Cap 27: 我喜歡你
Al día siguiente.
La competencia de R.O.A.R empezaba en tan sólo unos minutos, el equipo se encontraba en el camerino preparándose para la competencia.
Lonnie no estaba realmente estresada, estar con Jay el día de ayer la ayudó a estar menos tensa, sin embargo estaba un poco nerviosa, aunque eso era inevitable, cualquiera estaría nervioso por la última competencia de sus años escolares.
Cuando Aziz se fue del equipo el mes pasado, su lugar fue remplazado por Harry, que aunque tuvo poco tiempo para adaptarse al equipo, logró seguir la corriente en poco tiempo.
La asiática vió la hora y se percató de que faltaban tan sólo 5 minutos para que empezara la competencia.
—Muchachos, vengan aquí—llamó Lonnie.
Todos los presentes dejaron de lado lo que estaban haciendo y fueron donde su capitana.
—Escúchenme, esta es nuestra última competencia, la mayoría de los que estamos acá no estaremos el próximo año, y más les vale hacer esto bien, no los estuve entrenando por tantos meses para perder, los entrené para que sean los mejores y superen los desafíos. Entrenar conmigo no fue para nada fácil, lo se, siendo honesta si yo entrenara conmigo misma no me aguantaría—los chicos rieron ante la pequeña broma que hizo Lonnie— pero hablando en serio, los preparé para este momento, espero que todos esos duros entrenamientos no sean vano. Esta competencia es muy importante para mi, y seguramente para ustedes también, vamos a demostrar de lo que somos capaces, de lo que Auradon es capaz, así que quiero que me demuestren que nuestros esfuerzos si valieron, que todos esos arduos entrenamientos si valieron, así que quiero salgan allá afuera, y den todo de ustedes.
Los chicos celebraron ante las palabras de la asiática, quizá la mayoría de los del equipo les aterraba Lonnie, pero en el fondo la admiraban y por nada pedirían otra capitana.
—Váyanse preparando, porque sólo quedan—miró su reloj—4 minutos.
El equipo siguió preparándose. Aunque Lonnie no lo dijera en voz alta, estaba orgullosa de su equipo, aunque no se los diría porque no quería que pensaran (o más bien que supieran) que tenía un lado blando.
Mientras limpiaba el lente del casco para ver bien en la batalla, una persona se dirigió a su lado.
—¿Como estás?—preguntó Jay, llegando al lado de Lonnie. Jay tenía recogido su cabello en una coleta alta, aunque no acostumbraba a amarrarse completamente el cabello a la hora de hacer deporte, en esa ocasión decidió amarrárselo por completo.
Lonnie debía admitir que se veía demasiado guapo con ese tipo de peinado.
—Algo nerviosa—admite Lonnie—tu sabes lo importante que es esta competencia para mi.
—Ya lo se—dice Jay—pero tranquilízate.
Lonnie lanzó un suspiro.
—Sólo espero que todo salga bien.
Jay envolvió sus brazos al rededor de la asiática y apretó de forma cariñosa.
—Te prometo que todo va a salir bien.
Lonnie no respondió, sólo sonrió y apoyó su cabeza sobre Jay.
—Gracias, Jay, realmente eres el mejor.
No estuvieron muchos segundos así cuando Lonnie se separó, le daba algo de vergüenza que los demás del equipo la vean siendo así de cariñosa y afectuosa con alguna persona, sobre todo tratándose de un integrante del mismo equipo.
Lonnie volvió a revisar la hora y ya quedaba un minuto para la competencia.
—Muy bien muchachos, ya es casi es la hora, hay que empezar a irnos.
Todos el equipo la obedeció y empezaron a ponerse sus guantes, agarrar sus cascos y tomar sus espadas para comenzar a salir uno por uno.
Lonnie se quedó adentro esperando a que todos salieran para salir de última.
El último fue Jay que antes de salir se detuvo y miró a la peli negra, admirando lo hermosa que estaba.
—¿Que sucede Jay? ¿Porque aún no sales?—pregunta Lonnie algo extrañada, a la vez un poco nerviosa por la mirada que Jay le estaba dedicando.
En eso, sin previo aviso, el ex ladrón hizo la última cosa que la asiática esperaba.
Le dió un piquito, en los labios.
Ese piquito no lo podía considerar como "beso", ya que fue más como un choque de labios que no debió durar más de un segundo, pero eso no quitó la sorpresa que le provocó a Lonnie.
Lonnie miró a los ojos a Jay sonrojada, en menos de un segundo su cara se volvió completamente roja, su corazón latió velozmente y mil sensaciones más, ya había experimentado todas esas sensaciones antes con Jay miles de veces, pero nunca lo había hecho de forma tan intensa e instantánea, quería abalanzarse sobre y al fin besarlo como siempre quizo, pero su estado de shock no se lo permitía.
—Vamos a ganar—dijo Jay sonriendo y apoyando una mano en el hombro de Lonnie, ella aún estaba petrificada, pero aún así asintió como pudo, sonriendo.
