Capítulo 2
~Marinette~
Hoy tenía un examen importante en la universidad, me preparé mucho para que me fuera bien, pero no fue así, me siento fatal.
Alya quedó de reunirse conmigo a la hora de almuerzo.
Tomé mis cosas del salón para dirigirme al patio de la institución. Caminaba con los cuadernos de dibujo en mis brazos, este tipo de cosas solían deprimirme, aunque no creo ser la única. Me siento impotente.
Quería despejar mi mente, así que me puse los auriculares y... ¿Qué mejor que oír canciones tristes cuando estas triste?, que irónico, debería ser lo contrario, pero un día llegué a la conclusión de que si te sientes mal... sólo debes dejar que la tristeza fluya hasta que puedas levantarte por ti mismo, lo mejor es no forzar las cosas.
Me recosté en el pasto debajo de un árbol, miré el cielo oyendo la relajante y melancólica canción. Respiré profundo cerrando mis ojos queriendo desaparecer sólo por unos segundos de este mundo.
<<No estés triste bugaboo>>
Oí tan claramente en mi mente que me asusté, mi corazon latió rápidamente con fuerza y abrí los ojos de golpe incorporandome en mi sitio. Miré a todas direcciones, pero no había nadie cerca... Se lo que oí.
-Adrien... .- susurré y miré nuevamente el cielo con los ojos comenzando a picarme.
-Que no te escuche Luka decir eso.- me sobresalte y vi a Alya caminando hacia a mi.
-A-alya.- musité.
-A-alya ¿qué?.- enarco una ceja poniendo ambas manos en su cintura y mirándome con desaprobación.
-Me asustaste.
-¿Interrumpí tus pensamientos pecaminosos acaso?.- se sentó a mi lado cruzando sus piernas mientras alzaba su dedo índice.
-¿D-de que hablas? ¡Cla-claro que no!.- creo que debería aprender a disimular mejor.
-Te oí perfectamente Marinette, no lo niegues.-frunció levemente el ceño.- soy tu mejor amiga, no puedes mentirme.- amo tu profesión, pero a veces me saca de quicio.
Me crucé de brazos y desvié la mirada hacia mi costado.
-Marinette, ¿No crees que tu obsesión por el "señorito" Agreste ya debería haber terminado? Han pasado tres años desde que se fue.- dio un leve golpecito en mi cabeza.- además, ¡Luka es tu novio!.
-Ya se que Luka es mi novio.- suspiré.
-Entonces no deberías pensar en otro hombre que no sea tu novio y tu padre no cuenta.- me volteó el rostro para que la mirara.- Mari...
-No estaba pensando en nada Alya.- la interrimpí y fruncí el ceño.
-Eres mi mejor amiga y me preocupo por ti.- me miró tristemente.-¿Cómo están las cosas con tu sexy guitarrista?.- alzó las cejas de arriba-abajo pícaramente.
-Pues bien.-me encogí de hombros.- Luka es muy bueno conmigo, ya sabes.- me quedó mirando por varios segundos.- ¿Qué?, ¿Estás bien?.
-¿Sólo es bueno contigo?.- negó con la cabeza.- Me refería a si ya han pasado a la acción.- sonrió de lado y mis mejillas ardieron.
-¡A-alya! Claro que no.- me cruce de brazos.- no digas esas cosas.-susurré.
-¿Por qué no?.- hizo una mueca.- es normal, son novios hace ¿Cuanto? ¿seis meses?.
-Tres.-corregí.
-Casi lo mismo.- soltó una risa.- se conocen hace como... ¿cinco años?.
-¿Y eso que tiene?.
-Ay Marinette.- arregló sus gafas y pestañeo varias veces.- pues que los hombres tienen sus necesidades.- aclaró su garganta.
-Yo creo que estamos bien así, el me respeta y yo a él.- ni quisiera había pensado en "eso" otro.- Además no haremos "eso" si aún no nos besamos.
-¡¿Qué?!.- gritó tan fuerte que me dejó un pitido sonando en el oído.
