⤷ 6
—¿Podrías hacerme una lista de personas a las que les gusto?
Jungkook lo mira— ¿Y yo por qué sabría eso? —Yoongi le da una mirada que reza "¿hablas en serio?" y el castaño rueda los ojos—. Bueno, al final del día te la alcanzo.
—Genial, gracias —dice satisfecho.
—¿Debería de añadir chicos también?... ¿O sólo chicos, específicamente? —pregunta con cautela.
—Chicos y chicas por igual —responde sencillo, las preguntas no lo incomodan en lo absoluto, de hecho se siente entusiasmado de explorar sin límites aquello que le gusta.
—Está bien, chicos y chicas por igual —asiente su amigo—. Y cuando dices gustar, ¿hablas de...?
—De follar nada más, no estoy interesado en una relación ahora —decide al tiempo que coloca sus libros en su casillero y toma sólo lo necesario para su primera clase.
—Vale, veré qué puedo hacer —promete antes de dirigirse a su propio casillero y, posteriormente, a su propia clase.
En el segundo receso, Yoongi se cruza con Jimin en el pasillo.
—¿Qué tal, bonito? —saluda el pelirrojo. El mayor sonríe.
—Todo bien, ¿y tú? —indaga al tiempo que ambos caminan sin rumbo por los espacios verdes del jardín.
—Más que bien. ¿Irás esta noche a lo de Jackson? —pregunta sin rodeos.
—Es viernes, así que seguramente sí —asiente— ¿Qué hay de ti?
—Sí, ya quedé con alguien —rueda los ojos.
Yoongi ríe— No pareces muy contento.
—No, no me atrae la idea de sexo aburrido, pero ya le puse excusas varias veces así que iré para que se saque las ganas y me deje de molestar al menos un tiempo —explica antes de tomar asiento en una de las mesas al aire libre.
—¿Y por qué no le dices que no quieres con él y ya? —inquiere divertido.
—No quiero hacerlo sentir mal, ya sabes lo frágil que es el ego de los hombres —rueda los ojos divertido.
—¿Conmigo también estás por pena? —bromea entre risas el pelinegro.
Jimin bufa ladeando una sonrisa— Tú sabes muy bien que no —se cruza de piernas y relame sus labios. Yoongi traga saliva—. Además, eres mi amigo, sería capaz de decírtelo si no me sintiese a gusto contigo.
—Buen punto, pero igual deberías decirle a ese tipo que te aburre... o inventarte otra excusa si quieres ser más sutil —propone.
—Ya lo he intentado, lo juro —suspira.
—Una excusa que no sea temporal... supongo que algo de verdad debes de decirle —concluye encogiéndose de hombros.
—Sí, no lo sé. Por ahora, lo veré esta noche —asegura copiando la acción contraria—. ¿Qué hay de ti?
—¿Yo? De momento nada, pero si vas a estar ocupado supongo que tendré que buscar a alguien también... —comenta pensando en lo que pidió a Jungkook averiguar.
—¿No follar no está en tus planes? —se burla divertido.
Yoongi ríe— No es divertido sin follar... —admite. No sabe desde qué momento es cierto.
—Concuerdo totalmente —asiente—. Te avisaré si me deshago de él pronto, fingiré un orgasmo o algo así.
—Si tienes tantas ganas de estar conmigo sólo tienes que decirle que no y ya, tú estás primero en mi lista siempre —se aventura a decir Yoongi.
La sonrisa coqueta y característica de Jimin se ensancha sin que sus ojos se despeguen de los contrarios que brillan por la tensión latente que siempre se instala entre ambos— ¿Ah, sí? —Yoongi asiente—. ¿Y por qué?
—Porque me pones demasiado —responde tan honesto que Jimin mira hacia otro lado por unos momentos—. ¿No es algo obvio para ti?
—Sí, lo es —admite sin vergüenza—. También estás primero en la lista, debo decir, nadie me hace ver estrellas como tú... ni me hace acabar tan seguido —añade riendo.
Yoongi sonríe orgulloso— Me alegro de escuchar eso... entonces... ¿me mandas un mensaje cuando estés libre?
