Capítulo 12
~Marinette~
Me extendió su mano con una sonrisa, pero me levanté rápidamente retrocediendo sobre mis talones y pude sentir la fría superficie de la estatua a mis espaldas chocando conmigo.
La lluvia comenzó a caer torrencialmente, miré la figura hecha estatua de mi compañero de batallas un momento y volví a ver hacia al frente.
-N-no... t-tu no estás aquí.- cubrí mis ojos con ambas manos y negué repetidas veces con mi cabeza.- ¡Tu no estas! ¡Me estoy volviendo loca! ¡Me estoy volviendo loca!.- lloré con más fuerza y sentí como me envolvian unos brazos.
-Princesa... .- susurró.
-¡No!, ¡Déjame!,¡Tu estas muerto! ¡Eres un akuma!.- intenté liberarme, pero me sujetó con más fuerza tomando mis manos y apartandolas haciéndome verlo fijamente a sus ojos. Apreté mis labios intentando contener el llanto que era imposible aún callar.
-Soy yo, soy yo, por favor tranquila.- negué varias veces con la cabeza.- calmate, mírame. Soy yo.
-¡No!, ¡Déjame!.
-Bugaboo, soy yo.- juntó su frente con la mía, mi cordura se fue a las nubes al oír ese apodo, ese apodo que nadie mas que él podría saber. Me abrazó con fuerza, podía sentir su calor.- soy yo... estoy aquí contigo.- me removí nuevamente y me hizo verlo a los ojos otra vez.- mírame, soy yo.- sus ojos se llenaron de lágrimas.- estoy contigo, sienteme. Soy real.
-Adrien... .- musité. Sonrió viéndome fijamente y asintiendo.
Sus ojos eran un verde muy intenso y brillante, había olvidado su hermoso color. Tomé su rostro y no pude aguantar más y me lancé sobre él.
-¡Adrien!.- lo apreté con fuerza rodeado su cintura.- ¡Adrien!, ¡Estás aquí!.- mi corazón latía con mucha fuerza, no sabía si era un cruel sueño del cual despertaría en algún momento, pero estaba aquí, podía sentirlo en mi piel.
-Marinette... mi bella Marinette.- me apretó con más fuerza levantadome.- no sabes lo mucho que te extrañé.
-Adrien... mi Adrien.- susurré sobre su pecho.- eres tú, realmente eres tú.
La lluvia caía con fuerza sobre nosotros, pero no me importaba en lo absoluto, sentía que me había vuelto el alma al cuerpo, sentía que un enorme peso se había quitado de mis hombros de golpe, sentía que el vacío constante se había llenado por completo.
-Te amo, te amo, te amo... No sabes lo mucho que te amo.- dijo sujetando mi cabeza y besando mi frente por mucho tiempo, sus lágrimas caían en mis mejillas. Esas palabras tocaron lo mas profundo de mi, sentir su piel hacer contacto con la mía me hacía temblar.
-Adrien... .- aún no podía creerlo, me era imposible imaginar tanta felicidad.- estás aquí... estás vivo...
-Siempre estoy contigo, my Lady.- descansó su frente sobre la mía y una luz comenzó a brillar desde nuestros pechos.
Miré hacia abajo al igual que él y los kwagatamas se unieron como aquella vez, ambos brillaban intensamente.
-Estás aquí... realmente estás aquí.- no sabía que más decir, las palabras se me habían acabado y mi respiración comenzó a agitarse.- No me dejes, por favor.- mi voz se quebró y lloré sobre él.- no vuelvas a irte...
Me aferré con fuerza a su camisa y lo golpeé varias veces en el pecho.
-No vuelvas a dejarme.- golpe.- "Se feliz"... Eso me dijiste, ¿no te das cuenta que tu eres mi felicidad?. Estúpido gato.- estaba en silencio y lo golpeé nuevamente, no se si lo hacía para descargarme o para confirmar que realmente era su cuerpo tocandome ahora mismo y no una mala jugada de mi mente.- n-no tienes... no tienes idea de lo que he sufrido sin ti.
