Capítulo 10
~Marinette~
-¿Qué haces aquí Félix?.- pregunté aún apoyada en Nino, el rubio se acercó y nos ojeó a ambos de pies a cabeza.
-¿Qué no es obvio?, te fuiste corriendo, sola y de noche.- enarcó una ceja con los brazos cruzados y rodé los ojos.
-Si, te dije que me estabas atrasando.
-Bien, ahora ¿me dirás que fue lo que te pasó?.- miró a Nino con extrañeza el cual hacia lo mismo sin quitarle los ojos de encima.
-Mejor dime como sabes donde vivo.- fruncí el ceño y sonrió de lado.
-Contactos, niña.- dijo con una actitud petulante, detesto que me diga así.
-Si como no.- solté sarcástica, pero sentí un dolor punzante en la pierna e hice una mueca.
-¿Estás bien?.- preguntó Félix nuevamente acercándose más.
-Si. Nino, subamos a casa.- le hablé al moreno, pero no me respondía.- oye Nino despierta.- golpeé sus costillas con mi codo.
-Cl-claro, vamos Mari.- comenzamos a caminar y el rubio nos siguió.
-Mari, él se parece un poco a... .-murmuró Nino.
-No, claro que no.- respondí frunciendo el ceño hacia él.
-¿Quién es?.- preguntó el moreno mientras nos adentrabamos en el edificio.
-Mmh...
Subimos al ascensor y Félix nos siguió, lo quedé mirando.
-¿Dónde vas?.- pregunté viendo como se apoyaba en una de las paredes.
-¿Qué no es obvio?.- sonrió.- voy contigo.
-Claro que no.- alegué soltandome del agarre de mi amigo.- dime de donde sacaste mi dirección.- me paré frente a él viéndolo fijamente.
-Nathalie.- se encogió de hombros.
-¿Nathalie?.- preguntó Nino con confusión.- ¿La asistente del señor Agreste?.- solté un bufido.- Mari, pero tu dijiste que él no se parece...
-Y no lo hace.- tomé el puente de mi nariz y suspiré.- Nino, él es Félix Agreste, sobrino de Gabriel.- Nino abrió sus ojos un poco y acomodó sus gafas.
-Ya veo... Ahora entiendo un poco.- extendió su mano al rubio.- Nino Lahiffe, novio de la mejor amiga de Marinette y de por si casi su mejor amigo ¿no?.- sonrió hacia mi y le devolví la sonrisa. Félix estrechó su mano.
-Bueno, creo que ya te dijo mi nombre así que un gusto.- respondió cordial.
-Claro viejo.- hizo un gesto con las manos y llegamos a mi piso.
Bajamos del ascensor y abrí la puerta de mi departamento, ambos entraron al lugar.
-Quédense aquí y no toquen nada.- dije firme a ambos.- sobretodo tú Nino.- lo miré y soltó una risa.
-Claro.- respondió. Félix sólo admiraba mi morada en silencio.
Fui a mi habitación, quité mi bolso, Tikki y Plagg salieron de este.
-Lamento lo de Luka.- dijo mi kwami con los ojitos adormilados.
-Gracias Tikki, descansa. Iré a traerte una galleta para que recuperes energía.- asintió sonriendo levemente y voló hasta mi almohada recostadose ahí.
-Bueno... Yo también siento lo del cara de lombriz.- agregó Plagg mirando hacia otro lado.- pero no quiere decir que lo acepte.- me apuntó con su pata y solté una leve risa.
-Gracias Plagg, estoy segura que lo cuidaste muy bien.- acaricié su cabeza y soltó un ronroneo.
-Jamás.- aclaró su garganta.
-También te traeré unos quesos.- susurré y abrió sus ojos de sobremanera.
-¡Queso! ¡Olvida lo que dije! ¡Si lo cuidé muy bien!.- exclamó volando en círculos.
-Bien.- sonreí.
-¿Te duele la pierna?.- preguntó deteniendo su volar.
-Sólo un poco.- hice una mueca.
-Una vez, Adrien se cayó cuando se había destransformado y al otro día le costaba caminar, le dolía la espalda aunque lo disimulaba bien.- empezó a intrusear en mis cajones mientras hablaba.- bueno, todo estaba correcto hasta que Nino lo saludó golpeando su espalda.- me reí un poco y el suspiró tristemente.
-Bu-bueno, iré a traerte queso y la galleta para Tikki.- musité y no me respondió.
Fui hacia la sala, Nino había encendido el televisor en la sala y Félix tenía en sus manos un pequeño cuadro donde salía con Luka en una fotografía.
-No tomes eso.- le quité la foto y la dejé en su lugar.
-Sólo la estaba mirando.- rodó los ojos.
Me dirigí a la cocina y saqué el alimento para los kwamis envolviéndolo en un paño.
-¿Así que eres sobrino del señor Agreste?.-oí decir a Nino desde la cocina.
-Así es.- respondió con normalidad el rubio y salí hacia mi habitación dejando el alimento encima de mi cama.
Saqué ropa limpia de mi closet dejándola sobre la cama y me dirigí por el pequeño pasillo hacia el baño.
-Félix, ¿Que te traes con Marinette?.- la pregunta de Nino me detuvo antes de ingresar al baño.
-Específica.- respondió y fruncí el ceño al oír que hablaban sobre mi.
-Ya sabes, por como la miras pareciera que te gusta.- me asomé por el borde de la pared un poco, Félix me daba la espalda al igual que Nino, el cual miraba la televisión.
-Es bonita, eso no está en duda.- se encogió de hombros.- es bastante terca.
-Ni que lo digas.- se burló Nino e internamente lo golpeaba en la cabeza.- pero no has respondido a mi pregunta.
-Me gusta molestarla.- se cruzó de brazos. Creo que de eso ya me di cuenta.
-Me caes bien, Félix. Quizás porque me recuerdas a alguien, no lo sé.- agregó con melancolía.- pero si intentas algo con Marinette tendremos problemas.-su tono de voz se puso más serio e incluso amenazante, nunca había oído a Nino de esa forma.- Luka es mi amigo al igual que Marinette y no dejaré que sufran por un tercero.-puso ambas manos en su nuca recostadose hacia atras.- así que piénsalo dos veces antes de hacer algo de lo que te puedas arrepentir.
-Es solo una niña.-respondió Félix.- una niña terca y berrinchuda.- rodé los ojos, como si él fuera muy maduro.- por mi puede hacer lo que quiera.- miró hacia otro lado cruzándose de brazos.
-Claro.- respondió irónico.-entonces dime, ¿Por qué exactamente estás aquí?.- el rubio se quedó en silencio un momento.
-Porque mi tío me hubiera matado si algo le pasaba.
-Pensaste mucho esa respuesta ¿no crees?.- dijo burlón.- bueno, quedas advertido.- sonrió y extendió su puño, pero rápidamente lo quitó.
-Ni que fuera la gran cosa.- soltó Félix desde su posición y me metí al baño.
¿Qué se cree ese idiota?, ¿a mi me dice terca y berrinchuda?, debería mirarse a un espejo. Estúpido rubio egocéntrico.
Tomé rápidamente una ducha, un gran moretón se estaba haciendo presente en mi pierna al igual que los rasguños, los cuales me ardían un poco, pero nada del otro mundo.
Me envolví en la toalla viéndome un poco al espejo y divisé en mi hombro otro moretón. Toqué la zona con cuidado y dolió bastante así que lo dejé estar.
Abrí la puerta del baño y choqué con algo frente a mi o mejor dicho con alguien, alcé la vista encontrándome con esos ojos verde oscuro mirándome.
-Félix, ¿Qué demonios haces?.- fruncí el ceño sujetando más fuerte la toalla que me cubría.- ¡date la vuelta ahora!.
-Sólo buscaba el baño.- respondió rodando los ojos.
-¡Que te des la vuelta te digo!.- alegué nuevamente.
-No seas exagerada.- soltó sin apartar la vista de mi.- ni que fueras la primera mujer que veo desnuda.
-¡Qui-Quitate!.- lo empujé desde el pecho, pero se mantuvo firme.
-¿Y si no lo hago?.- alzó una ceja sonriendo burlón.
-Basta de bromas, muévete.- me bloqueaba el paso, lo empujé nuevamente, pero no cedió.- Félix.- alegué. Espero que Plagg no te vea porque te hará la vida imposible.
-¿Quién dijo que bromeaba?. - se agachó un poco viéndome a los ojos y luego bajó un poco mas su vista dejando una caricia en mi mejilla estremeciendome por completo. Por alguna razón su mirada cambió a una diferente, se veía más triste que nada.- T-tú...
-Si no te mueves ahora, gritaré y Nino te sacará a patadas de aquí.- me alejé apuntandolo con mi dedo índice.
Félix rápidamente se irguió aclarando su garganta adoptando una cara más seria acomodando su corbata.
-¿Por qué tienes esos moretones?.-preguntó derrepente.
-¿Acaso Nino no te explicó?.- enarque una ceja y se mantuvo en silencio.- Tuvimos un accidente en moto con Luka.- aclaré mi garganta y me miré nuevamente sintiendo la vergüenza de que él me viera en estas fachas.- Luka está en el hospital así que hazme el favor de hacerte a un lado para poder vestirme e ir a ver a mi novio.- dije en tono más firme y asintió dándome el paso.
-Por cierto.-dijo a mis espaldas mientras me adentraba en mi habitación.- te ves mejor con toalla que con ropa.- me iba a girar a reprocharle pero ya había cerrado la puerta del baño.
-Idiota.- bufé cerrando la puerta de mi habitación.- eres un completo idiota.
Tikki y Plagg ya habían acabado sus respectivos alimentos, ahora se encontraban durmiendo. Me vestí rápidamente acercándome a ellos para susurrarles.
-Plagg.- dije por lo bajo y éste se removió un poco.- oye, iré al hospital.- soltó un bostezo.
-¿Me comprarás queso?.- preguntó adormilado.
-Claro, en el hospital venden el mejor queso del mundo.- dije conteniendo una risa.- cuida a Tikki mientras no estoy.
-Si claro, lo que tu digas.- volvió a acomodarse para dormir y comenzó a ronronear al lado de mi kwami.
-Son una ternura.- sonreí.
Peiné mi cabello y me puse un abrigo saliendo hacia la sala donde Nino estaba dormido y Félix sentado leyendo un pequeño libro el cual guardo al verme llegar.
-Y bien, ¿ya nos vamos?.- preguntó el rubio y lo miré con incredulidad.
-Nino y yo vamos, tu te vas a tu casa.- dije moviendo al moreno.
-Si, si, lo que digas.- respondió.
-Nino, ya vamos.- apreté su nariz haciendo que dejara de respirar y abrió los ojos de golpe.
-¡Ah!.- gritó poniéndose de pie.- ¡Casi me matas!.- exclamó dramáticamente.
-Si claro.- me burlé y me pegó en la nariz.- ya vamos, antes que se haga más tarde.- asintió y tomó sus llaves en la mano.
-Bien, vamos a ver a Luka la pituca, señorita tropiezos.- le saqué la lengua por su apodo y bajé su gorra.
Los tres salimos de mi morada en completo silencio. Cuando llegamos al primer piso Nino abrió su auto y Félix nos quedó mirando.
-Bueno.- aclaró su garganta.- nos vemos otro día.- se despidió formal.
-Claro, adiós.- respondí caminando hacia el auto.
-Oye Marinette.- lo oí decir y me detuve viéndolo por encima de mi hombro.- ten más cuidado, no sabes lo que pueda pasar en otras circunstancias.- asentí.
-Adiós viejo.- se despidió Nino desde el auto con una seña la cual Félix imitó.
Llegamos en pocos minutos al hospital, Nino subió conmigo. Al parecer Juleka y la madre de Luka ya se habían ido.
Hablé con una de las enfermeras a cargo y me dijo que las visitas ya habían terminado, pero le expliqué que yo era la que se quedaría con Luka y me dejó pasar. Nino lo miró desde afuera y se despidió de mi ya que no le dieron la autorización de verlo.
-Me avisas cualquier cosa.- besó mi cabeza y me pasó la pequeña maleta con las pertenencias de Luka que habíamos sacado de su departamento.
-Te llamaré si necesitamos algo.-sonreí y se fue.
Entré al lugar, Luka estaba dormido con la respiración plácida, ver que traía ese cuello ortopédico me hacía sentir tristeza, además de que debe ser incómodo.
Me acerqué dejando sus cosas a un lado de la cama y me senté en una de las sillas que había a su costado.
-Te pondrás bien.- susurré peinando su cabello hacia el lado.- eres muy fuerte.- hizo una media sonrisa y se removió un poco.- me hubiera gustado haber podido reparar el daño.- hice una mueca.-lo siento...
Me puse a llorar, verlo de esa forma, aunque estuviera fuera de peligro, me hacía sentir culpable y perdida.
No se que haré. Ahora apareció un akuma y del maestro no hay más señales... Luka aquí en el hospital, herido.
-Quisiera que estuvieras aquí.- susurré bajando la vista y poniendo mi rostro en la cama mientras lo cubría con mis brazos, necesitaba a Chat, necesitaba a mi compañero.- todo sería más fácil contigo aquí.- lloré un poco mas fuerte y sentí como tocaban mi cabeza con suavidad.
-No llores, Mari.- la voz de Luka me hizo alzar la vista.- por favor no llores.- sonrió un poco, estaba inmovilizado en la cama.
-Estoy bien, no te preocupes.- tomé su mano y la besé.- aclarando un poco mi garganta.
-No creo que solo eses llorando porque estoy así ¿no?.- dijo en tono apacible.- cuéntame, somos amigos también ¿lo recuerdas?.- asentí y acarició mi mano con su pulgar.
-Me siento culpable por muchas cosas, siento que le fallé a muchas personas, a ti y yo... .- mi voz se quebró.
-No digas eso, no te sientas culpable por mi.- me interrumpió.- Marinette, aunque no sepa exactamente que sucede, puedo decir que te conozco y el consejo que puedo darte es que... no cargues con el peso del mundo en tus hombros y sobretodo no te dejes vencer, ¿bueno?.- sonrió.- eres la chica más fuerte que he conocido, así que lucha contra lo que sea que te esté lastimando.- se veía cansado, sus ojos estaban entrecerrados.- sonríe, hermosa.- cerró un poco sus ojos.- vuelve a ser la Marinette que conocí hace unos años, sabes... que puedes contar conmigo, siempre... .- se dejó llevar por el sueño y limpié mis lágrimas con una de mis manos.
-Gracias Luka... Te lo agradezco mucho.- me quedé ahí sin soltar su mano por toda la noche viendo por la ventana de la habitación el cielo estrellado y la luces de los edificios de la ciudad de París.
"No intentes comprender el amor. El amor se siente, no se piensa."
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