—Te diría que estoy libre ahora mismo y te encerraría en los vestuarios si no fuera porque me recomendaste no faltar a mis clases de Geografía —lo acusa—. Así que sí, te avisaré luego.
El mayor simplemente se ríe de sus comentarios— Esperaré tu mensaje, chico estudioso.
—Lo recibirás —le promete antes de ponerse de pie, besar la mejilla de Yoongi quien permanece sentado, y luego irse de allí con una sonrisa satisfecha.
Yoongi suspira divertido, y es que aunque trate de enfocarse en ver más allá de ese chico de lindas piernas, no puede. Sabe que será capaz de estar con otras personas aparte de él, pero en el fondo también reconoce que, al final del día, Jimin sigue siendo su opción favorita y con la persona que más cómodo se siente.
Llevan un poco más de dos meses de conocerse y acostarse juntos, cualquiera pensaría que ya se hubieran sacado las ganas o se hubieran aburrido, pero cada encontronazo revela que no era así. El pelinegro disfruta de tocarlo tanto como la primera vez, sus manos seguían cosquilleando por apretar su cuerpo contra el suyo y escucharlo maldecir en su oído.
Debe detener sus pensamientos en clase de arte pero no puede, se pregunta si Jimin se siente de la misma forma, porque aunque le asegure que en caso contrario le diría la verdad, quiere saber si está tan perdido como él, si siente la misma conexión sexual entre ambos.
Al final del día, Jungkook le extiende una hoja de papel doblada.
—Debería cobrarte —opina.
—Pero no lo harás porque somos mejores amigos —replica Yoongi.
—Exactamente —asiente el castaño—. Pero debería trabajar de esto, lo hice bastante detallado y en tiempo récord.
Curioso por sus palabras, el más bajo decide abrir la hoja para echarle un vistazo. A decir verdad, no se esperaba que todos los renglones estuvieran llenos, esa es su primera impresión. Lo siguiente en lo que se fija son las aclaraciones al lado de cada nombre: "Hirai Momo (4to año)", "Jung Eunbi (clase de arte)", Seo Soojin (club de música)". Y así una larga lista.
—Wow...
—Sí. Y si me dieras un tiempo más podría conseguirte sus usuarios de Instagram —añade.
—No es necesario, creo que puedo hacerlo por mi cuenta —decide al tiempo que guarda la lista en su bolsillo—. Gracias.
—No hay de qué —se encoge de hombros sonriente—. ¿Irás a lo de Jackson? —pregunta volteando a verlo una última vez antes de tener que ir en dirección contraria.
—Sí, nos vemos ahí —asegura levantando su mano para despedirse, Jungkook imita su acción.
Cuando llega a casa, la comida aún no está lista, así que Yoongi se tumba en la cama y saca nuevamente del bolsillo la hoja que Jungkook le dio.
Conoce a algunas personas de la lista y debe admitir que no se esperaba que varias de ellas tuviesen interés en él, mucho menos ese tipo de interés. Es decir, se sentó todo un semestre junto a Kang Seulgi y no pudo notar que ella quería con él. Seulgi es conocida por no dar vueltas con sus conquistas, se pregunta si él realmente está ciego o es que simplemente las personas lo consideran inaccesible.
Independientemente de eso, no está interesado en ella. Se concentra primero en quienes conoce y además le atraen, como por ejemplo Im Nayeon.
En otra etapa de su vida, estaría saltando por las paredes de la emoción, hoy reacciona más calmado, alzando las cejas al leer su nombre allí.
Im Nayeon es hermosa. Tiene una sonrisa bonita y una voz agradable, sin mencionar un cuerpo delicado y curvilíneo. Tallada por los dioses, en otras palabras. Es codiciada por un montón de alumnos de todas las edades. Cuando Yoongi tenía 15, los chicos con los que ella cruzaba palabra armaban un alboroto de la emoción. Su popularidad fue mermando con el tiempo, pero a día de hoy es considerada como una de las chicas más bonitas de la escuela y con la que todos quieren acostarse.
Yoongi no es la excepción.
Toma su teléfono y la busca en Instagram. Ambos se siguen desde siempre porque entraron en el mismo año a la secundaria, sin embargo sus interacciones son poco y nada.
