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Cap 23: Amenazas.

Lonnie corría y corría por las pasillos, escuchaba a Aziz correr tras ella tan sólo unos pocos metros atrás.

En ese momento se dió cuenta que la preparatoria en realidad era más grande de lo que pensaba, ya que no sabía donde estaba o a donde estaba corriendo.

Aziz le gritaba cosas como "No pienses que te irás así" o "Vuelve acá maldita" o incluso le llegaba a gritar obsenidades realmente desagradables.

En cierto punto decidió no enfocarse en encontrar una salida, si no en tomar pasillos al azar para confundir a Aziz y perderlo.

Tras estar un rato corriendo, al punto en el que a Lonnie le dolían los pies gracias a los tacones dejó de sentir los pasos de Aziz tras ella.

Se detuvo y miró al rededor, sin encontrar ni escuchar a nadie, al parecer pudo perder a Aziz.

Entonces de correr pasó a caminar, un poco más tranquila pero sin perder la guardia, en cualquier momento podría aparecer el moreno y cumplir con su perverso objetivo.

Cuando comenzó a pasar unos pasillos que si reconocía sintió un enorme alivio, ya sabría por donde ir para salir de la preparatoria y contar lo que le ocurrió, lo bueno es que en los pasillos donde ella caminaba en esos momentos pasaban algunas personas, así que estaba segura.

Poco a poco, mientras más se acercaba a la salida, y más gente había, más aliviada estaba, todo lo que tenía que hacer era buscar al primer conocido que encontrara y contarle todo.

Se puso a pensar en la ironía del asunto, Jay, el hijo de un villano malvado, pedófilo y pervertido la trataba con mucho respeto y cariño, mientras que Aziz, el hijo de un héroe valiente y bondadoso, la trataba de forma descarada y asquerosa .

Si alguien le dijera que en realidad Aziz es hijo de Jafar y Jay es hijo de Aladdin, pero que al nacer los intercambiaron de familias, lo creería.

Salió de sus pensamientos al encontrar un rostro familiar a lo lejos.

En la entrada de la preparatoria estaba Jane, la cual pasaba por casualidad, pero no parecía haber visto a Lonnie.

Lonnie al verla de inmediato fue casi corriendo a su dirección, aunque quería ser discreta, no quería formar una escena habiendo tanta gente presente.

Cuando ya sólo me faltaba un par de metros para llegar donde Jane, sintieron unos brazos rodeándola y abrazándola por la espalda.

En los primeros segundos creyó que sería Jay o alguien más que intentó asustarla, pero un elemento le hizo darse cuenta que no era así.

Vió las mangas de aquellos brazos que la rodeaban por sobre el hombro, y las reconoció de inmediato, Aziz la había encontrado.

Lonnie se quedó completamente quieta, no precisamente porque estaba en shock o porque el miedo se apoderara de ella.

La presencia de una navaja en la mano de Aziz, poniendo el filo de la navaja sobre su pecho y haciendo una ligera presión, pero sin cortar la hizo quedarse quieta como estatua, sin querer hacer ningún movimiento en falso.

—No te atrevas—susurró Aziz al oído de Lonnie.

Cualquier que viera la escena de lejos no sospecharía nada, pensarían que esa era una escena romántica, considerando que parecía que Aziz abrazaba a Lonnie "cariñosamente" por detrás y le susurraba algo "romántico" al oído.

—No vas a decir ni una sola palabra—le volvió a susurrar.

Lonnie sólo estaba quieta sin saber que hacer, empezando a sentir miedo.

En eso recordó algo muy importante.

Recordó el hecho de que nunca sale de casa sin una navaja en el bolsillo.

"Y luego Jane me dice que no es necesario llevar una navaja a todas partes", piensa Lonnie.

Con mucha discreción, empieza a subir lentamente su mano hacia el bolsillo que había en su falda, donde tenía guardada su confiable navaja, el plan era simple, sacar la navaja disimuladamente, y con ella amenazar a Aziz de vuelta, pero con la misma discreción con la que el la amenazaba.

Cuando con las yemas de sus dedos comenzaron a sentir la sobresaliente costura del bolsillo, sintió la mano de Aziz agarrándole con fuerza la muñeca y además, la navaja aumentó la presión contra su pecho. A Lonnie le sorprendía que nadie al rededor sospechara de la situación.

—No hagas un escándalo, nena, o las consecuencias las pagaras tu —le volvió a susurrar Aziz al oído —soy perfectamente capaz de hacerlo.

Lonnie de nuevo se quedó completamente inmóvil, sintió que si Aziz apretaba solo un poco más la navaja contra su pecho esta la perforaría, sólo de imaginar eso comenzó a aguantar la respiración.

—Ahora escúchame muy bien una cosa, si aprecias tu vida y tu virginidad ... no vas a decir ni una sola palabra de todo lo que ocurrió— le susurró Aziz, en un tono tranquilo comparado con sus palabras, como si que lo que dijera no fuera nada malo.

