~Adrien~

Aún estaba tirado en el sillón con mi pequeño kwami encima, le hablé varias veces pero solo se aferraba con más fuerza a mi pecho.

-Hey, Plagg.- llamé nuevamente.

-Estúpido rubio, ¡¿Tienes idea de lo mucho que he muerto de hambre sin ti?!.- ese era mi Plagg.

-No, la verdad no.- solté una leve risa y voló hacia mi rostro golpeando mi frente con su pata.

-No es un chiste.- limpió sus ojos con ambas manos y miró hacia arriba.- suficiente de cursilerias.- suspiró pesadamente.

-¿Me extrañaste?.- pregunté para molestarlo un poco y no me miró en ningún momento.

-Claro que no, yo solo extraño al queso.- rodé los ojos.

-Ven aquí.- lo tomé con mis manos y besé su cabeza, por unos segundos se dejó querer pero...

-¡Puaj!.- exclamó con una mueca de asco.

-No seas exagerado.- dijo la kwami carmesí flotando frente a nosotros.

-Hola pequeña lady.- saludé extendiendo mi dedo el cual estrechó.

-Hola Adrien.- respondió con una pequeña sonrisa y un leve sonrojo en sus mejillas.- que bueno verte otra vez.

-Lo mismo digo.

Era extraño estar otra vez devuelta, era extraño tener a los kwamis aquí conmigo, era extraño tener a Marinette conmigo, poder respirar el aire, poder tomar las cosas, poder... estar vivo.

-¿Que te pasó en la boca?.- preguntó Plagg alzando mi mentón y viéndome detenidamente.

-Na-nada.- intervino Marinette tomando mi mano y llevándome a la que al parecer era la cocina.

-¿Qué pasa?.- pregunté cuando se giró hacia el lavaplatos.

-Voy a curarte esa herida.- musitó tomando un paño y mojandolo un poco.

-Estoy bien, no es la gran cosa.

Marinette se volteó y me miró hacia arriba, me quedé embelesado por sus hermosos ojos celestes, los extrañaba tanto...

Acarició mi mejilla con su delicada mano sin apartar la vista, sentí un leve dolor cuando pasó su pulgar por mi labio e hice una mueca a medias.

-Lo siento... .- dijo por lo bajo acercando el paño mojado a mi boca y limpiando con pequeños toques en esta.

-Descuida, no duele mucho.- sonreí de lado.

-No me disculpo por eso... Me disculpo por Luka.- su tono de voz se oyó triste y pude notar como se cristalizaban sus ojos.- No debió golpearte.

-Oye... .- acuné su rostro entre mis manos.- Está bien, no te preocupes por eso, de todas formas lo provoque.

Con firmeza apoye su frente con la mía y cerré los ojos sintiendo su respiración. Comencé a oír pequeños sollozos, abrí mis ojos encontrándome con los suyos derramando lágrimas.

-Oye... .- susurré.- ¿por qué lloras?.

-Te-tengo miedo... .- la envolví en mis brazos.

-¿De qué?.- pregunté en un ligero balanceo para calmar su congoja.

-De que te vayas otra vez, de no sentirte de nuevo, de que... mueras. No podría resistirlo...

Sentía tristeza por como estaba mi princesa, no quería verla sufrir y tan solo pensar todo lo que pasó desde la última vez que nos vimos me hacía sentir peor.

-Eso no pasará, no volveré a dejarte.- besé constantemente su cabeza.- tranquila.- daba pequeños saltos por el llanto, los cuales se hacían con el pasar de los minutos mas imperceptibles.

Luego de que Marinette se pudiera calmar un poco, nos separamos y continuó limpiando mi labio con cuidado.

-¿Tienes hielo?.- pregunté deteniendo su acción y asintió.

-En la nevera detrás tuyo.- me volteé.

-¿"Te dejaré en el nido de un pájaro, lombriz azul" ?.- leí en voz alta la nota que había escrita en el refrigerador, miré a Marinette la cual frunció el ceño.- es la letra de Plagg, ¿a que se refiere?.- pregunté soltando una risa.

-Nada en especial.- tomó su frente y quitó el papel arrugandolo en su mano.- saca hielo.

Abrí la nevera y saqué unos cubitos de hielo poniéndolos en una bolsa.

-Creo que esto estará bien.- sonreí y Marinette peinó mi cabello hacia atrás con sus dedos. Me encantaba poder sentir su tacto y aunque fuera una simple caricia pude sentir como mis mejillas ardían.

-Adrien... .- la miré atento.- debo contarte muchas cosas.

-Te oiré my Lady.-tomé su mano y deposité un beso en esta.