Trata de ignorar el pensamiento avasallante de que incluso alguien como Nayeon, que sabe que tiene a todos a sus pies, nunca se acercó a hablarle. En vez de eso, decide mandarle un mensaje casual preguntándole si irá a la fiesta de Jackson, la ha visto varias veces así que supone que sí.
Mientras aguarda la respuesta se pregunta cómo Jungkook ha conseguido esa información, porque si realmente su amigo sabía de antemano que esa hermosa chica quería acostarse con él, no le perdonaría jamás haberse guardado esa información.
Sabe que Jungkook también ha follado con Nayeon, porque Jungkook en realidad ha estado con la mitad de las chicas de la escuela, pero duda mucho que le moleste compartir siendo un mujeriego de primera.
Está a punto de mandarle un mensaje para preguntarle aquello, sólo para molestarlo en realidad, cuando en su bandeja de entrada recibe una notificación de la castaña confirmando su asistencia a la fiesta de esa noche.
Le pregunta si quiere ir con él, y Nayeon dice que sí, ambos obviando que "ir juntos" quiere decir encontrarse para tomar, bailar y, por supuesto, acostarse.
Su yo de 15 años está orgulloso de él.
No sabe cómo matar el tiempo luego del almuerzo así que sigue mirando la bendita lista. Decide seguir un par de personas en Instagram y se sorprende al descubrir que es mucho más fácil hablar con otros chicos que con mujeres de esa forma, dado que muchos toman la iniciativa y no tiene que hacer todo.
Cuando lo llaman a comer debe pausar una conversación con Hwang Hyunjin y con Nayeon.
Aun se siente extraño por gustarle a tantas personas, pero honestamente es un buen pensamiento que ayuda muchísimo a su autoestima, así que lejos de apartarlo, lo retiene mientras decide desde temprano qué ropa llevará. Ni bien vuelve a su habitación se dirige al armario y lo primero que tiene a mano es su camisa negra, la que suele usar a menudo para las fiestas. Nunca le importó demasiado, pero esta vez siente que quiere algo diferente, o al menos no ir vestido igual que siempre.
Revuelve un poco más sus cosas y encuentra remeras lisas, desde negro, blanco, rojo... pero todo le parece ordinario. De pronto siente que salir con Nayeon esa noche es una gran responsabilidad, no puede aparecerse como si nada con la ropa más simple de su guardarropa.
De un momento a otro está revolviendo cada rincón de su pequeño armario, escarbando en todos sus cajones en busca de algo decente, como si de la nada pudiera aparecer una prenda extraordinaria que lo haga destacar esa noche con la chica más bonita del instituto.
Suspira después de una hora y se tumba en la cama llena de ropa, toda seguridad abandonando su cuerpo. Toma su teléfono una vez más y piensa en pedir ayuda a alguien que sepa de moda. ¿Jungkook? se burlaría de él. ¿Taehyung? No son tan amigos, y seguramente también se burlaría de él. Su mente recae en Jimin, es modelo después de todo, a pesar de que tal vez se vistan muy diferentes, el pelirrojo debe de saber un montón de esas cosas. Y honestamente, es la única opción que, cree, no se reirá de su tonta crisis.
Definitivamente Jimin se ve, a ojos de Yoongi, como alguien que podría tener el mismo problema y frustrarse. Se debate entre llamarlo o enviarle un mensaje, y al final hace lo primero porque siente que hay confianza para ello.
Jimin contesta al tercer tono.
—¿Tan rápido me extrañaste? —pregunta del otro lado.
Yoongi se ríe y suspira— Tengo una emergencia de moda, de hecho...
—¿Ah, sí? —su voz luce sorprendida.
—Sí... de todas formas sí te extrañaba —aclara. Escucha la risa contraria e inevitablemente sonríe—. ¿Quieres ayudarme?
—Claro. ¿Quieres que vaya a tu casa o vienes tú?
—Quizá pueda ir yo, no creo encontrar nada entre mi guardarropa a estas alturas... aunque no sé si quiero llevar una falda —bromea. Un pequeño silencio se instala entre ambos y se le borra la sonrisa, teme haberla cagado—. Oh, perdón si dije algo estúpido...
—¿Um? No, cariño —ríe—, sólo estaba pensando en qué podría quedarte bien... y quédate tranquilo que no pensaba en faldas —añade divertido—. Aunque te quedarían preciosas, pero esa ya es otra historia.
