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Capítulo 24

~Marinette~

Luego de varios minutos Luka volvió a la sala, se veía mas tranquilo que antes.

-¿Todo bien?.- preguntó Nino al pelinegro y este asintió.

-Si. Adrien dijo que le dolía la cabeza, así que se dormiría un rato.- respondió.

-Pero yo le iba a dar la cena.- agregué haciendo un puchero.

-Quizás debamos dejar que descanse, después puedes dársela.- dijo Alya poniéndose en pie junto a Nino.

-Si, supongo.- respondí.

-Tranquila Marinette, debe estar cansado por todo lo que pasó.- dijo Tikki frente a mi y le sonreí.

-El gato volador pequeño se quedó con él.- agregó Luka y asentí.- por cierto.- se acercó un poco y me habló al oído.- debo hablar contigo a solas en algún momento.- lo miré y asentí en respuesta.

-Bien, ya tengo hambre. Vamos a comer.- dijo mi mejor amiga yendo a la cocina.

-Yo te apoyo, nena.- afirmó Nino.

Todos nos sentamos a comer, compartimos, contamos anécdotas e incluso les conté sobre cuando íbamos en el instituto y las cosas que debía hacer para escaparme al ser Ladybug. Tikki estuvo todo el tiempo a mi lado y Plagg no apareció, asumí que se quedó dormido junto a Adrien.

Después de la cena, Nino y Alya tuvieron que irse. Luka se quedó para ayudarme a lavar los platos y todo eso, mi kwami estaba cansada así que le dije que fuera a dormir.

-No es necesario que me ayudes, puedo hacerlo sola.

-Sabes que no me molesta, hermosa.- respondió pasándome la losa para que la secara y guardara mientras él la lavaba.

-Luka... ¿Qué querías hablar conmigo?.- pregunté y detuvo su acción un momento cerrando el grifo.

-Marinette... yo... .- tomó aire y se volteó a verme.

-¿Qué sucede?.- me preocupé.- sabes que puedes decirme lo que sea.- dejé los platos a un lado peinando su cabello un poco con mis dedos.

-Me iré... Ya acepté el intercambio, solo tengo que hacer unos cuantos trámites y me iré en una semana.- me miró fijamente, la tristeza se hizo presente en mi pecho.

-¿Q-qué?... p-pero...

-Dijiste que te lo dijera cuando tomara la decisión y ya lo hice.

-No pensé que fueras a irte en serio.- mi voz se quebró.- Luka... y-yo...

-Oye.- tomó mi rostro.-tranquila, podremos estar en contacto.- sonrió.

-Pero no es lo mismo...

-Marinette.- habló firme.-necesito esto, necesito irme.

-P-pero t-te necesitaré... .- me puse a llorar, no quería que se fuera, no quería.- no quiero que te vayas.- me abrazó.

-Hey pequeña, no llores. Sabes que no me gusta verte llorar.- se balanceó levemente mientras acariciaba mi cabeza.

-Pero es que... te irás y no podré verte... y ¿si hago algo mal?, y-yo no puedo...

-Marinette, puedes estar sin mi y lo sabes. Además tienes a Alya, Nino y ahora está Adrien, ¿no?.- lloré más fuerte.

Luka fue mi más grande apoyo estos años, siempre estuvo ahí y no quería que se fuera. Por alguna razón sentía miedo de que algo le pasara y no pudiera estar ahí para él.

-S-se que es egoísta, se q-que es una buena oportunidad para ti, pero te extrañaré mucho... .- lo apreté con fuerza respirando profundamente su aroma, sintiendo la calidez de su abrazo.

-También te extrañaré, pero aun no me voy así que ya no llores que si sigues asi yo también lo haré.- rió levemente y asentí sobre su pecho.

-Es que es... triste.

-Lo sé, pero es mejor así.

-Seré un completo desastre sin ti.- se puso a reír y besó mi cabeza.

-Eres maravillosa, de ninguna manera serás un desastre.

Estuvimos mucho tiempo abrazados, no quería soltarlo.

-Bien, creo que ya debería irme.- musitó y alcé la vista para verlo a los ojos.- ya es tarde y necesitas descansar.

-Lo se... .- besó mi frente regalandome una sonrisa y me soltó. Sentí frío, un largo y constante frío.

-Buenas noches.- tomó su chaqueta y las llaves de su moto.- descansa.

-Tu igual... .- susurré parada frente a él. Soltó una pequeña risa y se dio la vuelta.- L-luka.-llamé y se giró otra vez.

-¿Si?.

-Te quiero.- miró hacia abajo un momento y volvió a verme a los ojos.

-Y yo te amo... .- pude notar el dolor en sus palabras y salió de mi casa rápidamente.

Mi corazón se estrujó y pequeñas gotas se acumularon en mis ojos. No se porque me sentía tan triste y tan vacía...

Me volteé y vi a Adrien apoyado en la pared del pasillo mirando sus pies. Rápidamente sequé mis lágrimas y me acerqué.

-Adrien, ¿Qué haces levantado?.- iba a tomarlo, pero me detuvo frunciendo el ceño y haciendo una mueca de dolor.

-Estoy bien, yo solo venía al baño.- dijo por lo bajo.

-T-tu...

-¿Acaso si lo oí?.-preguntó y no respondí.- ¿Tu que crees?.

-Adrien yo...

-No es necesario que digas nada.- me dio un intento de sonrisa.- iré al baño y por favor... ¿podrías darme una frazada para el sofá?.

-Pero...

-Por favor, yo preferiría pasar la noche ahí.

-Adrien, tienes qu...

-¡No, Marinette!.- me interrumpió molesto y guardé silencio.- sólo no me contradigas en esto... .- bajó el volumen y se metió en el baño.

Respiré profundamente, fui al closet por unas frazadas y saqué una almohada de mi cama. Llevé todo al sofá acomodandolo todo y a los pocos minutos salió Adrien del baño.

-¿Te sientes bien?.-pregunté, pero no me respondió.- Adrien.- llamé nuevamente y él solo me esquivó abriendo el tapado y recostadose dándome la espalda.

Lo quedé mirando esperando a que me dijera algo, pero simplemente se mantuvo en silencio.

-Adrien.- llamé otra vez y no respondió.- Bien, si no quieres hablar me quedaré aquí sentada toda la noche.- me crucé de brazos cerrando mis ojos espiando con uno solo por si hacia algún movimiento, pero nada.- creo que hace un poco de frío.- expresé y se removió un poco.- definitivamente hace frío.- Cerré los ojos dándole la espalda y sentí como me jalaba poniéndome debajo de él.- ¡A-adrien!.- exclamé con las mejillas ardiendo al sentir su cuerpo tan cerca de mi.

-Dijiste que tenías frío ¿no?.- puso ambas manos a los costados de mi rostro sujetándose.

-¿M-me dirás lo que te pasa?.- cuestioné intentando sonar firme, pero dudo mucho que lo lograra.

-¿De verdad quieres saberlo?.- asentí y juntó su frente con la mía cerrando los ojos.

-Adrien...

-Estoy celoso.- acarició mi mejilla con una de sus manos.- eso me pasa. Estoy celoso de que le digas te quiero, estoy celoso de que él pudo estar contigo todo este tiempo, estoy celoso de que pueda verte con otros ojos, estoy celoso de que te ame, estoy celoso de él porque es mejor para ti de lo que yo puedo serlo.- no lo dejé continuar y lo besé.

Lo besé tan desesperadamente con todas las ganas que tenía de hacerlo, se me olvidó incluso que su labio estaba herido. Más que un beso tierno y lento, fue un beso desenfrenado, del cual quería que sintiera que solo lo amaba a él, que solo podía ser de él y de nadie más.

Lo apegué más a mi hundiendo mis dedos en su cabello, estaba tan asustada de que se fuera otra vez que ni siquiera pensaba en lo que hacía y no quería pensar, solo quería estar con él nada más.

Sus labios eran tan adictivos que me hacían perder la cabeza. Mi corazón latía con fuerza contra mi pecho y lo único que podía oír era su respiración agitada junto a la mía.

-Marientte... .- susurró sobre mis labios, pero no lo dejé hablar y lo volví a besar, luchando contra mis pulmones que pedían cada vez más oxígeno y simplemente no les quería dar en el gusto de separarme de él.

Acaricié su espalda lentamente por debajo de su camiseta y mordió mi labio inferior levemente.

-No... no... es-espera.- dijo entrecortado.

-No quiero... No quiero esperar.

-Marinette.- volvió a repetir y besé su cuello levemente.- Mari... no quiero lastimarte...

-No lo harás.- susurré sobre su piel.

-No podemos... no es el momento... .- me miró a los ojos y besó mi mejilla lentamente.

-Escúchame.- mi respiración era agitada y luchaba enormemente por no desmayarme ahí mismo.- no quiero que estés celoso... porque yo...

-Lo sé... perdóname. Lo siento.- me giró poniéndome sobre él y abrazandome.- lo siento... .- su pecho subía y bajaba.

-Está bien. No me pidas perdón.- se removió un poco y soltó un quejido.- ¿Estas bien?.- pregunté levantándome un poco pero me apegó más a él.

-Estoy bien, solo no me sueltes.

-No te soltaré mientras tu no lo hagas.

-Entonces que ninguno de los dos se suelte y todo estará perfecto.- solté una risa y él también.

Nos quedamos así abrazados toda la noche hasta que el sueño nos ganó y los rayos del sol se filtraron por la ventana.

Abrí mis ojos lentamente y vi su rostro completamente tranquilo al igual que su respiración.

-Hey dormilón.- susurré tomando con cuidado sus mejillas por las heridas.- despierta.- me atreví a darle un beso en la nariz y la arrugó un poco.- Adrien.- llamé por lo bajo y sonrió.

-Marinette... .- oí mi nombre salir de sus labios vagamente.

-Debemos comer algo, príncipe.- volví a besar su nariz y arrugó un poco la frente pasando una mano por su nariz, apegandome desde mi cintura hacia él.

-No quiero.- se quejó haciendo un puchero y me reí por lo tierno que se veía.

-Gatito despierta.- jalé un poco su cabello y entreabrio sus ojos sonriendo enormemente al conectar su mirada con la mía.

-Hola... .- saludó acariciando mi mejilla.- Buenos días.

-Buenos días.- saludé también.

-Te ves hermosa.- me giró dejándome bajo él.- siempre estas hermosa.- estoy segura que me puse más roja que un tomate.

-N-no digas esas cosas.- puse mis manos sobre su pecho.

-¿Por qué?.- enarcó una ceja.- pero si es verdad.

-Pero me da vergüenza.-miré hacia mi costado.

-Entonces tendrás que disculparme porque te lo diré todo el tiempo.- soltó casi como un ronroneo.

<<¿Por qué tienes que ser tan tierno?.>>

-Gato tonto.- besé su mentón y pude ver como sus mejillas se tornaron rojizas.- parece que al gatito lo puse nervioso.- dije en tono burlón y rápidamente cambió su mirada a una mas coqueta y penetrante.

-¿Estás segura bichito?.- sonrió muy al estilo de Chat Noir y me estremecí.

-Deberíamos desayunar y tu debes hacer reposo.- intenté formular y se acercó más a mi.

-Contigo no me da hambre y no hay mejor medicina para mi que tu calor.- susurró en mi oído haciendo que sintiera una corriente eléctrica en cada parte de mi cuerpo.

-Bu-bueno y-yo...

Miré sus labios sintiendo las enormes ganas de besarlos otra vez, pero el golpeteo de la puerta principal nos hizo saltar en nuestros lugares. Adrien suspiró pesadamente mientras se reincorporaba con cuidado.

-¿Esperas a alguien?.- preguntó en medio de una mueca tomando con su mano su costado derecho.

-No que yo sepa.- me encogí de hombros y me puse en pie.- iré a ver, quédate quieto y no hagas fuerzas.- asintió y me guiño el ojo.

Fui a abrir la puerta y me encontré con el semblante molesto de Félix frente a mi.

-¿Félix?.-pregunté extrañada.- ¿Qué haces aquí?.- me miró de pies a cabeza.

-Mi tío me dijo que Adrien se quedó aquí.- dijo en tono serio y algo enojado.

-S-si, pero no se encuentra en condiciones de atenderte.- sonreí algo incómoda.

-Necesito hablar con él.- sujeté la puerta y frunció el ceño.

-Ya te dije que no puede atenderte.

-Marinette abre la puerta.- lo miré mal.

-¿Qué es lo que quieres?.- espete.

-¿En serio lo preguntas?.- cuestionó presionando su mandíbula.- Quiero que me expliques porque mi primo se quedó aquí contigo.

-Eso no te incumbe.

-Claro que me incumbe.- respondió.- ahora déjame hablar con él.

-No lo pienso hacer.- solté de manera despreocupada y empujó la puerta adentrándose en mi departamento.- ¡Oye!, ¡no puedes entrar como se te de la gana!.- alegué yendo detrás de él cerrando la puerta a mis espaldas.

Félix se quedó parado viendo a Adrien el cual estaba sentado en el sofá viéndolo algo sorprendido viajando su mirar hacia a mi.

-Félix, ¿Qué haces aquí?.- preguntó Adrien.

-¿Qué te pasó en el rostro?.- se acercó a él examinando sus heridas.

-Nada grave, solo un pequeño accidente.- respondió mi gatito.

-No me mientas, se perfectamente como se ven los golpes de una persona.- frunció el ceño separándose de él.- ¿Quién te hizo eso?.- cuestionó en tono molesto.

-Nadie.- respondió el menor de los Agreste.

-Marinette.- Félix se dirigió a mi.- ¿Quién le hizo eso?.- lo apuntó con su mano.

-Bu-bu-bueno... yo... .- miré de reojo a Adrien y negó con la cabeza siseando con su índice sobre sus labios.- Nadie, fue una accidente.- dije lo más convincente que pude, pero Félix sólo me miró peor.

-¿Me quieren ver la cara de idiota?.- cuestionó poniendo las manos en sus cintura.- se perfectamente que esos son golpes de una persona y ahora mismo quiero que me digan que mierda pasó.

-No es lo que tu piensas... .-intenté decir pero me calló con la mano.

-No tengo idea de que pasa entre ustedes, pero si esos golpes los hizo tu novio Luka las pagará muy caro.

-Luka no me hizo nada.- interrumpió Adrien.

-¿No?, entonces ¿quién?.- cuestionó incrédulo.

-¡Nadie!.

-Félix no metas a Luka en esto.- cuestioné y me miró soltando una risa.

-¿Es en serio?.- alzó una ceja.- lo ¿defiendes siendo de que lo estás engañando con mi primo y que además lo golpeara?.

-Yo no estoy engañando a Luka.- lo miré mal.- si no sabes lo que hablas mejor no digas nada.

-Entonces me dirás que entre ustedes no ha pasado nada, ¿no?.- dijo sarcástico y formé una fina línea en mis labios.

-Basta, Félix.- dijo Adrien.

-Estas todo golpeado por ella y ¿quieres que me quede callado?.- ahora se dirigió a mi.- tu noviesito tendrá muchos problemas.

-¡Félix, no te metas en esto!.- soltó Adrien poniéndose de pie.

-¿Mi tío sabe en las condiciones que estás?.

-No... Por favor no le digas.

-Lo siento, pero no me puedo quedar de brazos cruzados.

-Escúchame.

-Abre los ojos. Estas haciendo las cosas mal.

-¡Ya paren!.- intervine.- tu no le dirás nada al señor Agreste y no harás nada contra Luka porque él no le hizo nada a Adrien.- me paré frente a él viéndolo fijamente hacia arriba.- ¿oíste bien?.- presioné mi dedo sobre su pecho.

-No eres más que una...

-¡Hey!.- Adrien lo empujó.- ya te dije que no vuelvas a decir algo en contra de ella.- me puso detrás de él y sujeté su brazo.

-Adrien... para.- musité intentando calmarlo.- por favor, debes descansar.

-¿La vas a defender?.- me apuntó con su mano y Adrien apretó más sus puños.- ¿Que no ves que ella está con otro?.

-Eso no es cierto.- respondió.

-Oh, vamos. Tu misma me lo dijiste Marinette, que tenías novio.

-Luka y yo ya no somos novios.

-Claro, llega mi primo y de causalidad ya no tienes novio. Eres una caza fortunas.- sujeté más firme el brazo de Adrien porque ya se le iba a tirar encima.

-Cállate, que eso no es cierto.- me puse frente a Adrien encarando a Félix.

-Escuchame bien Félix Agreste, no pienso permitirte un insulto más hacia cualquiera que esté dentro de mi casa.- estaba completamente enojada y ese idiota me iba a escuchar.- no tengo porque darte explicaciones de nada y Adrien tampoco, así que puedes tomar tu presencia y marcharte de aquí.

Se quedó en silencio viéndome a los ojos.

-Y ni se te ocurra mencionar el estado de Adrien al señor Agreste porque si es así conocerás quien es Marinette Dupain Cheng.

Por alguna extraña razón su mirada cambió repentinamente y pude ver sus ojos cristalizarse.

-¿Félix?, ¿estás bien?.-pregunté y acarició mi mejilla dejándome completamente confundida.

-Brid... .- susurró y lo miré extrañada.

-¿Félix?.- pregunté nuevamente.

-Lo siento... .- dijo por lo bajo y se dirigió a la puerta rápidamente saliendo.

Adrien y yo quedamos mirando la puerta y luego nos vimos sin comprender que acababa de ocurrir.

"La culpa puede consumir el alma de quien la posea si no es liberada."

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