-Perdóname... Yo no pude hacer nada.- tomó mis mejillas con sus manos y se agachó un poco para verme a los ojos.- Perdóname... Por favor perdóname.- se acercó con lentitud cerrando sus ojos y me besó.
Un beso lento... Un beso lleno de dolor, ternura y amor. Un beso que había esperado por mucho tiempo, un beso no de despedida, un beso de un reencuentro.
Había olvidado la suavidad de sus labios, había olvidado su sabor, había olvidado este calor en mi pecho que me hacía cosquillas.
-Marinette... .- susurró a escasos milímetros de distancia y me estremecí por completo, mis piernas temblaban.- no me iré de nuevo, te lo prometo. No volveré a dejarte nunca más.
-Gato tonto.- sonreí con las lágrimas desbordandose en mis ojos.
-Ya no llores más... Me destroza verte llorar.- acariciaba mi cabeza con sutileza y una paciencia infinita.
-No puedo dejar de hacerlo, estoy feliz.-soltó una pequeña risa juntando nuestras narices.
Esa risa, esa hermosa risa... había olvidado como sonaba, habia olvidado lo cálida que podia ser, era lo más lindo que había oído en mi vida.
-Por favor dime que no estoy soñando, dime que no es otro sueño, te suplico que me digas que es de verdad.- cerré mis ojos sintiendo su respiración sobre la mía, su aroma era delicioso y completamente reconfortante.
-No es un sueño, estoy aquí.- su aliento chocó con mis labios y la necesidad de besarlo nuevamente se hizo presente.- Estas preciosa... .- abrí mis ojos encontrándome con sus verdosas esmeraldas, no quería dejar de verlas jamás.
Por mucho tiempo quise borrarlas de mi mente, borrar el pasado que me desgarraba desde lo más profundo de mi corazón, pero aun así jamás pude botar sus fotografías, jamás pude superarlo.
-No se que decir... No puedo describir todo lo que estoy sintiendo ahora mismo.- la emoción se apoderaba de mi.
-Entonces no digas nada y deja que nuestros corazones hablen sin palabras.- tomó mi mano con la suya y la puso sobre su pecho.- quiero que sientas... que mi corazón sólo late así por tí.- acarició mi mejilla con su otra mano y me sonrió con tanta ternura que mi corazón latió con más fuerza aún.
-Te demandaré por derechos de autor.- solté una risa junto con lágrimas.- no quiero que desaparezcas...
-No lo haré.
-No quiero estar sin ti otra vez.
-Y no lo estarás.
-Hay muchas cosas que quiero decirte.
-Las oiré todas, una por una.- acarició mis mejillas con sus pulgares.- ni siquiera dormiré sólo para oírte todo lo que tengas para decirme.
-T-te amo... .- sus mejillas se pintaron de rojo al igual que las mías y respiró profundamente.
-Yo te amo más.-respondió cerrando sus ojos e imité su acción dejándome embriagar por su aroma.
Nos besamos otra vez. Necesitaba todo de él, necesitaba sus labios junto a los míos, necesita sus brazos alrededor de mi, necesitaba su calor por todo mi cuerpo y necesitaba encontrarme con sus ojos al abrir los míos.
No podía creer que esto estuviera pasando, su suavidad, su calidez, su amor de por si me envolvían por completo, me hacían volar entre las nubes y caer al vacío, a un vacío donde esta vez él estaba para atraparme, un vacío donde podía lanzarme sin miedo a no poder salir.
Me apegó a él desde mi cintura, podía sentir sus fuertes brazos y su corazón latir rápidamente contra mi mano sobre su pecho.
Pensar que la lluvia nos unió la primera vez, después nos separó dos veces y ahora nos volvió a unir.