—Claro que no, tengo piernas de pollo —dice al instante. La carcajada de Jimin no tarda en escucharse.
—¿De qué hablas? Dios... sólo ven, ¿sí? te espero.
—Vale, no me tardo —dice entre risas.
Segundos después la llamada se corta, y cuando se pone de pie y se encuentra de frente con el espejo, se da cuenta de la boba sonrisa que lleva aún. Jimin le cae asombroso, lo quiere mucho.
Minutos más tarde está saliendo de casa con la misma ropa que fue al colegio ese día y no tarda mucho en llegar al hogar del menor, dado que viven a cuatro calles de distancia.
Le envía un mensaje avisándole que está fuera y en unos segundos ya escucha pasos del otro lado. El pelirrojo abre la puerta y le sonríe.
—¿Qué tal? —saluda.
—Estoy en crisis, creo que moriré —exagera.
Jimin ríe y sus ojos se achican en el proceso, es cuando Yoongi nota que no lleva maquillaje como lo hace usualmente, ni una gota. Se ve muy bonito.
—Nadie se ha muerto por una crisis de moda todavía, tranquilo —le dice al tiempo que se hace a un lado para dejarlo pasar.
—Siempre puedo ser el primero —argumenta al tiempo que entra pidiendo permiso.
—Ya, pero yo no dejaré que eso pase, bonito —le asegura—. ¿Quieres tomar algo?
—No te preocupes, recién almorcé —niega.
—Está bien, entonces vayamos a mi habitación, es por aquí —indica dándose la vuelta y comenzando a caminar. El pelinegro lo sigue, y es en ese momento que se da cuenta de que Jimin está usando pantalones. Es la primera vez que lo ve así, y se pregunta si el chico simplemente olvidó arreglarse o es que en verdad se siente cómodo a su alrededor para mostrarse a cara lavada y desfachatado.
El pensamiento le hace sentir una especie de calidez en su pecho, y para sus adentros está pensando en lo lindo que se ve de todas formas.
—Supongo que conseguiste compañía para esta noche, ¿no? —pregunta con tono pícaro y sacándolo de su ensoñación.
—Sí, no sé si la conozcas —menciona—. Im Nayeon.
Jimin se gira exageradamente rápido y con la boca abierta en sorpresa— No mientas.
El pelinegro se ríe— No estoy mintiendo, lo juro.
—Ah, Yoongi, definitivamente vas a por lo que te propones, ¿no es así? Un tipo determinado... —dice mirándolo de arriba hacia abajo al tiempo que muerde su labio inferior.
El mencionado siente sus mejillas arder por ser el centro de la conversación y desvía la mirada a los cuadros del pasillo– Ah, lo haces sonar como si fuese una gran hazaña...
Jimin suspira volteando y retoman el camino escaleras arriba— Bueno, es que hasta yo que soy gay debo admitir que esa chica es toda una reina. No me animaría a hablarle en mi vida... o quizá sí, para que me rechace pero al menos haber tenido la posibilidad de que me dirija la palabra.
Yoongi sólo ríe de nuevo— Bueno, tienes razón que en otras circunstancias tampoco me hubiese animado a hablarle... pero escuché por ahí que ella estaba interesada en estar conmigo así que... bueno, debía de arriesgarme y por suerte ella aceptó.
Jimin sigue diciendo lo increíble que es cuando ingresa a su cuarto. El mayor se queda asombrado al ver lo espacioso del lugar. El color fucsia llama la atención al estar en todas las paredes, algunas cubiertas por fotografías y otras de cuadros abstractos. Hay un armario pequeño con puertas blancas encastrado en la pared, pero aún así hay percheros en el resto de la habitación con diversas prendas de vestir. También hay un tocador gigante que ocupa al menos la mitad de una pared, con maquillaje esparcido por toda la extensión y unas luces ahora apagadas. La mayor parte del piso está cubierta por una alfombra felpuda muy suave, y hay un sofá largo de color blanco a un lado. Sin embargo, lo más llamativo es que, en el centro de la habitación, se alza una especie de tarima donde se ubica la cama de plaza y media, con frazadas acolchonadas y más felpudos, sin olvidar algunos almohadones en forma de corazones y círculos. Como detalles mínimos, una televisión plasma colgada en la pared y luces led alrededor de todas las paredes. Aún así y con todas aquellas cosas, sobra espacio, y de nuevo vacila con ese pensamiento que había tenido antes sobre sentirse pobre al lado del pelirrojo.