Nos dirigimos a la sala nuevamente, Tikki y Plagg estaban hablando unas cosas y se voltearon a vernos.

-Los dejamos solos.- dijo Tikki con una media sonrisa.

-Pero yo quiero escuchar.- alegó Plagg y la carmesí lo tiró de su cola.

-No seas metiche.- ambos desaparecieron en una de las habitaciones y nos quedamos en silencio.

Marinette estaba a mi costado con la cabeza hacia abajo como pensando que decir o como comenzar.

-¿Quieres sentarte?.pregunté para romper el hielo y asintió.

-S-si, disculpa.- me señaló que me sentara en el sofá grande y ella imitó mi acción a mi lado.

Tomó una gran bocanada de aire alzando la vista para verme a los ojos, sus palabras se trababan en el camino a veces e incluso se quebraban, pero en ningún momento dejó de verme a los ojos.

-Cuando ocurrió la ultima batalla... y-yo no podía seguir siendo Ladybug.- formó una fina línea en sus labios.- ese día renegue de mi prodigio y lo guarde en la caja.- contuve el aire en mis pulmones al pensar todo lo que sufrió en mi ausencia.

Mediante hablaba me fijaba en sus expresiones y debo decir que... No ha cambiado nada, sigue siendo la misma Marinette de siempre.

-Cuando te fuiste... Mi vida también se fue contigo.- mi pecho dolió por su confesión y no podía dejar de sentir un frío que me cortaba el aire.- no quería vivir, no fui a la escuela, no comía, no hablaba ni siquiera con mis padres... Todo el color que había en mi vida se perdió, te veía en todos lados así que no salía de casa. Esperé por mucho tiempo que aparecieras frente a mi otra vez, esperé sentir tu calor de nuevo.

Finas gotas saladas se deslizaron por sus mejillas, pero ella mantenía una postura firme y no quería interrumpir lo que me decía porque si lo hacía... sabía que no podría despegarme de ella ni un solo segundo más.

-Esperé por mucho tiempo... Y comenzó a ocurrir algo que me destrozaba cada día, tu rostro se hacía borroso en mis recuerdos, tu voz ya no podía oírla de la misma forma y... y solo había vacío, un vacío enorme en mi que nada pudo llenar. Quería verte aunque fuera en sueños, pero jamás ocurrió... No recuerdo cuanto tiempo estuve así, fueron meses probablemente y un día...

Flashback

~Marinette~

-Marinette, tienes visita.- oí la voz de mi madre detrás de mí.

Estaba sentada en mi escritorio mirando mi cuaderno de diseños, no podía tomar un simple lápiz, solo me mantenía pegada observando un punto muerto en las páginas blancas del que antes fue una forma de darle color al mundo.

-Marinette.- oí detrás de mí pero no me inmuté.- oye...

-Quiero estar sola, Luka.- respondí firme sin voltearme.- le dije a mi madre que no quería ver a nadie.

-Marinette, todos están preocupados por ti.- respondió, pero realmente no quería verlo a él y a nadie.- oye... .-tomó mi hombro y me paré rápidamente.

-¡No quiero ver a nadie!.- grité viéndolo a los ojos.- ¡por favor déjame sola! ¡¿Qué no lo entienden?!.

-No.- respondió seriamente.

-¿Disculpa?.

-Dije que no. No puedes encerrarte aquí y simplemente importarte una mierda los demás, no puedes deprimirte sin motivo alguno preocupando a toda tu familia y amigos. ¿Quieres que te deje sola?.- preguntó cruzándose de brazos.- pues no lo voy a hacer, tu misma me pediste que no te dejara, ¿ya lo olvidaste?.- frunció levemente el ceño.- Así que deja de hacer berrinche y comportate como alguien maduro. Me preocupas Mari, no sabes lo mucho que me preocupas... Y quiero ayudarte pero no me dejas.

-Hay veces donde es mejor no decir nada.

-Y ¿quedarte callada te ha hecho sentir mejor?.- me miró fijamente.

-...

-Déjame ayudarte.- acarició mi mejilla y di un paso hacia atrás.

-No necesito ayuda.

-Todos necesitamos ayuda de vez en cuando.

-Este no es mi caso.

-¿No?.- enarcó una ceja y lo miré extrañada.

Luka me abrazó con fuerza y por acto reflejo intenté soltarme empujandolo, pero hacía más firme su agarre.

-Lu-luka déjame.- fruncí el ceño empujandolo desde el pecho.

-No, ya no te hagas la fuerte... No contengas la pena porque será peor.

Por más que intentara no podía soltarme, después de varios minutos simplemente me cansé y dejé de forcejear, mi rostro quedó apoyado en su pecho y podía oír el latido de su corazón fuertemente. Aunque no quisiera aceptarlo, si lo necesitaba, si necesitaba un abrazo... si necesitaba ser escuchada sin decir palabras y Luka sabía perfectamente descifrarme, Luka sabía extrañamente como descifrarme.

¿Cómo podía hacer eso?, ¿Cómo podía quedarse si lo he tratado tan mal?, ¿Cómo podía abrazarme y simplemente estar aquí sin decir nada?.

-Muchas veces tenemos la salida frente a nosotros, pero no queremos salir.

La barrera que había levantado sobre mi la derrumbó con un simple abrazo... lloré sin contenerme y cuando sentía que no me quedaban más lágrimas lloraba otra vez y otra y otra... Y él jamás me soltó, jamás lo hizo...

-Escúchame.- acariciaba mi cabeza con lentitud.- eres una chica fuerte y asombrosa... No te rindas, por favor no te rindas porque si lo haces no serás la única que caerá.

Fin del Flashback

-Luka me ayudó... .-musitó.- con el tiempo nos hicimos más amigos, iba a verme a casa y me animaba para que volviera al instituto. Casi pierdo el año.- rió sin gracia.- pero me compuse en ese sentido, me di cuenta de que estaba lastimando a personas que amo y aprecio mucho.- ladeó el rostro.- no sabes lo mucho que me costó enviar la solicitud a la universidad.

Flashback

~Marinette~

-Vamos Mari, tu puedes hacerlo.- habló Luka a mis espaldas y negué varias veces con la cabeza.

-No, es imposible... ¡Es una de las mejores que hay en todo el país!.- me levanté de mi silla pasando por el lado de mi amigo.

-Pero nunca sabrás si no lo intentas.

-Es fácil para ti decirlo, don perfecto.- me burlé rodando los ojos mientras me cruzaba de brazos.

-Marinette, si no lo haces tu lo haré yo.- frunció el ceño.

-Pero...

-¿Es lo que amas no?, ¿es tu pasión?.- me abracé a mi misma viendo mis pies y alzó mi cabeza con su mano.- confía en ti más de lo que yo lo hago.- sonrió.- no le prives al mundo lo que puedes hacer.

Me acerqué a mi computadora tomando mucho aire y sus palabras vinieron a mi mente.

<<"Quiero saber que buscarás tu felicidad, y que a pesar de que la vida es difícil... No te rendirás jamás.">>

Presioné el botón de enviar...

Fin del flashback

-A pesar del tiempo que pasó aún estabas en mi mente constantemente y me ayudaste sin saberlo.- sonreí.- tu padre me ayudó mucho también.- abrí mis ojos sorprendido.- él ya no es la persona que recuerdas... cambió bastante desde esa noche, hemos forjado una buena relación e incluso puedo decir que lo veo como un segundo padre.- sus mejillas se ruborizaron y me llené de dicha al oír eso.- Alya entró a estudiar periodismo y Nino está en un conservatorio.

-Estoy feliz por ti Marinette... y-yo... Me hubiera gustado ser parte de eso.- bajé el rostro pero ella lo alzó acercándose a mi y dando un abrazo.

-Lo estabas... En mi mente y mi corazón siempre estuviste.

~Marinette~

Aún no podía creer que estuviera aquí conmigo en mis brazos, la sensación de que todo estaba donde pertenecía no se iba y me encantaba.

-Soñé muchas veces poder abrazarte otra vez, pero no era real como lo es ahora.

-Ya no tendrás que soñarlo princesa.- respondió.

-No... Ya no.- me alejó un poco tomando mi rostro con ambas manos.

Sus ojos... dios, esos hermosos ojos verdes los extrañaba tanto. Llenos de ternura y amor, me derretían por completo.

Se acercó lentamente a mi acariciando mis mejillas, tomé su rostro haciendo lo mismo, era tan cálido y suave.

Cuando estábamos a punto de besarnos, otra vez, me detuve cerrando mis ojos y viendo hacia otro lado.

-¿Qué sucede?.- preguntó con preocupación.- lo siento... ¿hice algo malo?.- negué con la cabeza.

-Y-yo... estoy con Luka.- apreté mi vestido con mis puños y alcé la vista.- y él no merece que yo le haga esto.

Puso una mano en su nuca apretando sus labios y pude ver su mirada entristecer.

-Entiendo.- dijo tan bajo que casi ni lo escucho.- ¿Lo quieres?.- sus ojos estaban cristalizados y solo pude asentir en respuesta a su interrogante.

-Si... Lo quiero.- musité.

"Un abrazo dice mas que mil palabras".