-¿Marinette?.- oí detrás de nosotros la voz de Luka y me separé levemente de Adrien.
~Adrien~
Me volteé encontrándome con el rostro molesto de Luka apretando sus puños a ambos costados.
-¡¿Qué haces con mi novia?!.- se acercó amenazadoramente y puse a Marinette detrás de mí.
<<¿Acaso dijo novia?>>
-Oye, calmate. ¿Quieres?.- agregué poniendo mis brazos por delante.
-¿Qué me calme?.-preguntó con evidente enojo en sus palabras.- Estas besando a mi novia y ¿quieres que me calme?.- soltó con el ceño fruncido.
-Ya basta.- no entendía nada de lo que sucedía.
-Marinette, debemos hablar ahora.- dijo intentando tomarla pero no se lo permití.- hazte a un lado si no quieres problemas.
-Vete de aquí si tu no quieres problemas.- amenacé sujetando a mi princesa detrás mío.
-¿Quien te crees que eres?.
-Marinette está conmigo en este momento, habla con ella después.
-Hablaré con ella cuando se me pegue la gana.-puso su mano en mi pecho empujandome hacia atrás.
-No, no lo harás.- respondí tomando un poco mas de fuerza en mis palabras. Primer día vivo otra vez y ya estoy peleando.
-Suéltala ahora.- dijo viéndome fijamente.
-Luka ya basta.- interfirió Marinette tomando mi brazo.
-Vamonos.- la tomó de la muñeca y la jaló hacia él, pero lo detuve con mi mano.
-Déjala.- me acerqué a su rostro con furia, por ningún motivo permitiría que la hiciera daño.
-¿O qué?.- frunció aún más el ceño.
-O haré que te tragues tus palabras.
-No se diga más.- me empujó con ambas manos y cerré rápidamente mis puños esperando un golpe mientras hacia a Marinette a un lado.
-Adrien por favor, Luka ya detenganse.- pidió Marinette y la miré de reojo.
-No quiero pelear contigo.- le dije seriamente.
-¿No se supone que estabas en Alemania?.- agregó acercándose más.
-Digamos que no me venían mucho los alemanes.- sonreí muy al estilo de Chat Noir retandolo con la mirada.- volví por mi princesa.
Sabía que lo hice enojar más y me golpeó en la boca haciéndome girar el rostro, pero no le devolví el golpe. Sentí el sabor de la sangre en mi labio y me limpié con el dorso de la mano, las gotas del líquido rojo cayeron al suelo y se mezclaron con con el agua del piso por la lluvia.
-¡Adrien!.- exclamó Marinette y le hice la seña de que se quedara en su sitio.
-Tranquila princesa, estoy bien.-le sonreí y me miró preocupada.
-Luka, ya basta.- se acercó de todas formas al pelinegro tomándolo del brazo.- ya detente por favor.
-Déjame Marinette.- le respondió él viéndola a los ojos.
-¡No!.- negó poniéndose entre Luka y yo.- no quiero hablar contigo ahora, por favor vete.- lo miró con determinación.- sabes muy bien que no es el momento.
-Marinette... .- bajó el rostro.- sabes que lo que pasó no es lo que piensas.
-Lo sé, pero ahora no quiero hablar sobre eso.- suspiró.
-Ven conmigo... .- le extendió la mano, pero ella negó con la cabeza.
-Por ahora no...
-¿Irás con él?.- me miró de reojo.- ¿no es así?.
-Tengo asuntos que atender.- se irguió viéndolo hacia arriba.- hablaremos después, lo prometo...
-Pero...
No quería interferir en lo que sea que pasara, Luka tomó sus mejillas con ambas manos y la miró con tristeza.
-Lo siento Luka... .- musitó ella mirando hacia abajo y poniendo sus manos sobre las del peliazul.- hablaremos después, ¿Está bien?.