—Wow... —es todo lo que suelta sin poder disimular—. Con permiso.
El menor ríe— Pasa, pasa. Lamento el desorden, siéntete como en tu casa.
Yoongi cree firmemente que ese lugar no se parece en nada a su casa, pero omite decirlo y cierra la puerta detrás suyo antes de sentarse tímidamente en el sofá.
—Pondré algo de música, ¿está bien? No puedo trabajar sin ritmo —explica.
—Oh, claro. Lo que sea está bien —se adelanta a decir. Jimin canturrea en afirmación y coloca en la televisión Dua Lipa a un volumen moderado que les permite conversar sin problemas.
—Vale. Ahora sí. ¿Pensaste en algo ya? —pregunta levantándose de su cama y dirigiéndose distraidamente hacia algunos de sus percheros.
—No realmente, solo que no quiero ir igual que siempre pero tampoco tan extravagante —comenta poniéndose de pie y dirigiéndose tímidamente a su lado para observar cómo revisa cada prenda perfectamente colgada.
—Estoy de acuerdo en que te queda bien lo simple —asiente—. Los colores básicos también... ¿Prefieres camisa o una playera?
—Una playera... creo. Ah, no lo sé —protesta frustrado—. Jimin, estoy nervioso... —admite.
El pelirrojo solo lo mira y se ríe— Vamos Yoongi, eres guapo, yo en tu lugar me preocuparía cero por lo que traes. Cuando estoy contigo me preocupo más por la forma en que te sacaré la ropa —dice divertido.
El pelinegro mantiene un puchero en sus labios y luego suspira— Bien... ganaste, subió mi autoestima de nuevo.
—Qué tierno —expresa tomando su rostro por ambas mejillas y dejando un beso en sus labios antes de girar nuevamente y seguir revisando la ropa—. ¿Qué te parece esta? —ofrece sacando del perchero una básica de color blanco sin mangas y con el cuello el "V".
Yoongi la toma luego de relamer sus labios por el beso que no llegó a corresponder— Es linda, ¿puedo probarmela?
—Claro, seguro te queda bien, somos del mismo tamaño.
—El baño... —comienza diciendo, pero luego observa la cara de "¿Es en serio?" de Jimin y se da cuenta de lo ridículo que es—. Tienes razón —se ríe. Termina por quitar su propia camiseta y dejarla a un lado antes de probarse la de Jimin. Es un tanto ajustada pero se siente cómoda y fresca—. ¿Qué tal me veo?
Jimin sonríe complacido— Bueno, ¿por qué no lo ves tú mismo? —el dueño de casa camina por la habitación y abre el pequeño armario, revelando un espejo de cuerpo completo colgado en la cara interna de la puerta.
A decir verdad el mayor se ve increíble con algo tan simple, de pronto toda su ropa se siente insípida al lado del guardarropa caro de Jimin. Se siente agradecido de que acceda a prestarle ropa sin ningún problema.
—Oh, jamás pensé que me vería tan bien con una simple tela blanca —admite girando apenas su cuerpo para ver cómo se ve desde diferentes ángulos.
—¿Simple tela blanca? —pregunta Jimin ofendido. No tarda en tomar la camiseta que Yoongi se había sacado para lanzarsela sin mucha fuerza realmente—. ¿Sabes cuánto costó esa tela blanca?
—Más que mi casa, seguramente.
—Como modelo, me siento completamente herido —apunta con algo de broma en sus palabras—. Pero lo dejaré pasar porque te ves completamente sexy —asegura colocándose a su lado frente al espejo. Tarda realmente pocos segundos en darse cuenta de un detalle importante y congelarse en su lugar, sus ojos se abren en sorpresa—. Oh, Dios.
—¿Qué pasa? —inquiere Yoongi confundido por el repentino cambio.
—¿Llevas como 10 minutos viéndome así y no me dices nada? —pregunta sorprendido a cambio.