-¡Alya!.- exclamé cubriendo mis oídos.- no grites.
-Lo siento... Pero es que dime que es una broma.- me tomó de los hombros sacudiendome un poco y negué.
-Es así.
-Pero, ¿por qué?.
-Porque no queremos apurar las cosas.- aunque realmente yo soy la que no quiere.
-Bien, déjame ver si entendí. Luka y tú.- me señaló.- han sido amigos muy cercanos hace dos años.- asentí.- desde que ese chico te conoció fue notorio que lo dejaste babeando.- me golpeé mentalmente la frente.
-Prosigue...
-Hace tres meses que se hicieron novios y me dices que... ¡¿aún no se han besado?!.- alzó la voz nuevamente y la miré mal.
-Lo siento.- sonrió.
-Como te dije, no queremos apurar las cosas.
-¿No "quieren"?.- Asentí.- ¿No será que la que no quiere eres tu?.
-Cla-claro que no... Solo es mejor así.
-¿En que sentido es mejor?.
-En el que... ¿No hay que apurarnos?... .- negó con la cabeza.
-Entiendo que te de miedo, pero en algún momento pasará.
-¡Oye!, No puedes decirme eso.- inflé mis mejillas.- tu eras la que quería que llegara "pura" al matrimonio.- entrecerré mis ojos viéndola fijamente.
-Bu-bueno eso no lo niego, pero...
-No me digas que... .- asintió y me quedé un momento en silencio.- ¡Ah! Nino... ¡Nino y tu!.- se cubrió el rostro con ambas manos debajo de sus gafas mientras asentía repetidas veces.- ¿Cómo fue que pasó?.- sonreí al ver lo roja que estaba, incluso se me había quitado la pena.
-No lo sé... Solo pasó.- miró sus manos y luego sonrió.- fue... maravilloso.- tenía un brillito en sus ojos que no había visto antes.- Nino es fue dulce y tierno...
-¿Cómo te sentiste?.- pregunté tomando sus manos y me miró fijamente.
-No estoy segura, no se como explicarlo... espero que puedas sentirte así de feliz cuando te pase.- se encogió de hombros.
-No es necesario... .- sonreí sintiendo un agradable calor en mi pecho.
-¿Cómo?. - preguntó sacándome de mi ensoñación.
-Q-que...
-Dijiste "no es necesario".- hizo comillas con sus dedos y se quedó mirándome en silencio.
-N-no dije nada...
-Marinette Dupain Cheng.- dijo en un tono tan firme que me hizo saltar en mi lugar.- ahora mismo me dirás lo que pasó.
-... .- no sabía que decir, digo... Es mi mejor amiga y jamás le conté lo que había pasado con Adrien.
-Marinette.- repitió nuevamente esperando a que hablara.
-Es que... .- suspiré y cubrí mi rostro.- y-yo... Ya estuve con alguien.- lo solté tan rápido que ni yo misma me entendí, pero por el silencio que hacía mi amiga pude asumir que me entendió.
Sentí las manos de Alya en las mías y las quitó de mi para verme.
-¡Marinette Dupain!.- gritó fuertemente otra vez. He pensado en hablar con Nino para ponerle una mordaza.- ¡¿Por qué diablos no me dijiste?!.- cerré mis labios y cubrí los de ella con mis manos.
-¡No grites!.- exclamé mirándola a los ojos.- ¿guardarás silencio y me dejarás explicarte?.- frunció el ceño, pero luego se relajó y asintió, así que la solté.- Bien.- suspiré.
Realmente necesitaba hablar con mi mejor amiga, no le diría exactamente lo que pasó con... bueno él.
-Te escucho.- se cruzó de brazos.
-F-fue... .- tomé aire.- fue hace dos años.- me miró perpleja en su posición sin decir nada.- y fue... lo mas lindo que me pudo pasar en la vida.- sonreí recordando cada caricia de sus manos, cada palabra dulce que me dijo y cada latido de su corazón contra el mío.- tuvimos una cita... preparó Muchas sorpresas para mi, cenamos, bailamos, nos bañamos en el lago...