Jay se fue dejando a Lonnie sola, ella tardó un par de segundos en volver a realidad, al hacerlo sonrió muy contenta, sintiéndose más segura que nunca.
Si, estaba segura que iba a ganar.
La asiática salió del camerino para alcanzar al equipo.
Todo el equipo se dirigió al lugar donde se desarrollaría la competencia, en donde se encontraba el equipo rival y una gran cantidad de público, de hecho comparado con los años anteriores, esta cantidad de público era mucho más grande de lo normal.
Lonnie miraba y escuchaba todo al rededor muy atentamente, el público, las porras, etc, quería grabarse ese momento muy bien en su memoria para atesorar ese recuerdo.
Lonnie respiró profundamente y empuñó su espada, ya estaba lista para luchar.
(...)
El marcador estaba en empate, claramente el equipo contrario también había estado practicando mucho ese último año y había que admitir que eran una muy buena competencia.
Ese último punto que quedaba para ganar lógicamente iba a ser decidido con un último duelo de esgrima, y este último duelo iba a ser entre los capitanes de sus correspondientes equipos, lo que significaba que Lonnie tendría que luchar contra el capitán del equipo contrario, los halcones de Sherwood.
Lonnie le tenía un enorme odio a ese equipo, todas las veces que tenía que luchar con ellos los de ese equipo molestaban a los de su equipo porque son mandados por una chica, no importa si el equipo de Lonnie perdía, empataba o ganaba, ellos siempre buscaban cualquier motivo para burlarse. Sin mencionar que el capitán de ese equipo se dedicaba únicamente a molestarla a ella, diciéndole los típicos comentarios de "Las mujeres no pueden hacer esgrima, no es muy femenino" que le hacían hervir la sangre.
Dieron un pequeño receso para que los capitanes se prepararan, Lonnie estaba en el camerino haciendo unos estiramientos, a estas alturas su respiración estaba algo acelerada ya que estaba algo cansada debido a las peleas anteriores, y también respiraba rápido gracias al nerviosismo, no esperó que el otro equipo estuviera tan preparado
Le pidió al equipo que la dejaran sola por un rato, así que, como fueron sus órdenes, estaba completamente sola en el camerino, si no fuera por el ruido del público afuera todo estaría en completo silencio.
A pesar de sentirse y parecer tranquila, su corazón estaba latiendo muy rápidamente, pero era difícil no sentirse nerviosa en esa situación, donde el ganar o perder dependía completamente y muchas personas confiaban en que lo lograrías; era difícil no tener el miedo de decepcionar a todo el que tenía sus esperanzas sobre ti.
En medio de esa soledad sintió unos pasos acercándose al camerino, por alguna razón a pesar de no ver a la persona dirigiéndose a ella supo de inmediato de quien se trataba.
—¿Estás bien?—preguntó Jay, confirmando sus sospecha de que era el quien se acercaba.
—Eso...creo—responde Lonnie un tanto dudosa.
—¿Que pasó? ¿Tienes miedo de no ganar?—pregunta Jay acercándose a ella.
—Claro que voy a ganar—alega Lonnie—simplemente...va a ser algo complicado.
—Todo saldrá bien, Lon.
—Ya lo se—dijo Lonnie, en un tono imposible de descifrar para Jay.
Jay en realidad no sabía que hacer con Lonnie, ella estaba confiada de ganar pero a la vez estaba bastante intranquila y no sabía que clase de palabras decir para tranquilizarla, ya le había dicho muchas veces que se calmara pero no parecía funcionar realmente.
Pensando un poco se dió cuenta que en realidad Lonnie no necesitaba palabras para calmarse, si no un poco de afecto.
Lonnie se había sentado en una banca del camerino y Jay se sentó junto a ella. Sin decir una palabra deslizó su mano lentamente hasta la de Lonnie y al toparse con esta la tomó cariñosamente, transmitiéndole una gran sensación de tranquilidad y confianza a Lonnie, ella silenciosamente sonrió, las palabras arruinarían ese momento así que ninguno dijo nada en ese rato donde estuvieron juntos, sólo silencio.
Luego de unos 3 minutos ya era tiempo de que Lonnie saliera del camerino y peleara, ahora tenía más seguridad que nunca, sentía que ya nada la podía detener.
Se puso el casco de protección tomó su espada y se encontró frente a frente con su rival en el lugar donde debían pelear, su contrincante también estaba con casco así que no podía verle en absoluto la cara, pero si tuviera que adivinar, diría que tenía una expresión burlesca en su cara.
—¿Sabes lo vulgar que es que una chica se entrometa en un grupo de solo hombres?—dice burlón el contrincante.
—Pues me gustaría demostrarte lo vulgar que puedo ser—responde Lonnie con el mismo tono burlón.
(...)
12:15 de la noche.
La competencia ya había acabado hace 5 horas.
Y Auradon salió victorioso.
En la última batalla Lonnie dió todo de si misma y salió vencedora ganando así otro trofeo para Auradon.