La piel de Lonnie se puso de gallina y sus pupilas se achicaron, ¿Acaso habia escuchado lo que creía que había escuchado?

—Recuérdalo.

Y sin más Aziz se fue, dejando a Lonnie libre.

En una situación normal, Lonnie iría de inmediato a buscar a decirle a alguien y exponer a Aziz como el asqueroso que era o directamente darle una lección a Aziz con sus propias manos... sin embargo ... no se sintió capaz.

Sólo se quedó inmóvil, respirando rápidamente y temblando, el temor la hizo petrificarse por completo, la hizo sentir como si cualquier palabra se quedara atascada en su garganta.

Cuando al fin reaccionó, salió corriendo, pero no para ir a buscar a Jane, o a Jay, o a cualquier otra persona, si no que fue corriendo directamente a su habitación.

Su garganta estaba hecha un nudo y sus ojos amenazaban con llorar, esa era una situación más fuerte que ella.

Llegó a su habitación y al entrar cerró de inmediato la puerta y se quedó apoyada en esta, intentando regular su respiración nerviosa, la cual había empeorado cuando corrió.

Sin embargo no podía, sentía que su respiración era cada vez más intensa e irregular. Si bien Aziz en ningún llegó a cumplir por completo su objetivo de robarse a la fuerza la virginidad de la asiática, eso no evitaba que Lonnie se sintiera ... sucia.

Ya sabía que a más chicas les ha pasado cosas como las que le pasó a ella, no lograba imaginar lo mucho que sufrían y que lo pasaban mal guardando silencio, se solía sentir afortunada de nunca haber recibido esa clase de acoso ... o bueno , al menos hasta ahora.

Lonnie caminó hacia el baño de la habitación y se miró al espejo, dándose cuenta de un chupón posicionado en su cuello, del cual era obvio quien lo provocó.

Lo que para cualquier persona hubiera sido una simple marca que no tardaría en borrarse, para Lonnie fue el punto de quiebre que la hizo romper en llanto.

Buscó su maquillaje y con este se comenzó a cubrir la marca rojiza, ya había visto a Jane hacerlo muchas veces, así que al terminar, la marca estaba muy bien escondida.

Lonnie vio su celular, y se dio cuenta que Jay le habia respondido el mensaje de hace unos minutos atras, diciendole que iban a juntarse en una plaza, seguido de este mensaje seguian mas mensajes preguntando donde estaba, cuanto le faltaba y otro tipo de cosas. No de sentia capaz de salir en ese momento asi que le contestó, con toda la pena en el corazón, que no podría ir porque el Hada madrina la cito a ultima hora por asuntos de R.O.A.R. Si, le mintió, pero no tenía otra opción.

Toda la siguiente semana fue muy dura para la asiática, y lo peor, es que nadie no la sabía.

No sólo por el hecho de que seguía un poco afectada por lo que había pasado, si no por el hecho de que las amenazas de Aziz no habían parado.

Aziz la comenzó a amenazar por mensaje, amenazando con hacer daño a cualquier chico que se le acerque y con hacer cosas terribles a ella, si no se volvía su novia. El chico tenía una clara obsesión enfermiza con Lonnie.

Pero Lonnie era buena disimulando lo mal que lo pasaba, ni siquiera Jay sospechaba algo.

También esa última semana Lonnie evitaba usar vestido o falda, por si las dudas, además estaba un poco más alerta de lo normal y se ponía a la defensiva fácilmente.

Lo peor eran los entrenamientos de ROAR, donde dejó de sentir ganas de ir, sabiendo que Aziz estaba ahí, mirándola, y que no podía hacer nada al respecto, sin embargo se mantenía firme y continuaba con los entrenamientos como el líder que era.

Cada día le costaba más ocultar lo que pasaba y disimular el miedo que tenía de que en algún momento las amenazas de Aziz se hicieras realidad, y considerando las cosas que le hizo, estaba casi segura que el sería perfectamente capaz de hacerlo.

Conocía a Aziz desde niña, aunque no era más que un conocido, en ningún momento llegó a ser su amigo y apenas intercambiaban palabras, sólo lo conocía porque sus madres se llevaban bien y por algunas de sus pocas visitas al reino de Agrabah en su infancia .

De niña notaba que Aziz se le quedaba mirando mucho tiempo en algunas cenas que tienen entre sus familias o en algunas otras ocaciones, sin embargo ella pensaba que simplemente era porque el, siendo de Agrabah, se le hacia poco común ver niñas de apariencia asiática.

Ella solía tener la impresión de que el era un niño bien, sus padres eran muy amigables y se veían cariñosos con el, además parecía que le enseñaban buenos valores, a parte basándose en el poco conocimiento que solía tener de el, le parecía que era un muchacho bastante educado, aunque claro, desde aquel entrenamiento privado que le dió hace algunos meses, se empezó a dar cuenta de la persona que era en realidad.

