de lo que mis padres me harán si se enteran que vivo con un chico?.- se acercó a mi con cara de pocos amigos y sus brazos cruzados.
-Eehh... ¿no?.
-¡Me llevarán devuelta a Londres!.- exclamó poniendo las manos en su cabeza.-¡ y toda mi carrera y mi idea de ser independiente se irán por el caño!.- comenzó a caminar en círculos.- ¡tendré que vivir otra vez con ellos y no me dejaran hacer nada!, ¡será una pesadilla!.
La chica seguía caminando de un lado a otro y simplemente no sabía que decirle, no la conocía en lo absoluto y se veía bastante afligida.
-Si sigues caminando así harás un agujero en el piso.- tomó mucho aire en sus pulmones y puso ambas manos en su cintura viéndome fijamente.
-¿Qué propones?.
-No entiendo del todo tu situación, pero tus padres no tienen porque enterarse que compartes conmigo la habitación.- me encogí de hombros.
-¿Y qué hago cuando quieran conocer a mi compañera de cuarto?.- sonrió sarcástica.
-Podemos decirle a Jessica que se haga pasar por mi.
-¡Todo esto está mal!.
-Tranquilizate un poco, no creo que sea tan malo después de todo.- me encogí de hombros.- además no es la primera vez que vivo con una mujer.- me miró fijamente y dió un paso hacia atrás.
-No te me acerques.- expresó cerrando sus puños y poniéndose en defensa, inmediatamente solté una carcajada.
-Me refiero a que vivía solo con mi madre y mi hermana, así que se como convivir con el sexo opuesto.- relajó un poco su expresión.
-¿Que haremos?.- cuestionó con una mueca.
-Llevarnos bien para empezar.- sonreí y me miró insegura.- yo ya te dije mi nombre, ahora faltas tú, fiera.
-No me digas fiera, mira que te merecías el golpe. Agradece que no fue en la cara.
-Bueno, pasado pisado. Luka Couffaine, de París Francia. Tu nuevo compañero de habitación.- extendí mi mano y la miró unos segundos subiendo lentamente la suya.- Tranquila que no muerdo.- bromeé y rodó los ojos estrechandola al final.
-Stephanie Jones, Londres. Pero puedes decirme Fanny, como prefieras señor pervertido.- solté una risa por sus palabras y la vi sonreír levemente.
-No sabía que tenías una sonrisa.- dije y rápidamente me soltó golpeando mi hombro.
-Tenías que arruinar el momento ¿no?.- expresó.- justo cuando me estabas comenzando a simpatizar.
-Lo siento, lo siento... No lo dije de mala forma, me refiero a que era un cumplido... tienes una linda sonrisa.- bajó el rostro levemente y noté como sus mejillas de pintaban de un leve carmesí.- te pusiste roja.- solté escudriñando su rostro y lo cubrió rápidamente con sus manos.
-¡Claro que no! .- exclamó y se dio la vuelta encerrandose en la habitación.- ¡eres insoportable!.- gritó desde dentro y me solté a reír.
Sin duda no me aburriré aquí en Canadá después de todo, al menos creo que tengo una nueva amiga un tanto berrinchuda, pero nada en comparación con cierta abrazache. Estoy seguro que sabré como llevarme con ella.
-Asi que Stephanie Jones...
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