El equipo celebró muy contento la victoria, su última victoria, por lo menos dentro de la escuela.
Lonnie decidió irse de la celebración con la intención de volver a su habitación y dormir un rato, pero de un modo u otro terminó caminando por los caminos de Auradon junto con Jay, ambos aún con el uniforme de R.O.A.R, sus espadas y sus bolsos de R.O.A.R, en realidad no se dirigían a la preparatoria, ni a ningún lugar en especifico, solo daban un paseo nocturno, a pesar de que ambos estén bastante agotados.
La luna estaba en su punto más alto en el cielo y las estrellas estaban más brillantes de lo normal. Los dos chicos estaban caminando, con una mano sosteniendo su bolso de R.O.A.R y con la otra estaban tomados de las manos.
—Aún no puedo creer que ganamos—dijo Lonnie, aunque su voz no sonaba demasiado animada debido a su cansancio, estaba muy feliz.
—Te dije que ganaríamos, aunque bueno, tu hiciste la mayor parte del trabajo.
—No digas tonterías, todos lo hicieron genial.
—Sólo digo la verdad, fue impresionante como lo venciste.
Lonnie en respuesta le dedico una tierna sonrisa.
—Supongo que se acabó—dijo Lonnie de la nada.
—¿Que cosa?—pregunta Jay.
—R.O.A.R—responde Lonnie—esta ya fue la última competencia, les enseñé todo lo que se, fue una etapa muy bonita, pero ya se acabó—su tono era una mezcla entre nostalgia y tristeza, lo cual era entendible, debía ser difícil para ella despedirse de lo la hizo demostrar que podía ser una líder nata.
Jay sin previo aviso jaló a Lonnie hacia el, no de forma brusca pero si de forma repentina, la abrazó y le besó la cabeza.
—Tu siempre serás mi capitana—dijo Jay.
Sus miradas se topan, provocando mil sensaciones en los dos, muchas veces ya han estado en situaciones similares, donde pareciera que ocurriría un beso o una confesión, pero algo siempre los interrumpía, sin embargo esta ocasión parecía diferente, como si ya nada lo pudiera arruinar.
—Wǒ xǐhuān nǐ (me gustas)
Jay pareció confundido ante estas palabras, porque en realidad no las entendía.
—¿Que?—pregunta Jay confuso.
En una situación normal Lonnie sólo reiría y dejaría a Jay con la duda, pero en esta ocasión decidió traducirle.
—Digo que me gustas, tonto.
Jay abrió los ojos como platos, aunque ya supiera los sentimientos de Lonnie seguía estando sorprendido.
—Al principio no quise aceptarlo—continuó Lonnie—siempre pensé que el amor no servía para nada y cuando comencé a sentir más cosas por ti...fue raro, no quería creer que me gustabas, pero con el tiempo comprendí que estos sentimientos eran reales, jamás supe como decírtelo y me aterraba pensar que no me pudieras corresponder. Ahora lo único que quiero es estar contigo Jay, ahora y para siempre. Te amo.
Esas palabras las sacó desde lo más profundo de su corazón, sus palabras eran sinceras, su orgullo no intervino en estas, eran palabras limpias.
Jay estuvo unos segundos sin reaccionar, Lonnie se mordió el labio empezando a pensar que quizá dijo algo malo o incorrecto o que Jay no sentía lo mismo.
—Yo te gusto...¿Verdad?—pregunta Lonnie insegura.
Pero sin que ella lo esperara, Jay la agarró de la cintura, la elevó y le dió vueltas por el aire, haciendo a Lonnie reír; su cara de felicidad era inexplicable.
Cuando finalmente la bajó al piso los dos quedaron muy pegados y sus respiraciones chocaron entre si.
Entonces ocurrió.
Jay presionó sus labios con los de Lonnie, de una forma tan dulce y tierna.
Sus corazones palpitaban de forma sincronizada, estuvieron esperando ese maldito momento por mucho tiempo. Los labios de Lonnie eran dulces y los labios de Jay eran más suaves de lo que Lonnie imaginó.
Mil sensaciones ocurrieron en ellos, como si unos fuegos artificiales explotaran en su interior, todo al rededor desapareció, ya no había, sólo estaban ellos dos.
Ambos se habían sonrojado, sus corazones palpitaban rápidamente y tenían mariposas en su estómago, esas sensaciones que han tenido muchas veces antes estaban más fuertes que nunca.
Querían estar así por siempre, pero el aire los obligó a separarse.
—¿Quien dijo que podías besarme?—dijo Lonnie.
—¿Estás bromeando?
Lonnie sólo rió un poco y esta vez fue ella quien besó los labios de Jay, sólo que esta vez envolvió sus brazos al rededor de su cuello para profundizar el beso.
Finalmente, esas dos almas que esperaron toda su vida para estar juntas, se juntaron, ahora ya nada las podría separar.
—Te amo, ladrón.
—Y yo a ti, mi guerrerita.
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Esperen el epílogo.
Be good Auradon~
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