-Está bien.- suspiró y le dijo algo al oído que no pude captar, luego de separarse le dio un beso en la cabeza y me miró fijamente.- No la lastimes o te las verás conmigo.- la abrazó fuertemente y ella correspondió.- si me necesitas... Ya sabes donde estaré.- asintió.
-Gracias...
Luka puso ambas manos en sus bolsillos y se giró comenzando a caminar perdiéndose en el parque.
Marinette lo miraba irse dándome la espalda, soltó un largo suspiro con un leve quejido y me acerqué poniendo mi mano en su hombro.
-Princesa... .- dió un brinco en su lugar y se volteó rápidamente abrazandome con fuerza.
-Ya pense que esto no era real.- comenzó a llorar y acaricié su espalda con lentitud.- pensé que solo alucinaba, pero estás aquí.
-Lo estoy y lo estaré para siempre.
-Vamos...
-¿Dónde?.- pregunté extrañado.
-A mi casa, debo hablar contigo y estoy segura que alguien estará feliz de verte.- se separó un poco para verme hacia arriba, se veía preciosa incluso toda mojada por la lluvia.
-¿Quién?.- quité con mis dedos su flequillo, limpiando sus lagrimas derramadas y le sonreí.
-Eso es una sorpresa.- se separó por completo y me tomó de la mano jalandome hacia adelante.
Llegamos a la panadería de los Dupain, todo estaba tal y como lo recordaba, la lluvia se sentía muy bien sobre mi. Me extrañé que pasáramos de largo de la tienda y apreté su mano.
-¿No se supone que iríamos a tu casa?.- pregunté enarcando una ceja.
-Exacto.- siguió jalandome sin verme hacia atrás.
-¿Entonces?.
-Vivo a unas cuadras de aquí.
-¿Vives so-sola?.- me sorprendió, no pensé que viviera sola. Marinette era muy apegada a sus padres.
-No exactamente sola.- soltó una leve risa.- digamos que tengo mini compañía hace un tiempo.
-Marinette, ¿Cuánto tiempo ha pasado?.- se detuvo de golpe bajando el rostro.
-¿N-no lo sabes?.- la volteé con su mano y la apegué a mi.
-La verdad no se ni como estoy aquí.
-Dos años... .- musitó sobre mi pecho.- dos años desde la última vez que nos vimos.
La pena me invadió, dos años en los que estuvo sola... Dos años sin poder estar con ella.
-No importa, ahora estoy contigo.
-Han pasado muchas cosas.- sollozó.- Muchas... Y como si hubieran oído mis plegarias.- me apretó.- apareciste, volviste a mi.
Luego de unos minutos en completo silencio de nosotros, con la lluvia mojando y la gente pasando, nos separamos y volvimos a nuestro andar.
Su mano era cálida, suave, delicada, tal y como la recordaba. Ver entrelazados nuestros dedos era una imagen tan hermosa para mi que la guardé en mi memoria por siempre.
Marinette no había cambiado mucho, físicamente hablando, si se veía un poquito mas alta, con el cabello un poco mas largo y otras cosas mas... pero era la misma, no me costó nada en reconocerla cuando la vi.
Llegamos a un edificio al cual subimos en el ascensor, Marinette abrió la puerta y un pequeño bichito rojo muy familiar para mi se puso frente a ella.
-Marimette, ¿por qué estás toda moj... .- detuvo sus palabras cuando hizo contacto visual conmigo. Guardó silencio mientras Marinette sonreía.
Cerré la puerta tras de mi y Marinette avanzó hacia una pequeña sala, me quedé parado observando todo el lugar, era muy bonito.
Sentí un fuerte golpe en mi frente y caí al sillón detrás de mi. Cuando abrí los ojos me encontré un bulto negro sobre mi pecho.
-¿Plagg?.
-Estúpido portador idiota.- lo oí murmurar y... ¿acaso estaba llorando?.
"No podemos huir de nuestro destino"
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro