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Capítulo 1

~Marinette~

Han pasado dos años desde que Ladybug y Chat Noir pelearon con los akumas "sombra" en la ciudad de París. Dos años desde la última vez que fueron vistos ambos héroes junto con el villano de París y dos años desde que... intento vivir sin él.

Entré a la universidad, seguí  mis sueños de ser diseñadora... Cuando envíe la solicitud, jamás pensé que sería aceptada, incluso el señor Agreste me tiene reservado un puesto en su empresa, aunque claramente espero formar mi propia empresa algún día.

El señor Agreste me asesora de vez en cuando, he aprendido mucho con él. Ahora es una persona más serena y amable, incluso salió en las portadas de las revistas como uno de los empresarios modelo del siglo, abrió muchos centros benéficos para huérfanos y gente en situación de calle.

Si antes lo admiraba por su trabajo como diseñador, hoy lo admiro como persona y espero convertirme en alguien como él cuando termine de estudiar. Sin duda lo que pasó esa noche... Nos cambió a todos.

Alya está estudiando periodismo en la sede que está frente a la mía, así que nos juntamos a almorzar junto con Nino quien está estudiando música en un conservatorio... ¿Quién lo diría? Nino se interesó por la música clásica para poder mezclarla con la moderna, o eso es lo que me dijo.

Nathaniel es compañero mío en la universidad, tenemos algunas clases juntos ya que comenzó una carrera como pintor, sin duda le irá excelente, es un gran artista. Quedamos en hacernos socios después, él me ayuda a la hora de escoger los colores adecuados para mis diseños, somos el dúo perfecto a la hora de crear.

Ya no vivo con mis padres, el año pasado renté un pequeño departamento cerca del centro, fue difícil tener que irme...Pero lo necesitaba. Alya me ofreció que viviéramos juntas, pero yo quería vivir sola, además ella y Nino al poco tiempo comenzaron a vivir juntos.

Hoy tenía el día libre, terminé de bañarme, vestirme y salí hacia el centro. Compré algo de comida, tenía hambre, miré la hora en mi celular.

-Hola, hermosa.- oí esa fuerte voz delante mío y alcé la vista.

-Llegas tarde.- entrecerré los ojos e inflé mis mejillas.

-Lo siento, había mucho tráfico.- besó mi mejilla y luego mi nariz.- ¿Esperaste mucho?.- me tomó una mano y yo solté una risita.

-No, acabo de llegar.- respondí mirando sus azules ojos.

-Marientte.- hizo un puchero.- me haces sentir culpable y recién llegaste.

-Te lo mereces.- sonreí.

-¿Qué tienes ahí?.- señaló la bolsa en mis piernas.

-Unos croissant que compré.- abrí el paquete.- ¿Quieres?.

-Claro.- sacó uno y lo comió.- son mejores los de tus padres.- dijo con la boca llena y me hizo reír.

-Lo sé.-me encogí de hombros.- ¿Qué haremos?.

-Pues ¿dónde quieres ir?.- tiró de mi mano y me abrazó por la cintura, lo miré hacia arriba, sonrió mordiendo su labio inferior.

-Pues... donde el señor Couffaine quiera.- puse mis brazos alrededor de su cuello.

-Perfecto, tengo el lugar adecuado para la novia más linda que pueda existir.- me sonrojé por como se expresaba.

Después de aquella noche hace dos años, Luka fue un gran apoyo para mi, se hizo un amigo muy importante. Cuando estaba en el más oscuro abismo me dio la mano y me sacó de ahí.

Me dijo todo lo que necesitaba para tomar la decisión de levantarme, aguantó mi baja autoestima, mis deseos de dejar de vivir y el encierro en mi habitación. Me abrazó cuando la soledad se hacía presente y celebró mis éxitos cuando fui aceptada en la universidad.

Llevamos tres meses juntos como novios, sin duda es una persona muy persistente.

-No digas esas cosas.- lo golpeé levemente en el hombro alejándome un poco.

-¿Por qué? ¿Acaso es mentira?.- me acercó nuevamente.- ¿Qué no puedo decirle a mi novia lo hermosa que es?.- depositó un pequeño beso en mi nariz y mi corazón se aceleró un poco.

-Tonto.- respondí con las mejillas coloradas.

-Vamos.- tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos guiandome hacia la calle.

-¿Viniste en la moto?.- pregunté viéndolo hacia arriba y el asintió.

-Espero que te guste donde iremos.

-¿Dónde me llevarás?.- apreté su mano.

-Eso es un secreto.- siseó mis labios con su dedo índice.

Llegamos donde aparcó la motocicleta y tomó el casco rosa, que era el mío, poniéndolo en mi cabeza.

-La seguridad es primero, pequeña.

-No soy pequeña.- fruncí el ceño y Luka soltó una carcajada.

-Si alcanzas mi casco me retracto de mis palabras.- alzó su brazo con el casco en su mano e intenté tomarlo.

-¡Hey! Pero eso no es justo.- alegué cruzandome de brazos.

-Eres una pequeña.- me hizo verlo a los ojos tomando mi mentón.

-Eres un tramposo.- refunfuñé con los brazos cruzados sobre mi pecho, él solo rió y se puso el casco negro.

-No te enojes, a mi me gusta como eres.- tomó mi mano y la besó, me estremecí y la quité rápidamente sintiendo una leve presión en mi pecho.

-M-mejor... vamos.- evité mirarlo.

Nos subimos al vehículo, abracé su cintura y me apoyé en su espalda, el sol brillaba en el cielo, hacia algo de calor.

Luka condució por varios minutos, yo solo disfrutaba del paisaje, salió de la ciudad y se adentró al bosque. Comencé a reconocer el lugar poco a poco. Detuvo la moto, se quitó el casco bajándose del vehículo dándome la mano para ayudarme a mi a hacerlo.

-Bien, ya llegamos.- dijo poniendo sus brazos en jarra y mirando hacia el cielo. Caminó detrás mío, sacó de la pequeña cajuela de la moto una bolsa con lo que al parecer era comida y una manta.

-Así que venías preparado.- él se acercó sonriente hacia mi.

-Siempre estoy reparado para ti hermosa.- pasó por mi lado y dejó las cosas en el piso acomodando la manta en el pasto para luego sentarse ahí.- ¿No vienes?.- cuestionó palmeando el sitio a su lado.

-Cl-claro.- me senté junto a él.- Es bonito aquí.- musité mirando a lo lejos la ciudad.

-Lo sé, ya te había traído aquí... Aunque creo que fue hace mucho.- puso cara de pensar.

-Lo recuerdo.- miré mis manos y el acarició mi mejilla, su mano era cálida.

-Marinette.- dijo mirándome fijamente.

-¿Si?.- sonreí y el tomó mi rostro entre ambas manos.

-Quiero besarte... .- dijo por lo bajo, pero suficientemente audible para mi.

-Lu-luka... .- no podía verlo a los ojos, posé mis manos sobre las de él.- yo...

-Se lo que dijiste y lo respeto, pero realmente quiero hacerlo.- juntó su frente con la mía.- déjame hacerlo por favor.

-Yo... .- respiré profundo.- por favor lo siento.- suspiró cerrando sus ojos.- no puedo hacerlo...

-Está bien... .- besó mi frente y se alejó dándome la espalda.

-Perdóname.- tomé su hombro.

-Es que no entiendo... eres mi novia Marinette y no puedo besarte.- aún no me miraba y yo solo me encogí rodeando mis rodillas con ambos brazos.

-Lo siento, aun no estoy lista.

-Llevamos tres meses juntos... pensé que hoy podría... .- suspiró.- olvídalo.- se dió la vuelta y me sonrió.- no quise presionarte así, es solo que... .- corrió mi flequillo.- te deseo, realmente lo hago...

No respondí, sentí mi corazón descarrilarse y mis mejillas arder.

Pues... Si, en estos meses de relación con Luka no había podido besarlo, me sentía incómoda... realmente era atento y romántico cuando se lo proponía, el mejor partido para cualquier chica que conociera, pero por alguna razón no podía besarlo, no podía quitarme de la mente a Adrien, no podía ver los ojos de mi novio sin ver los verdes de él...

Realmente me estoy cuestionando si hice bien en aceptar ser la novia de Luka, no quiero que el se sienta mal por mi culpa, solo intento seguir adelante. Aunque fui clara con él.

-Eres adorable.- dijo soltando una risa.

-Basta, no digas eso.- alegué empujandolo con mi mano desde su pecho.

Luka se recostó y me tiró hacia él abrazandome con su brazo, puse mi mejilla sobre su pecho y respiré profundamente.

-Sabes.-musitó comenzando a acariciar mi cabeza.- cuando te conocí me dejaste completamente hipnotizado.- lo miré hacia arriba y sonrió.

-Era muy torpe y aun lo soy.- hice una mueca.

-No eres torpe.- enarque una ceja hacia él.- Está bien, puede que solo un poquito.- soltó una risa.- pero, me encanta que lo seas.

-Vamos Luka no digas esas cosas.- me escondí en su pecho.

-¿No te gusta que te lo diga?.

-Si, pero...

-¿Pero?.

-Sólo me da vergüenza.

-No debería.- me estrechó más contra él.- quería decirte que me haces muy feliz Marientte, me encanta estar contigo.

-A mi también me gusta estar contigo.- me levanté para besar su mejilla y él siguió mis labios con la mirada.

-¿Qué opinas sobre el destino?. - preguntó fijando sus azules en los míos.

-¿El destino?.- pregunté haciendo una mueca.- no creo en el destino.

-¿En serio?.- abrió más sus ojos.- yo creo que todo pasa por alguna razón.- sonrió.- y que pase lo que pase más adelante, me alegra que el destino te pusiera en mi camino.

-Espero no te arrepientas de eso.- toqué su nariz con mi dedo índice.

-Jamás lo haría.

-No digas cosas que no tienes como saber.

Se giró completamente y se puso sobre mi mirándome fijamente mientras acariciaba mi mejilla con una de sus manos y con la otra se sujetaba en el piso.

-Estoy seguro de eso.

-P-pues no t-tienes como saberlo.

-¿Te dije lo bonita que te ves hoy?.- acercó su rostro al mío lentamente.

-N-no... .- mi corazón latió con mucha fuerza, estaba nerviosa, ¿Por qué tiene que ser tan tierno?.

-Pues... Lo estás, como siempre, pero me gusta decírtelo.

~Luka~

La amaba, no puedo decir nada más que eso. Marientte era todo lo que quería para mi futuro, era sumamente hermosa, talentosa, generosa, alegre, honesta... Y muchas cosas más.

Tenerla bajo mío era sin duda una enorme tentación para mi, quería besarla y demostrarle todo lo que siento por ella, pero también sabía que no debía incomodarla... ella me pidió ir despacio y así sería.

-Ojitos azules, llévame al más grande cielo y hagamos un recuerdo de ésto.- canté mientras rozaba sus labios con los míos, podía sentir sus respiración agitaba al igual que su corazón.- Te haré el amor como nunca antes lo había hecho.

-¿E-eso es nuevo?.- preguntó entrecerrando sus ojos.

-Lo escribí hace algunos días.- susurré mientras acariciaba su mejilla con mi pulgar, era tan suave.

-Suena bonito.- sonrió.-me gusta como cantas.

-Y a mí me gustas tú.- se removió levemente.- ¿sabes lo que quiero?.

-¿Qué?.

-Quiero cuidarte por la noche y verte por la mañana abrir esos hermosos ojos que me encantan.- mordí mi labio inferior, definitivamente era difícil aguantarme darle un beso. Sus mejillas se pusieron muy rojas.

-Y-yo...

-Tu y yo juntos por la noche y despertar abrazados... ¿no te gustaría?.

-Luka... eso es muy bonito, p-pero muy precipitado.- evitó mirarme podía notar lo nerviosa que estaba ante mis palabras así que sólo sonreí.

-Descuida.- reí levemente.- sólo me gusta ponerte nerviosa.- ella frunció levemente el ceño y me golpeó el pecho sin nada de fuerza.

-¡No hagas eso!.- alegó y sujeté sus muñecas.

-No abuses de mi amabilidad, hermosa.- abrió un poco sus labios e intentó soltarse pero no se lo permití.- Quieta fiera.- infló sus mejillas y me hizo soltar una carcajada.- imposible no enamorarse de ti.

-Eres un abusador.- se quejó mirando hacia otro lado.

-Créeme que si realmente fuera un abusador ya te hubiera besado hace bastante e incluso más que eso.- susurré lo último en su oído.

-No hagas esa bromas Luka.- rió por lo bajo, su risa era lo más que lindo que había oído jamás.

-No son bromas... .-la miré fijamente y me acerqué peligrosamente a sus tentadores labios para luego incorporarme rápidamente, aclaré mi garganta y sacudí un poco mi cabello.- ¿Quieres comer?.- pregunté y ella cubrió sus mejillas con ambas manos.

-¡Claro! comida... Si, tengo hambre.- tomó la bolsa donde traía algunos bocadillos y refrescos.

-Eres una glotona.-me burlé abriendo la lata de bebida.

-Si supieras como es Plagg no dirías eso de mi.- se encogió de hombros y la miré extrañado.

-¿Quién es Plagg?.-pregunté y ella cerró su boca rápidamente.

-¿Plagg?.- rasco su nuca.- oh... pues un ¿gato?.- sonrió algo nerviosa.

-Pero, no tienes gato Marinette.

-Es que estuve cuidando un gato una vez, hace mucho.- jugó con sus dedos.- y era un glotón.- rió levemente.

-Oh, ¿Y de quien era?.- mordí el emparedado esperando que respondiera, pero en cambio bajó el rostro.- ¿Mari?.

-S-si... Era de A-adrien.- sentí una leve punzada en el pecho, sabía perfectamente que ella estuvo muy enamorada de él cuando estaban en el colegio.

-Mmh.- fue lo único que dije.

Adrien y yo nos hicimos amigos el día del festival de la música, era un chico simpático y alegre. Hablamos un poco sobre sus intereses con el piano, me contó que su padre lo obligaba a tocar piezas que no le gustaban, así que le aconsejé que tocara la pieza que a él le llenara el alma.

Después de ese día nos vimos un par de veces e incluso hablamos por mensajes también junto con Nino, pero desde que se fue a Alemania no volvimos a tomar contacto. Me parece raro un su padre regresara a París y él no, digo, si yo fuera padre no dejaría a mi hijo solo en el extranjero.

-¿Y has vuelto a hablar con él?.- pregunté tomando su mano y ella miró mi agarre.

-N-no... .- habló como si le faltara el aire derrepente.

-¿Mari? ¿Estás bien?.- me preocupé,  a veces se ponía un poco seria o triste de la nada.

-Si, descuida.- sonrió hacia mi, pero sabía que a pesar del paso de estos años... había algo que no me quería decir.

-Está bien.- besé su cabeza levemente.

-Luka... .- me volteé a verla.- gracias.- musitó.

-¿Por qué?.- sonreí de lado.

-Por estar conmigo y ayudarme todo este tiempo.- vi sus ojos cristalizarse y enseguida la abracé.

-Oye, no llores... sabes que no me gusta verte llorar.

-Pero ahora es porque estoy feliz, porque estoy contigo.

-Mi pequeña Marinette.- la estrujé en mis brazos balanceandonos a ambos.- gracias a ti por aceptarme y alegrar mis días.

-Créeme que hay muchas cosas que quisiera contarte, pero te prometo que en algún momento lo haré.- sus palabras sonaban tristes.

-Yo no te pido que me cuentes todo hermosa, solo que confíes en mi si me necesitas... Aunque si hay algo que realmente deba saber me gustaría que me lo dijeras.- algo como un ex, por ejemplo o lo que te pasó aquella vez.

-¡Por eso eres el mejor del mundo!.- se separó de mi para tomar mi rostro entre sus manos y mirarme fijamente estrujando mis mejillas.

Luego de unos minutos contemplandonos el uno al otro fijamos nuestra vista a la ciudad de París.

-Y ¿Cómo te ha ido con la banda?.- preguntó con una voz tan melodiosa para mis oídos.

-Bien, ya sabes.- miré un poco hacia arriba.- Juleka llega un poco tarde a los ensayos, pero bien. Estamos por grabar un nuevo disco.

-¡¿De verdad?!.- exclamó feliz juntando ambas manos frente al pecho.- ¡eso es genial! Ya quiero oírte.

-Tendrás que esperar, aunque puedo adelantarte algunas canciones en algún momento.- me acerqué a su rostro sonriendo pícaramente pero ella puso una mano en mi cara empujandome.

-Eres un atrevido Couffaine.- alegó soltando una risa y me le uní casi al instante.

-Pero sólo contigo.- negó con la cabeza aguantando la risa.- y ¿Cómo te ha ido en la universidad?.

Sabía que ella sería una gran diseñadora, bueno... Era exclusivamente Marientte quien diseñaba el vestuario de mi banda y sin duda dejaban al público maravillados.

-¡Bien! Digo... Me dificulta un poco una materia, pero fuera de eso bien.- sonrió, su sonrisa es tan cálida.- Nath me ayuda mucho cuando estoy algo indecisa con algunas cosas.

-¿De verdad?.- asintió.- que bueno, deberíamos hacer una reunión con tus antiguos compañeros de la escuela, estoy seguro que Juleka estará encantada, no es necesario que mencione como estaría Rosita.

-¡Rosita estaría muy feliz!.- exclamó mordiendo el emparedado.- tienes razón, debería organizar algo, le pediré ayuda a Alya.

-Oye... ¿Sigues recibiendo asesoría del señor Agreste?.- pregunté algo incómodo, no es como que sea muy "normal" que un diseñador de tal estatus le de a mi novia clases gratis de diseño y más si se trata del padre del chico que ella estaba enamorada.

-Si, es genial. Gabriel es muy buen profesor, aprendo mucho con él.- cada vez que hablaba sobre la moda sus ojitos brillaban intensamente.

-¿Gabriel?.- enarque una ceja.- ¿Desde cuando le dices así?.

-Oops.- rió levemente cubriendo su boca.- es que el me dijo que le dijera así, pero le sigo diciendo "señor Agreste" aunque a veces se me sale decirle Gabriel.

-Mmh.

La verdad era bastante raro para mi que tuvieran tanta afinidad, digo, es cierto que comparten la pasión por sus respectivas profesiones, pero más allá de eso parecían tener una relación más estrecha. A veces me preguntaba si el distinguido señor Agreste estuviera interesado de otra forma de mi novia, estoy seguro que cualquiera que la viera quedaría encantado con su personalidad, pero la verdad no lo se... Lo vi un par de veces cuando iba a buscar a Marinette a su casa después de sus clases privadas, y no me puso muy buena cara, diendome a entender que no le agradaba en los absoluto.

-¿Cómo vas con la universidad?.- preguntó Marinette despertandome de mis pensamientos.

-Excelente.- sonreí completamente orgulloso, mis estudios no me complicaban para nada.- Hasta el momento voy bien.

-Suerte la tuya ser superdotado.- me sacó la lengua arrugando la nariz, me volvía loco cuando hacia eso.

-No soy superdotado.- debatí riendome.- sólo se organizarme.

-Permiteme ponerlo en duda cerebrito.

-¿Cerebrito?.- la acerqué a mi abrazandola por detrás mientras la ponía entre mis piernas.- mira quien habla "sombrerero loco".

-El sombrerero diseñaba sombreros.- soltó una risa y me encogí de hombros.

-Pero diseñaba ¿no?.

-Eres un tonto.- besó mi mentón hacia arriba.

-Puede ser, pero tu tonto.- me reí pero ella se quedó en silencio mirando la ciudad.

-Creo que ya deberíamos irnos, se está oscureciendo.- musitó levantándose y asentí.

Recogimos las cosas, las guardamos en mi moto, nos pusimos los cascos y emprendimos camino hacia París.

La luz del día cada vez se hacía menos visible, poco a poco la gente se iba a sus casas, pero aparecía la gente que se divertía por la noche.

Me detuve un momento y quité mi casco, Marinette hizo lo mismo.

-¿Qué sucede?.- preguntó ladeando su rostro.

-Nada en si, solo no me dijiste si te llevo a tu departamento o donde tus padres.

-Oh, cierto.- rió por lo bajo.- lo siento, yo creo que podríamos ir a ver a mis padres, ¿quieres?.

-Será un gusto.- nos pusimos los cascos nuevamente y nos dirigimos a la panadería de los Dupain-Cheng.

Estacioné la moto frente a la panadería, los padres de Marinette seguían en la tienda, tomé su mano y entramos al lugar.

-¡Mi pequeña Marinette!.- exclamó Tom al ver al mi novia entrar, noté como ella me vio frunciendo el ceño.

-No soy pequeña papá.- alegó mientras lo abrazaba.

-Siempre serás mi pequeña.- besó su frente y luego posó sus ojos verdes en mi.- ¡Oh, Luka!.- exclamó feliz.- que bueno que están aquí.- estrechó mi mano y me dió un medio abrazo.- espero que mi muchacha se haya portado bien, suele ser muy despistada.- rió por lo bajo junto conmigo.

-¡Papá!.- se quejó mi novia.

-Créame que se ha portado bien dentro de lo que cabe.- Marinette me miró fulminante.

-¿Y mamá?.- preguntó la azabache quitándose la chaqueta y posandola en su brazo.

-Está dentro haciendo la cena, vayan a saludar.- me empujó levemente.- estamos por cerrar, ¿Se quedarán a cenar no es así?.- preguntó con una sonrisa enorme.

-Claro papá.

Ambos nos adentramos en la casa, la señora Sabine se encontraba en la cocina.

-Hola mamá.- saludó.

-¡Marinette!.- dijo alegremente lanzándose a los brazos de su hija.- que bueno que has venido.

-Te extrañé mamá.

-Y yo a ti cielo.

Sabine se separó de su hija para saludarme.

-Hola Luka.-sonrió.- que bueno que han venido.- besó mi mejilla.- mira lo guapo que estás.- tomó mis manos ojeandome de pies a cabeza.

-¡Ma-mamá!.- las mejillas de Marinette tomaron un color carmesí.- no digas esas cosas.

-La sinceridad por delante querida.- reprochó la mujer y yo solté una risa.

Los padres de Marinette eran muy amables, durante nuestra amistad me acogieron como parte de su familia y cuando nos hicimos novios lo aceptaron, aunque Sabine y Tom tuvieron una charla conmigo un tanto intensa, pero sobretodo Sabine, ya que ella no aceptaba del todo nuestra relación... ella sentía que aunque Mari se viera feliz conmigo... sabía que no estaba enamorada de mi o al menos eso fue lo que me dijo y la verdad sabía que no estaba equivocada.

Marinette fue sincera conmigo cuando le pedí que fuéramos novios y a pesar de que me dijo que sólo me veía con un amigo, yo me propuse a enamorarla cada día y hasta el momento vamos muy bien, una que otra disputa entre los dos, pero nada que no tuviera solución.

Sólo se que no quiero separarme de ella y que espero seamos muy felices más adelante cuando formalicemos más nuestra relación, para la cual tengo una gran sorpresa pensada para ella.

"Soñar es gratis, pero vivir en la realidad cuesta caro y no en un sentido monetario, sino en lo más profundo de nuestros sentimientos".

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