-¿Lo hicieron en el lago?.- preguntó derrepende con los ojos muy abiertos.
-Claro que no.- reí levemente.- fue tan dulce que... Me llevó a una cabaña después de eso.- mi corazón latía con fuerza y sentía el calor de mis mejillas sofocarme.- encendimos la chimenea para secar la ropa, nos dimos una ducha y conversamos un poco al calor del fuego.- suspiré.
-Y ¿Cómo pasó lo otro? ¿Te obligó?.- negué con la cabeza y mordí mi labio inferior.- ¿Entonces?
-Y-yo se lo pedí... .- me encogí y la miré con algo de vergüenza.- él... Fue un sueño hermoso. No creo que sean necesario los detalles.- reí por lo bajo.
-¿Por qué no me lo contaste?.
-No sabía como hacerlo, además pasaron muchas cosas en ese tiempo... .- mis ojos se humedecieron un poco, después de eso lo perdí. Aclaré mi garganta.
-¿Quién era?.
-No puedo decirte.
-Marinette.- hizo un puchero.- no le diré a nadie.
-No temo que le digas a alguien, solo que te molestarás y no entenderás nada.- hice una mueca.
-De todas formas quiero saber.- se enderezó y apuntó mi nariz con su dedo.- ya dime, no puedes contarme las cosas a medias.
Sabía que se iba a enojar, además, ¿cómo le explicaría que estuve con Adrien si se supone que estaba en Alemania?.
-A-adrien... .- dije por lo bajo.
-¿Cómo?, no te oí.
-¡Fue con Adrien!.- exclamé abochornada mirando hacia otro lado.
-¡¿Qué?!.- otra vez ese grito.- ¡¿Cómo?!.
-Eso...
-Pero, ¿Cómo?.- aún no lo procesada bien ya que se quedó quieta un momento mirando un punto fijo.- espera, espera... Para tu tren.
-...
-Adrien, él y tu.- juntó sus dedos.- estuvieron juntos, pero... ¡No entiendo nada!.
-Te lo dije.- rodé los ojos.
-Pero él está en Alemania y no se contactó con nosotros jamás, incluso ahora.- frunció el ceño.- ¿y cómo es que tú y él? Digo... jamás le dijiste lo que sentías por él o ¿si?.
-No fue necesario... .- si tan solo supieras como fueron las cosas.
-Y ¿él sentía algo por tí?.- definitivamente dejé a Alya muy confundida, no debí decirle.
-Él... él me amaba.- musité y mi pecho comenzó a doler como aquella vez.
-¿Qué pasó después de...? Ya sabes.- expresó con las manos.
-Me hizo el desayuno.- el calor volvió a mi, había sido muy tierno.
-Wow, ese Agreste esconde muchas cosas.- acomodó sus lentes.- y no es el único.- hizo una mueca.
-Si...
-¿Luka lo sabe?.
-¡¿Qué?!.
-Acaso si tu novio sabe que tu y Adrien...
-Cl-claro que no.- negué rápidamente.- ¿Cómo podría decirle algo así?.
-Pues... Es tu novio, pensé que se lo habías contado.
-Definitivamente no.
-Está bien, está bien.- alzó sus manos.- ¿No piensas decirle?.
-N-no lo sé... ¿Debería?.- guardé silencio.- De todas formas, es algo personal.
-Yo creo que si deberías... .- hizo una pausa por unos minutos.- ¿Y que pasó después con Adrien?, ¿Cómo es que volvió de Alemania?, ¿Dónde está ahora?, ¿Por qué no se contactó con nosotros?.- sus preguntas tan rápidas me marearon por completo.
-Alya calmate por favor.
-Lo siento, a veces me sale la actitud de reportera.- sonrió con vergüenza.
-Y-yo... No lo volví a ver.- en realidad tu me despertaste e interrumpiste nuestro sueño.
-¿Cómo es eso?.- frunció el ceño.- o sea que ¡¿se mete contigo y se larga como si nada?!.
-¡Alya! Eso no fue así.- suspiré y me puse de pie tomando mis cosas.- es imposible hablar contigo.
-Pero Marinette...
-¡Marinette nada!.- estaba molesta.-¡no se cual es tu problema con Adrien!.
-¿Quieres saber cual es mi problema?.- se paró frente a mi molesta.- ¡Que se haya ido como si nada! ¡Que nosotros le importamos un comino como amigos! ¡Eso me pasa!. Me molesta el que te hiciera sufrir por tanto tiempo.- me apuntó con fuerza.
-¡Él no me hizo sufrir!.
-¡¿Cómo que no?!, además, me dices que estuvieron juntos, pero que se fue. ¿Qué clase de hombre hace eso?.- estaba completamente enojada.
-¡No tenía opción!.
-Claro, es que un niño mimado y millonario no tiene opciones.- soltó sarcástica.
-Sabía que no entenderías.- comencé a recoger todas mis cosas ignorando su presencia, estaba molesta con ella.
-Tu eres la que sigue aferrada a él cuando ya deberías haberlo olvidado.
-En el corazón no se manda.
-Entonces no deberías jugar así con Luka.- comencé a caminar.
-Yo no juego con Luka, lo quiero de verdad.- dije hacia atrás y luego me volteé para caminar nuevamente.
-Lo quieres, pero no lo amas.- detuve mi andar y presioné mis cuadernos contra mi pecho.
-Pero él lo sabe.
-Que lo sepa no justifica nada.
-Nos vemos.- sabía que tenía razón, sabía que a pesar de todo no estaba siendo completamente honesta con Luka y no se lo merecía.
Caminé hasta la parada de autobús y esperé por unos minutos, al poco tiempo llegó el que me dejaba a una cuadra de donde vivía.
No me demoré tanto en llegar a mi hogar. Me adentré en el edificio y llamé el ascensor, sentía las piernas pesadas y un horrible dolor en el cuello.
Cuando llegué a mi piso saqué las llaves de mi bolso y me adentré en mi departamento. Arrojé las cosas a los sillones, quité mis zapatos mientras me desplazaba hacia mi habitación.
Abrí la puerta y me lancé a la cama con total libertad, sin duda esa charla con mi mejor amiga me dejó mal, detesto cuando peleamos. Tenía muchas cosas que pensar, sobretodo en mi relación con Luka... él es importante para mi.
Suspiré y dejé que las lágrimas por frustración se derramaran por mis mejillas.
-¿Por qué todo es tan complicado?.
El sonido de un beep me hizo saltar en mi sitio, rápidamente me incorporé e intenté oír otra vez.
Beep, beep, beep.
Sonó repetidas veces y definitivamente ese no es el tono de mi celular. Busqué por mi habitación, hasta que di con el sonido proveniente de debajo de mi cama.
Me arrodillé y saqué esa caja con bastante polvo en la tapa.
Con algo de inseguridad la abrí, cerré los ojos con fuerza. Ahí estaban sus fotos, nuestros amuletos, dibujos, nuestros recuerdos, todo.
Con cautela abrí uno de mis ojos y vi esos ojos verdes con esa sonrisa encantadora plasmada en las fotografías. Sonreí, pero un dolor en el pecho me golpeó.
Seguía oyendo ese "beep". Moví algunas cosas con cuidado y grande fue mi sorpresa al encontrar mi kwagatama brillando con mucha intensidad.
-¿Pero que...
El beep me interrumpió otra vez, tomé el kwagatama y su luz brilló aún más. Lo observé hasta que se apagó.
-No brillaba así desde...
El beep sonó otra vez y encontré la pequeña caja negra donde estaban los aretes. Abrí la cajita, las joyas parpadeaban y hacían beep constantemente.
Dudé por un momento en tomarlos, pero lo hice. Puse los pendientes en mis orejas y una luz roja me cegó dejando frente a mi a esa pequeña kwami que no veía hace mucho.
-Tikki... .- susurré cuando la vi bostezar.
-Marinette.- sonrió.
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