El pelinegro levanta una ceja y ríe— ¿Así cómo?
—Sin maquillaje. ¡Horrible! Dios, qué horror —el mayor es testigo de cómo el rojo vivo se pinta en sus mejillas un segundo antes de que salga disparado hasta la otra punta de la habitación, más específicamente hacia el tocador. Como si estuviese aguardando por él, toma una brocha de esas tantas que tiene y comienza a pasarla por su piel—. Y yo hablando de ser modelo, en serio... qué espanto.
Yoongi simplemente termina por reír y se acerca a paso tranquilo hasta él— Jimin... —lo llama mientras mantiene una sonrisa en su rostro.
—Un segundo, juro que sólo es un segundo. No me tardo, lo siento tanto... —insiste.
El contrario niega divertido y toma su cintura de forma delicada pero firme para hacerlo voltear hasta él. Jimin termina frente suyo viéndolo de forma cómica pero también muy avergonzado de su descuido. Con su mano libre le quita aquella brocha (que en su cabeza es un pincel grande) y lo deja a un lado en la superficie del tocador.
—No seas tonto, te ves hermoso... —asegura sin quitar la sonrisa.
El pelirrojo también mantiene la sonrisa pero la vergüenza y la timidez lo carcomen ocasionando que su vista de desvíe de los ojos de Yoongi por momentos— No es cierto, estoy desarreglado.
—¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra? Si eres hermoso tú —insiste ladeando el rostro en varias oportunidades para tratar de atrapar su mirada.
—Claro que no... —repite tontamente. En cierto punto se anima a enfrentarlo, y no bastan más que un par de segundos para que ambos corten la distancia con un beso.
A pesar de que están acostumbrados a besarse, Yoongi puede percibir en esta ocasión la timidez en Jimin. Sus labios aceptan y se entregan a la forma dominante en la que el pelinegro guía el beso sin ser brusco. Se deja hacer y pronto su cuerpo se relaja, respondiendo a la brevedad por las sensaciones de calidez.
El beso se corta y se inicia otro, sus lenguas se encuentran reiteradas veces y golpean en la boca contraria hasta que no es suficiente. Jimin se sostiene de sus hombros cuando siente ambas manos en su trasero que lo alzan y lo colocan sentado de piernas abiertas en la mesa del tocador. Siente los ya tan conocidos dedos apretar su piel y suspiros de placer se le escapan en tono bajo a pesar de ser los únicos en la casa. Lo suave de sus sonidos calan en el cuerpo de Yoongi y se inclina aún más para que el pelirrojo pueda sentir su anatomía responder también, mientras baja sus besos a la piel de su cuello que se vuelve accesible cuando inclina su cabeza hacia atrás y mantiene los ojos entrecerrados.
—Ah, Yoongi... ¿Cómo quieres que espere hasta la noche si me pones así? —suspira.
—Tú fuiste el que decidió contradecirme con que no te veías bien... —se defiende sin salir de su cuello.
—Me haré cargo, entonces, pero no me dejes así... —suplica.
En respuesta, Yoongi vuelve a levantarlo y lo lleva, con cuidado de no tropezar, hasta la cama. Debe admitir que la altura de la cama y las sábanas esponjosas le dan la sensación de que el espacio es mucho más amplio de lo que realmente es, y le otorga cierta sensación de intimidad donde sólo existen ellos dos.
No está pensando en su cita con Nayeon, ni en la lista que le armó Jungkook esa mañana, en todo lo que puede pensar es en lo jodidamente sexy que es desvestir a Jimin y reencontrarse con ese cuerpo suave al que tanto se amoldó estos meses.
El pelirrojo está duro y a su merced mientras él se quita la ropa, sin descuidar la prenda prestada.
Mientras lo está penetrando no puede pensar en otra cosa que no sea él, en su cuerpo, en sus gemidos y en la sensación que lo aprieta en cada embestida. Sus besos son desordenados y sus cabellos caen por doquier.
El extasis es tan placentero como otras veces pero la sensación de comodidad dura mucho tiempo más. Tanto que ninguno de los dos se separa incluso pasados ya minutos desde que Yoongi terminara dentro del preservativo y el menor en el abdomen de ambos. Las manos de Jimin lo sostienen por los omóplatos mientras él acaricia su torso despacio. El menor lo mira ya sin inhibiciones de por medio y pronto habla.