Ella actualmente lo ve caminando en las calles o pasillos de la preparatoria, pareciendo un joven cualquiera que no ha hecho nada malo en toda su vida, caminando tranquilamente como si nunca hubiera amenazado de muerte a una chica e intentara violarla. Se preguntaba si ella era la única chica a la que le hizo eso, o existían más chicas que pasaron lo mismo que ella gracias a Aziz.

Lonnie conocía más o menos a Aladdin y Jazmín, y sabía que ellos eran buenas personas y que no tenían la culpa de que su hijo fuera como es, así que no los culpaba.

Ella tenía la teoría de que quizá, Aziz estaba enamorado de ellas desde niños, sin embargo no era un amor enfermizo como el que sintió el ahora, si no que era un simple enamoramiento inocente e incluso tierno, ya que, según lo que recordaba Lonnie , cuando eran niños el era muy tímido con ella y Lonnie no entendía porque, aunque tampoco le importaba, después al pasar los años, y ambos entraron a la misma secundaria en Auradon, de algún modo Aziz comenzó a cambiar para mal y producto de eso , su enamoramiento empezó a pudrirse.

Vivió una semana con todo ese estrés y miedo, hasta que un día, sucedió.

Era tarde, estaba oscureciendo, Lonnie estaba sola en el gimnasio, practicando algunos movimientos para el próximo entrenamiento de R.O.A.R, pero pensaba salir pronto debido a la hora.

Se sentó en una banca del gimnasio, cansada por el arduo entrenamiento, sin mencionar que la anterior noche no lograba conciliar el sueño gracias a un muy mal presentimiento que había surgido en ella desde hace dos días, y no lograba dormir pensando en que sería, o más bien cuando ocurriría, porque asumía que ese mal presentimiento derivaba de los problemas que ha tenido últimamente, producto de esto anduvo muy soñolienta ese día y parecía que podía caer dormida en cualquier momento.

Así estuvo sentada, mirando a la nada pero pensando en todo, absorta en sus pensamientos y sin estar realmente consciente de la realidad, hasta podría decirse que estaba soñando despierta.

Aquel pequeño momento de calma que se había formado, se rompió de un segundo para el otro cuando una figura se abalanza sobre ella, tirándola al piso y con una de sus manos sostuvo las manos de Lonnie sobre su espalda y puso el peso de su cuerpo sobre sus piernas para que no pudiera moverlas, dejándola así inmovilizada.

Ese acontecimiento ocurrió tan rápido que Lonnie apenas reaccionó cuando ya estaba tirada en el piso y el filo de una navaja posicionándose directamente en su garganta la hizo alertarse.

—Ya me cansé de ser bueno—escuchó la furiosa voz de  Aziz, mientras hacía presión del filo de la navaja por sobre su cuello, un movimiento en falso traería consecuencias mortales para Lonnie.

Lonnie se planteó en gritar, ya que no le quedaba otra opción, lo único que podía mover de su cuerpo era su cabeza, la cual en realidad tenía miedo de mover.

—Si llegas a gritar no dudes que te enterraré esta maldita navaja—volvió a decir Aziz, Lonnie sólo se quedó completamente inmóvil, lo único que le quedaba era esperar que alguien pasara por el gimnasio y viera lo que pasaba.

—Q-Que es lo quieres—Dijo Lonnie con dificultad, gracias a la navaja que amenazaba con cortar.

—Que te hagas de una vez mi novia de una maldita ves, ya te lo pedí por las buenas, no me obligues a hacerlo por las malas.

—En tus sueños—responde Lonnie, ya había dejado que Aziz le robara su primer beso, pero no iba a dejar que ahora se haga su novio.

Se arrepintió de haberlo desafiado cuando sintió que la navaja dió un muy leve corte en su garganta y logró sentir una gota de sangre escurriendo de esta.

—No te estoy preguntando, o eres mi novia, Lonnie, o no esperes a ver la luz del día mañana.

El corazón de Lonnie estaba acelerado, un nudo se había formado en su garganta, su respiración aumentó rápidamente la velocidad y empezó a sudar frío.

Una vez que sintió la navaja empezando a cortar muy lentamente, soltó casi al instante.

—¡De acuerdo! ¡Seré tu novia!

Ya habiendo dicho esto dejó de sentir la navaja.

Luego sintió sus manos libres y sus piernas también, aunque su cuerpo seguía temblando.

—Sólo eso quería oír—dijo Aziz—te aseguro que no vas a arrepentirte, linda, y que aprenderás a amarme como yo te amo a ti.

Aziz le dió un beso en los labios a Lonnie, esta ni siquiera se movió, porque en realidad sentía que no se podía mover.

Aziz, en silencio se dirigió a la salida del gimnasio.

—Ah, y si llegas a terminarme o a decir lo que hice, ya sabes lo que te espera.

Y sin más se fue, dejando a Lonnie con unas inmensas ganas de llorar, si poder evitar pensar en Jay.

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¿Desde hace cuanto esta novela tiene tramas tan dramáticas? Ni yo lo se.

Se que últimamente la trama se ha tratado de Lonnie más que nada, pero para los próximos capítulos voy a integrar más a Jay.

Be good Auradon~

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