—¿De verdad crees que me veo bien así?
El pelinegro lo mira entrecerrando sus ojos— ¿Quieres que te lo haga de nuevo, acaso?
—La verdad es que sí —ríe y Yoongi lo golpea ligeramente—. Pero quiero que me respondas desde tu opinión como hombre, no porque eres mi amigo.
—No te lo estoy diciendo porque seamos amigos, me pareces lindo —insiste—. Me calientas, no creo que tenga que ver con nuestra amistad.
—Bueno, eso es cierto.
—E independientemente de lo sexual, creo que eres lindo. Te ves bien sin necesidad de arreglarte —añade encogiéndose de hombros—. Maquillarte solo lo resalta. Pero si no fueses lindo el maquillaje no lo cambiaría, honestamente.
Jimin termina por sonreír de forma suave, sus manos se desplazan desde la espalda blanquecina de Yoongi y toman sus mejillas— Gracias por pensar eso de mí, eres muy lindo.
El pelinegro también sonríe y se inclina a dejar un beso pequeño sin dobles intenciones. Luego se remueve bajo las frazadas para salir del menor de una vez por todas, ambos suspiran por ello y Yoongi se desliza a su lado.
—¿Dónde puedo tirar esto? —pregunta luego de atar el preservativo usado y guardalo en su envoltorio.
—Hay un basurero de tu lado —indica el pelirrojo, ni bien el contrario termina de ocuparse de aquello lo atrae para acurrucarse en sus brazos. Nunca habían hecho aquello luego de follar pero Yoongi no se opone y lo acomoda en su pecho como si fuese costumbre entre ellos—. ¿Quieres mirar algo? —invita tomando el control de la televisión.
El mayor está demasiado cómodo como para moverse de su lugar, vestirse e irse, así que decide aceptar— Vale, cualquier cosa está bien.
—Está bien, Gossip Girl será —ríe.
—Está bien —acepta riendo—. Nunca lo vi.
—Te lo pondré desde el primer capítulo entonces —dice contento.
Yoongi no se pierde la historia, pero también está pensando en lo poco que desea moverse de allí. En como quiere quedarse viendo esa tontería con él toda la noche en vez de darse una ducha para encontrarse con Nayeon más tarde. Y se siente un idiota por ello, cualquier persona del instituto daría lo que fuera por la oportunidad que él mismo se encargó de conseguir. Incluso Jimin se lo dijo, y no puede entender por qué le molesta tanto no querer lo que debería. Es una tontería después de todo, Nayeon es una chica bonita y eso es indiscutible, pero no es más que una persona igual que él.
Pero debería de estar emocionado. Estaba emocionado hace una hora. ¿Qué sucede con él? Está disfrutando de estar al lado de Jimin, ambos desnudos y con los cuerpos dándose calor el uno al otro. El olor a shampoo del menor entra por sus fosas nasales y lo relaja al igual que sus caricias en el torso, y tampoco puede evitar trazar un camino en su tersa piel.
Yoongi sabe que se debe al adormecimiento de su cuerpo luego del extasis, y trata de tranquilizarse pensando en que en realidad tiene muchísimo tiempo hasta la noche.
—Tus piernas de pollo me gustan —dice de pronto Jimin.
—¿Qué?
—Que tus piernas me gustan, las que dices que son piernas de pollo —repite.
Yoongi ríe y se olvida de sus pensamientos persecutorios.
—Está bien, ¿y eso por qué? Es decir, tan de repente... —pregunta divertido.
El pelirrojo también ríe y el mayor simplemente pone esa risa en su top de sonidos favoritos.
—Bueno, es que... tú me hiciste sentir bien con lo que dijiste de mí hace un rato —explica. Ambos están mirando la televisión y en una posición en la que no pueden observarse, así que mientras dice aquello Yoongi sólo puede sentir sus caricias—. Y quería que supieras que tú también me pareces muy lindo, sería una lástima que tuvieras inseguridades con tu cuerpo y nadie te ayude con eso como acabas de hacerlo por mí.
—Ah, Jimin... —pronuncia enternecido—. No es necesario realmente...
—Yo sé que no, no es como si te estuviera devolviendo un favor —trata de decir—. No lo digo porque tú me hayas ayudado, pero... pensé que si tú te tomabas la molestia de decirme lo que piensas, yo también debería de decir lo que pasa por mi mente más seguido, después de todo a mí me hizo sentir mejor.
Yoongi se mantiene en silencio unos momentos para procesar sus palabras, sus caricias también se hacen presentes para hacerle saber que sigue allí.
—Bueno, la verdad es que sí me alegra saberlo —admite después de un rato—. No es que me genere una inseguridad tan grande, pero sí lo pienso una vez cada tanto cuando me visto —acepta—. Así que gracias por hacerme saber que te parezco atractivo con eso y todo, sí me hizo sentir mejor.
El pelirrojo simplemente gira su cabeza y deja un beso en su pecho. En respuesta, Yoongi voltea y lo atrae aún más a su cuerpo, Jimin no se queja y se acurruca aún más en él, entrelazando sus piernas con las ajenas en el proceso.
Esta vez sí que se relaja de más, por lo que la alarma del teléfono de Jimin lo sobresalta unas horas después y se da cuenta que se quedaron dormidos.
El dueño de casa es el primero en separarse para apagar el sonido tan molesto y revisar sus notificaciones. Yoongi aprovecha para estirar su cuerpo adormecido por la posición en la que estaban.
—Lo siento, juro que no esperaba dormirme —dice luego.
—¿Mm? —inquiere Jimin con la voz ronca por el sueño—. No hay problema, cariño, no me molesta —termina por dejar su teléfono a un lado y se abraza al pelinegro de vuelta.
—¿A tus papás no les molesta? No me conocen —dice al tiempo que lo abraza de nuevo—. ¿Qué hora es, por cierto?
—Mi mamá está en Paris, cariño —ríe—. Está de viaje. Y de todas formas somos amigos, no hay nada de malo. Y son las seis y media, tenemos tiempo antes de la fiesta.
—Dormir con tu amigo desnudo es algo raro —añade divertido.
—Bueno, si lo pones así... eres la primera persona con la que follo en mi casa, por cierto —admite.
—¿En esta casa?
—En mi casa... en general —afirma
—. Ni antes de mudarme.
—Oh... —no sabe cómo esa información lo hace sentir—. Lamento si te sentiste incómodo de que lo hagamos aquí, entiendo si prefieres que tu casa se respete.
Jimin ríe— No, no hay nada de malo. Es decir, no traigo a ligues a casa, pero tú y yo somos amigos. Es distinto... muchas cosas contigo son distintas —admite.
—Sí, bueno... ahora que lo pienso yo tampoco llevé a nadie a casa para eso antes de ti —asegura—. Supongo que es por lo mismo, somos amigos aparte de... ¿ligues? Qué palabra tan rara para definirnos.
—Amantes —dice Jimin levantando la mitad de su cuerpo para darle una muy divertida mirada que finge seriedad. Yoongi se parte de la risa.
Media hora más tarde ambos ya están de pie ordenando el desastre de ropa que dejaron tirado. Jimin insiste en que Yoongi debería de bañarse allí para no ir a su casa con aspecto de recién follado, y el pelinegro termina por aceptar.
Luego de una ducha en la que por supuesto admira todos los productos de ducha y el lujo del baño, se pone la ropa que trajo y la prenda que Jimin le prestará para esa noche.
—Lo puedes completar con un jean oscuro para que resalte, si tienes el perfume ese que usaste la fiesta pasada también será genial —comenta un tiempo después cuando ambos ya están bajando la escalera para que despedirse.
—Vale, gracias por todo, de verdad —agradece una vez ya está fuera—. Te mandaré mensaje cuando me desocupe —le recuerda.
—Claro, también yo. Nos veremos ahí —asegura. Antes de cerrar la puerta se inclina a dejarle un beso pequeño y ambos ríen por ello.
Yoongi se da cuenta de lo jodido que está cuando piensa durante todo el camino a casa en lo increíble que la volverá a pasar con Jimin en la noche, en vez de anticipar su encuentro con Nayeon.
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